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Our Little Miracle [HUNHAN] por Selu95

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Notas del fanfic:

Holaaa.

 

¿Quien dijo que el HunHan murio?


Pos para mi esta más vivo que nunca xD... ahora es cuando salen escritoras hasta debajo de las piedras... o eso espero ya que siento que he leido todos los HunHan xDD... si así de JunJan shipper compulsiva soy xD

 

Este fanfic se me vino a la mente cuando tenia un perro frio y me estaba muriendo a causa de un virus de S*** .__.

 

Espero que les guste y que me apoyen :) .... si hay errores pido disculpas de ante mano:)

 

Denle amor gay y del bueno al HunHan <3

Notas del capitulo:

:)

El armario del conserje se había convertido en su nuevo lugar favorito. La oficina de Sehun siempre sería su favorita, junto con el penthouse de éste y su apartamento. La oficina de su jefe estaba ocupada por el padre de Sehun,pero eso no era impedimento para llevar a cabo lo que querían.

 

 

 

Sehun lo tomó por los muslos, alzándolo para que rodeara su cadera con sus piernas. El rubio seguía succionando, mordiendo y lamiendo su cuello dejando visibles marcas, mientras que Luhan se deshacía en gemidos cada vez que Sehun simulaba embestidas.

 

 

 

El rubio llevó tres de sus dedos hacia la boca del castaño, Luhan gustosamente los lamió, lubricándolos con su saliva sabiendo anticipando lo que venía. El más alto saco sus dedos de la cálida boca de su amante y estampo sus labios contra los del más bajo.

 

 

 

El beso se volvió más frenético, mordía y chupaba el labio inferior de Luhan callando sus gemidos. Introdujo uno de sus dedos empezando a de dilatar la entrada del menor, seguido por un segundo y tercer dedo.

 

 

 

Nadie tenía idea de que es lo que ellos hacían después de horas de trabajo, o en horas de trabajo. O lo que hacían en la oficina del abogado Oh, inclusive en el armario del conserje, en los baños y donde se les viniera en gana… sabían cómo ocultarlo.

 

 

 

 

Saco sus dedos y tomo su miembro dirigiéndolo a la entrada del castaño, le importaba una mierda si su padre estuviera esperándolo. Podría estar esperándolo el presidente de Corea junto a la reina de Inglaterra y el seguiría follando a su bello asistente de piernas largas en el baño de su oficina, si se diera la oportunidad. Estaba a punto de penetrar a Luhan cuando este lo detuvo.

 

 

 

E-espera… ¿Qué h-hay del preservativo? —Oh lo miro con cara de “No me jodas”.-

 

 

¿Enserio Lu, ahora? —le dijo en un susurro enterrando su rostro en el cuello de su amante.-

 

 

P-pero…-

 

 

Pero nada bonito, tú te cuidas, yo me cuido, no hay nada de que temer… además mi padre me está esperando… no serias tan malo de mandarme con una erección a verlo o ¿sí? —Sehun lo beso en los labios, fue un beso suave transmitiéndole confianza.-

 

 

No…—el rubio sonrió complacido.-

 

 

No te preocupes—le acarició los cabellos castaños, mientras lo seguía sosteniendo con una mano contra la pared—“Ya verás que nada malo pasa”.-

 

 

 

Y lo penetró…

 

 

 

“Ya verás que nada malo pasa”… Que equivocado estaba… a Luhan le pasan todas las cosas malas.

 

 

 

La prueba en sus manos temblaba, no, sus manos temblaban. La presión se le había bajado, sentía un frio recorrerle por todo el cuerpo. Eso no estaba en sus planes, de hecho todas las cosas que habían pasado en su vida los tres meses anteriores no estaban en sus planes.

 

 

 

Había planeado todo estando en China. Llegaría a Seúl, buscaría un buen trabajo para poder pagar su deuda universitaria, y si había espacio y tiempo buscaría al amor de su vida. Y vaya que lo había encontrado, pero no en las condiciones que imagino. Jamás paso por su mente meterse con el gran abogado Oh Sehun.

 

 

 

El tipo era el hombre soñado para cualquier hombre o mujer. De espalda larga, hombros anchos, cintura delgada, rubio, ojos color marrón, bíceps marcados y un abdomen levemente marcado. No era el tipo musculoso de revistas, era flaco pero con un cuerpo de muerte, al menos para Luhan.

 

 

 

Había sido contratado por Sehun para que fuese su asistente personal, al principio fue una relación puramente profesional, hasta el día en que se quedaron hasta tarde, tratando de ver en cómo ayudar al hijo del mejor amigo de su padre, para que este no fuera detenido.

 

 

 

Recordó que estaban sentados en la alfombra con una montaña de papeleo. Él se inclinó un poco para revisar el folder siguiente, pero Oh también tuvo la misma idea, así que terminaron por golpear sus cabezas. Rieron por lo ocurrido, el ambiente se estaba tornando más cálido, minutos después olvidaron del hecho del porque estaban ahí y acabaron hablando de sus vidas.

 

 

 

Oh se disculpó y dijo que iría a traer un poco de café para que los mantuviera despiertos. Luhan se levantó también, hizo un poco de estiramientos, tenía todos los músculos entumecidos, de repente las luces comenzaron a fallar y un apagón hizo su presencia. Luhan se quedó quieto donde estaba, la puerta se abrió y apareció Sehun alumbrando con la pantalla de su teléfono y un par de cafés en el posavasos de cartón.

 

 

 

Decidieron que era tiempo de un descanso en lo que la luz regresaba. No podían salir, los ascensores no funcionaban por la falta de energía, y bajar por las escaleras no estaba en sus mentes. Se sentaron en el sofá de cuero que había en la oficina y retomaron su conversación.

 

 

 

Un fuerte trueno resonó por toda la oficina haciendo que el castaño derramara cierta cantidad de café en los pantalones de su jefe. Inmediatamente pidió disculpas una y otra vez, nervioso y avergonzado con las mejillas sonrosadas, haciendo que su rubio jefe sonriera por lo tierno que era su asistente. Le dijo que estaba bien, que solo fue un accidente. Pero Luhan no lo escucho y saco un pañuelo de su bolsillo tratando de quitar inútilmente la mancha.

 

 

 

Sin prestar atención a sus actos  siguió limpiando, puso una mano peligrosamente en el muslo de Oh y con la otra mano frotaba el pañuelo por encima del miembro del rubio; era su naturaleza, era hombre y con necesidades, Sehun sentía que la temperatura de su oficina iba subiendo. Se tensó en el momento en que Luhan froto con más rapidez y con un bello mohín tratando de hacer desaparecer la mancha. Tenía que ser ciego para no sentirse atraído por su asistente; Luhan era simplemente hermoso ante los ojos de Sehun.

 

 

 

Su piel era blanca y fina, tanto que parecía de porcelana, sus ojos avellanados y esa carita de muñeca, con la cual él estaría dispuesto a jugar  -en el buen sentido- y juraría que nunca se aburriría. Tenía unos labios finos y rosados, labios que observaba desde que hizo su primera aparición en su oficina. Una nariz pequeña y respingona y con un cuerpo de muerte.

 

 

 

Si, Oh Sehun se sentía atraído por su asistente.

 

 

 

Es por esto que no lo pensó dos veces y se abalanzó besando los labios que tanto deseaba probar, para su sorpresa el de ojos avellanados no protestó y le siguió la corriente. Tomo en sus manos la delgada cintura de Luhan y lo impulso hasta tenerlo a horcajadas sobre él.

 

 

 

En cuestión de segundo sus ropas estuvieron esparcidas en la alfombra haciéndole compañía a los papeles que se suponía estarían revisando. Esa noche hizo suyo a Luhan en el sofá, sobre su escritorio y en la alfombra, encima de todos los archivos que entregaron un tanto arrugados al fiscal.

 

 

 

Sacudió su cabeza sacando cada uno de los recuerdos; guardó de golpe la prueba de embarazo en la gaveta del tocador de su baño, salió hecho un rayo y refunfuñando hacia la cocina vistiendo solo una camisa larga y unos bóxer, sin importar que su amigo estuviera en casa.

 

 

 

—¡Yah! ¡Luhan detente! Me vas a marear.-

 

 

—¡Es que no puedo creerlo Soo!, ¡¿Cómo pudo pasarme esto!? ¡¿A mí?!.-

 

 

—¿Y todavía preguntas como paso?-

 

 

 

KyungSoo era su mejor amigo desde que llego a Seúl; era el asistente del abogado Kim del bufete de su jefe.

 

 

 

—Claro que se cómo paso. Solo que no sé porque a mi.-

 

 

—Lo siento, pero, mírale el lado bueno.-

 

 

—¿Qué lado bueno? —apenas y pudo articular las palabras ya que se había metido un pepinillo con mantequilla de maní en la boca “Malditos antojos” dijo en su mente.

 

 

 

KyungSoo lo vio con asco por lo que su amigo ingería, cerró los ojos y habló.

 

 

 

—Tienes a una personita creciendo dentro de ti… un pequeño milagro que le dará alegría a tu vida—Soo sonrió, pero al ver que su amigo se mantenía serio se preocupó—¿No estarás pensando en abortar o sí?-

 

 

 

Luhan lo vio con una expresión de horror.

 

 

 

—¡Claro que no! ¿Cómo te pones a pensar eso? —las hormonas lo estaban haciendo insoportable, dejo el bote de mantequilla y el pepinillo en la mesa y salió hacia la sala.-

 

 

 

—Lo siento, pero es que no te vez feliz—ambos se sentaron el en sofá.-

 

 

—No es que no esté feliz… lo estoy—dijo sonriendo mientras ponía una de sus manos en su vientre aun plano causándole ternura a su amigo. Pero su mirada se entristeció.-

 

 

—¿Te preocupa la reacción de su padre?-

 

 

—Exacto.-

 

 

—No tienes por qué preocuparte. Oh Sehun no sería tan bastardo de dejarte a ti y a su hijo solos contra el mundo.-

 

 

—Tampoco quiere decir que se hará cargo de nosotros, o que se vendrá a vivir conmigo… o yo con él.-

 

 

—¿Por qué no? —Luhan lo miro con incredibilidad.-

 

 

—Está comprometido Soo, jamás dejaría a su prometida por mí.-

 

 

—¿Qué te hace estar tan seguro?-

 

 

 

En eso tenía razón KyungSoo ¿Por qué Oh lo dejaría a la deriva solo con su hijo? “Porque está comprometido, y se casará en un mes” le respondió su conciencia.

 

 

 

—Mira, tengo que irme. Mamá me pidió que la visitara y se me hace tarde—dijo el más bajo mientras se ponía de pie.-

 

 

—Está bien… Gracias por apoyarme—KyungSoo le sonrió y lo abrazó.-

 

 

—No tienes que agradecer, eres mi amigo y te quiero mucho—Luhan le devolvió la sonrisa—Bueno, me tengo que ir; cuida mucho de mi sobrino o sobrina ¿Ok? —Luhan río y KyungSoo se puso feliz. Su amigo volvía a sonreír.-

 

 

—De acuerdo. Adiós.-

 

 

—Adiós.-

 

 

 

Luego de que su amigo se fuera, su departamento se sintió más solo. No sabía que haría ahora, tenía un hijo en camino  y el padre ni sabía de su existencia. No tenía  la menor idea de cómo Sehun iba a reaccionar.

 

 

 

¿Le obligaría a deshacerse de su hijo? ¿Le correspondería o al menos le ayudaría  a criarlo? Preguntas y respuestas se formulaban en su cabeza, lo que solo causaba que le doliera. Se preguntaba qué pasaría si Sehun decidía quitarle a su bebé para criarlo felizmente con su prometida. No quería ni imaginárselo, no dejaría que su hijo le fuese arrebatado; pero sabía que el mayor tenia métodos y formas para poder quitárselo.

 

 

 

Se reprendió por imaginar cosas que tal vez no pasarían. Camino hasta su habitación para poder dormir. Se dejó caer en el suave colchón dejando que las sabanas lo abrazasen y sin darse cuenta se durmió.

 

 

 

El martilleo en la puerta de su apartamento hizo que Luhan se despertara. Se levantó aún dormido, caminó hacia la puerta fregándose los ojos con su puño tratando inútilmente de despertarse y no pasar llevándose una que otra lámpara en el camino. Tomo el pomo en sus manos y abrió la puerta. Lo que vio si hizo que se despertara.

 

 

 

—Sehun… ¿Qué haces aquí? —Oh lo observaba de pies a cabeza con una mirada que reconocería estando a kilómetros de él. Fue entonces cuando se dio cuenta que aún usaba solo una camisa y su bóxer. Rápidamente se puso rojo y trato de cubrirse con su camisa sacándole una risita a Sehun.-

 

 

—Bueno me dijiste que no te sentías bien… así que, aquí estoy… Con cea para dos—dijo sonriente.-

 

 

 

Más bien para tres” pensó. Sehun se inclinó y le dio un suave beso en los labios. Luhan se hizo a un lado dejándolo pasar. El rubio se dirigió a la cocina para dejar las bolsas de comida china en la mesa al mismo tiempo que Luhan buscaba platos donde servirla.

 

 

 

—Creí que esta noche tenías una cena con tus suegros.-

 

 

—Así es. Pero me aburren, les dije que me sentía cansado, además quería pasar la noche contigo.-

 

 

 

Respondió mientras lo miraba con esa sonrisa que hacía que Luhan quisiese darse cabezazos en la pared. “Además quería pasar la noche contigo”  el corazón de Luhan se sintió cálido por las palabras del más alto, pero luego recordó que las noches entre ellos solo significaba una cosa… Sexo.

 

 

 

—No Sehun… yo no me siento…—la risa de Sehun lo dejo descolocado.-

 

 

—No me refería a eso Luhan—el rubio se acercó a él y lo abrazo por detrás escondió su rostro en el cuello del chino dando pequeños besos—Como te dije, yo también me siento cansado. No sabes la falta que me hiciste en el trabajo. Tuve que mantenerme amarrado a la silla para no venir a buscarte y follarte contra la barra de la cocina, en el baño o en el lugar que sea; así que me encime en el trabajo y termino por agotarme. Así que venga…—le dio una nalgada haciendo que Luhan pegara un leve brinco por el susto—…Vamos a comer y luego a dormir.-

 

 

 

Luhan no dijo nada más. Se sentaron a comer, hablaron de cosas triviales, como solían hacerlo todos los días, hablaron del trabajo, de las personas del trabajo que les caían en la punta del hígado, también reían por uno que otro chiste malo, si alguien que no los conociera y los viera actuar así, pensaría que eran una feliz  pareja recién casada.

 

 

 

Luego de terminar de cenar y cepillarse los dientes, se dirigieron al cuarto del castaño. Luhan se sentó en su cama observando como Sehun se desvestía hasta quedar en bóxer. Sus sentimientos hicieron aparición por primera vez en el día, estaba enamorado de Oh Sehun y tendría un hijo suyo. Lo malo de todo esto es que el hombre al que amaba ya estaba apartado. Ahora le tocarían vivir una vida solo con su hijo. Su bello niño crecería sin un padre.

 

 

 

Sintió que las lágrimas amenazaban con salirse, pero las retuvo. Tenía miedo, no lo negaría; miedo a que algo malo les pasara a su bebé, y a él. Porque si él llegara a faltar algún día, su hijo no tendría a nadie más.

 

 

 

—Hey bonito, ¿Estás bien? —Sehun se puso en cuclillas para poder sostener el rostro del embarazado en sus manos.-

 

 

—Sí.-

 

 

—¿Seguro? —Luhan solo asintió.-

 

 

—Vamos a dormir—el castaño sonrió sacándole una bella sonrisa a Oh también.-

 

 

—Ok.-

 

 

 

Luhan se recostó a un lado dejando que Sehun se acostara en el otro. El rubio tiro de las sabanas arropando a ambos. Luhan se dio vuelta dándole la espalda a Sehun, haciendo que este  lo abrazase por la espalda posando una de sus cálidas manos en el vientre de Luhan, el lugar donde una pequeña parte de él estaba creciendo dentro del castaño.

 

 

 

Por primera vez, desde que se enteró de su embarazo… Luhan lloro. Lloro por lo cruel que sería el destino con él y con su hijo.

 

 

 

—Buenas noches, Bonito.-

 

 

 

Dijo Sehun besando los cabellos de Luhan inconsciente (ignorante) de que la joven madre lloraba.

 

 

Notas finales:

¿Y que les parecio?

 

Espero que les haya gustado... Nos leemos en las proxima actu y apoyen al HunHan :)


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