Era octubre de 2014, un horrible mes para muchas fans de un grupo coreano de chicos ya que uno de ellos había anunciado que se iba a casar con su novia aquella misma mañana de una forma un tanto repentina. Algo que pilló de sorpresa a todas las fans alrededor del mundo creando felicidad en algunas y tristeza en otras muchas.
La SM, empresa a la que pertenecía aquel grupo, no llevaba un año especialmente bueno en el trabajo ya que algunos de sus artistas la habían demandado y se habían ido de sus grupos o se habían tomado un descanso indefinido.
A causa de tantas bajas de artistas realmente importantes en los grupos mucha gente estaba furiosa y lo último que les faltaba era el anuncio del noviazgo y de la boda de repente.
Lo único que deseaban las fans de todos los grupos de la SM era que se terminase el año sin ninguna noticia que volviera a dejar shock a medio mundo por otra retirada de algún idol o el anuncio de otra nueva relación de una forma tan inesperada como en el caso del chico ese, Sungmin, con su compañera de un musical con la que compartía protagonismo y en la que se conocieron, Sa Eun.
Lee Sungmin, cantante del famoso grupo de K-pop llamado Super Junior estaba en vísperas de casarse pronto con su novia, SaEun. Ante los ojos de mucha gente todo parecía bonito, eran una pareja que habían hecho enfurecer a todas las fans, o casi todas las fans del chico, pero a pesar de eso ellos parecían una pareja feliz… Y eso era la realidad, que simplemente lo parecían pero en verdad no lo eran.
Muchas personas pensaban que era una tapadera, que había algo oculto detrás de eso… pero tampoco esa era la realidad.
La realidad era que Sungmin estaba durmiendo ya, en la casa de su novia abrazándola como solía hacer las noches que dormían juntos. Era un departamento no muy grande pero lo suficiente para que vivieran dos personas. El chico llevaba unos días quedándose allí junto a ella porque en su casa vivían el resto de sus compañeros de grupo y no se la llevaría allí, de hecho ella nunca visitaba esa casa a menos que necesitara encontrar a Sungmin por algo necesario o urgente.
En medio de sus sueños se despertó porque escuchó algo raro, un ruido, abrió los ojos y ella no estaba a su lado en ese momento y los ruidos venían del baño. Se sentó en la cama frotándose un ojo y miró hacia la puerta del baño desde la que salía un poco de luz por la parte de abajo debido a un pequeño hueco que había para que la madera no rozara contra el suelo al cerrarla y abrirla.
La chica no tardó en salir y los dos se miraron, aunque ella parecía sorprendida al verlo despierto a esas horas. Se acercó caminando a la cama y se sentó en el lado derecho que es en el que dormía siempre ella.
-¿Qué haces despierto? –preguntó mirándolo en la oscuridad, sólo entraba luz por la ventana y no demasiada debido a las cortinas.
-Escuché que te habías levantado… ¿Estás bien? –preguntó Sungmin sin moverse de la posición, solo la seguía con la mirada.
-No, no estoy bien, desde que todo el mundo sabe lo nuestro yo no estoy nada bien –dijo ella tumbándose en la cama dejándose caer, dejando ver que estaba molesta. El chico suspiró pesadamente y se tumbó de costado pasando una mano por el vientre de ella para abrazarla.
-¿Qué pasa ahora? –preguntó Sungmin de nuevo, estaba cansado de discutir aquel tema.
-Mi representante me llamó diciendo que algunas de tus queridas ELF han ido a mi empresa a dejar fotos con mi cara pintada y con una X encima… ¡Estoy harta de esas malditas crías! –dijo SaEun mirando al techo y apartándole la mano al chico de un manotazo, aquello le molestó bastante a él.
-Bueno pues ya lo hemos hablado… No las insultes, tú también tuviste a su edad un famoso al que admirabas –dijo él defendiendo a sus fans, a pesar de que sabía que muchas lo odiaban en ese momento.
-Siempre con tus excusas, siempre defendiendo a esas crías a las que ni si quiera conoces… ¡Estoy cansada! No podemos estar bien si sigues así, preocupándote de si ellas están defraudadas contigo o no –dijo ella ladeando la cabeza para mirarlo enfadada.
-¿De qué hablas? Eres tú la que siempre anda quejándose de mis fans, es cierto que a veces hacen cosas que no deben pero tú eres la que le da más importancia de la que debes –dijo él negando con la cabeza y miró hacia otro lado.
-¿¡La importancia que debo!? ¡¡Te estoy diciendo que han ido a mi empresa…!! ¡¡A mi empresa Sungmin!! –dijo SaEun empezando a gritar y sentándose en la cama para poder discutir bien.
-No grites, son las tres de la mañana y vas a despertar a los vecinos –dijo él tranquilamente, pues ya no quería discutir, le parecía absurdo seguirle el juego a su novia.
-¿Y qué importan los vecinos? ¿Ahora también vas a defenderlos a ellos? –dijo ella sarcásticamente.
-Ya está bien, duérmete, esto no va a llegar a ningún lado –dijo él dándole la espalda a ella para tratar de dormir.
-¡¡No me des la espalda Lee Sungmin!! Soy yo la que se pasa las noches llorando por las malditas niñatas esas –dijo ella realmente indignada hasta que logró que su novio se cansara de escuchar tanta tontería.
-Me voy –dijo seriamente sin alzar la voz y se levantó de la cama, no pensaba seguir aguantándola.
-¿A dónde vas a estas horas? –dijo ella realmente sorprendida por la decisión tan radical del chico.
-A mi casa, mañana tengo ensayo y si no puedo dormir aquí me iré a dormir allí que al menos están callados –dijo comenzando a cambiarse de ropa para ponerse ropa deportiva y fue bastante rápido en cambiarse, tenía ganas de salir corriendo de allí.
-Pues… pues vete –dijo ella que era demasiado orgullosa como para pedirle perdón por los gritos y sugerirle que se quedara a dormir allí para que no tuviera que salir a esas horas de la noche.
-Pues muy bien –dijo él cogiendo el móvil, las llaves y su cartera antes de salir de allí dejándola sola y llorando porque ahora su novio se había ido por su culpa.
Sungmin estaba enfadado pero prefería no seguir pensando en las imparables discusiones con su novia así que condujo hasta la casa en la que vivían el resto de sus compañeros. Compañeros que se habían empezado a acostumbrar a su ausencia en la casa, unos más que otros. Cuando llegó a la casa entró en silencio, todos estaban ya durmiendo porque se levantarían a las 7 de la mañana y ya eran las 3:30. El chico caminó silenciosamente hasta su antigua habitación en la que ahora dormía Kyuhyun solo, su ex compañero de cuarto, y se desvistió lo más callado que pudo.
Se metió en la cama junto a él ya que solían dormir en una cama grande y lo abrazó por detrás ya que extrañaba dormir con aquel chico, el chico que en silencio amaba sobre todas las cosas, el chico que si le pedía que lo dejara todo él se iría con el menor sin pensarlo, el chico que ocupaba su mente y creaba sonrisas en su rostro.
Al pasar el brazo por la cintura del menor se dio cuenta de que estaba tocando algo, un papel o algo parecido y se extrañó así que lo cogió con cuidado y a su vez alargaba la mano hasta su móvil, alumbrando. Sorpresa fue la que se llevó al ver que ese papel era una bonita foto de ellos dos juntos, felices y sonrientes abrazados. Se acordaba perfectamente de ese día ya que fue en unas pequeñas vacaciones que tuvieron con todo el grupo y aprovecharon para ir de excursión a un lugar alejado, en unas montañas y esa foto la tomaron cuando estaban jugando todos entre los árboles. Recordaba que justo en ese momento todos estaban riendo felices y el menor lo había abrazado buscando algo de cariño en su hyung ya que otros chicos del grupo se metían con él de broma. Cuando se abrazaron al parecer uno de sus compañeros les sacó aquella bonita foto en la que se estaban abrazándose y mirándose el uno al otro con una sonrisa de oreja a oreja.
Aquello hizo que Sungmin empezara a tener muchas preguntas en su interior, no sabía por qué razón Kyuhyun actuaba tan frío con él esos días y de repente cambiaba y actuaba cariñoso, no entendía por qué era bipolar y tampoco entendía por qué dormía con una foto de ellos abrazados en el bosque.
Estaba cansado y colocó la foto donde estaba, luego puso la alarma en el móvil y finalmente terminó por abrazar al maknae con cariño y delicadeza para no despertarlo, lo abrazó por la espalda ya que no quería mover la posición que Kyuhyun ya había adoptado para dormir y se quedó dormido pensando en aquellas cosas extrañas en el comportamiento del chico que tanto amaba. Hacía tiempo que había perdido las esperanzas pero aquello realmente le hizo dormir con una sonrisa, tanto por pensar que tal vez podría gustarle como por volver a dormir junto a él, muy junto a él.
Kyuhyun no se enteró, estaba demasiado cansado como para darse cuenta de que había movimiento en su cama y menos con lo cuidadoso y delicado que era Sungmin.
Ambos durmieron profundamente, el uno abrazando al otro y el otro dejándose abrazar por el uno, como en los viejos tiempos, tiempos que los dos extrañaban y deseaban repetir como aquella noche, tiempos que probablemente se empezarían a repetir desde aquel día.