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*~¿Sandía, sandía?~* por Charisma2Min

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Notas del fanfic:

Esta historia no fue programada, ammm me salio de la nada y espero que les agrade~ No tiene capitulos especificos, ire escribiendo conforme mis horarios..gracias por darle una checadita C:

Notas del capitulo:

Hey~

¿Hola?

No estoy seguro si se saluda o no, es el primer Fanfic que subo, puesto que yo ya había comenzado a escribir (gracias a mi mejor amiga) Mmmm, soy, novato, este es más como el prologo, ya que es muuuy cortito para mi gusto, los siguientes capítulos serán más largos de 300/500 palabras (o eso espero) Intentare actualizar cuando pueda, aun no prometeré cada cuando puesto que quiero ver si les llena la pupila o les agrada la temática, estará en prueba una semana ya depende de si me agradan los resultados~

 

Estaba sentado en una de esas sillas o más bien bancas grises que siempre había en lugares como esos, frías y duras, de esas que te incomodaban el trasero tras estar apenas cinco minutos sentado en ella, estaba en un pasillo largo y tan blanco que hasta causaba escozor. Frente a él, había una pequeña recepción donde estaba una joven completamente de blanco; todo a juego, corinilla, falda, camisa, mallas, zapatos y delantal, él le miraba curioso ya que a un costado de la castaña había un cerro de papeles que parecían muy importantes.
A su izquierda, mas pasillos, a su derecha, una puerta doble con un letrero que brillaba de color rojo neón con la palabra Alto. Todo el lugar olía a cloro y eso le hacía arrugar la nariz de vez en cuando; no sabía con exactitud que hacia ahí, llevaba hoooras esperando quien sabe qué cosa, pero el sonido de la joven mover los papeles y friccionar las hojas unas con otras en total silencio comenzaba a sacarle de quicio y el terrible sonidillo/zumbido de la lámpara que estaba justo arriba de él, hacía que pensara en marcharse cuanto antes; ya estaba aburrido, ya se sabía el patrón de los azulejos del piso de memoria y el horario de alguna que otra persona que se paseaba por los pasillos en total penumbra para ve tu a saber qué hacer.
No entendía muchas cosas; y cómo hacerlo si tan solo era un niñito de cuatro años.
Comenzó a mover desesperado sus piecitos que no tocaban el piso ya muy impaciente de estar solo, sentía sus ojos aguarse, desde hace rato que su mama y su papa había cruzado esas puertas y ya no habían salido, ¿Por qué?
No entendía nada y eso es lo que le enojaba, solo descubrió que su mama había estado comiendo mucho y tenía una pancita que iba creciendo o al menos eso era lo que le dijo a la cuidadora.





Un pequeño niño pelinegro de ojos por igual levantó la manito muy entusiasmado por participar en la guardería, el pequeño Choi Minho era un niño muy bonito de unos ojos grandes, pestañas espesas y labios tentadores, era uno de los que más participaba en las platicas reconstructivas que tenían los niños.
- ¿Si? Minho- La maestra le prestó atención girándose de atender a otros niños, con un plumón en la mano.
- ¿Le puedo preguntar algo?—Su dulce vocecilla hizo captar también la atención de sus compañeros.
- Claro querido- La mujer deja el plumón en su escritorio y se acerca al pupitre de Minho poniéndose en cuclillas y así quedar a su altura. -¿Qué deseas saber?- Le preguntó con una bonita sonrisa.
- Mi m-mama, últimamente se está comportando muy raro.
- ¿Por qué lo dices cariño?
- Ha estado comiendo mucho y corre más veces de lo necesario al baño; a demás está engordando y llora porque le duele la barriguita.
Tiernamente finaliza y señala el lugar en su propio cuerpecito...el vientre. Desde que le señaló el lugar la maestra le sonrió dulcemente y comenzó la explicación de la semilla que su mama se había tragado y estaba creciendo en la barriguita de su mamá…llegando a la conclusión de la sandia que nacería de ella. Choi le miraba con mucha atención tratando de no perder ningún detalle de lo que su maestra le explicaba, lleno de curiosidad escuchó hasta la última palabra.

Y entonces tendría una planta…su mamá tendría un sandia, y pues, no le emocionaba nada, no era algo especial, nada que fuera de otro mundo, ¿Qué no podían ir al mercado a comprar una?, y de paso comprarle un rico chocolate para él.
Sonrió ante sus pensamientos.


Justo en ese momento ve salir al mismo tipo de siempre con un especie de cubre bocas por esas puertas dobles que tanto le intrigaban, se acercaba a él con pasos lentos pero largos.
- Minho- Le llamó, a lo que él solo atinó a levantarse de la banca y dejarse intimidar por su excesiva altura. Algún día seré tan alto como él.
- ¿Si?
- Acompáñame.
El doctor le extendió la mano y por cortesía la tomo dejándose arrastrar por ese joven apuesto hacía las puertas dobles ¡Por fin!, lo condujo por un largo pasillo hasta llegar frente a una puerta blanca con el número color dorado, que reconoció como el cuatro.
- Yo tengo esos años- Su dulce vocecilla tomó la atención del doctor; apuntó a la puerta y aun tomando su manito, le sonrió. El doctor le devolvió la sonrisa y se agachó hasta su altura.
- ¿Enserio? ¡Waaa, que genial!- Dulcemente revolvió los espesos cabellos negros de Choi.
- ¡Sí! ¡Así!- Más emocionado de lo debido, levantó los cuatro deditos de su manito -¿Y tú, cuantos tienes?—
El joven doctor sonrió y Minho creyó perderse en esos bonitos ojos que brillaban cuando reía, en esos bonitos labios que mostraban sus perfectos dientes y esa risa melodiosa, no se había dado cuenta de que su nuevo pediatra era muy guapo, puesto que nunca le había prestado la atención debida. La expresión de su carita se relajo, sus ojitos brillaron y casi pudo afirmar que el aura que rodeaba a su pediatra se iluminó aun más, Minho sonrió ladino.
- Ah, pues veras, a mi no me alcanzan los dedos para mostrarte mi edad.
- ¿Tan viejo es Hyung?- Le miró expectante, ganándose un suave hey por parte del médico -Dime tu edad- Volvió a insistir.




El doctor Cho rió. Le agradaba su paciente Choi, decía que sus apellidos rimaban, daba saltitos cuando entraba a su consulta mensual y le contaba anécdotas de sus juguetes viejos.
- Veras…Minho, yo tengo veintidós años—
- Woooo- Alargo la “o” haciendo un chistoso puchero -Eres viejo-
- Si- Suspiro pesado -Pero veras, a lo que venimos- El pequeño asintió frenético-¿Sabes quién está ahí?- Apuntó con su índice, el número de la puerta.
- Mmmn, no- Negó.
-Mira Minho, ¿Recuerdas que tu mami tenía una panzota?- Extendió los brazos hasta los costaditos del cuerpo de Minho, tomo las correas de la mochila verde que llevaba puesta y lo jaló para acercarlo un poco más y tocarle su barriguita. El menor de la impresión, torpe, se sonrojó y desvió la mirada, no le podía ver a la cara, estaba muy cerca. Se fuerte, Minho.
- S-si.
- ¿Y sabes lo que tenía adentro?- Levanto una ceja. Minho ante la pregunta sonrió. Obvio que sabía la respuesta.
- ¡Una sandia!- Exuberante, levanto los bracitos dejando en claro que era una enorme y goda sandia.
El doctor Cho, sonrió. Amaba a ese niño. Sin dejar de verlo, se incorporó dejando abajo el metro cinco de Minho, hizo que tomara si manito de nuevo y fue abriendo la puerta todo ante la curiosa e inocente mirada del pequeño.
- Pues entonces, vamos a conocer a esa sandia.
Minho al correr dentro la habitación no encontró lo que esperaba…no era una sandia…era muy diferente, muy extraño y no era del tamaño de una, era más pequeña…y se retorcía entre una mantita amarilla en los brazos de su madre, que yacía en la cama sonriéndole.



- Minho, cariño, ven aquí- La suave voz de su mamá hizo que obedeciera y acercándose con cautela el doctor Cho, tomó un banquillo donde se paró el niño y quedo a la altura de la cama.
- Mami, ¿Y la sandia?- Preguntó ladeando la cabecita y apreciando mejor a su madre. Le vio sonreír.
En el rostro de su madre se apreciaba una ligera capa de sudor, sus largos cabellos negros estaban recogidos en una coleta baja y un rubor rosa pálido cubría sus mejillas, en sus brazos sostenía un bulto que nada se asemejaba a una sandía.
- Veras Minho, aquí esta- Y diciendo eso…descubrió el bulto. Con excesiva curiosidad Minho se acercó hasta él y lo examinó. Tenía largas pestañas, unas mejillas regordetas y rojas, unas manitos pequeñitas haciéndolas puño y unos labios en un lindo puchero… ¡Pero qué sandia tan extraña! –Minho, conoce a Taemin cariño, tu nuevo hermanito- Su madre le sonrió con tanta dulzura que hasta contagio a doctor Cho… pero lo siguiente, no lo vio venir; Minho se inclinó y con su pequeño índice acarició la mejilla de la sandia. Frunció el ceño y haciendo una gesto con el labio inferior como su fuera a ladrar, exclamó.
-No me gusta-
- ¿Q-qué?- Con recelo, el pequeño de ojos grandes bajó del banco de un solo salto dejando a su mamá muy aturdida y sin ninguna sonrisa.
- Que no me gusta- Tomando las correas su mochilita se encogió de hombros y caminó hasta la entrada de la puerta -¿No pudiste elegir una sandia más bonita? Las sandias son verdes y duras, esta es roja y echada a perder; esta aguada— Con eso último dicho por sus labios, salió por donde entro.
La mama de Minho le habló al doctor Cho y le contó lo sucedido, se sentía muy triste porque su hijo mayor no aceptó a su hermanito, hubo un par de lágrimas, tanto como las de ella y las del bebé que pedía comida. El doctor Cho le explicó que a veces los niños pequeños suelen ser muy crueles y no se toman muy bien la bienvenida a su vida a un nuevo integrante a la familia ; por lo mismo, por ser muy pequeño, en este caso Choi al tener
Cuatro años aun dependía mucho de su madre y requería de mucha atención ya que su mentecita estaba en la etapa en la que recibían todo como una esponjita y repercutía en su corazoncito, le explicó esto y muchas cosas más, como que sería temporal y se iría acostumbrando a tenerlo en casa….cosa que la señora Lee comenzó a dudar.

Notas finales:

¿Qué les digo?....Gracias por darle una oportunidad a este escritor que se vagabundeo por escribir algo semi decente...Si, realmente gracias por darle una leidita, me alegro mucho de que hallan llegado hasta acá abajajo xD Como dije las actualizaciones no las tengo prevista yo solo les sorprendere con más contenido si es lo que desean Grcias otra vez, y aqui les dejo mi FB que es Izumu Sou, por si las dudas de algo 

Chaito~

Dudas, quejas, amenazas de muerte, tomates, sillas, lechugas inserte un Rw :v

 


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