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Sangre sucia por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

One-shot inspirado en la serie de libros Harry Potter con los personajes de Kuroko no basuke.

EL AMOR ES COSA DE MUGGLES

 

No era nada del otro mundo, es decir, no había pasado nada especial desde que había ingresado a ese colegio, y se suponía que debían pasar cosas extraordinarias. Cuando Kagami hubo recibido la carta invitación a formar parte del colegio cuando solo tenía trece años se había imaginado que sería una aventura estupenda, incluso sus padres que no sabían absolutamente nada del asunto estaban emocionados y fascinados por la idea de que su hijo se convirtiera en un gran mago.

Si, un mago.

Kagami era lo que se conocía vulgarmente en el mundo de la magia como un “sangre sucia”, era hijo de dos muggles comunes y corrientes. Para un niño que había vivido una vida monótona, el saber que era un mago y que iría  a una escuela de magos era como una especie de sueño hecho realidad, hasta ese viaje al callejón Diagon para comprar libros había sido la aventura más emocionante de toda su vida.

Bueno, la emoción duro más o menos un año, después de eso hasta el quidditch se había vuelto una especie de rutina.

Era la mañana del primero de septiembre, Kagami estaba recogiendo las ultimas cosas para ir directo a la estación de trenes, sus padres lo habían dejado vivir solo una temporada así que esas mañanas en solitario ya no le eran extrañas, el verano había sido aburrido hasta morir en aquel barrio muggle en donde apenas y tenía amigos que no lo tacharan de raro. Normalmente el regreso a la escuela significaba un año escolar más aprendiendo cosas maravillosas pero él hubiera preferido no regresar ese año a Hogwats.

Cerró la puerta de la casa con llave y la guardo en su bolsillo, ese lugar estaría vacío hasta el verano siguiente cuando regresara de nuevo.

Reviso por último que llevara todo, libros, varita, su lechuza y todo lo demás estaba en su lugar así que llamó un taxi para encaminarse a otro año de estudiar en la más prestigiosa escuela de magos.

Él había leído muchas cosas sobre ese sitio desde que su carta le había legado y las cosas que habían sucedido eran extraordinarias, hacía poco más de unos sesenta años que habían vencido al mayor mago obscuro de toda la tierra y Kagami estaba loco por vivir grandes aventuras como aquellos magos que habían llegado lejos de los que hablaba el libro. Pero en vez de eso, solo tenía tareas y exámenes ¿qué diferencia había de una escuela normal?

Al atravesar el andén nueve y tres cuartos se encontró con el ajetreo anual que ya lo tenía arto, padres despidiéndose de sus hijos, niños de primer año tratando de encontrar su camino y por supuesto aquellos ojos azules brillantes que lo miraban fijamente desde el suelo mientras movía la cola al reconocerlo.

-¡Kagami!-le llamo Kuroko apareciendo tras su perro mascota

Kuroko, el mejor amigo de Kagami desde que había llegado a la escuela, aparecía de la nada como siempre. No tuvieron momento para hablar más, anunciaron la salida del tren y ambos abordaron

Ya era muy aburrido ver a los niños de primer año sorprendiéndose de todo lo que pasaba, desde el carrito de dulces hasta los paisajes extraordinarios. Kagami miraba por la ventana sentado frente a Kuroko que tenía a Nugou sobre las piernas.

-¿Qué sucede Kagami?

-nada-dijo casi mecánicamente

Pero la verdad era otra, algo había que le preocupaba aún más que los exámenes y las tareas y claro que no se trataba del entrenamiento matador que la entrenadora tenía para él cuando regresara antes de empezar la temporada de quidditch.

-¿dulces?

Ambos muchachos giraron la cabeza hacia la amable anciana que llevaba el carrito de dulces y tras ella estaba aquel mastodonte amante de las grajeas de todos los sabores, Murasakibara quien estaba gastando  casi tres galeones en solo dulces.

Kuroko y Kagami pasaron esa vez y vieron como la mujer se iba con Murasakibara tras ella, y después de eso las cosas transcurrieron como debía de ser. Incluso los botes que llevaban a los muchachos a Hogwarts ya le parecían bastante absurdos.

Kagami y Kuroko llegaron al gran comedor, todos los muchachos de grados mayores ya estaban ahí, también los de segundo año ya estaban sentados y mirando a su alrededor sintiéndose superiores solo por haber estado ahí el año pasado, Kagami conocía muy bien esa sensación y sonrió de medio lado al recordar sus primeros años en la escuela.

-Kagami-le llamó Kuroko-ya nos esperan

-ah… si…

Ambos se sentaron en la mesa de Griffindor junto a los mayores, justo como siempre lo hacían, la mayoría eran compañeros suyos del equipo de Quidditch.

-llegas tarde-le dijo el capitán del equipo Hyuga

-fue mi culpa-intervino Kuroko-Nigou se fue corriendo de nuevo en dirección al bosque prohibido

Pero en medio de la plática, Kagami desvió la mirada al otro lado del gran salón, específicamente la mesa de Slytheryn, en donde él lo estaba mirando fijamente. En cuanto sus ojos se encontraron, Kagami frunció el ceño, odiaba esa manera prepotente en la que Aoimine lo miraba desde el otro lado del salón.

-¿Por qué siempre te quedas viendo a ese Slytheryn de esa forma?-le riñó uno de sus compañeros

-es cosa suya-dijo casi entre dientes-ha sido así desde primer año

Los ojos de Aoimine no se separaron de los de Kagami, incluso cuando los niños nuevos entraron al comedor y la selección, que siempre era la parte favorita de todos pero al parecer a Aoimine le importaba un cacahuate los niños nuevos, él solo mantenía la mirada puesta en Kagami.

Incluso después de que los niños nuevos estuvieron sentados en sus respectivas casas, Aoimine seguía haciendo lo mismo, ni siquiera el discurso anual del director pudo distraer al Slytheryn de su pelea de miradas con el Griffindor.

Para alegría de Kagami, el banquete de bienvenida había dado comienzo y los compañeros de Aoimine lo distrajeron lo suficiente como para hacerlo olvidarse de Kagami por ese momento.

-Aoimine está muy ansioso-dijo Kuroko con pastel en la boca

-¿Qué dijiste Kuroko?-le reclamó Kagami irritado

-todos lo sabemos Kagami-decía con ese tono de voz tan suave- él hace esto solo por ti

-debería dejar de hacerlo, comienza a avergonzarme-dijo sonrojado

-tú lo conoces tanto como yo, Kagami, ambos sabemos que él no va a rendirse hasta que tenga lo que quiera

Con esto, Kuroko hizo que Kagami casi se ahogara con su jugo de calabaza. Durante todos sus años como estudiante de magia, Aoimine siempre le había hecho la vida imposible, incluso en la clase de herbología en donde nada podía salir mal, Aoimine hizo que Kagami se desmayara cuando por una broma le quito las orejeras mientras tenía una mandrágora bebé en las manos.

-no me agrada en lo absoluto-dijo por fin Kagami volviéndose a concentrarse en la comida

Kuroko solo se limitó a mirarlo como si supiera que todo lo que estaba diciendo su amigo fueran puras mentiras pero aún no estaba autorizado para hacer un suero de la verdad.

-_

Las clases comenzaron al día siguiente, los pasillos estaban llenos de niños de primer año que se habían perdido por las escaleras movibles o algunos que hubiesen caído en alguna broma pesada de Peeves el poltergeist. Cosas ya cotidianas para los muchachos mayores que caminaban por el castillo con más naturalidad que los menores. En este grupo estaban un par de chicos de Griffindor que tenían clase de defensa contra las artes obscuras junto con los de Slytheryn que aunque no fuese lo más divertido, el profesor les había prometido una sesión de duelo el año anterior.

-¿crees que podamos hacer eso del duelo Kuroko?

-no lo sé, Kagami, creo que sería muy peligroso de todas maneras

-de cualquier manera, quiero que seas mi compañero

-¿Por qué? Sabes que de alguna manera vas a terminar emparejado con…

-ni siquiera lo menciones ¿entendido?

Tardaron un poco más caminando por los pasillos pero por fin habían llegado al lugar en donde estaban a punto de tener la clase. Los demás ya estaban ahí, incluyendo a los de Slytheryn que estaban tan arrogantes como siempre.  

Todos estaban por parejas, al parecer el profesor les había cumplido la promesa de aquella clase de duelo, Kagami pensó que podría tener un rato de diversión con Kuroko, después de todo su amigo era mejor que él en hechizos y de alguna manera eso le hacía mucha ilusión.

-espera Taiga- le dijo el profesor y él solo se limitó a mirarlo-no quiero que trabajes con Tetsuya, quiero que trabajes con él

Para la desgracia de Kagami, que ya no podía estar más fastidiado, el profesor había señalado a Aoimine que lo miraba con esa sonrisa arrogante perpetua que hubiera deseado poder borrar con solo pensarlo pero las cosas no funcionaban de esa manera.

-ya saben qué hacer-dijo el profesor antes de seguir dando instrucciones a otros alumnos

Kagami pensó que lo mejor que podía hacer era solo enfrentar las cosas y terminar rápido para que la clase pasara lo más rápido posible.

-debo advertirte Taiga-dijo Aoimine- que he estudiado mis hechizos en vacaciones

-no eres el único que estudia ¿sabes?-dijo fastidiado

-el único que puede vencerme soy yo mismo

El pelirrojo alzo su varita, una fina pieza hecha de madera de Roble Inglés con núcleo de pelo de unicornio. Al igual que él, Aoimine también mostro su arma, una varita de álamo con núcleo de fibra de corazón de dragón. Ambas varitas eran perfectas para ellos pero al mismo tiempo eso era una desventaja, al menos para Kagami que era conocido por ser bastante malo en las artes obscuras, a diferencia de su compañero cuya materia fuerte era esa misma precisamente.

Everte Statum!-se apresuró a comenzar Aoimine

Su compañero de duelo era un poco lento, esas cosas no eran el fuerte de Kagami así que recibió el hechizo de frente tirándolo hacía atrás desplomándolo en el suelo pero aún tenía la varita en la mano.

-¡Expeliarmus!-respondió Kagami

 Y para sorpresa de todos, antes de que Aoimine pudiera responder, perdió la varita cayendo al suelo pero eso no fue todo sino que el rostro de Aoimine jamás cambió ni un poco, aquella sonrisa burlona y prepotente seguía ahí, como si hubiera dejado que el hechizo llegara a propósito. No se hizo más al respecto, no quería hacer algo de lo que se fuera a arrepentir, de todas maneras él no era muy bueno en esa clase de cosas.

-¿Qué sucede Taiga? Esperaba más de un Griffindor ¿no se supone que sean valientes y esas mierdas?

-no quiero hacer esto contigo

-¿ah? ¿Acaso prefieres hacer otra cosa conmigo?

Kagami se sonrojo hasta las orejas, la insinuación de Aoimine hizo que todos los demás en la clase los miraran de maneras extrañas.

-¡deja de decir tonterías Ahomine!

Como siempre, estaba a punto de comenzar una pelea entre esos dos así que el maestro decidió que sería mejor que estudiaran cada quien por su lado hasta el final de la clase.

 

-_

 

Después del almuerzo, tanto como Kagami como Kuroko se dieron prisa y se pusieron sus túnicas y recogieron cada quien su escoba para encaminarse al campo de quidditch, la entrenadora había amenazado con un entrenamiento matador para por fin poder ganar la copa de quidditch para su casa.

-el primer partido será sencillo-decía Riko frente a su equipo en los vestidores- el primer partido será contra el equipo de Hufflepuff

-pero ellos tienen a ese mastodonte de Murasakibara-replicó uno de los muchachos

-yo sé que será difícil-intervino Hyuga-pero no hemos ganado un solo partido desde el año pasado, creo que ya es hora de volvernos a poner a la cabeza

Kagami jugaba en la posición de golpeador junto con Izuki, el puesto de buscador lo tenía Kuroko por ser el más rápido e imperceptible, incluso las pelotas a veces se confundían sobre el lugar en donde estaba.

-nuestra mala racha va a terminar

Y como lo esperaban, el entrenamiento casi los mata por inanición pero era algo que ya necesitaban, o al menos Kagami si lo hacía. Después de un verano  estudiando magia en libros él solo en su casa cuidando que sus vecinos muggles no se dieran cuenta se alegraba de poder jugar quidditch una vez más.

-¿no has hablado con Aoimine?-le preguntó Kuroko acercándose en la escoba

-no, no quiero hablar con él

-¿es por lo que pasó el año pasado?

Kagami se quedó callado.

-Kagami, sabes cómo es Aoimine y su forma de ser tan difícil, lo que hizo no tiene justificación pero…

-eso mismo, él no tiene justificación Kuroko, no me pidas que lo perdone así como así y más cuando se está comportando como el idiota que es

-¡¿Qué hacen ustedes dos?!-escucharon desde las gradas

Riko los estaba mirando con esos ojos matadores que solo ella sabía cómo hacer, así  que solo esa mirada asesina bastó para que ambos se concentraran en la práctica.

-_

 

Las noches en la escuela eran más divertidas que las noches en casa, eso Kagami lo tenía bastante claro, amaba tener clase de astronomía a media noche, aunque no fuese una clase muy recurrente, pero le calmaba estar en el salón estudiando las estrellas. Esa noche no tenía precisamente clases de astronomía pero en los libros que había tenido la oportunidad de ojear en vacaciones, parecía que el curso sería muy interesante ese año.

Fue al salón de astronomía que seguramente estaba vacío, los primeros días del año siempre estaba de esa forma y a Kagami le gustaba tener todo ese tiempo a solas para ver las estrellas, claro que tuvo que librarse de los vigilantes y del molesto Peeves que insistía en gritar que había estudiantes fuera de la cama a horas indebidas solo por el placer de verlo metido en problemas.

Pero esa noche nada podía hacerlo enojar, solo serían él, su libro de astronomía y su telescopio nuevo recién comprado en el callejón Diagon. O al menos eso era lo que él pensaba.

-sabía que te encontraría aquí, cabeza hueca

Era Aoimine que acababa de entrar a la sala, Kagami enseguida se puso de mal humor, incluso deseo con todas sus fuerzas que Peeves apareciera gritando “¡Estudiantes fuera de la cama!” cualquier castigo sería mejor que tener que hablar con Aoimine.

-¿aún sigues enojado Taiga?

Kagami se negaba a hablarle pero tampoco quería renunciar a su noche perfecta así que simplemente se concentró en su telescopio.

-¿no vas a hablarme?

Al parecer la respuesta era no.

Aoimine también estaba frustrado, el año pasado los dos habían sido inseparables, claro que debían esconder la verdadera naturaleza de su relación en los pasillos, y más por esa rivalidad de los Griffindor con los Slytheryn. Pero eso no les afectaba de cierta manera, Kagami estaba muy enamorado de Aoimine, hasta ese día cuando frente a toda la escuela se atrevió a llamarle “Sangre sucia inmunda” haciéndolo el hazme reír de todo Slytheryn que no lo dejaban en paz por los pasillos.

-sabes que no lo dije en cerio

-se sintió muy real Aoimine-dijo sin mirarlo

-ellos me orillaron y lo sabes

El escuchar a Aoimine diciéndole que no había sido su culpa solo lo hacía enojarse más, odiaba que no asumiera la consecuencia de sus actos y menos cuando hubiesen sido tan grabes.

-te atreviste a despreciar a mi familia ¿crees que eso es poco? El que tú seas un sangre pura no te da derecho a tratarme así

-no quise decir eso Taiga… te extrañé mucho en el verano

-que lastima, tal vez debas acostumbrarte a ese sentimiento

Aoimine se acercó al telescopio y lo tomó para lanzarlo sínicamente a otra parte del salón de clases.

-¡estás loco! Eso me costó cinco galeones

Aoimine hizo caso omiso de las quejas de Kagami y lo tomó por el cuello de la túnica para acorralarlo contra la pared, después de eso sacó su varita mágica y miró hacia la puerta apuntando con esta.

-Fermaportus-dijo claramente

Kagami trago gordo, sabía que ese hechizo era para poder asegurar la puerta mágicamente, ahora nadie podía pasar así como así.

-te amo Taiga-le dijo acercando sus labios

-no digas cosas tan irresponsables-susurró

Ambos se besaron, aunque Aoimine forzó más el beso y Kagami se separó enseguida, odiaba que Aoimine lo besara a la fuerza.

-no hagas eso-dijo Kagami en un susurro-me duele que me beses de esa manera

-¿quieres que sea más gentil?

-no… no quiero que seas de ninguna forma

-Te amo…-repitió

-te dije que no dijeras eso

-puedes probarme, puedes lanzarme el maleficio Crucio cada vez que lo diga si quieres pero por más que me duela, no voy a dejar de repetirlo

El menor se abrazó a sí mismo, él también pensaba lo mismo y amaba a Aoimine con todo su corazón pero aun así no podía olvidar como esa persona que tantas veces le había dicho que lo amaba hubiese sido capaz de negarlo frente a los demás.

-no volveré a hacerlo Taiga- le dijo al oído- no me importa que no tengas sangre pura, yo te amo

Le beso la parte de debajo de la oreja, hasta bajar un poco antes de su nuca, Kagami estaba derritiéndose en los brazos de Aoimine, hacía mucho que no se tocaban de esa forma y definitivamente ambos lo necesitaban.

-Aoimine… no…-gimoteaba Kagami

Aoimine se sabía casi de memoria la rutina, Kagami le decía que no y después de unos cuantos besos, caería completito en su juego y en cuanto beso sus labios una vez más su plan fue súper efectivo porque un poco más tarde, Kagami estaba devolviendo los besos.

Finalmente Kagami cedió completamente a los deseos del Slytheryn y se dejó caer en el piso del salón mientras Aoimine lo seguía besando de una manera muy ruda, lo mordía tan fuerte que después de un momento Kagami empezó a sangrar.

-basta Aoimine- dijo Kagami empujando a su compañero-siempre eres muy brusco-se tocó el labio

-pensé que eso te gustaba

-no me gusta…

-entonces creo que puedo ser más suave contigo

Como lo había prometido, Aoimine bajo la intensidad un poco y pronto Kagami estuvo a su altura. La calentura les era demasiada, pronto las túnicas, el uniforme, los zapatos y hasta las varitas quedaron a un lado. Ambos estaban acostados sobre una cama de ropa que se habían quitado. Lo único que se escuchaba era el sonido que hacían sus besos y un tanto el roce de pieles.

Kagami no se entendía cómo era que siempre terminaba cayendo en las redes de Aoimine, pero la respuesta era muy simple y era que él también estaba perdidamente enamorado del Slytheryn pero al igual que su compañero, era muy orgulloso para admitir que estaba enamorado de él.

-Kagami…-susurró Aoimine sobre los labios de Kagami

El menor no dijo nada, Aoimine empezó a bajar sus labios, sus besos por el cuello de su acompañante, pasando por sus pectorales y encaminado a su vientre, le encantaba saborear cada centímetro de Kagami, aunque siempre dijera lo contrario, estaba loco por él y haría lo que fuese por su amante.

Las manos de Aoimine se movían con gran maestría por todo el cuerpo de Kagami haciéndolo temblar de vez en cuando, pero cuando los labios del mayor rozaron el pubis de Kagami este se retorció.

-quédate quieto Kagami, ¿Cómo se supone que te la chupe si te mueves tanto?

Kagami se puso rojo hasta las orejas.

-¡no… no digas cosas tan vergonzosas!

Aoimine solo respondió con una risilla traviesa y siguió en lo que estaba para empezar con el miembro de Kagami que ya estaba bastante despierto. Comenzó suave, acariciando y masturbando un poco para después empezar con la lengua suave y lentamente desde los testículos hasta la punta, para después meterlo todo a la boca. Aoimine mantenía los ojos abiertos mientras le hacía la felación a Kagami, lo miraba fijo a la cara y aunque Kagami tenía los ojos cerrados sabía perfectamente que Aoimine lo miraba fijamente, él siempre lo hacía de esa manera.

El castillo estaba lleno de cosas además de personas que podían entrar en cualquier momento, el hechizo de Aoimine no funcionaría si alguno de los fantasmas atravesaba la puerta ni tampoco podía hacer que los sonidos no se escucharan así que trataba de mantener los sonidos y gemidos al mínimo.

Cuando Aoimine decidió que ya había sido suficiente se levantó y se puso al lado de Kagami quien enseguida corrió a besarlo, simplemente no podía cansarse de aquel sabor tan particular que solo Aoimine podía tener.

-¿quieres que lo haga Taiga?

A este punto, las palabras no podían salir de la garganta de Kagami, así que solo asintió tontamente recibiendo una sonrisa pícara de Aoimine que no podía esperar.

-¿Cómo lo quieres Taiga?

Ahí estaba de nueva cuenta Aoimine siendo el desgraciado que era siempre. Kagami odiaba que le preguntara ese tipo de cosas pero debía admitir que hacía todo el acto realmente erótico  y más interesante.

-¿y bien?

-dame todo lo que tengas Aoimine… así lo quiero

Había sido algo que le costó mucho decir, Kagami estaba rojo como su cabello, ni siquiera él podía creer cuan pervertido podía llegar a ser estando con Aoimine.

-entonces así será

 Aoimine se puso de rodillas y halo a Kagami por la cintura haciéndolo que se volteara y quedara en cuatro frente a él; en cuanto a Kagami, él solo se estaba dejando llevar, amaba como Aoimine podía ser tan brusco pero suave al mismo tiempo.

Se inclinó sobre el cuerpo de Kagami, se sostenía con una mano mientras que la mano libre la ocupo para buscar el pene de su acompañante y cuando lo hubo encontrado empezó a masturbarlo haciendo que Kagami volviera a perderse en aquel mar de emociones y sensaciones pero esto no le duró mucho, de un solo golpe lo penetro haciéndolo soltar un gemido bastante sonoro.

-no hagas eso Taiga… ¿quieres que alguien nos escuche?

-Ca…cállate…

Podía ser un chico bien portado y todas esa mierdas, pero a final de cuentas, Kagami seguía siendo hombre y tenía necesidades, el sexo con Aoimine era una de ellas.

Sin ningún pero más, Aoimine comenzó a moverse lentamente de adelante hacia atrás, haciendo que Kagami se sintiera cada vez más débil y a su merced. Claro que no se quedarían así solamente, las caderas de Aoimine se movían cada vez más rápido al punto que a Kagami le temblaron las rodillas y se desplomo al suelo, Aoimine aprovecho y se acostó a su espalda, alzo una de sus piernas y lo siguió penetrando con la misma fuerza.

Esa posición era sin dudar la favorita de ambos porque los hacía sentir el doble y hasta el triple. Ninguna magia les hacía falta para poder disfrutar uno del otro como lo hacían siempre.

Aoimine estaba sin duda a punto de llegar al orgasmo pero quería esperar un poco más para venirse al mismo tiempo que Kagami al que le estaba costando un poco más de trabajo.

-¿Qué estás esperando Taiga? Córrete de una vez

-¡cierra la maldita boca!-le dijo con los dientes apretados

El mayor apretó un poco el pene de Kagami y se movió más rápido, esa era una cosa muy peligrosa, podía venirse en cualquier momento pero estaba decidido a hacer a Kagami correrse lo más rápido que pudiera. Y lo logro justo a tiempo.

En el momento en el que Aoimine se dejó ir dentro de Kagami, este mismo también se vino en la mano de su amante. Con cuidado, Aoimine salió del cuerpo de su acompañante respirando muy agitado y enseguida empezó a vestirse.

-vístete antes de que alguien pase por aquí

-Aoimine… ¿Por qué siempre terminamos de esta manera? Dime… ¿tu sientes algo por mi?

-¿acaso eres idiota? Ya te lo dije antes, te amo

-no lo parece ¿sabes? Siempre se están riendo de mi por tu culpa, siempre estas mencionando ese asunto de “sangre sucia”

-conoces a mi familia, si saben que tengo algún tipo de relación con un sangre muggle no sé lo que harían

-entonces, si tanto te molesta mi sangre, no deberíamos de vernos más

Claro que la idea no era para nada del agrado de Aoimine, él amaba a Kagami con todo su corazón pero sus asuntos familiares eran cosa sagrada.

Kagami terminó de vestirse y recogió su telescopio, debía volver a la torre de Griffindor mientras aún estaba obscuro, así nadie se daría cuenta de que se había ido.

-Taiga…

-no, si las cosas van a seguir iguales entonces no quiero que esto siga creciendo- se llevó una mano al pecho y se mordió el labio inferior para no llorar- te amo demasiado como para seguir de esta manera

Los Slytheryn eran conocidos por tener un corazón frio como la nieve, pero claro está que siempre existe alguna excepción a la regla y Aoimine lo era. Detrás de esa cascara de frialdad, estaba ese muchacho perdidamente enamorado que solo quería amar y haría cualquier cosa por su amante.

-no es mi intención que…

-no digas nada Aoimine, ya no

Dicho esto, salió del salón.

-_

A la mañana siguiente cuando todos estaban tomando el desayuno, todos estaban como de costumbre, ruidosos  y muy alegres excepto Kagami que apenas y había tocado las hojuelas de maíz en su plato de cereal, algo muy preocupante puesto que normalmente era él quien arrasaba con la comida de una sola sentada.

-¿sucede Algo Kagami?-le preguntó Kuroko en ese tono suyo casi inaudible

-nada…

-anoche tú y Aoimine se vieron ¿no es así?

Kagami casi se atraganta con la comida.

-lo sé porque Aoimine no está en su sitio

En ese momento Kagami se dio cuenta que efectivamente en la mesa de Slytheryn estaban todos menos Aoimine, se preocupó un poco de lo que le podría haber pasado pero antes de que pudiera pensar siquiera en levantarse e ir a investigar, por la ventana entro una lechuza y dejo caer justo frente a Kagami un sobre rojo.

-¿un vociferador?-dijo Kuroko y todos los Griffindor voltearon a ver-¿Quién te envió eso?

-no lo sé, pero más vale que lo abra

Se acomodó en su lugar y bajo la mirada de todos abrió el sobre rojo, todos los muchachos guardaron silencio esperando escuchar algún regaño vergonzoso de la mamá de Kagami pero en vez de eso, el sobre se levantó y en lugar de gritos de una mamá furiosa fue otra cosa.

-hola idiota-dijo la carta con voz peculiar

Claramente la voz la reconocieron todos y en el momento en que supieron de quien era el vociferador miraron instintivamente a Kagami que ya estaba todo rojo hasta las orejas.

-sé que no he sido el mejor ni esas cosas-continuo la carta- y soy un cobarde al enviar esta mierda a hablar por mí pero… quiero decirte que lo que te dije anoche fue verdad, te amo mucho Taiga y no me importa lo que digan ellos de ti, tu sangre no me interesa porque cada día que pasa te quiero más y más…

Y esto fue todo, la carta se desintegro ante los ojos de todos, la mesa de Griffindor estaba sumida en un silencio pero entonces Kagami se levantó de un salto dejándolos a todos boquiabiertos menos a Kuroko que de cierta manera ya estaba  esperando algo así.

Mientras tanto Kagami salió a toda prisa del gran comedor y corrió escaleras arriba, iba ignorando las quejas de los fantasmas y de los cuadros que le pedían que dejara de correr, incluso Peeves se molestó cuando Kagami ignoró una de sus mejores bromas. Pero no tenía tiempo para las bromas tontas de un poltergeist, sino que tenía mejores planes.

Al llegar al salón en donde tomaban clases de astronomía abrió la puerta de un golpe encontrándose ahí a la persona a quien esperaba. En el balcón mirando hacia la nada estaba Aoimine.

-¿recibiste el vociferador?-le preguntó sin mirarlo

-eres un tonto Aoimine

Kagami camino hacia él y lo tomó del hombro obligándolo a verlo a la cara, ambos tenían los ojos algo cristalinos, sus emociones eran algo difíciles de controlar.

-te amo Aoimine…

Dicho esto, se besaron suave y apasionadamente, un beso que sellaría su destino de ahí en adelante. Ahora Aoimine había encontrado algo en lo que era superado pero por primera vez no se sentía mal que un sangre muggle le fuera superior en algo.

-te amo Taiga…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Buenas~ espero que les gustara este lindo oneshot a mi en lo personal me encanta esta pareja -muchomasqueelkagakuro- y bueno~

Un auncio (?) si les gusto el fic y son fans de Magi los invito a leer http://www.amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=118694&warning=5 esta bueno! tiene drama mucho drama (?) lo unico malo es que se actualiza cada 2 semanas XD 

Bueno bueno gracias por leer ;3


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