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Mi vida de Adam Levine por Kain_angel

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Notas del capitulo:

Hola, aquí Kain Angel con una nueva historia que tendría que haber sido publicada hace dos días en el día de mi cumpleaños pero como la vida es un puto agujero negro que no me deja compartir nada con nadie he tenido que joderme y esperar a publicar hoy. Lo siento mucho. Además, no sé por qué pero ayer no pude publicarlo y espero que hoy se pueda.

 

Aquí os presento un AU cargado de drama desde el punto de vista del lobo favorito de todos y todas, Derek Hale. Acompañado con la banda sonora de la mano de Adam Levine a la cabeza de Maroon5.

 

Con cada capítulo os pondré el enlace de la canción y espero que lo disfrutéis. Es mi regalo de cumpleaños atrasado de mi para vosotros. Esta es mi favorita de toda su discografía y espero que os guste. http://www.youtube.com/watch?v=sXw9iWTTkBc

Hasta ese momento no me di cuenta de cómo era posible haber llegado a eso. Me hallaba debajo de un puente, con el motor del coche que había robado echando tanto humo que pensé que se incendiaría en cualquier momento. Ahí estaba, lleno de heridas y sangrando con parte de la ropa desgarrada o pegada a mi cuerpo, las gafas rotas y… ¿Funcionaba el móvil? Lo saqué de mi bolsillo y lo revisé. Estaba apagado, no se encendía ni con los golpes que le daba, por lo que lo arrojé sin ni siquiera mirar dónde aterrizaba.

Miré a mí alrededor, era una especie de zona industrial pero no se veía a nadie. Mejor, lo último que necesitaba era seguir corriendo. Estaba cansado… Me quité lentamente la corbata llena de polvo, la camiseta blanca que ahora era una mezcla extraña de rojo y marrón, y cogí las gafas para revisarlas, tenían el cristal derecho con una raja que iba de lado a lado. Ya no me servían pero las doblé y las metí en el bolsillo.

 

Entonces reparé en que había una destartalada y vieja cabina telefónica a unos pasos de mí. Metí mis manos en otro bolsillo y saqué mi cartera, me sentí aliviado de tener el suficiente suelto para poder hacer una breve llamada. Sólo necesitaba preguntar una cosa y que me respondieran, un monosílabo me bastaba para después no pensar en qué haría a continuación.

Me tambaleé hacia la cabina debido al entumecimiento que sentía en las piernas por el bajón de adrenalina que había tenido casi todo el día pero conseguí llegar al interior y descolgar el teléfono. Sonreí levemente al oír que había señal. No sé lo que habría hecho si no llega a haberla. Metí tres monedas de cincuenta y marqué su número. El teléfono del móvil de la única persona que no había conseguido olvidar nunca y por la que me hallaba así.

 

Comenzó a dar señal de llamada.

 

- Por favor, Stiles, cógelo…

 

I'm at a payphone trying to call home

All of my change I spent on you

Where have the times gone

Baby it’s all wrong, where are the plans we made for two?

 

Mientras seguían sonando los pitidos, pasó todo lo que viví ese día por mi cabeza como si fuera una de esas películas en blanco y negro o lo típico de que cuando alguien va a morir ve toda su vida pasar en imágenes. No sé pero todo me resultaba igual de confuso e increíble. No me esperé nunca hacer lo que hice aunque si era por Stiles… No me extrañaba haberlo hecho.

 

Todo empezó como todos los días de mi vida en los últimos cuatro años. Me levanté a las seis de la mañana, abrí las ventanas para que entrara el frescor matinal mientras me ponía mis pantalones de deporte, las zapatillas de correr y una sudadera. Cogí también los cascos con el iPod, me los puse y salí a correr mis cuarenta y cinco minutos diarios por el parque. Al llegar a casa me deshice de la ropa y cerré las ventanas. La casa ya se había aireado lo suficiente y no tenía ganas de ponerme malo estando sudando aunque hiciera años que no enfermaba. Me di una ducha rápida, me sequé y puse una camiseta de tirantes y los bóxers antes de volver al baño a peinarme, lavarme los dientes y darme el visto bueno frente al espejo. Entonces fui a la cocina y me preparé un café y una tostada en la que le puse un poco de miel del bote que había sobre la encimera de la cocina. Mientras desayunaba me puse con el portátil para leer las noticias como todas las mañanas hasta que dejé de hacerlo al recibir un mensaje en el móvil de Laura. Me estaba enviando una foto de ella y Chris, mi cuñado, teniendo de fondo los Campos Elíseos de noche con todas las tiendas abiertas y con las luces puestas. Junto a ella había un mensaje diciendo:

 

- “Cuando vengas el mes que viene con Cora y mamá tenéis que venir a una de las tiendas de aquí, hay un montón de vestidos de novia geniales.”.

 

Sonreí al recordar la sonrisa que tenía cuando nos dijo a toda la familia que ella se iba a casar. Me alegré por ella ya que su noviazgo no fue fácil ya que la familia de Chis no quería que se volviera a casar después de enviudar y que tuviera que centrarse en criar a Allison, y aún menos con una modelo que no dejaba de viajar de un lado para otro. Pero Laura los calló a todos como siempre ha hecho cuando se han metido con alguien. Se instaló en Paris y dijo que en todos los viajes iban a estar él y su hija. También les recriminó que fueran tan egoístas como para no permitir al hombre volver a ser feliz. Desde entonces la familia de Chris no volvió a dar señales de vida hasta que la madre de este, Araya, cayó enferma y contra toda la familia, Chris y Laura fueron a verla al hospital. Desde entonces ha sido la única que los ha apoyado y han visto lo feliz que es Allison con la novia de su padre.

Así que cogí el móvil y le contesté.

 

- “Conociéndote, te quedará todo tan bien que nos será difícil dar con el adecuado.”

- “Si, puede ser pero no cogeré ninguno que no me halláis ayudado a elegir. Tenlo seguro.”.

- “Entonces solo puedo desear que coincidamos pronto. No quiero que Allison se aburra mucho con la espera.”.

- Ella es la que está más ilusionada por que vengáis y busquemos mi vestido. Ya tenemos el de ella.”.

 

Rápidamente apareció otra foto en la conversación y la pulsé para verla mejor. La pequeña, de ahora diez años estaba sonriendo con las mejillas sonrosadas con un vestido morado de tirantes sobre la que caían sus ondulaciones castañas y sosteniendo un ramo de flores.

 

- “Está preciosa.”.

- “¿Acaso lo dudabas? Ella y Cora son las mejores damas de honor del mundo. Y no olvidemos a mi padrino favorito.”.- Era cierto. Nuestro padre murió cuando yo tenía la edad de Allison en el incendio que arrasó con toda mi familia, solo sobrevivimos mi madre, mis hermanas y yo. Desde entonces me había convertido en el hombre de la casa y dejé de ser tan alegre hasta que apareció Stiles Stilinski en mi vida.

 

Miré la hora y eran las ocho menos cuarto, así que me despedí de mi hermana con ganas de ir a verla mientras recogía la taza y el plato de mi desayuno y me fui a ponerme el traje para el trabajo, era la pega de trabajar en un banco. Fui directo al armario y saqué una camiseta blanca, una corbata azul marino con puntos amarillos y el traje gris que suelo llevar. Tras ponérmelo todo cogí mis gafas que estaban sobre el último libro que me estaba leyendo, “El último catón”. Me gustó lo que había leído de momento y al menos era más realista y las bases eran más sólidas que los clásicos de esta línea como “El código da Vinci”. Revisé rápidamente mi bolsa donde estaban los papeles de trabajo, bolígrafos y mi tablet. Las llaves de mi piso, la cartera y el móvil me los guardé en los bolsillos.

En el ascensor me miré en el espejo y me recoloqué mis gafas negras antes de salir y cruzarme con la señora Collins que volvía de sacar a su gran pastor alemán, Sonne. A ella la saludé con un movimiento de cabeza y al perro lo hice acariciándole la cabeza.

 

Salí a la calle de nuevo y ya había más luz, además de haber más gente. Caminé como todas las mañanas el camino de veinte minutos por la ciudad hasta mi banco. Nada más entrar a mi lugar de trabajo saludé a Tara que estaba apoyada en la recepción como todos los días, con una sonrisa que levantaba la moral a todo el mundo.

 

- Buenos días, Derek.

- Buenos días, Tara.- Ella era de las pocas personas con las que me relacionaba en el trabajo. No recuerdo cómo empezó pero cuando me quise dar cuenta estaba en su casa cenando una lasaña de espinacas junto a su marido. Ella era increíble. Siempre que podía se pasaba por mi mesa y me llevaba un café o me contaba sobre el último partido de baseball de su hijo. Era imposible no querer a Tara Graemer. Además de ser la única persona de la oficina que sabía mí historia.

- ¿Cómo llevas el libro que te dejé?- Si, ella era quien me había dejado el libro que me estaba leyendo y prácticamente la que me daba algo con el que pasaba el tiempo. Me sorprendió que le gustara tanto los autores españoles pero al leer el libro de "Marina” de Carlos Ruíz Zafón lo entendí todo. Desde entonces todos los meses me dejaba un par de libros e incluso quedábamos para ir a una librería a buscar alguno y después tomar un café.

- Ya lo llevo por la mitad y me está gustando bastante. Tienes buen ojo para los libros.

- Es lo que tiene ser guarda de seguridad casi a diario en un banco, tengo mucho tiempo libre y los sudokus o las sopas de letras no son para mí.- Reí levemente ante ese comentario. Ya éramos dos. Yo no solía tener mucha gente ya que yo me encargaba de revisar las condiciones de los contratos de las nuevas cuentas y solucionar dudas. Me preocupaba alarmantemente la falta de interés y la ignorancia de la gente al hacer la cuenta y desentenderse de todo lo concerniente a ellas. Y para matar el tiempo leía en la tablet o escribía lo único que había sobrevivido a mi relación con Stiles, el guión de una serie de televisión basada en hombres lobo en la que los dos éramos los protagonistas. Fue idea de Stiles que la escribiera ya que decía que le gustaba como escribía o publicaba historias en internet bajo el mote que me puso en la secundaria, Sourwolf.- De todas formas me he encontrado con Jennifer y me ha dicho que quería hablar contigo cuando tuvieras un momento.- ¿Jennifer? ¿Qué quería ahora? No me gustaba esa mujer, desde que había entrado a trabajar parecía querer quedarse siempre a solas conmigo y me tiraba demasiado las fichas.

- ¿Por algo en particular?- Tara solo rodó los ojos y soltó un suspiro.

- Ya sabes por qué es, cariño. Así que ánimo.

- Gracias.- Comencé a andar para ir a mi mesa mientras me despedía de Tara.- Nos vemos en el almuerzo.

 

Crucé el amplio salón lleno de mesas y gente de un lado para otro hasta llegar a mi escritorio. Era simple, sin adornos, bien ordenado y ninguna foto. Dejé mi bolsa debajo de la mesa, al lado de los cajones, y me senté en mi incómoda silla para encender el ordenador y que se fuera calentando mientras ponía el móvil en vibración y lo conectaba al Wi-Fi del banco.

Conforme estaba sacando los papeles y las carpetas de la bolsa para tenerlos más a mano sentí que alguien me miraba y se ponía a mi lado. Levanté la vista y resultó ser Jennifer Blake, la jefa de personal. Por fuera parecía una muchacha agradable y encantadora pero como se suele decir, no es oro todo lo que reluce y yo lo comprobé de primera mano cuando intentó ligar conmigo y no lo consiguió. Podía estar tan arreglada como ahora, con su traje con falda negro, su camiseta escotada rosada, los zapatos negros y parte del pelo recogido hacia atrás por un par de pasadores que nadie se esperaría que pudiera encerrarte en una cámara de seguridad durante unas horas como venganza por no prestarle atención. Tampoco era mi culpa de que me atrajeran los hombres… O más bien una sola persona.

 

- Buenos días, Derek.- Siempre la misma falsa sonrisa y el mismo saludo todos los días.

- Buenos días, Jennifer.- Ni me molesté en mirarla, estuve metiendo tranquilamente y tomándome mi tiempo para meter la contraseña y mi usuario en el ordenador.

- Quería decirte que a medio día habrá una reunión para decidir dónde haremos el picnic anual de la oficina, queda un mes.- Ella se sentó de lado en la mesa pero me puse a abrir documentos y no le presté atención. Me daba hasta ganas de bostezar ese gesto.

- Puedo ir y opinar pero no estaré esos días.- Eso pareció sorprenderla, ya que se incorporó de golpe y me miró sorprendida.

- ¿Y eso?- Más nerviosa y le daba algo.

- Me he pedido el mes que viene de vacaciones.

- ¿Es que vas a alguna parte?

- A París.- No entiendo porqué le decía eso. Posiblemente fuera porque con ella solo se podía ser directo y claro para que no se te subiera encima.

- ¿Y?... ¿Y quién es la afortunada?- Eso si que me hizo gracia y casi comienzo a desternillarme de la risa pero, por primera vez, la miré a la cara con una sonrisa y le respondí.

- Mi hermana.- Rápidamente su cara se desencajó en una curiosa amalgama de confusión, sorpresa y duda.- Se va a casar dentro de un mes y me voy a París a ayudarla con los últimos detalles de la boda.

- ¿Y no necesitas acompañante?

- Ya acompaño a mi madre.

 

Me miró indignada y se fue taconeando furiosa hasta su despacho. Victoria para mí. Ahora podía poder trabajar tranquilamente. La mañana pasó sin ningún contratiempo hasta las diez. Lo recuerdo perfectamente porque vi la hora en el reloj del ordenador y al levantar la vista sentí que el tiempo se paraba y con ello mi respiración.

 

Yeah, I, I know it's hard to remember

The people we used to be

It's even harder to picture

That you're not here next to me

You say it's too late to make it

But is it too late to try?

And in our time that you wasted

All of our bridges burned down

 

I've wasted my nights

You turned out the lights

Now I'm paralyzed

Still stuck in that time when we called it love

But even the sun sets in paradise

 

No esperé que fuera así y mucho menos que llegara a ocurrir. Fueron tantas las veces que soñé con ese momento, tantas veces que lo necesitaba o que me lamentaba de lo que pasó que me parecía una ilusión. Pero no. No lo era y su cara decía lo mismo que yo.

 

- Stiles…

 

Así es. Mi ex novio me miraba igual de sorprendido que yo a él pero por dentro me sentía más feliz que en mucho tiempo. No tuvimos un buen final y lo último que recordaba de él era estar llorando. Ese recuerdo aún seguía encogiéndome el corazón al ver esos preciosos ojos acaramelados llorar y ser el culpable de ello. Pero a pesar de todo, también me alegraba de que él siguiera igual, con un gorro que dejaba al aire el flequillo de punta que se dejó cuando salía conmigo, su camiseta a cuadros por encima de la de Darth Vader que le regaló Cora por su vigésimo cumpleaños. Pero lo que más me sorprendió fue que seguía llevando el llavero de TARDIS que le compré en la Comic-Con de San Diego de 2009 en su bolsa. Ya con eso me sentí levemente más relajado pero de poco sirvió porque entonces el destino hizo que empezara a caminar hacia mí. Yo intenté disimular que trabajaba pero se plantó delante de mi mesa y no pude hacer mucho.

 

- Hola…

- Ho-hola…- Me lo imaginaba, no se esperaba que nos viéramos así después de tanto tiempo. No dejaba de preguntarme cómo había estado estos cuatro años, si estaba bien o incluso si había encontrado a alguien que le hiciera feliz.- Yo… Wow, valla… No me esperaba esto…. ¡No! No quería decir eso… Yo… Se te ve bien.- Sonreí al verlo tan nervioso. No había cambiado nada. Seguía siendo tan nervioso e hiperactivo que la verborrea producida por su boca era la mejor noticia que podía haber tenido de él.

- Stiles, relájate. Tranquilo.- Conocía sus ataques de pánico y no quería que le diera uno. Sería muy difícil de explicar que casualmente me había encontrado a mi ex novio en mi oficina. Él solo inspiró y espiró hondo un par de veces y ya parecía haberse relajado un poco. Su piel dejó de ser aún más pálida que de costumbre.- ¿En qué puedo ayudarte?

- Ah, si. Resulta que voy a empezar a trabajar como becario del departamento de criminología de la ciudad y me han dicho que tenía que hacer una cuenta para domiciliar mi nómina aquí pero cuando me he puesto a preguntar por las partes del contrato y de lo que entendía y lo que no, me han dicho que viniera a ver a Hale.- Lo mismo de siempre cuando había alguien con dos dedos de frente pero Stiles… Ni en mis mejores sueños.

- Bueno, para eso estoy. ¿Tienes aquí el contrato?

 

Él solo asintió y me tendió la carpeta. Lo miré un momento por encima antes de volver a cruzarme con sus ojos o mirar sus lunares lo más discretamente posible mientras revisaba el documento. Era el estándar de lo que pedía Stiles pero tenía que leerlo más detenidamente por si acaso. Conocía a la gente de aquí y cómo se las gastaban y solo se libraba Tara. Estuve leyendo durante unos minutos hasta que revisé por completo el contrato de mi ex. Puede que no fuéramos ya nada pero la vida ya había castigado a Stiles suficiente y si yo podía evitarle algún dolor o molestia, lo haría.

Cerré la carpeta y le miré pero me sorprendí de que nos mirásemos y no dijéramos nada. Yo sentía que los colores se me subían hasta las orejas.

 

- Al final lo conseguiste… Me alegro, Derek.- Su sonrisa era amable pero a la vez llena de tristeza. Sabía a qué se refería. Quería trabajar en un banco como lo hacía mi tío Peter antes de morir.

- Si… Y tú también…- Stiles siempre había querido ser criminólogo para ayudar a su padre, el sheriff de nuestro pueblo. Sabía que lo conseguiría, era demasiado inteligente como para no hacerlo. Ya se notaba cuando se metía en líos con su padre por husmear donde no debía con Scott.

- Si… Te veo bien. ¿Estás bien?- No sabía qué contestar a esa pregunta ¿la verdad o una mentira? Aunque era lo que quería preguntarle yo también.- No tienes que contestar si no quieres… Yo no debí preguntar.

- Tranquilo, estoy bien. ¿Y tú?

- Bien, conseguí entrar en la poli aunque fuera de becario. Tengo que ganar experiencia para poder ayudar a mi padre.

- ¿Está bien?- ¿Por qué le preguntaba eso? John siempre fue un buen hombre y me trató bien pese a que nuestra relación siempre fue tirante.

- Si, ahora está saliendo con Melissa después de que le insistiera tanto.

- Me alegro.- Se lo merecía. Todo el pueblo sabía la tragedia que sufrió ese hombre cuando perdió a su mujer por culpa de la enfermedad que sufrió. Demencia frontotemporal. Recuerdo que temía que Stiles la padeciera ya que busqué información y vi que era la única enfermedad degenerativa del cerebro que podía haber heredado pero pasó el tiempo y nada, pude ser feliz a su lado. Y en cuanto a Melissa, también me alegro. Los dos lo habían pasado mal y se merecían ser felices.

- ¿Y tu familia?

- Están bien. Laura se va a casar el mes que viene con Chris.

- ¿En serio?- Me sorprendí más que él ya que se levantó de la silla. Solo asentí.- Lo siento.- Volvió a sentarse delante de mí.- ¡Qué guay! Me alegro mucho por ellos. Felicítalos de mi parte.

- Eso haré… ¿Y tu?...

 

De repente escuchamos a gente gritar y disparos. Los dos miramos rápidamente a la entrada, vimos a cinco hombres armados y encapuchado entrando y metiendo a todo el mundo. Rápidamente me levanté, cogí a Stiles y lo puse detrás de una columna que había delante de mi mesa, yo me puse detrás de mi mesa. Era un puto atraco. No veía a Tara y me temí lo peor, deseé que no le hubiera pasado nada. No a ella, no a mi única amiga allí dentro. Entonces la opresión de mi pecho por la preocupación por mi amiga de desvaneció al verla viva y que la pasaban adentro con las demás personas. Entonces miré a Stiles que estaba temblando de miedo. Parecía un cruel broma del destino que pasara todo eso en el mismo lugar… No sabía lo que hacer pero no podía permitir que nada le pasase a Stiles. Jamás me lo perdonaría...

Tres de los atracadores corrieron hasta el fondo, hasta la cámara fuerte donde guardábamos el dinero, mientras los demás agrupaban a la gente. Por suerte aún no habían reparado en mi ex o en mí.

 

Uno de ellos pasó un par de veces entre nosotros y pude ver que llevaba una pistola en el bolsillo de atrás. Entonces decidí que no me importaba lo que me pasara con tal de que Stiles estuviera a salvo. Miré a Stiles e intenté que se relajara un poco. No supe como lo consiguió pero lo logró, ese era el Stiles del que estaba enamorado. Le dije que se pusiera bien las zapatillas poniendo como ejemplo a mí atándome mejor los zapatos. Al principio me miró confundido pero decidió hacerlo.

 

I'm at a payphone trying to call home

All of my change I spent on you

Where have the times gone,

Baby it's all wrong, where are the plans we made for two?

 

If happy ever after did exist,

I would still be holding you like this

All those fairy tales are full of shit

One more fucking love song, I'll be sick

 

A la tercera vez que pasó uno de esos hombres por entre nosotros le dije a mi ex que se preparara con un movimiento de cabeza. Me lancé sobre el atracador y le conseguí robar la pistola y empujarlo contra el suelo. Nunca había disparado una pistola y esa fue la primera vez. Disparé al aire sin darle a nadie para crear algo de confusión y me lancé a por Stiles para sacarlo de allí.

 

Tiraba de él con todas mis fuerzas y fue un milagro que no le diera ninguna bala a él. A mi me alcanzó uno de los cristales de las vitrinas en el brazo pero era algo con lo que podía sobrevivir. Estaba con el corazón que se me salía de pecho. Había cometido una temeridad y podía haber sido fatal si no llegaba a salir bien pero salió y eso era lo único que contaba para mí. Pasamos la recepción y paré en seco, haciendo que Stiles chocase contra mí. Comencé a oír disparos y todas las alarmas de mi cabeza se dispararon de golpe. Volví a lanzarme a la carrera arrastrando a Stiles mientras soltaba la pistola y nos perdíamos entre la gente.

Miré un par de veces hacia atrás y vi que teníamos a dos agentes persiguiéndonos. No podía pensar, estaba boqueado. No sabía qué hacer. Solo tenía en mente en poner a salvo a Stiles. Conseguimos despistarlos entre callejones hasta llegar a la entrada de un hotel. Lo llevé detrás de unos coches.

 

Oh, you turned your back on tomorrow

Cause you forgot yesterday

I gave you my love to borrow

But you just gave it away.

You can't expect me to be fine,

I don't expect you to care

I know I said it before,

But all of our bridges burned down.

 

I've wasted my nights,

You turned out the lights,

Now I'm paralyzed

Still stuck in the time, when we called it love,

But even the sun

Sets in paradise.

 

- ¿Stiles, estás bien?- Él solo asintió mientras le sujetaba la cabeza para examinarlo más de cerca. Estaba despeinado por la carrera y tenía los labios agrietados. También estaba lleno de polvo de los muebles que volaron al dispararnos pero ninguna herida. Lo abracé inmediatamente sintiéndome aliviado. Sentía dolor en el brazo por no haberme sacado el cristal pero sentir el corazón de Stiles contra mi pecho era la mejor sensación del mundo. Me hizo sentir más vivo que estos cuatro años sin él.

- Derek, tu brazo.- Me separé de él y con la determinación que tenía y el subidón de adrenalina me quité de una el cristal. Por suerte no era tan grande como me esperé. Rápidamente Stiles se arrancó un trozo de su camisa, la sacudió, me quitó la americana y me la puso en el brazo. Estaba con los ojos llorosos y sonrojado pero era lo más hermoso que había visto en mi vida y eso que con él la vida se veía de otra forma.- Esto servirá pero deberíamos ir al hospital.

 

Ahí lo entendí todo. Porqué nos dispararon, porqué nos perseguían. No era a Stiles sino a mí. Era yo quien había salido con una pistola y yo era quien me lo llevé corriendo. No… No podía estar con Stiles. Le haría daño o peor, le acusarían de cómplice de los ladrones si ya no lo creían de mí.

 

- No.- Me miró confundido y sin saber qué decir. Otra vez esa misma mirada, la misma con la que me miró antes de irse.- Stiles, esos policías piensan que soy uno de los ladrones y que te he secuestrado. No puedes estar conmigo. Tengo que irme.- Me fui a levantar pero él me paró agarrándome del brazo.

- ¡No! ¡No te vallas! ¡No me dejes!

- Stiles…

- Yo hablaré con ellos... Les diré la verdad, que intentaste sacarme de allí y que no tienes nada que ver con ellos pero por favor… No te vallas.- Era demasiado para ti y para mi… Para los dos. Pero aunque tuvieras razón ya me daba igual todo. No podía tenerte porque ya serías tachado como aquel al que acusaron de ser un ladrón de su propio banco y eso te lo recordarían siempre. Hasta tal vez te impidiera ejercer tu sueño de ser criminólogo y no sería capaz de perdonarme eso. Cuando te vi y hablamos pensé que tal vez pudiéramos tener una segunda oportunidad.- No me dejes… Derek.- No podía soportar que me mirases así, Stiles. No podía quedarme a tu lado pese a que era lo que más quería pero tenía que hacerlo.

- Stiles… No sé si me creerás o no pero créeme, no quiero dejarte ni ahora ni nunca. No he podido olvidarte ni me he sentido tan feliz como hoy cuando hemos hablado pero tengo que irme. Tal vez así las cosas sean más fáciles.- Lentamente cogí con suavidad el brazo de Stiles y lo aparté de mi. Era horrible, deseaba poder hacer algo para solucionarlo pero esa era la única opción que veía. Ya me daba igual si le mostraba mis lágrimas a Stiles o no. Sería un adiós para siempre.- Te amo, Stiles. ¿Me oyes? Siempre te he amado y siempre te amaré, Stiles Stilinski pero no puedo interponerme entre tú tus sueños.

- ¿Y qué hay de mis sueños contigo?- Ante eso me quedé mudo. No me lo esperé para nada.- Yo tampoco he podido olvidarte, Derek Hale.

 

Sin ni siquiera entender muy bien cómo lo hice, en un segundo estaba enfrente de Stiles y al siguiente me encontraba devorándole con más fogosidad y pasión de lo que nunca hubiera hecho antes. Él me correspondía y se aferraba a mí. Sus lágrimas eran apartadas por mis manos y en algún punto se mezclaron con las mías. Ya no sabía por qué lloraba ¿de felicidad por tener un último beso de mi único amor? ¿De tristeza porque sabía que al terminar me separaría de él? ¿O era esa sensación masoquista de juntar los dos? Me separé de él lentamente sin quitar mis manos de sus mejillas y gravé a fuego sus facciones en mi mente.

 

- Me tengo que ir…

 

Sin ni siquiera darme la vuelta corrí, Stiles no me siguió. No se movió siquiera. Tenía que hacer algo rápido, la policía seguiría detrás de mí. Entonces vi a un aparcacoches salir del coche. Lo saqué y le cogí las llaves. Se estaba volviendo una mala manía cogerle cosas a la gente. Me metí en el coche y me largué de allí.

 

Salí lo más deprisa que pude hacia la autoestopista y nada más hacerlo tenía a tres coches patrulla persiguiéndome. Tiré hacia una carretera antigua que cruzaba un páramo y todo era liso hasta donde alcanzaba la vista. Yo miraba hacia atrás de vez en cuando. Tuve mucha suerte de que el coche que había robado fuera un Chevrolet Camaro nuevecito que corría bastante. Ya no sabía lo que hacer ¿Seguir corriendo o entregarme? Me estaba agobiando pero entonces venía a mi cabeza Stiles. No podía permitir que nada le pasara y cuantas más vueltas le daba más me agobiaba y más pisaba el acelerador.

 

I'm at a payphone trying to call home

All of my change I spent on you

Where have the times gone,

Baby it's all wrong

Where are the plans we made for two?

 

If happy ever after did exist,

I would still be holding you like this

All those fairy tales are full of shit

One more fuckin' love song, I'll be sick

Now, I'm at a payphone.

 

De repente vi a otros dos coches patrulla delante mí formando una barricada. Estaba acorralado y si me iba por campo a través me encontrarían enseguida. Se me acababa el tiempo y cuando estaba apunto de entregarme se me ocurrió una idea. Frené bruscamente y giré de golpe, colocándome de frente contra los que tenía a mis espaldas. Inmediatamente pisé el acelerador y corrí hacia ellos. Suerte que es apartaron y no hubo que lamentar ningún accidente de gravedad.

 

Así conseguí despistarlos y llegar a donde estaba. Hecho una mierda por fuera y bien por dentro porque Stiles estaba a salvo pero tenía que asegurarme. Recordé todo eso mientras seguía habiendo pitidos en el teléfono. Aún no me lo cogían…

 

- Por favor, Stiles…

 

Now baby don't hang up

So I can tell you what you need to know

Baby I'm begging you just please don't go

So I can tell you what you need to know

 

I'm at a payphone trying to call home

All of my change I spent on you

Where have the times gone

Baby it's all wrong, where are the plans we made for two?

 

If happy ever after did exist

I would still be holding you like this

All those fairytales are full of it

One more stupid love song I'll be sick

 

Now I'm at a payphone.

 

- Por favor…- Ya me estaba desesperando, estaba angustiándome de nuevo y solo quería volver a oír la voz de Stiles una última vez más. Me apoyé en un lado de la madera de la cabina y me tapé la cara con una mano conforme empezaba a sollozar hasta llorar plenamente.- Stiles, cógelo… Por favor.

Notas finales:

Espero que os haya gustado y que le deis una oportunidad. Nos vemos pronto. Chau ;D


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