El día había sido agotador, eran más de las 9 y él aún no podía dormir, en el ejército se debían cumplir horarios para todo, incluso para dormir pero aun así él permanecía despierto, mirando el techo de la habitación donde todos los enlistados dormían, si es que a eso se le podía llamar habitación. En realidad era una especie de galpón con 50 literas divido en 5 hileras con 10 camas cada una, las paredes eran un tanto rusticas de color blanco, el piso era de cemento bien pulido, con algunas que otras ventanas.
Y Leeteuk, él dormía en la segunda hilera, exactamente en la cama número 15, se cubrió de pies a cabeza, la noche estaba fría por el invierno, era el primer año nuevo que no pasaba junto a sus Hyung’s y Dongsaeng, y realmente se sentía un poco melancólico por ello.
Se giró de lado sobre su brazo izquierdo y metió su mano bajo la almohada, tocando accidentalmente un sobre; lo saco como pudo y se sentó sobre la cama, intentando hacer el mínimo ruido posible. Saco la linterna que estaba en el bolso que colgaba de la cabecera de la cama y alumbro el sobre blanco que tenía su nombre grabado por la parte trasera. “Park Jung Soo”, leyó y procedió a abrirlo cuidadosamente encontrando un papel gris.
01 de enero de 2013.
Seúl.
Mí querido líder:
Ya no puedo dormir bien por la noches desgarrado por ti y mis incontrolables deseos, y no sé cuánto tiempo pasara, no puedo hacer nada solo amargarme la sangre, y es que iba a morir a fuego lento si no explicaba lo que por ti siento, nada se gana con mentir, solo se pierde el sueño y la vergüenza.
Así es, te he amado desde el primer instante en que te vi, yo no creía en el amor a primera vista pero cuanto te vi cruzar esa puerta junto con el manager para anunciar que serias el líder de súper junior mi corazón estallo de alegría y mis sentimientos se hicieron tan inexplicables que sentía que el mundo no existía. Solo un mundo paralelo dónde estabas tú a mi lado; sé que es una locura total, pero han pasado tantos años desde que siento esto por ti que tuve la necesidad de decirlo ahora, tal vez sea un poco tarde, no lo sé, han pasado 2 meses desde tu partida y siento un vacío tal como si mi cuerpo estuviera cayendo desde un precipicio que no tiene fin.
Tal vez mis palabras sean impactantes ahora, quizás no sientas tú lo mismo y que esto que estoy haciendo sea una lucha en vano, pero debías saberlo. Te pido, te suplico, no me odies por mis bajos sentimientos que no serían bien vistos ante la sociedad y los miembros del grupo, probablemente nuestras fans lo aprecien pero ahora la situación es otra. No te pido que me ames, solo pido un poco de consideración, lo siento por mi franqueza aunque sea tardía tal vez, gracias por todos los años juntos. Te amo.
Siempre tuyo…
El rostro del líder estaba en shock, sus pensamientos no funcionaban con claridad. Dejando caer su cuerpo hacia atrás recostó su cabeza sobre la almohada aun con la linterna y la carta en sus manos, apoyándolas los lados de cuerpo. “¿será alguna especie de broma por parte de los chicos?, ¿y si de verdad alguien está enamorado de mí?, ¿Cuál de los chicos podría ser?, ¿y si es Heechul o incluso Donghae o por qué no, también podría ser Kangin?... diablos no tiene remitente, ¿cómo responderé a la carta?, ni siquiera para tratar de descubrir la escritura, está hecha a computadora, ¿Quién pudo haberla dejado aquí?, pudo haber sido cualquiera… maldita sea”. Aunque se sentía extrañamente bien con aquellas palabras los pensamientos del líder se cruzaban mientras él intentaba buscar respuesta.
Aquella habitación se sentía tan vacía en las penumbras de la noche, haciéndose cada vez más y más grande. Estaba seguro de que su ángel ya había recibido su carta y eso lo tenía más impaciente de lo normal; se levantó de la cama y salió de la habitación con la esperanza de no hacer el mínimo ruido, pero la oscuridad conspiro en su contra haciéndolo tropezar con el borde de una de las patas de la mesa del comedor y un quejido se escapó de sus labios. Fue allí cuando las luces del lugar se encendieron dejando ver a un soñoliento Heechul parado en el umbral de la puerta.
-¿Qué haces aquí a esta hora?
-Hyung he venido por agua.
-No puedes engañarme Kangin -Heechul se acercó a él, quien ahora estaba sentado sobando el dedo meñique de su pie derecho-. Vas e tomar nuevamente ¿verdad?
-Es la única forma en que deje de pensar.
-Finalmente tomas una buena decisión pero no abandonas tus malos hábitos.
-Y si me odia por ello.
-No puede odiarte tus sentimientos son sinceros -Heechul le regalo una sonrisa y él asintió-.
Desde la partida del líder Kangin bebía todas las noches para conseguir calmar sus pensamientos, para intentar dormir con tranquilidad, aunque eso implicara un coma etílico y probablemente una terrible jaqueca al siguiente día. Pero siempre estaba Heechul ahí para él, dándole el apoyo moral que tanto necesitaba.
****
Días, semanas y meses, diariamente Leeteuk recibía una carta de aquel desconocido que poco a poco iba robando su corazón. En las noches de luna frente aquellos rayos que lograban colarse por las ventanas Jung Soo rezaba para que todo estuviera bien en casa y para que todos cuidaran de esa persona que se ocultaba detrás del papel, añorando por su salida, escribiendo de igual forma una carta diaria con la esperanza de poder entregárselas al salir de ese lugar.
Finalmente su cumpleaños llego y aunque tuvo cientos de felicitaciones y buenos deseos Leeteuk solo entrañaba que la noche callera para buscar debajo de su almohada otra carta.
La hora llego y el líder de super junior fue el primero en entrar a su cama, con en el corazón en la boca, preguntándose quien era el que las dejaba allí pero más que nada preguntándose quién era el remitente de esas cartas, amándolo en silencio luego de finalizar cada línea trazada en ella.
Las luces del lugar se apagaron y aun el líder esperaba aquel inminente silencio que lo acogía entre sus brazos como cada noche, para alejarlo de su realidad y vivir un mundo de sueños.
01 de Julio de 2013
Seúl.
Mi ángel:
Se que añorabas tanto recibir esta carta como yo deseo diariamente una respuestas, pero solo puedo imaginar tu rostro iluminado durante la oscuridad de la noche. Tengo el rostro de siempre, ni alegre, ni enojado, lo chicos se preocupan pero no puedo dejar de sentirme como una tormenta de verano en mi interior. A veces apagado, a veces encendido. Sabes cuantas beses he deseado besarte pero temo que al andar deprisa me haga pisar una mina. Tengo ganas de gritar, es tortuoso no poder abrazarte en una noche como esta, tan especial para ti.
Tomar un café por las tarde, en la sala de ensayos, ¿Cuánto tiempo más debo esperar?
Debo encender un cigarrillo y fumarlo en tu nombre para poder despejar mis más bajos deseos, deseo tocarte, sentirte, pero no puedo hacerlo, no sé si tu sientes lo mismo, no sé si esto que estoy haciendo tenga algún sentido. Me siento una roca en el desierto. Pero no quiero agobiarte con cosas como estas, patéticas y sin sentido. Debes reír más a menudo, eres el ángel de super junior, eres mi ángel. Hacia las tres de la tarde cuando estaba sentado cerca de la ventana observando las calles de Seúl buscándole un sentido a mi existencia me pregunte. ¿Estará bien lo que estoy haciendo? Pero el viento soplo contra mi cara y me hizo reaccionar. ¿Debo acaso revelar mi identidad?, ¿eso estaría bien?, no puedo… mi fuerza de voluntad es poca y me considero un hombre demasiado cobarde. Si comprendieras exactamente lo que quiero decirte, nada es nunca blanco o negro porque el tiempo siempre lo falsea todo.
Hoy es tu cumpleaños y solo puedo agobiarte con palabras inútiles, siento que ya no soy el mismo, tanto quiero contarte y tanto debo callar, ¿comprendes?, estoy seguro de que tus lagrimas demuestran tristeza pero no tanto como la que yo siento ahora. No sé qué haces de ti, no he tenido suerte con todo esto, tengo la impresión de mi vida se está desboronando y tengo miedo de que esta sea la última carta que pueda escribirte, si no te vuelvo a ver… actuó como si esto realmente fuera acabar y estoy haciendo de tu cumpleaños una miseria porque me siento miserable, y no te culpo si me odias despues de esto de igual forma no habrá marcha atrás. ¿Por qué no puedes enviar una carta sin destinatario a nuestro dormitorio?, conoces muy bien la dirección, yo estaré esperando en el lobby cada noche como lo hace un perro fiel a su amo.
Nunca te he necesitado tanto como esta noche, ¿debo entonces meterme bajo la ducha fría y calmarme a mí mismo mientras te deseo en silencio?, porque incluso ahora voy a contradecirme y decir que pase lo que pase, no te dejare, porque espero que tú tampoco me dejes y puedas amarme tanto como yo lo hago. Por favor, perdona mis faltas y errores, porque soy un idiota que no sabe cuidar lo que tiene y en ocasiones actúa como un completo estúpido por simple impulso. Pero prometo que despues hare que me perdones por todo lo que he hecho, seré amable contigo, solo debes prometer amarme. ¡Te amo!
Siempre tuyo…
Leeteuk no durmió esa noche asi como Kangin tampoco lo hizo, ambos se añoraban en silencio, con sus ojos llenos de lágrimas preguntándose, ¿Por qué debieron separarse para aceptar sus sentimientos?, Jung Soo amaba al hombre detrás del papel, Kangin amaba al hombre que lideraba su corazón.
****
Un año, ambos habían sobrevividos un año a puntas de cartas, Leeteuk había decidido hacer lo que su clandestino chico que le pedía y Kangin esperaba en el lobby de los dormitorios todas las noches aquella carta, pero algo paso esa fría noche de año nuevo, aquella carta no llego. Exasperado, vuelto un lio y con la sangre hirviendo bajo su piel Kangin corrió sin un rumbo especifico preguntándose el porqué, ¿acaso Leeteuk había enfermado?, preguntas sin respuestas todas vueltas un hilo enredado.
Jung Soo se odiaba, odiaba a los encargados de hacer llegar la correspondencia, *cuerda de inútiles, seres inservibles*, repetía entre maldiciones acostado en la cama superior de la litera número 15 con sus brazos cruzados sobre su pecho mientras observaba el techo, *debe estar preocupado y yo no puedo hacer nada más que esperar*. Leeteuk volvió abrir su maletín para releer aquella noche 365 cartas.
Momentos difíciles pasó Leeteuk con el fallecimiento de su padre y abuelos pero siempre estaba el apoyo de todos, Kangin estaba a su lado cuidando de él. Jung Soo no tenía pensamientos para ese desconocido en una situación como esa y eso dolía como una daga en el corazón del chico con cuerpo de oso.
****
Los meses volaban y pronto llegaría el tan anhelado encuentro, Leeteuk había prometido a Kangin amarlo, Kangin había prometido a Leeteuk amarlo, ahora sus cartas eran diferentes, sus cartas conservaban un AAA, su código secreto, ese código que solo ellos podían descifrar.
27 de Abril de 2014
Injegun, Gangwondo
Mi extraño:
Me siento como si estuviera en medio de dos trincheras enemigas que están a punto de abrir fuego, son tan tristes las tardes aquí, mis días se vuelve grises y hoy me doy cuenta que disfruto mis noches incluso más que el día, ¿no es hermoso?, nunca antes me había sentido asi.
Ya no sé cuántas veces lo he dicho pero agradezco el tenerte a mi lado por la noche a través de cartas y sueños. Me siento tan completo al tocar el sobre bajo mi almohada. Pero ya falta menos para dejar de sentir un trozo de papel y poder sentir tu piel. Sé que nuestros cuerpos arderán en llamas por la pasión y me avergüenzo de mí mismo, por revelar algo como esto.
Pero no puedo explicar con palabras lo que mi corazón siente y debo ser honesto contigo, durante mis duchas matutinas en silencio mientras muerdo mis labios te pienso y me toco.
Incluso mi cara arde ahora de solo escribir algo como esto, pero hace un tiempo que nuestras cartas se han vuelto más completas y no tenemos miedo de decir lo que sentimos aunque nos avergoncemos. ¿Por qué no te revelas extraño y dejas de tortúrame?, un año y tres meses han pasado ¿cuánto tiempo más debo esperar por ti?
Me despido con la esperanza de encontrar tu nombre en la siguiente carta como cada noche.
AAA
Por siempre tu ángel Park Jung Soo.
Las siglas AAA salieron de una locura por parte de Kangin, algo que ninguno de los dos planeo. Kangin comenzó a escribir AAA y Leeteuk lo siguió pero no fue hasta el día en que Jung Soo fue ascendido que lo que supo. AAA "Amante ama a su Ángel" que en su inversa seria "Ángel ama a su Amante".
****
Finalmente 29 de julio llego, Jung Soo estaba ansioso y decidió que lo mejor era no tener fiesta de bienvenida, él quería ver personalmente aquel rostro que conocía y desconocía al mismo tiempo. Kangin estaba en el lobby de los dormitorios con un traje negro bastante arreglado en espera de su ángel, quien llego sin previo aviso.
A paso lento Leeteuk camino hasta el hombre que le daba la espalda y él no necesitaba ver su rostro ya sabía quién era. Lo abrazo y Kangin entrelazo sus dedos con una sonrisa en su rostro, ambos sin decir palabra se amaban en silencio.
El chico con cuerpo de oso se dio la vuelta para ver el rostro de su ángel, acariciando la mejilla izquierda con el dorso de sus dedos, sus ojos brillaban tanto como los del líder. No necesitaban palabras para expresar lo que sentían pero Leeteuk comenzaba a impacientarse, no quería explicaciones, Kangin las había dado todas entre cartas, él quería un beso, quería algo más.
Por iniciativa propia el mayor tomo del cuello de la camisa a Kangin y lo beso, abriendo sus labios apasionadamente, dejándose llevar por el dulzor de la lengua de Kangin, quien a su vez lo tomo de la cintura acercándolo mas a él para hacer aquel tacto mucho más profundo. Leeteuk rodeo el cuello de su amante con sus brazos, pero la falta de oxígeno se hizo presente obligándolos a distanciarse, jadeaban, sus cuerpos ardían en calentura, quizá por la emoción, quizá por el deseo, ninguno lo sabía solo querían mas del otro.
Esa noche luego de una velada en un lujoso restaurant que Kangin había alquilado solo para ellos dos, en compañía de las hermosas notas musicales que tocaba Yiruma en el piano de cola color negro, Kangin se declaró como es debido.
-Lo prometiste y lo cumpliste, tuve mis dudas pero asi es como actúa un hombre débil, no dejare de decirlo porque es lo que soy, solo a tu lado puedo ser fuerte, solo a tu lado puedo ser todo lo que no soy. ¿Quién eres?, ¿Qué has hecho de mí?, ¿Por qué ahora no quiero que te vayas? Son preguntas retoricas que quiero aprender a contestar con el tiempo, que quiero que tú me enseñes a conocer. Quizá no puedo volar tan alto como un ave pero si estoy a tu lado me siento como un halcón, déjame ser tu guarda y tu guía, déjame amarte por toda la eternidad, el Amante Ama a su Ángel -Leeteuk esbozo una sonrisa para luego aventarse a los fuertes brazos de su compañero-.
Quizá fue la impresión, quizá fue el tiempo y el deseo pero ambos regresaron antes a casa para amarse, para hacerse uno, para complementarse tal y como debieron hacerlo en un principio. Y en medio de jadeos, cuerpos perlados, respiraciones forzosas, el sonido del choque piel a piel. Leeteuk pronunció estas palabras. *El Ángel Ama a su Amante*