Mello estaba realmente confundido… Estuvo pensando toda la mañana en Near. ¿Lo quería realmente? ¿Estaba enamorado de él? O simplemente era admiración… Admiración, por los logros del pequeño albino, los cuáles, el jamás lograría alcanzar.
Harto de divagar, lo consultó con su mejor amigo, Matt…
-Matt... Realmente me gusta, aunque él no lo sepa... Pero no sé si verdaderamente estoy enamorado de él, o sólo es mera admiración.
-Mello... Lo único que te puedo decir es esto... Si quieres estar seguro de que estás verdaderamente enamorado de él, imagínalo haciendo caca, si aun así te gusta y no te da asco, irremediablemente estarás enamorado...
Mello estuvo pensando una semana, sin poder imaginar al pequeño, dulce y frío Near sobre un inodoro haciendo caca. ¿Se sentaría también levantando su pierna contra su pecho? ¿Luego se limpiaría con papel o con agua? ¿Cada cuánto hace caca? ¿Cuál es su cara mientras hace caca?
Tantas preguntas golpeaban su mente… Dejándolo intranquilo… ¿Le daba asco la caca de Near?
Un viernes, Mello había comido una naranja y después tomó un vaso de leche… Por lo que estaba muy descompuesto. Corrió al baño de la enfermería y golpeó 3 veces la puerta. Una suave y fría voz contestó del otro lado… «Está ocupado»
Mello reconoció al instante esa voz y su corazón se aceleró… ¡Era Near! Sin pensarlo más de una vez, al ser un muchacho impulsivo, abrió la puerta, y ahí lo encontró… Sonrosado, con sus ojos llorosos, apretando su estómago con sus brazos y con sus dos delgadas piernas colgando a los costados del inodoro…
-¡Mello! ¡Te dije que estaba ocupado! –Dijo, sonrojándose aún más.
-Ya sé, es que quería verte haciendo caca.
-¿Por qué?
-Porque… esteemmm –dudó y se sonrojó antes de responder.
-¿Te podrías ir?
-¿Estás teniendo problema para completar la misión? –Preguntó Mello, un poco preocupado, al oír un “plop” y ver que el albino no se levantaba. -¿Estás estreñido?
-Sí… Pasa que comí mucho queso –Respondió un poco triste el albino.- Ahora no puedo hacer caca…
-Tranquilo, yo te ayudo.
-¿E.. Enserio? –Dijo el albino sorprendido.
-Sí, te haré masajes en la panza para que se te relaje y te salga todo.
-Bueno.
Y así fue, Mello se acercó a sobarle el abdomen al albino para que pudiera hacer caca. El albino, sonrojado, hacía fuerzas para que salieran las pelotitas de su cola, pero era difícil, sólo cayeron dos o tres.
-Relájate –Le dijo Mello.
-Ok.
Near se relajó y soltó un sonoro pedo. Mello sonrió de una forma extraña y Near se molestó.
-Los gases son algo natural, no sé de qué te ríes –Dijo, molesto.
-No me reí, simplemente sonreí porque yo también me tire un pedo al mismo tiempo que tú… empiezo a creer que estamos conectados incluso a nivel orgánico…
-¿Eh?
-Ahh… Nada –Dijo el rubio sonrojado tras darse cuenta de lo que acababa de decir.
Tras unos 10 minutos de sobar y sobar, Mello se cansó y pensó que Near se relajaría sí...
Tomó su pequeño pene y empezó a sobarlo… Near trató de reclamar, pero lo único que salía de su boca eran suaves gemidos acompañados con jadeos y contracción de ano. ¡Qué placentero!
Así es como comenzaron a caer sus pelotitas de bosta una tras otra… Vaciando la cola de Near… Y al final, durante su eyaculación, la relajación fue tanta que le salió un gran sorete de mucho grosor, que casi lastimó su ano.
-Mello, gracias, ya salió todo –Dijo el albino, tomando papel para limpiarse.
-Ah mira, que grande sorete que te salió –Dijo, mirando entre las piernas del albino su caca.
-Sí, ¿así de grande es tu pene, Mello? –Preguntó el albino con tono picarón.
-¿Acaso quieres averiguarlo? –Dijo Mello.
-Después, porque ahora no sabes cómo me duele la cola de tanto cagar y tan seco y duro, tomaré más agua de ahora en adelante.
-¡UFA! –Dijo en reproche Mello.
Y ese viernes, a pesar de cagarse encima, haberse bancado los pedos de Near y haber sido provocado sin resultados posteriores, Mello descubrió que no sólo estaba enamorado de Near, sino que lo amaba incondicionalmente y estaría ahí siempre para él… Cuando estuviera mal, y también cuando estuviera estreñido para ayudarle a hacer caca.
Y el albino también descubrió que lo amaba y que siempre estaría para Mello cuando se hiciera caca encima y tuviera que llevarle ropa a escondidas al baño…
Y ambos se hicieron una promesa. Ya no volverían a cagar solos nunca más.
Fin.