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Vaya venganza. por anon_kagamine

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Notas del fanfic:

Los personajes no son míos, la trama sí, espero que les guste c: (?)

Notas del capitulo:

Hola, vengo con un Two-shot de Vocaloid >:D Espero les guste~

Pov de Akaito

Soy Akaito Shion, tengo 16 años y soy el mayor de los hermanos Shion. En total somos tres hombres y una mujer… Cualquiera diría que son “tres caballeros para una princesa”, pero al conocernos se dan cuenta que somos “un siniestro, un mamón, un rebelde y una gritona”. Obviamente yo soy el más genial, el rebelde.

A veces pienso que mis padres no tenían tele…

En fin, el menor de todos es Taito, ese niño me da mala espina… Tiene un aura… Siniestra… Da miedo, como tiene 10 años no me meto con él… Ya vera cuando cumpla los 12… Je…

Un caso muy distinto es Kaiko. Esa pequeña bastarda de 13 años me saca de quicio. Es una gritona, mandona y dramática; pero claro, solo es así conmigo, con mamá, papá y los demás es un “pan de dios”… Bastarda. Siempre que discutimos me deja de malo, y claro, todos le creen  al pan de dios por encima del rebelde… En especial el idiota de Kaito, que sigue dependiendo de mamá, aun así hace de abogado o defensor de la pequeña escuincla…

Esta tarde no fue la excepción. Yo estaba de lo mejor tirado en el sillón como un mandamás  viendo la tele, cuando la estúpida de Kaiko apareció. Me miro con repulsión y superioridad, mientras yo le devolvía la mirada con molestia y odio. Podía sentir como me degradaba con la mirada, aunque yo le intentaba matar directamente con la mía. Pero claro mi mirada color sangre era más potente que la suya color cielo.

Rápidamente la escuincla se cansó y miro hacia la tele. Yo estaba viendo una carrera de autos, a lo que ella frunció el ceño. Como si fuese “la señora de la casa” tomó el control remoto y cambio el canal, poniéndolo en uno de los programas bobos que acostumbraba a ver.

Muy a mi pesar y a regaña dientes, me reprimí. Esa noche había una fiesta y lo último que quería era quedarme aburrido en casa. A punto de pararme del sillón para dirigirme a mi habitación estaba, cuando la maldita bastarda de Kaiko, en un movimiento completamente consciente se sentó arriba mío, en la parte del estómago.

Al parecer la muy puta sabía que debería contenerme hasta la noche… Puta. Eso es lo que es. Una puta que sabe aprovecharse.

Me quedé unos cuantos segundos sin respiración por la presión que ejercía el peso de Kaiko en mi estómago. Pero una vez que me repuse, la lancé lo más lejos que pude, comenzando a sobarme el estómago. Acto seguido la miré con furia. Es muy fácil hacerme enojar, en especial cuando se trata de ésta mocosa.

– ¡Deja las bobadas! ¡Pendeja! –Le grite para comenzar a realizar mi ida de ese lugar. Más no me esperaba que esa pequeña mierda… Me lanzara un cojín en la cabeza. Rápidamente giré mi rostro y la vi. La mocosa tenía una sonrisa triunfal, y cuando me vio, en un acto inmaduro, sacó su lengua en señal de burla.

Y bueno, yo, como buen hermano mayor que soy, tome el cojín y se lo devolví. Obviamente se me “pasó la mano”, pues incliné mi brazo hacia atrás y, con toda la fuerza que pude, le tiré el cojín de vuelta la cara.

–Parece que se te cayó eso, te lo devuelvo –Dije luego de tirarle el cojín con los ojos cerrados. Pero al abrir los ojos, me encontré con Kaiko tirada en el suelo con el cojín en su cara, no se movía. “Mierda…” Un escalofrió recorrió mi cuerpo, nada bueno pasaría. De repente un leve sollozo comenzó a  escucharse por la habitación –No… ¡No! –Balbuceé mientras daba un paso hacia adelante, pero ya era tarde.

– ¡Buaaaa! –Comenzó a hacer berrinche la pendeja, si será muy… – ¡Kaito-nii! ¡Buaaaa! –De sus ojos salían lágrimas, no sé si de verdad o solo eran de berrinche; pero yo sonreía, al menos no había llamado a nuestros padres.

En menos de tres segundos el baboso de Kaito apareció en la sala muy agitado, yendo en dirección a Kaiko… No sé a cuál detesto más, a Kaiko por puta o a Kaito por defenderla y parecérsele físicamente.

– ¿Qué? ¿Qué paso? –Preguntó Kaito viendo con temor y preocupación a la bastarda caída.

– ¡Kaito-nii! ¡Bakaito me golpeo! –Lagrimeó la mocosa… Odio que me llame así – ¡Estaba sentada en el sillón! Snif… ¡Cuando el apareció, me botó al suelo y me tiró el cojín diciendo “córrete puta, es hora de mis carreras”! –Mentiras y más mentiras ¡Si será zorra! Pendeja de mierda… De repente vi como Kaito giró hacia a mi… Estúpido bastardo, cayó en su juego.

– ¡¡Akaito!! –Gritó furioso, yo por inercia me hice para atrás. No, no tenía miedo.

–Es mentira… –Escuché una voz suave y adormilada atrás mío. Con sorpresa vi hacia atrás y, ahí estaba.

– ¡Conchetumare! –Di un salto hacia adelante por la sorpresa, para luego soltar un suspiro aliviado – ¿Hace cuánto estás ahí? Taito- Pregunté.

–He estado aquí desde antes que tú… –Me respondió subiendo su mirada para encontrarse con la mía. Ahí divise que tenía marcadas ojeras, tenía la tez pálida y llevaba en sus brazos un conejo negro con coceduras de hilos morados y sin un ojo….Aún no logro acostumbrarme a su imagen… –Y sé, que Kaiko-nee está mintiendo –Aclaró luego, a lo que sonreí orgulloso de mi hermano pequeño. Después de eso me giré y vi a Kaiko, estaba enojada como perra en celo, y en caso contrario estaba Kaito, quien tenía una expresión 100% de desentendimiento en su rostro.

–Bien, Kaito, Taito ya rugió. Esa perra mintió –Respondí altanero. Aquello hizo que la expresión de Kaito cambiara. Se dirigió a mí dispuesto a golpearme.

– ¡No le digas perra a nee-chan! –Gritó con su mano ya en forma de puño, así que en un dos por tres mí mano en forma de puño había llegado a su mejilla. Me llegó a doler de lo fuerte que le golpeé.

–No me toques –Fue lo que dije parándome recto, con una mirada retadora y con las manos en los bolsillos; mi típica pose.

Pero, de un momento a otro todo cambio. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, lo que solo significaba  una cosa: Problemas.

– ¡¡Akaito Shion!! ¡Los dejo 10 minutos solos! ¿¡Y tienes a tu hermana y hermano en el suelo!? ¡Castigado! ¡A tu habitación sin salir hasta mañana! –Mamá gritó… ¿Cuándo mierda había aparecido? Esto no era posible, yo quería ir a la fiesta… Mire con esperanza a Taito, pero este no me devolvió la mirada y calló detrás de mamá.

Suspire resignado –Vale –Me limité a responder luego para dirigirme a mi pieza lo más lento posible. Mientras me iba de aquel lugar, pude escuchar como Kaiko narraba lo “ocurrido”, obviamente transformándolo todo para su conveniencia. Una sonrisa se me escapó de los labios al escuchar cómo Taito narraba la verdad.

Ese pequeño dijo todo tal cual había pasado, más aun así seguía castigado.

Me resigné completamente. Al llegar a mi habitación se me fueron las ganas de hasta escapar por la ventana. Me tendí pesadamente en mi cama; era lo único que estaba “ordenado”. En menos de un minuto mis ojos comenzaron a pesar, realmente estaba cansado en el sillón, así que no me sorprendió el quedarme profundamente dormido de inmediato.

Desperté urgido, llevé mi mano al pecho y sentí como mi corazón saltaba tan bruscamente que podría salirse. “Vaya, al parecer tuve una pesadilla” me dije ya más calmado. Me dio por ver la hora “20:26”, suspiré. De seguro en pocos minutos estaría solo en casa, si es que no lo estaba ya.

Guiándome por lo primero, salí de mi pieza con cuidado de no tropezar con algo del suelo. Una vez estuve fuera, me dirigí de puntitas a la escalera y baje está a hurtadillas.

Mi plan netamente era llamar a algún amigo para ver si había otra fiesta, pero mi recorrido hacia el teléfono de la casa se vio interrumpido por el hecho de que escuché voces en la puerta principal, que para mi suerte, no estaba situada frente a la escalera. Guiado por mi curiosidad me acerqué cautelosamente a la entrada. Ahora podía escuchar mejor las voces y la conversación que entablaban.

–No te preocupes mamá –Fue lo que escuche… Es la voz de Kaito –Estoy seguro de que no quiero ir –Dijo después… Espera ¿¡Que!? ¡Eso afecta mis planes!

–Pero… ¿De verdad? Tu mejilla solo está un poco enrojecida, no te ves mal… –La voz de mamá sonaba preocupada…

– ¡De verdad! Ya, vayan, tampoco tenía ganas de ir –Mentiroso, él era el más entusiasmado con la fiesta, debe haber otra razón –Solo me quedaré… Vigilando a Akaito ¿Si?

Cerré mi mano en forma de puño bruscamente. Ahí estaba la verdadera razón. El muy idiota quería vigilarme… Jajajá… Ya verá. Comencé a idear algún tipo de venganza, más la voz de mamá hizo que me desconcentrara.

– ¡Oh! Verdad, Akaito… –Aquello que dijo me dolió… De alguna forma – ¡Taito! –Llamó de repente al niño – ¡Ve a darle trozos de pizza a tu hermano! Debe tener hambre, no ha salido de su habitación –Ante esas palabras sonreí; ahora que lo pensaba si tenía hambre. Pero al escuchar los pasos de Taito quien obedeció sin hablar, me alerté. Rápidamente subí de dos en dos la escalera, llegando rápidamente a mi habitación, a la que entre rápida y silenciosamente, procurando no captar la atención. Luego no hubo tiempo de ordenar nada, me metí como alma que lleva el diablo a la cama… Quedándome inmóvil ahí, hasta que escuché como se habría mi puerta.

Tragué saliva. Los pasos de Taito iban en mi dirección y no cesaron hasta que sentí que el mocoso estaba atrás mío. Si, se me ocurrió darle la espalda a la puerta, soy un genio.

–Akaito-nii… –Escuche su escalofriante voz –Ten tu pizza –Susurró. Luego escuché el característico sonido del plato dejándolo encima de un mueble. No respondí ni die nada; por lo cual Taito emprendió su camino nuevamente en dirección a la entrada –Como escuchaste… Kaito-nii se quedara acá… Me gustaría encontrarlo vivo ¿Vale? –Fue lo último que escuche de él por el momento.

“Mierda….el mocoso se dio cuenta” pensé con un escalofrío recorriéndome el cuerpo. Me quede unos instantes quieto, esperando a que el sonido del motor del auto me dijese cuando se iba mi familia, cosa que habrá pasado a… ¿Los 15 minutos? Probablemente.

Una vez asesorado que solo yo y Kaito estábamos en casa, sonreí y me di vuelta prendiendo la luz, viendo así, los 4 trozos de pizza que mi “hermanito” había dejado para mí, pero algo más llamo mi atención, una nota, que estaba bajo el plato. Con sorpresa y brutalidad cogí la nota, que solo tenía una línea escrita. “Si quieres soga, hay en mi armario. Taito”.

Sonreí ante aquello. El mocoso no solo sabía que me gustaban las porciones grandes, ¡También había salido sádico! Woow, es espeluznantemente tétrico y además sádico ¡Ese niño la hizo de oro! Luego procuraré agradecerle.

Comiendo uno de los trozos de pizza, comencé a trazar mi plan, Kaito me pagaría el no haber ido a la fiesta; y ahora tenía más ideas de cómo hacerlo con la soga que tomé del armario del mocoso, jeje.

Repasé mi plan, eran las 21:30, la hora promedio en la que el idiota se duerme. Tan solo debía esperar hasta las 22:00 para comenzar a moverme. Con el solo hecho de pensar en la venganza mis manos comenzaban a hormiguear… Le haría pagar todas de una sola vez.

Los pocos treinta minutos que tenía que esperar se me hacían una eternidad. Estaba a punto de estallar cuando comenzó a vibrar mi celular, sonreí para luego ver la pantalla de este. Era la alarma. La paré y me levanté de mi cama sofisticadamente; tomé la soga del armario de Taito que había cogido antes y salí de mi habitación, dirigiéndome decidido a la de mi “hermanito”.

Una vez estuve frente a la puerta de su habitación suspiré. Abrí lenta y silenciosamente su puerta, logrando así, adentrarme en la ordenada habitación. Con cautela busqué la luz y la encendí y, con eso, pude ver a Kaito tendido en su cama durmiendo. Se veía tierno, sí. Pero yo estaba ahí para hacerlo sufrir, así que deje de lado su apariencia y comencé a acercarme a él. Con cuidado fui posicionándome arriba de él, apoyándome levemente en su estómago. Cuando estuve bien posicionado fui juntando sus manos lenta y sutilmente, procurando no despertarle, y cuando estuvieron juntas, entro en juego la soga de Taito pues, con ella até ambas manos de mi hermanito al umbral de su cama. Sonreí complacido, él idiota no se despertó.

Rápidamente acerqué mis labios a su oreja y, acerciorándome de que lo tenía bien agarrado, le mordí el lóbulo de ésta, en un intento de despertarlo; cosa que tuvo éxito. Sonreí de medio lado maliciosamente al verlo despertar alertado, le haré pasar el más grande de sus sustos y quizás le deje una marca.

–Buenas noches, dormilón –Susurré en su oído, para luego dirigirme a su cuello, donde con un poco de fuerza, mordí su cuello. Aquello hizo que el idiota se sobresaltara.

– ¿E-Eh? ¿Akaito-nii-san? ¿Qué? –Iba a decir algo, pero posé mi dedo índice en sus labios, callándole. Acto seguido subí mi rostro a la altura del de Kaito.

–Hermanito, hermanito. No creerás que después de lo que pasó en la tarde y cuando mamá se fue, yo me quedaría de brazos cruzados, ¿Verdad? –Pregunté con un tono malicioso, pasando mi lengua por la suave mejilla de Kaito. Este se sorprendió y comenzó a mover las piernas, a lo cual me molesté – ¡Quédate quieto o te violo! –Grité, y de manera inmediata Kaito paro de moverse, viéndome con sus azules ojos abiertos de sobre manera.

–No lo harías… –Balbuceó Kaito sin cambiar su expresión –Eres hétero… –Susurró luego con una mueca de terror. Vaya, lo tomó de verdad.

–Saa… ¿quién sabe? Aún no lo hago con una mujer, me pregunto cómo sería con un hombre –Solté yéndome a los pies de Kaito, los cuales até a las patas de la cama. Reí a carcajadas de puro gusto, sintiendo como el cuerpo que yacía debajo de mí temblaba “llorón” pensé. Lo más correcto sería dejarlo pero… ¿Quién dijo que yo fuese correcto?

Con decisión lleve mis manos ahora a la polera de Kaito, la cual con una fuerza brutal, desgarré, dejando a la vista su más o menos trabajado pecho. Él se alertó y comenzó a moverse bruscamente, a lo cual respondí de mala manera.

– ¡Deja de moverte! –Grité nuevamente, luego se me ocurrió algo – ¿Quieres acelerar las cosas? –Pregunté con malicia en mis ojos, deslizando mi mano desde el estómago de Kaito hacia abajo. Entonces, escuché un sollozo.

–N-No…O-onii-chan… Por favor –Pidió con los ojos cristalinos, ruborizado y temblando. Me ruboricé levemente. Es decir, escuchar a tu hermano decir eso, cuando está atado de manos y pies debajo de ti y tiene el rostro completamente ruborizado con rastros de lágrimas… La mitad de mi conciencia se fue.

Pasé saliva y con mi dedo índice empecé a escribir en el estómago de Kaito “No”; luego bajé la mirada y con un leve rubor me aventuré a decir –Perdón –En forma de susurro. Algo se movió dentro de mí, más no sé qué fue; solo sabía que mi “amigo” había comenzado a despertarse.

Guiado por un primitivo instinto subí mis labios al cuello de Kaito, quien estaba completamente sorprendido más no me importaba. Mordí, chupé y lamí por completo su cuello, dejando mi “Marca” y un sendero de mi saliva. Saboreando el cuello de mi “hermanito” estaba, cuando escuche en un susurró un “Ah…” placentero… Cosa que hizo que todo mi ser sintiera una corriente eléctrica para luego ser poseído completamente por mis más primitivos instintos.

Notas finales:

El próximo capítulo sale mañana... O el sábado, ahí veo, ¡Dejen comentarios! ¿Qué les pareció?

Anon, fuera~


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