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Mi soledad y yo por Ren Konae

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Notas del fanfic:

Este fanfic fue subido hace un tiempo por otra autora: Hana Miyoshi. Tengo la autorización de la autora original para poder subirlo.

Notas del capitulo:

Este fanfic fue subido hace un tiempo por otra autora: Hana Miyoshi. Tengo la autorización de la autora original para poder subirlo.

Mi soledad y yo

 

 

By Hana Miyoshi

 

 

¿Cuánto tiempo había pasado desde que se fue de vacaciones en compañía de todos sus amigos? Fácilmente podría decir que ya es mucho tiempo, el folleto que había enseñado del hotel se veía romántico y lujoso, digno de un cantante de su talla, de su querido «baka».

 

 

Se preguntaba qué hora sería en ese país tan lejano.  ¿Cómo lo estaría pasando? Esperaba que se estuviera divirtiendo.

 

 

En Japón estaba lloviendo, el clima era atroz. Él seguía en su oficina escribiendo, concentrándose en su siguiente novela, con ese proyecto trataba de alejar por unos segundos a su amante de su mente, cosa imposible, ya que en cada descanso la imagen de su chico de cabellos rosados venía a su mente. Estaba tan enamorado de él, pero también rogaba que los meses de lejanía no le hicieran conocer a alguien más. El hotel se prestaba para esa oportunidad, aunque confiaba en él.

 

 

            Si contaba las llamadas eran cada vez más escasas, a tal punto que pasaba días sin recibir una llamada. La última fue hace aproximadamente dos semanas, catorce días… demasiado tiempo a su punto de vista. Miró el departamento, su alrededor, se veía tan vacío sin él, frío. ¿Hace cuánto tiempo que no sentía el frío golpearlo? Desde que su lindo Shuichi decidió vivir con él, de eso hacían ya cinco años.  

 

 

            Esperaba que Shuichi regresara, estaba preparando todo para ese día, ya tenía el número telefónico del restaurant más prestigioso de Japón para llevarlo a cenar en esa noche; sonrió, sería una gran noche… una noche romántica.

 

 

            Ya extrañaba su piel, besarlo y acariciar. Mirar sus expresiones a la hora de intimar: su sonrojo, su mirada enamorada que sólo se la dedicaba a él, sus jadeos y gemidos llamándolo  a la hora de hacerlo suyo, a la hora de entregarse el uno al otro, a la hora de ser uno.

 

 

            Miró de nuevo el departamento, para ser preciso el sofá que estaba en la pequeña sala. ¿Cuántas veces lo habían hecho allí? Un sinfín de veces, y todas y cada una de ellas era una nueva forma de hacer el amor, de entregarse de mil maneras distintas. Quería besarlo de nuevo, esas ganas se apoderaron repentinamente de él. Miró la foto de Shuichi que estaba reposando en la pequeña mesita, aquella que tenía en medio de los muebles, en el centro: allí estaba esa foto que se tomaron cuando fue su primera cita, sonrió.

 

 

            No  aguantó más las ganas de tomar el teléfono y llamarlo, ya no soportaba ni un minuto sin él, sin su insoportable voz; esa voz que estremecía a muchos en Japón, esa voz que había hecho que  miles de jóvenes deliraran con sus canciones… incluso a él, que le había dicho que no tenía ningún talento, a ese mismo.

 

 

            El teléfono sonó varias veces antes de ser atendido por el menor.

 

 

-¿Sí? -contestó el de cabellos rosas con su tan conocida voz, aquella voz que ahora denotaba rasgos de madurez.

 

 

-Shuichi -dijo Eiri al de ojos amatistas, éste por su parte mostró sorpresa… hasta cierto punto se quedó callado por unos instantes.

 

 

-¿Dime, Eiri? —le preguntó. Eso sin duda le dolió, ya que le habló como si nada, como si hace pocos minutos hubiera salido de casa para irse al trabajo, pero la verdad era otra: eran cinco meses de vacaciones, y hace dos semanas que Shuichi no llamaba—. ¿Cómo has estado? —Pero aún así las ganas de seguir escuchando su voz fueron más fuertes.

 

 

—Bien, gracias -contestó éste con voz neutral. Con los pasos de los meses, la tan característica voz chillona y emocionada del cantante se fue apagando hasta quedar lo que es ahora: sólo contestaciones neutrales, hasta tal punto que él podría categorizarla sin sentimientosr-. Y tú, ¿cómo estás? -le pregunto después de un rato, pudo oír al otro lado un ruido.

 

 

-Bien -le contestó mientras tomaba el teléfono en manos para acomodarse en el sofár-. Te extraño -dijo sin más esperando una respuesta entusiasta de Shuichi, cosa que no llegó, sólo silencio.

 

 

-¿Cómo te está yendo en tu libro? -le preguntó Shuichi después de estar unos minutos en silencio, Eiri sonrió, una sonrisa que denotaba dolor.

 

 

-Bien  -contestó éste aun manteniendo la sonrisa. Al otro lado del teléfono pudo escuchar la voz de otro hombre, pero esta no era la voz de uno de sus amigos de la banda, sino que de otro cantante; para ser exactos, de un chico de cabello verde mayor que Shuichi: de Ryuichi Sakuma.

 

 

 

-Shuichi -llamó al cantante al estar en silencio por unos minutos-, dile que la próxima vez hable más bajo. Te ha dicho que no tardes -Los sollozos al otro lado del teléfono se escucharonr-. No llores -lo consolór-. Antes de colgar quiero que me hagas un favor -El cantante de a poco se iba tranquilizando para poder escucharlo bien-, dile que te cuide mucho, prométeme que se lo dirás… Cálmate, disimula que estás bien como yo lo hago -le terminó de decir-. No te entretengo más, él te está esperando -colgó.

           

            Se levantó del sofá, aún tenía mucho que planear para su regreso…

 

 

            Con su encuentro imaginario.

 

 

 

Notas finales:

Seguiré subiendo el resto de historias, como mencioné tengo la autorización de la autora original. Estas pequeñas historias fueron subidad en el año 2011 o 2012 por Hana Miyoshi, pero al poco tiempo los bajó porque una jovencita al parecer comenzó a plagiarlos.


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