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Si tan solo. por LunaArlert

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Bleac no me pertenece, es propiedad de Tite Kubo.

 

Notas del capitulo:

Pues bien, es un fic que llegó en tiempos de depresión y bueno salió. Como es conocimiento de todos, Ichigo e Ishida son mi pareja favorita del mundo del yaoi y bueno...

Nos leemos más abajo.

— ¡Explícame! Explícame por qué no dijiste que era otro de tus estúpidos planes.

El grito retumbó en las destruidas paredes de lo que alguna vez fue el imponente Palacio Real, lugar donde el Rey Espiritual tenía su lugar. Un chico joven, de cabello naranja y rebelde que vestía las ropas de un shinigami, se encontraba hincado, con su zampakuto enterrada a un lado y con ambas manos apretando una herida de donde salía sangre sin parar, tiñendo sus manos y la blanca ropa de rojo.

—P-Porque lo habrías… arruinado — La respuesta fue un murmullo, apenas audible para quienes estaban ahí — No sabes cómo mantenerte callado…

La voz pertenecía a otro chico joven, de la misma edad que el shinigami. Se encontraba acostado, su cabello levemente despeinado, su blanca ropa se encontraba sucia y manchada en varios puntos, incluso rota, una de sus manos descansaba sobre el piso mientras la otra apretaba algo entre ella, en su rostro habían varias heridas, incluso había un fino hilo de sangre saliendo de su boca, parecía ilógico que los lentes que usaba estuvieran intactos.

—Eres un idiota… No debiste de hacerlo, ese ataque iba hacia mi — Las lágrimas caían con libertad de los ojos ámbar, chocando contra el cuerpo que tenía debajo.

—No llores, Kurosaki, no es típico de ti — Aún con el dolor que le embargaba, alcanzó a esbozar una ligera sonrisa — Así tenían que ser las cosas y de nada sirve p-ponerse así. El rey  ha muerto, su sucesor también debe de hacerlo, sólo así se acabará todo esto.

— ¡No! ¡Cállate de una vez, Ishida! Guarda las jodidas fuerzas hasta que Inoue llegue — Le regañó, intentando ignorar el líquido que se escapaba de entre sus dedos y que parecía ir aumentando.

Ishida soltó una corta risa mientras lo veía a los ojos — Promete que arreglarás las cosas…

—Las arreglaremos.

—Kurosaki.

— ¡Ya te dije! Me niego a volver sin ti.

Ishida suspiró lo mejor que pudo y abrió la mano que hasta ese momento había mantenido apretada — T-Toma — Murmuró, extendiendo frente a su rostro la pulsera de cinco puntas — Quiero que la conserves tú.

Ichigo lo miró a los ojos y negó levemente con la cabeza — No puedo, es tú arma… Sin ella… — Su voz se quebró por milésima vez en aquellos minutos, apretó los ojos fuertemente para después levantar una temblorosa mano manchada de sangre y tomar la pulsera—  Si tan solo me hubieras dicho… Ishida.

—Eres un terco, Kurosaki… Eso es algo que siempre me gustó de ti, tu terquedad, tu necedad de hacer siempre lo que quieres — La mano que le había dado la pulsera, se movió hasta rozar su mejilla, donde le acarició suavemente — ¿Ywach está muerto, verdad?

Ichigo llevó su mano hasta la de él y la apretó en contra de su piel, después desvió la mirada a donde la figura había desaparecido para siempre — Sí — Contestó, estremeciéndose al sentir lo frío de la mano de Ishida.

—Bien, no quiero ser parte de él — Sonrió levemente — Kurosaki, siempre me llamaste negativo, no lo soy, solo realista. Gracias, por tu ayuda y por demostrarme que no eres como el resto de los shinigami...

—Ishida... Por favor — Murmuró, sintiendo una opresión en el pecho demasiado grande, demasiado dolorosa — Te amo...

Ishida sonrió de nuevo, con  los ojos nublados — Tengo demasiado que agradecerte... Es increíble que me enamorara de ti.

Ichigo sintió que las fuerzas se le iban al momento en que sintió desaparecer la presión suave que ejercía la mano de Ishida sobre su mejilla — Ishida... — Susurró, dejando que el llanto aflorara desde lo más profundo de su ser, observando cómo Ishida cerraba los ojos.

[…]

Orihime sabía que algo no iba bien, el ambiente se había hecho pesado tan solo unos minutos atrás. Ella y Sado se habían quedado levemente atrás cuando aparecieron un grupo de Quincy frente a ellos y los que quedaban del escuadrón cero. Ichigo había gritado un «Tengo que detenerlos» y  esquivó al grupo para seguir a Ywach, Jugram y más importante aún, Ishida que se dirigían al palacio.

—Sado-kun, ¿También sentiste el cambio en el ambiente? — Preguntó mientras seguía su frenética carrera hacia el palacio.

—Sí —. Contestó, no aventurándose a decir que lo que había sentido era la desaparición de un reiatsu en el ambiente.

Justo antes de llegar a la entrada divisaron la conocida figura de su compañero de cabello naranja, sin embargo, los que les causó una punzada en el estómago fue que cargaba a alguien en sus brazos.

—¡Kurosaki-kun! — Orihime gritó, acelerando el paso hasta él y quedando sin palabras al ver de quién se trataba — Puedo… Yo… — Las palabras se mezclaron y le fue imposible articular algo.

—No, Inoue, no podemos hacer nada más —. La voz de Ichigo estaba ronca y tenía los ojos completamente rojos — Volvamos.

—Ishida-kun — Orihime murmuró, sintiendo un inmenso dolor golpear su pecho las lágrimas no se hicieron esperar y rompió en llanto, sintiendo al poco tiempo después el brazo de Sado sobre sus hombros a modo de consuelo.

—Vámonos — Ichigo siguió caminando, intentando contener el sentimiento que amenazaba con surgir de nuevo.

El camino de vuelta fue silencioso en cuestión de palabras, sólo los sollozos de Orihime y los pesados suspiros de Sado eran lo único audible. Cuando pasaron cerca de donde estaban los del escuadrón cero, el cuerpo de Ishida recibió una que otra mirada de desprecio, que fue borrada por la mirada amenazante de Ichigo. Ellos se encargaron de llevarlos de nuevo al sereitei.

~O~

—Debemos estar preparados, no podemos confiarnos. Podrían aparecer más en cualquier momento — Kyoraku hablaba frente a los pocos capitanes y tenientes que aún tenían fuerza o se encontraban vivos.

La sala de reunión se encontraba destruida, como la mayor parte del sereitei pero por lo menos, aún se podían reunir algunos ahí. La mayoría se encontraba con heridas graves, otros con ojos perturbados y rostro cargado de consternación.

—Le puedo asegurar que no aparecerán más — La voz de Ichigo hizo que todos desviaran la mirada hacia la puerta, sorprendiéndose de ver a los de la división cero ahí también.

—Ichigo-kun — Ukitake sonrió levemente al verlo, le alegraba verlo vivo pero su sonrisa cayó al momento en que vio sus ojos rojos y lo que traía en brazos.

—Ywach está muerto, su sucesor también — Se hincó en el suelo, depositando con delicadeza el cuerpo del joven Quincy en el suelo.

—Ishida… Ichigo — Rukia murmuró, pensando que sus ojos la engañaban, pudo ver que Renji se encontraba igual y que la mayoría de los ahí presentes se encontraban incrédulos.

—Kurosaki-san… Nos deja sin palabras, de nuevo le debemos el salvar a la sociedad de almas — Kyoraku continuó, intentando apartar de su mente lo que veía.

—No, no me lo deben a mi — Ichigo hizo que la mayoría se sorprendieran aún más — Se lo deben a él, a Ishida Uryuu. Sin su estúpido y enredado plan, todo se hubiera ido al carajo.

Con las palabras de Ichigo bastó para que los que habían guardado resentimiento y enojo al chico que había cambiado de bando en último momento, desapareciera. Con esas palabras y la explicación de después, bastó para que el sereitei tuviera que recordarlo como una de las más grandes pérdidas en esa sangrienta y cruel guerra.

Kurosaki Ichigo se convirtió, un tiempo después, en capitán de la octava división. Su teniente, una promesa recién salida de la academia, y que según muchos guardaba un increíble parecido físico con quien en vida fuera Ishida Uryuu, hicieron unos cuantos cambios, siendo el más importante, el cambiar la insignia del escuadrón, siendo antes, un ave del paraíso y ahora, la estrella de cinco puntas que Ishida usaba.

Notas finales:

Eh.. Sí, es bastante depresivo y triste. No me dejen cerca de una computadora cuando ando así...

Este, es uno de los más grandes terrores que tengo cada que leo el manga de Bleach. Sé que en algún momento se enfrentarán y es una pelea que ansío/temo de ver y este fic representa uno de los tantos posible desenlaces que podemos ver (excluyendo el amor)

Aclararé algunas cosas que puede, no hayan quedado claras: Cuando Ishida dice que no quiere ser parte de Ywach es por lo que Jugram le dijo sobre su alma, que al morir todos los sternritters pasan a fortalecer a Ywach. Segundo, sé que sonará raro que Ichigo sea capitán de la octava pero para mí, es el lugar donde más encaja, probablemente quede mejor en la treceava pero de verdad no quiero que Ukitake muera. 

Al final dejo que encontró a alguien que puede ser Ishida pero "renacido" por decirlo así. ¿Se imaginan que Ichigo usara su símbolo como insignia?

Espero que les haya gustado y que no los haya hecho llorar demasiado.

¡Un abrazo!


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