Las 9:46 de la noche, en el tren de camino a casa, los sonidos que salen del tren son interesantes, los vagones se sacuden con cada unión de vía, me encanta mi ciudad, me encanta mi trabajo, adoro a mi hijo de 16 años, mucha gente dice que somos hermanos por que el tiene 16 y yo 26, la verdad es que yo… era muy pequeño cuando sucedió tenía 10 años (la edad donde uno está recién aprendiendo sobre sexo) fui violado por una chica mayor, resulto que salió embarazada y me lo dijo cuando cumplí 16, el chico tenía 6 y yo lo empecé a cuidar desde ese momento.
Claro, estaba furioso por la situación, sentía que ese niño me arruinaría la vida, pero en realidad le tome afecto, mis padres me ayudaron a su crianza, estudie ingeniería comercial y hace 3 años que tengo un apartamento grande donde vivo con él, el va en 3º de secundaria con muy buenas calificaciones, pero le oculto un secreto a mi hijo.
Me llamo Alex Fothen y mi hijo Max Fothen, somos 2 toros en una vida compleja, hace poco tuve que cambiarlo de colegio ya que le hacían Bull ying, le decían rarito y que estaba enamorado de mí… bueno dejando de lado ese tema amo, todo lo que tengo menos mi vida. He intentado varias veces el suicidio y he consumido drogas duras, pero estoy intentando dejar todo eso por mi amado hijo, pobre torito quien le manda a tener un padre como yo, espero que el tenga una mejor vida que la que tengo yo.
Al fin llegue a la estación camine un par de cuadras hasta llegar a un edificio, sinceramente soy adinerado pero humilde al mismo tiempo.
-adelante señor Alex-me dijo el portero.
-gracias Jonathan.
Subí en el ascensor hasta llegar al dichoso departamento en el piso 9, abrí la puerta y suspire muy fuerte.
-¡llegaste!-se escucho-¡te extrañe!-mi hijo me abrazó fuerte y largo.
-¡hola campeón! ¿Cómo te fue en el colegio?
-¡súper papi! Tuvimos el examen y me saque un 10
-¡así se hace campeón, sigue así!-le di una palmada en el brazo y se quejó-¿Qué te sucede?
-es que… me agarre con un idiota que nos insulto…
-hijo está bien que te defiendas pero a golpes no es la solución.
-lo sé pero… no pude resistirlo. Cambiando de tema ¿tuviste suerte con Marta?
-hijo…
-solo pregunto… ya
-vamos a cenar mejor-el terrible secreto que le oculto es que soy gay, no me gustan las chicas me gustan los chicos. Los padres del antiguo colegio se enteraron y les dijeron a sus hijos, mi hijo no supo por suerte él creía que le decían esas cosas porque era padre soltero.
-papi… ¿Quién es mi madre?
-¿que no te acuerdas?
-me acuerdo de esa pero es muchos años mayor que tu, es imposible que lo sea…
-hijo ¿sabes que es la violación?
-si…
-ella lo es, ella me violo a los 10 años, estaba en su periodo y yo tenía esperma acumulada, y se embarazo, después de 6 años me presentaron contigo y al parecer la olvidaste.
-no la he olvidado… nada se olvida aunque uno no pueda recordarlo… ósea ¿Destruí tu vida?
-al principio pensé que si pero… resultaste ser una bendición.
Terminamos de cenar, vimos unas películas y después a la cama, era viernes por la noche, pasaron las horas las 2 de la mañana y yo aun despierto, en la ventana fumando un cigarrillo, toda la ciudad apagada. Podía ver a las prostitutas abajo, veía los chicos misteriosos que caminaban por fuera y a los autos que paraban para subir a las callejeras.
-hijo mío…-susurraba.
Me fui a dormir como siempre, deje la ventana abierta por qué hacía calor, escuchaba todo el ruido ambiente de afuera, era horrible pero no tenia aire acondicionado, se había estropeado y el sábado venían a repararlo. Sin conciliar el sueño saque una revista de hombres de mi tipo, Playfur Gay estuve así hasta las 4 de la mañana-espero que jamás encuentre estas revistas-dije en mi cabeza.
Llego la mañana, hacía mucho calor, estaba dando todo el sol de las montañas en mi ventana, no dormí bien estuve toda la noche viendo chicos desnudos, me desperté algo cansado, me fui a preparar desayuno, un jugo de naranja con un sándwich de lechuga, mi hijo no estaba.
-¿Max, donde estas?-se escucho que la puerta se abría.
-papi les dije en la recepción que nuestro aire no funcionaba, así que lo arreglaron, solo había que volver a prender el transformador.
-gracias hijo, toma, hice el desayuno para ti.
Estuvimos desayunando y conversando de toda la semana, me gusta hablar con mi hijo por que al ser hombre como yo nos entendemos perfectamente.