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Un jugador y un artista por riuriku

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Notas del capitulo:

Este one-shot contiene:

Advertencias: Lemon.

Generos: Romántico.

En la Cancha.

Un hombre alto, moreno de piel, ojos cafés, cabello castaño y ondulado oculto bajo una gorra, jugaba bascket con sus inseparables amigos, los cuales no podían hacer mucho contra él, puesto que era MUCHO más alto que los demás.

-Vamos Alberto, jugar contra ti es imposible- Le decía uno de sus amigos.

-Es cierto, ya me estoy cansando- Decía otro.

-Pues no se preocupen, se pueden ir si quieren, tengo cosas que hacer de todos modos- Dijo Alberto lanzando el balón al aro, el cual obviamente entró.

-Está bien, nos vemos- Con eso dicho los otros chicos se fueron.

-Estuviste genial Alberto- Le dijo un chico bajito (Si de por sí Alberto ya es altísimo imagínense como se ve al lado de ese chico, PARECE UN RASCACIELOS AL LADO DE UNA CASITA DE MUÑECAS) Piel clara, ojos verdes tan claros que casi eran amarillos, cabello rubio oscuro, pantalón de jean azul un poco apegado al cuerpo, una camisa manga corta color morado y unos converse negros- Aquí tienes- Volvió a hablar el chiquillo entregándole un morral.

-Gracias Santiago, espérame un momento, déjame beber un poco de agua- Le dijo el alto mientras se dirigía hacia el bebedero.

-Hola Alberto ¿Sales conmigo a cenar?- Le dijo una chica acercándosele, pelirroja, ojos cafés, llevaba una blusa bastante escotada y corta, shorts muy cortos y tacones altos como toboganes, labios rojizos por el maquillaje, pues era el único que usaba.

-Lo siento Gabriela, ya hice planes con Santiago- Habló Alberto amablemente.

-Sabes Alberto, a veces pienso que te preocupa más tu amigo que tu novia.

-Primero **Y por enésima vez** no eres mi novia- Le aclaró Alberto, un poco más disgustado- Y segundo, claro que me preocupa más Santiago, él es especial.

-Ese niñato es un inútil- Dijo Gabriela- Siempre con eso del arte, se la pasa pintando y dibujando, se va a morir de hambre si sigue así, sin duda va a fracasar en la vida.

-No creo que vaya a fracasar en la vida, es muy bueno en lo que hace, tiene mucho potencial- Explicó Alberto con la poca paciencia que le quedaba.

-Por favor, es más, te recomiendo que te alejes de él, la gente empieza a hablar mal de ti, si sigues así tu reputación se irá por los suelos.

-Me da igual lo que digan los demás, jamás dejaría de ser amigo de Santiago- Con eso dicho Alberto volvió a la cancha, le molestaba mucho el hecho de que se metieran con Santiago.

Al llegar a la cancha encontró a Santiago recostado de la pared, escuchando música desde sus audífonos, se acercó al pequeño cuidadosamente, cuando estuvo cerca de él jaló sus audífonos para que notara su presencia.

-¿Nos vamos?- Le preguntó el pequeño amargamente, a lo que Alberto se dio cuenta y supo la razón inmediatamente.

-Santiago, no le hagas caso a lo que dice Gabriela- Dijo el alto.

-No sé de que hablas.

-Jejeje, te vez tan lindo así- Dijo Alberto para seguidamente plantarle un beso, uno voraz y lujurioso.

-No hagas eso- Habló el pequeño- Alguien podría vernos.

-¿Y qué importa si nos ven?.

-Dañarás tu reputación si te ven conmi...- No pudo terminar la frase, Alberto lo besaba amablemente, demostrándole cuanto lo amaba.

-Santiago, llevaos cinco meses saliendo, se lo que quiero, y eso es a ti- Le dijo Alberto acorralándolo contra la pared- Y si es necesario demostrártelo ahora, lo haré- Comenzó a besarlo y lamerlo por el cuello, como si este fuera el manjar más exquisito del mundo.

-Ahh... Alberto, es-espera- Trataba de decir Santiago- Estamos en ahh en la cancha ahh.

-¿Que importa? Ya se fueron todos, además- Le dedicó una sonrisa llena de perversión- No lograría llegar a casa.

Alberto continuó dando caricias a Santiago, el cual emitía sonidos eróticos, los cuales excitaban de sobre manera al Alto.

-¡¡AHH!!- Gimió Santiago más fuerte al sentir una mano juguetona metiéndose en su camisa, jugando con sus pezones, acariciándolos con la punta de los dedos.

-Me encanta que seas tan sensible Santiago, me excitas mucho- hablaba Alberto con voz ronca por la excitación.

Las ropas comenzaron a desaparecer, para cuando se dieron cuenta ya solo estaban en bóxers, mientras Alberto lamía uno de sus pezones de Santiago, su mano hacía contacto con el miembro del pequeño por sobre la tela, masajeando tortuosamente.

-Ahhh, Alberto y-ya deja de torturarme ahhh por fa-favor- Rogaba Santiago pidiendo más contacto, a lo que Alberto aceptó gustoso.

-No tienes idea de cuánto me provocas- Le susurraba Alberto al oído de Santiago.

-AHHH- Gimió Santiago al sentir la mano del alto en su miembro.

-Jejeje, alguien lo está disfrutando mucho- Alberto comenzó un vaivén lento y pausado por todo el miembro ya erecto, mientras Santiago trataba de detener sus gemidos con ambas manos.

-¿Qué crees que haces? Quiero escuchar tus gemidos- Le dijo Alberto al notar las manos de su adoración, a lo que este solo pudo negar con la cabeza.

-Ya veo- Volvió a hablar Alberto- En ese caso- El alto bajó su rostro hasta la altura del miembro de Santiago y comenzó una felación muy lenta.

-Ahh, A-Alberto- Ahora no podía detener sus gemidos, tenía los ojos y la mente nubladas por el placer, llevó sus pequeñas manos hasta los cabellos castaños de Alberto- Ahh, ya no mmm... No p-puedo- Le avisaba Santiago, Alberto comenzó a ir más rápido, unos segundos después el pequeño se vino en la boca del alto, el cual bebió toda la esencia recibida.

 -Nunca me canso de tu sabor Santi- Decía Alberto mientras besaba el torso de Santiago, de repente se acostó en el piso de la cancha, llamando al chiquillo con la mano, este se acercó lentamente, al llegar donde Alberto este le susurró al oído.

-Sesenta y nueve- El pequeño se sonrojó un poco, con extrema lentitud se posicionó de forma que formaran el 69 y bajó el bóxer del alto-Ya sabes que hacer.

-Si- Muy lentamente rodeó con su mano el miembro del alto y comenzó a masturbarlo suavemente, tortuoso para el alto. Quien con uno de sus dedos rozaba la parte exterior de la entrada de Santiago.

-Ahhh Alberto Ahh de-tente- Pedía Santiago sin poder evitar gemir y temblar.

-Vamos, no te detengas- Le decía Alberto mientras lamía la entrada de Santiago.

-¡AHH!- No podía ocultar sus gemidos, sentía demasiado placer, llevó su boca hasta la punta del miembro del alto y la besó para después lamerla por toda la extremidad, pasó unos segundos así hasta que decidió meterla en su boca de un golpe.

-Ah- Gimió el alto de manera ronca, mientras metía el primer dedo en la entrada del pequeño, el cual se quejó un poco.

-Mmm- No podía gemir bien al tener el miembro de Alberto en la boca.

- No importa cuánto tiempo pase, sigues igual de estrecho que siempre Santi- Le decía Alberto mientras introducía el segundo dedo en el pequeño.

-MMM- Gimió Santiago más por el placer que por el dolor, mientras Alberto abría y cerraba los dedos en forma de tijeras.

-Hey Santi, creo que ya estás listo, date vuelta- Al escuchar eso el pequeño dejó de hacer la felación. Se giró para quedar de frente con Alberto, el cual al ver la oportunidad no dudó en plantarle un beso lleno de deseo.

-Voy a entrar- Le advirtió Alberto, a lo que Santiago solo pudo asentir con la cabeza, Alberto comenzó a entrar lentamente en Santiago, al cual se le cristalizaron los ojos, hasta que entró por completo en el bajito.

-Ahh Alberto- Gimió Santiago al sentirse lleno, dejando caer algunas lagrimas.

-Relájate, voy a moverme- Dijo el alto, el cual comenzó un vaivén lento para que se acostumbrara.

-Ah... ah... ah... ah- Gemía Santiago cada vez que Alberto entraba de lleno en su interior, sentía placer en cada parte de su cuerpo, hasta que una de las estocadas dio en el punto-¡AHHH!- Gimió con mucho más placer que antes.

-¿Es ahí?- Le preguntó Alberto.

-Ahhh... S-Si- Logró responder Santiago. Al escuchar la afirmación el alto dirigió todas las estocadas hacia ese punto, amaba la estreches de Santiago, pero también quería que el pequeño se sintiera bien.

-Santiago- Llamó Alberto- V-Voy a venirme dentro de ah de ti- Dijo jadeante, Santiago solo asintió con la cabeza en señal de aprobación, después de todo, le encantaba que el alto se viniera dentro de él.

-Ahhh- Gimió Santiago al venirse en su abdomen, haciendo que su entrada apretara más el miembro de Alberto, el cual gimió roncamente para después venirse dentro del pequeño.

Luego de unos minutos para controlar su respiración, Alberto salió de Santiago suavemente, para después abrazarlo con mucho cuidado.

-Te quiero... No, te amo- Le susurró Alberto en su oído.

-Yo también te amo- Respondió el pequeño, para después plantarse en un beso lleno de ternura, amor y cariño.

Después de eso ambos se lavaron y arreglaron como pudieron, saliendo de la cancha a sus casas, de la mano y con una sonrisa en sus rostros, ¿Por qué? Fácil, porque sabían que en casa repetirían lo mismo.

 

Fin.-

Notas finales:

¿Qué tal? Díganme si debería hacer más one-shots con esta pareja, y pues creo que eso es todo, nos leemos.

 

riuriku.-


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