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Tacto por Bluebird

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Notas del capitulo:

Capítulo de prueba escrito en primera persona, recuerdos antes de llegar al tacto, quizás es el típico fanfic, quizás no... espero que les agrade. 

 

 

Antes de tocar...

 

Just might’ve tapped into your mind and soul

You can't be sure

(Arctic Monkeys)

 

En el fondo soy un ser débil… eso lo sé perfectamente bien, me quiebro con facilidad, me rompo, me destrozo a mí mismo y sigo adelante sin avanzar en realidad. Es una rutina que estoy acostumbrado a seguir, una máscara más de mi personalidad. Soy el típico chico serio, de vez en cuando bromista, coqueto, empoderado de mí mismo, como si me creyera que puedo conseguir todo lo que quiero. No es tan difícil aparentarlo, solo tengo que verme frío, distante, no dejar que me conozcan demasiado, entregar un poco, a migajas, eso suele hacer a la gente sentirse especial; obtener una parte de mí es como si les diera el permiso de verme más allá, y sin embargo solo les muestro eso… En ese sentido, soy un ilusionista de primera.

 

Pero repito: soy un ser débil… demasiado débil para mi gusto.

 

Aparentar todo el tiempo es agotador, a la larga te daña, te hunde, te deja solo… además te conviertes en un falso frente al resto, pero después de todo, ¿no es culpa del resto que yo sea así ahora? Mi vida, aparentemente perfecta, comienza con la superficialidad, con padres poco interesados, con demasiadas cosas innecesarias, con gente pululando alrededor esperando atrapar un poco de la sombra de mi árbol familiar, ni siquiera tan grande pero prometedor. Sin embargo no es eso lo que quiero recordar en estas líneas, independiente de que mucho de lo pasado signifique mi presente, lo que quiero recordar, lo que quiero inmortalizar, es a quien cambió mi perspectiva de mundo, a quién llegó a imponerse como una luz cegadora a mí vida, quien me regaló instantes de perfección que jamás podré volver a revivir, a quien volvió el tiempo eterno en unos cuantos segundos.

 

La historia se remonta a unos años atrás, yo tendría unos quince años… Mentira, me miento hasta a mí mismo, sé la edad que tenía, recuerdo el momento como si se me hubiera grabado con fuego en la memoria. Recuerdo perfectamente los rumores en los pasillos, el alboroto de las chicas que murmuraban emocionadas, el poco interés que prestaban en mí cuando antes yo era el centro de ese mundo, recuerdo también haberme preguntado qué demonios sucedía, pero cuando llegué al patio trasero del instituto y me situé al lado de mi amigo de ese momento, todo el barullo ya había cesado, al parecer, la excitante noticia aún no se había extendido hasta esa zona.

 

Recuerdo que las clases transcurrieron de manera normal y que durante ese tiempo olvidé el asunto, no recuerdo la materia de la profesora, por supuesto, nunca tanto, solo sé que estuve en una sala y que el tiempo pasó demasiado tedioso como sigue pasando ahora.

 

La primera hora había finalizado y pude salir de aquel lugar, aliviado de que terminará, sé bien esto porque siempre acababa con esa sensación, tendía a odiar todo lo que sintiera que me quitaba libertad y el colegio definitivamente lo hacía, no obstante era inevitable seguir y también era consciente de esto. Recuerdo haber escuchado en una película un monólogo de un personaje, un típico adolescente en un colegio de alto nivel (como yo), cómo hablaba de lo que tenía pensado de su vida y cómo esto mismo se había vuelto una tragedia para él, el tener que estudiar, sacar buenas calificaciones para entrar a una buena universidad, para luego conseguir un buen trabajo, una buena esposa con la que tener buenos hijos que fueran a un buen colegio y sacaran buenas calificaciones… y así. Entonces, en ese momento había empezado a preguntarme si ese era también mi objetivo… pero luego llegué a la conclusión de que no, simplemente quería salir de ese trámite, cumplir con la obligación y luego… bueno, ya sucedería algo.  Mis profesores decían que sería exitoso… yo lo ponía en duda, las cosas que me interesaban estaban lejos de ser las que los adultos deseaban para mí.

 

Salí al receso, directo al patio trasero, últimamente la azotea estaba cerrada porque estaban haciendo una reparaciones en la malla que la rodeaba, por lo que tenía que vagar por el colegio de forma inevitable, aunque en aquel entonces, el situarme ahí no era del todo desagradable, lo único molesto en realidad, era no poder ensayar… Tenía cierto interés por el baile que nadie conocía, era casi seguro que perdería mi imagen si alguien se enteraba de ello, así que lo hacía como algo privado, el hip-hop era lo mío y tenía amigos fuera de esas paredes que entendían aquello y con los que me juntaba algunas tardes a la semana para hacer baile callejero, me divertía, quizás solo en esos instantes era donde podía ser quién realmente era, dejarme llevar por la música, intentar cada vez piruetas más complejas, aprender, superarme y superar a bailarines mayores con más años de experiencia, sí, eso era lo que llenaba mi alma en ese entonces.

 

Mis pasos se detuvieron justo antes de llegar al lugar al que me dirigía con uno de mis compañeros de clases, el sitio ya estaba ocupado, había un grupo de ocho personas que rodeaban a una, a uno más bien, un chico al que jamás había visto antes y que apenas se distinguía entre el montón, solo su cabello de un tono rubio claro destacaba y por eso supe que no lo conocía. Entrecerré los ojos buscando distinguirlo mejor, hasta que una muchacha se apartó y dejó la vista al personaje que ocupaba “mí” lugar (como si lo hubiera marcado como mío considerando que solo llevaba unos días deteniéndome ahí a pasar el rato), su mirada se cruzó con la mía y se detuvo ahí, dejó de hablar y me prestó total atención… yo fruncí el ceño, ¿nos conocíamos? Claro que no, yo lo recordaría si así fuera pero… su mirada estaba impregnada de una curiosidad que me molestó, lo odié de inmediato, me molestaba todo de su rostro, esos ojos expresivos, el rostro aniñado, el cabello teñido, la manera en que había vuelvo a sonreír a las personas que lo rodeaban, su facilidad para socializar…

 

-        Vamos a otro lado… -recuerdo que le murmuré a mi compañero y sentí nuevamente esa mirada en mí, sin embargo no me detuve, seguí mi camino, lo mejor sería omitir a alguien como él. 

Notas finales:

Puede que lo continúe... no sé, es un proyecto.

Gracias por leer.


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