No le molestaba, pero tampoco le agradaba ¿Qué era eso? ¡¿Eso no era una orden común y corriente?! Tenía que ir con su copia, perfecto, nada podía mejorar este día. Además de que Naruto se fue con Kakashi, mientras Sakura se fue con Ino hacer cosas que nadie sabe, pero eso no importa. La mano de Sasuke estaba empezando a sudar.
—Maldición, juro que mataré a Kakashi después de esta misión —gruñó Sasuke, sin soltar la mano de Sai—. ¿Y tú no tienes nada que decir? —le preguntó a su compañero.
—No, después de todo, no siento nada —respondió el de piel pálida, haciendo que Sasuke se molestará—. Que a ti te moleste no es de mi importancia.
—Eres una maldita copia barata —murmuró Sasuke.
—Haz como si no existiera, ayuda —le dijo Sai.
Hubo un silencio bastante incómodo. La misión consistía en pasar un laberinto, ¿quién haces misiones así? Nadie sabe, lo segundo, no podían soltarse de la mano con su pareja, aunque se odiaran hasta matarse, era simplemente NO y eso cabreaba mucho a Sasuke, además que su pareja era, un rarito. Y sus manos sudaban, pero no podían soltarse.
—¿Cuántas personas participan en esto? —preguntó Sasuke, no quería que lo vieran agarrado de la mano con otro hombre.
—Casi todo Konoha.
Sí, era un área especialmente con un laberinto que puede usar una aldea entera. Sasuke, desde ahora estás condenado a que te digan gay.
—¿Se supone que el que llega primero puede crear una ley? —preguntó nuevamente Sasuke.
—¿Estás ciego que no leíste las reglas? —esquivó Sai con otra pregunta, a Sasuke no le gustó mucho la respuesta.
—Quería ver que tan buena es tu memoria, copia barata.
Sasuke y Sai caminaron en un silencio mutuo, la verdad no tenían ninguna estrategia para llegar al final de ese laberinto, solo caminaban sin pensar en nada, hasta que vieron a Tsunade con Shizune jugando cartas en medio de ese laberinto.
—Tsunade-sama, llegaron los ganadores —le dijo Shizune.
—¿Eh? Con que Sasuke, pensé que no participarías —dijo Tsunade, dando por victoria su jugada de cartas.
—En realidad no pensaba ganar —dijo aburrido.
—Bien, Shizune hazlo —habló Tsunade repartiendo las cartas.
—Sí, Tsunade-sama.
Shizune apretó un botón y todas las paredes del laberinto cambiaron al ser las casas y tiendas, Tsunade pensó bien. El Genjutsu había funcionado a la perfección.
—¡Teme! —Alegó Naruto, deshaciéndose del agarre con Kakashi—. ¡Hiciste trampa! —alegó.
—No hice trampa, dobe.
—¿Y qué nos ganamos? —preguntó Sai
—Nada, era una misión y yo no les daré dinero y menos que creen esa ley —comentó, repartiendo las cartas—. Shizune, al cuarto encuentro.
—Sí, Tsunade-sama.
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Todo el equipo siete se encontraba caminando, sobre como lo pasaron en el laberinto. Sasuke solo ignoraba las preguntas, mientras Naruto tenías las manos en la nuca y Sakura miraba atrás de vez en cuando, le lanzaba una sonrisa a veces y el no entendía el por qué. Hasta que se detuvo, o mejor dicho, alguien lo detuvo.
—Sasuke-kun, ¿acaso te gusto? —le preguntó Sai.
Sasuke no entendió la pregunta hasta que se fijó en su mano, seguía agarrando con la fuerza la de Sai, como si no quisiera soltarlo nunca. Naruto, Sakura y Kakashi aumentaron el paso hasta dejarlos completamente solos. Sai esperaba la respuesta, mientras a Sasuke un sonrojo le invadió la cara y en un instante soltó la mano de Sai.
—¡Cla-claro que no! —se cruzó de brazos—. A mí me gustan las chicas.
—Bueno, es que me agarrabas la mano con fuerza y me jalabas a todos lados mientras hablaba con otras personas —dijo Sai, dándose un masaje en la mano.
Sasuke solo apretó los dientes, la mano de Sai se sentía cálida. Como lo odiaba por eso.
—Bueno, si quieres nos agarramos de nuevo las manos —propuso Sai.
—Solo por este día —murmuró Sasuke, sintiendo como su mano era rodeada por la mano de Sai.
La mano de Sai era muy cálida.
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