CLÍNICA SHINee
Era un día soleado y caluroso, en una habitación con las paredes coloreadas de un suave tono amarillo, mientras cuatro pares de ojos iban de un lugar a otro intercambiando miradas nerviosas, un par de manos temblaban y otras tamborileaban en el reposabrazos del asiento. No fue hasta que un apuesto moreno entró por la puerta principal, acompañado por otro chico, que todos dejaron lo que hacían.
- Lamento la tardanza –Dijo el hombre tomando asiento en una de las sillas que se encontraban haciendo un círculo- Veo que son más de los que esperábamos. ¡Sean todos bienvenidos a Shinee!
Una que otra reverencia no se hizo esperar, así como el silencio de parte de otros.
- Muy bien –El hombre no dejó de sonreír- Mi nombre es Jung Yunho, médico de algunos de ustedes y director de la clínica; y éste chico guapo detrás de mí es Changminnie, mi lindo hijo. Es un honor para nosotros que estén aquí… Ahora es su turno de hacer presentaciones.
Aquello desconcertó a más de uno, ya que por su apariencia parecían más hermanos que padre e hijo. Sin embargo nadie hizo comentario alguno.
- Empecemos por la derecha –Señaló el moreno alto que acompañaba a Yunho.
Esto tomó desapercibido al chico que tenían en el asiento continuo, al parecer el más joven de todos, con la piel lechosa, cabello rebelde castaño rojizo y una suave curva en su abdomen.
- Y-yo soy Lee Taemin, encantado –Dijo con algo de nerviosismo.
- ¡Excelente! –Exclamó Changmin- Cuéntanos algo más sobre ti ¿Qué te trajo a SHINee?
Taemin miró a su alrededor un tanto cohibido.
- Nadie te juzgará por lo que digas, estamos aquí para ayudarte.
La seriedad en la voz de Yuhno le transmitió algo de confianza. Sin duda Changmin tenía mucha suerte por tener un padre como él, pensó.
- Yo fui echado de mi casa –Taemin bajó la mirada al escuchar una exclamación ahogada por parte de uno de los otros miembros del círculo- Mis padres se enteraron de que tenía una relación con alguien mayor y me pidieron que me fuera.
Todos a su alrededor guardaron silencio.
- ¿Qué edad tienes Taemin? –Le preguntó Yunho.
- 16
- ¿Y tú bebé?
- Tiene cuatro meses –Al fin el castaño levantó un poco la mirada y dejó entrever una leve sonrisa mientras una mano se posaba inconsciente sobre su redondeado vientre.
- Gracias Taemin –Yunho compartió una sonrisa comprensiva con el menor y continuó ahora dirigiéndose al chico al lado de éste, que poseía un extravagante flequillo con mechas de colores y ojos tan afilados como los de un zorro- Es tu turno –Le dijo.
El aludido sonrió y se acomodó de manera pomposa en su asiento.
- Es obvio que todos aquí deben saber mi nombre. Soy Kim Kibum, aunque tal vez ustedes me reconozcan mejor como el fabuloso actor y modelo, Key –Dijo el chico con orgullo- Estoy aquí porque voy a tener un bebé, que también es obvio porque ustedes están aquí por lo mismo. Mi verdadero problema está en que si alguien se entera de que tendré un hijo se pondría en peligro mi carrera, además de que no tengo idea de quién de todos los hombres con los que he salido sea el padre de mi hijo. Ya saben, la vida de una estrella es muy atareada – Key sonrió con autosuficiencia para dar por concluido su largo relato.
- No te preocupes Key, yo tampoco tengo idea de quien sea el padre de mi bebé. Sólo que a mí me violaron unos sujetos que no conocía y por eso prefiero no pensar mucho en ello. Por cierto, me llamo Kim Jonghyun.
Ante las palabras del rubio a su lado, Key hizo una cara de horror inimaginable. De inmediato Jonghyun cambió su gesto serio devuelta a una sonrisa.
- Solo estaba bromeando. En realidad hice una apuesta, la perdí y tuve que hacer de pasivo; pero al final resultó que el premio mayor me lo lleve yo.
- ¡Tonto! –Soltó Kibum con una mano aún en su pecho- ¡Con esas cosas no se debería bromear!
- ¡Gracias chicos! –Yunho les interrumpió volviendo a tomar el control de la situación- Ahora es el turno de… -incitó al chico que faltaba, y quien visiblemente tenía el embarazo más avanzado de todos.
- Jinki –Señaló este- Lee Jinki, pueden decirme Onew.
Todos le miraban ahora. Onew respiró hondo antes de continuar.
- Yo estoy aquí porque mi esposo falleció hace unas semanas –Su voz se quebró en una nota casi imperceptible, pues esa era la primera vez que hablaba de aquello con alguien- Mis padres y los de él no estaban de acuerdo con nuestra relación así que no podía acudir a ellos por ayuda y no tenía donde ir.
- Veo que todos están atravesando por situaciones que son muy difíciles –Observó Yunho- Pero es precisamente por eso que estamos aquí. Nunca es bueno guardar las cosas malas para ti mismo y compartir la carga con otros, aunque no sea muy fácil, siempre te hará sentir mejor. Ahora nosotros formamos parte de una familia y como tal es importante que confiemos los unos en los otros. No hay razón para volver a sentirse solos, recuerden eso.
Los chicos a su alrededor asintieron, algunos más convencidos que otros. Y la sesión continuó con una plática mucho más ligera.
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- ¿Cómo te fue con los chicos? –Indagó Jaejoong, esposo de Yunho, abrochando los botones de su pijama, cuando ambos se encontraban en casa, después de una larga jornada de trabajo.
Yunho suspiró al mismo tiempo que desabrochaba el nudo de su corbata.
- Bien, todos son buenas personas.
- ¿Entonces, porqué esa cara tan larga?
Una vez que el pelinegro hubo terminado con su ropa fue en ayuda de su esposo para deshacerse de la suya.
- Es un poco triste saber que muchos de ellos no tienen a nadie, Boo –La mirada del castaño se veía perdida en algún recuerdo- Sería bueno que confiaran un poco más en nosotros.
El pelinegro sonrió con nostalgia y tomó el rostro del más alto entre sus manos. Obligándolo a cruzar miradas.
- No te preocupes Yunnie, ahora nos tienen a nosotros. Ya verás como la confianza llega con el tiempo –La mano que acariciaba la mejilla ajena fue interceptada por la de Yunho que la apartó acercándola más bien a sus labios, depositando un casto beso en los níveos dedos de Jaejoong.
- Espera a que los conozcas –Le dijo recuperando su habitual estado de humor- Son un grupo bastante pintoresco.
Jaejoong hizo un puchero dejándose caer de sentón en la mullida cama.
- Me hubiera gustado estar ahí.
- Por cierto ¿Cómo están Yoogeun y Minho? –El más alto se acomodó a su lado, estirándose cuan largo era y colocando sus brazos como apoyo detrás de su nuca.
- Los dos están bien. Mañana mismo Minho regresa a ayudarnos.
- Esas son buenas noticias.
Yunho le palmeó el espacio a su lado de la cama dándole a entender a Jaejoong que se acercara y el moreno obedeció sin rechistar. Abrazando el fuerte pecho de Yunho mientras este le rodeaba la cintura con sus brazos. Pasaron un largo tiempo así, hasta que ambos se adormecieron. Sin embargo el rechinido de la puerta al abrirse les hizo desperezarse e incorporarse sobre la cama para observar a Changmin de pie, frente a su cama, sosteniendo con una mano su almohada.
- ¿Ocurre algo Changminnie? –Yunho fue el primero en preguntar.
- No puedo dormir ¿Puedo quedarme con ustedes?
- Changmin ya tienes 19, ya no deberías dormir con nosotros –Los brazos de Jaejoong se cruzaron sobre su pecho.
Mientras, los brillantes ojos de Changmin se agrandaron con inocencia y le miraron suplicantes.
- Entonces estas diciendo que prefieres una noche a solas con papá sobre velar los sueños de tu dulce bebé –Recriminó obligando a ambos padres a compartir una mirada entre ellos. Su hijo era un experto en manipulación- Además, tuve una pesadilla.
Los mayores suspiraron y se apartaron uno del otro dejando el espacio suficiente para que el menor se acomodara entre ellos.
- Buenas noches –Les dijo este de inmediato, saltando a su lugar y arropándose de tal manera que sólo una esquina a cada lado de la gran colcha cubría a sus padres.
- Buenas noches, Changminnie –Le respondieron ambos resignados.
Yunho apagó las luces y Jaejoong se acomodó de lado acariciando la castaña cabellera de su hijo. Segundos después el padre regresó a su lado y los abrazó a ambos. Durmiéndose así los tres al fin.
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