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Que hermoso lío. por anon_kagamine

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Notas del fanfic:

Los personajes son míos, la trama también, y los ocupé en un shot de Hallowen xD Por si querían saber (?)

Notas del capitulo:

He llegado con una nueva historia que consta de 5 capitulos, espero que lo amen tanto como yo xD ¡Disfruten!

Todo iba marchando perfectamente bien en la casa de los Molins, el hijo menor de la casa estaba jugando afuera con los insectos, el mayor ordenaba la sala de estar y la madre se arreglaba para salir a comprar. Aquello era lo mejor que podían hacer, ordenar la casa, ir a comprar los víveres necesarios y no tener en frente a un estorbo. Todo estaba coordinado para que saliera de forma correcta.

-Bien Bastián, ahora iré al super mercado y quiero que cuides de tu hermano, después de todo, terminaste de limpiar, ¿No? –Preguntó sonriente la adulta de largo cabello castaño oscuro hasta la cintura, mientras tomaba su bolso y estaba a punto de salir por la puerta principal de la casa –Saluda de mi parte a Henry cuando llegue –Fue lo último que se escuchó proveniente de la señora, pues luego salió por la puerta principal, dejando a sus dos hijos solos en casa.

–Que te vaya… Bien… –Susurró Bastián apenas llegando a la sala más aproximada a la entrada, para luego soltar un suspiro y sonreír, su madre podía ser muy rápida para algunas cosas – ¡Gabriel! ¡Ven acá! –Demandó ahora, llamando a su hermano menor de once años.

– ¿Sí? –Contestó el pequeño llegando de una manera veloz a la sala, mientras sostenía un juguete de robot en su mano derecha y uno de dinosaurio en su mano izquierda.

–En más o menos diez minutos llegará Henry, por favor, te ruego que seas amable con él ¿Sí? Ha venido veces anteriores, pero sólo te ha visto y no han hablado, así que hoy, si llegan a hablar, compórtate ¿Sí? –Pidió el mayor de 16 años mientras juntaba sus manos de forma rogatoria, enfocando más el pedido.

–Claro, claro… Entonces… ¿Amable y calladito? –Preguntó Gabriel, con una mueca de disgusto.

–Sí… Y tranquilito –Río Bastián a la vez que con su mano derecha desordenaba los ya indomables cabellos de su hermanito menor, mientras éste ante eso sonrío.

–Vale, lo intentaré –Respondió y entonces se sentó en el sillón más próximo de la habitación, donde jugó un poco más con su robot y su dinosaurio.

Luego de eso, lo único que hicieron ambos hermanos fue ordenar y jugar, obviamente sin desordenar pues si no, no tendría caso el ordenar. Luego de exactamente quince minutos con cuarenta y tres segundos y seis milésimas de segundo, el timbre de la casa de los Molins sonó. Rápidamente Bastián salió en búsqueda de su amigo, a la vez que Gabriel se quedaba quietecito en el sillón, esperando a la visita.

– ¡Henry! Qué bien que ya llegaste, entra, entra –Insistió Bastián a la vez que le abría paso a su amigo para que entrara a su casa.

–Vale, que ya entro –Río el recién llegado, mientras se abría paso el mismo para adentrarse a la casa. Una vez que estuvo adentro y la puerta cerrada, el par de amigos chocaron las manos y se sonrieron.

– ¿Quieres conocer a mi hermanito? –Preguntó Bastián de la nada, únicamente para probar cómo se comportaría Gabriel.

–Eh… Vale, ¿Dónde está? –Preguntó Henry un tanto emocionado, puesto que le gustaban mucho los niños pequeños.

–En la sala de estar, por acá –Lo guió Bastián hasta la sala de estar, donde encontraba sentado Gabriel aún simulando como si jugaba con sus juguetes –Gabriel, te presento a Henry –Dijo Bastián y entonces la mirada castaña del menor subió hasta encontrarse con la dorada de el llamado Henry.

–Ho… –Gabriel iba a contestar, pero entonces quedó boquiabierto. El chico al lado de su hermano, Henry, tenía ojos dorados y el pelo totalmente negro, mientras que de altura y proporciones parecía ser más alto que su hermano y un poco más delgado. Al principio creyó que alucinaba, pero algo le dijo que eso era real.

–Mucho gusto… –Dijo Henry acercándose al menor, agachándose y ofreciéndole su mano en forma de saludo.

–Ga-Gabriel… Me llamo Gabriel –Sonrió Gabriel a la vez que estrechaba su mano con la del amigo de su hermano, más aún así por dentro se reprochaba su reacción al verle.

– ¡Qué lindo! –En ese momento la verdadera naturaleza de Henry salió, y de una manera sorprendente comenzó a abrazar a Gabriel, estrechándolo en sus brazos, a la vez que éste se alertaba.

– ¡Hermano! ... ¡He-Hermano! –Clamaba a su hermano por ayuda, más éste no hizo más que ignorarle, pues su teléfono celular había comenzado a sonar.

–Cállense –Ordenó Bastián y entonces la sala quedó en total silencio, luego contestó el teléfono – ¿Diga? –Habló, esperando respuesta. – ¿¡Qué!? –Preguntó luego – ¿¡No se te podía olvidar algo menos importante!? –Luego de unos segundos calmándose, volvió a hablar –Vale… Voy de inmediato –Entonces cortó la llamada, y vio a su amigo junto con su hermano con una mirada seria – A mamá se le olvidó la billetera, me voy al super mercado a dejársela y lo más seguro es que me pida que me quede con ella después… Así que… Bueno, te dejo a cargo de mi hermanito ¿Vale? En más o menos dos horas volvemos –Dijo de lo más normal Bastián a la vez que tomaba una billetera roja de la mesa de centro de la sala, y se iba de la casa.

Una vez que estuvieron solos Henry y Gabriel, había un silencio incómodo, ni siquiera se habían movido de lo rápido que había pasado las cosas.

–Eh… ¿Henry? ... ¿Me puedes soltar? –Pidió Gabriel ya incómodo por la posición en la que se encontraban y, únicamente ahí pudo volver a respirar normalmente.

–Pe-Perdón –Se disculpó el chico de doradas orbes a la vez que sonreía nervioso –Y pues… ¿Qué hacemos? –Preguntó luego sin saber bien qué hacer en aquella situación, sinceramente lo único que quería hacer era jugar con Gabriel, pues era muy tierno a su criterio.

–En la pieza de Onii-chan hay una consola de videojuegos… ¡Podemos jugar ambos allí! –Sugirió Gabriel a la vez que sonreía, realmente eso era lo único que podía hacer ahí, había prometido comportarse aunque normalmente lo que haría sería ignorar a Henry por el reciente abrazo.

¡Buena idea! –Respondió el pelinegro y entonces se dispuso a caminar, más no recordaba dónde estaba la habitación de su amigo –Eh… En… –De repente titubeó y paró, sacándole una risa a Gabriel, quien le tomó suavemente la mano para luego sonreírle.

–Yo te guío –Dijo y entonces, de la mano, subió las escaleras junto a Henry en dirección a la habitación de Bastián. Por alguna razón se sentía más a gusto tomándole la mano que abrazándolo, por lo cual sonreía. Más en todo caso contrario se encontraba Henry, quien apenas se podía controlar, pues era un shotacon y lolicon de primera, y que un niño tan tierno la sostuviera la mano, lo tenía loco.

¿Cu-Cuánto falta? –Preguntó Henry muy nervioso e inquieto, faltaba poco para que se saltara a Gabriel y lo abrazara sin pudor.

–Es aquí –Señaló la puerta frente a ellos y entonces soltó la mano del mayor, haciendo que éste de desanimara –Pasa –Dijo luego, abriendo la puerta y entrando primero a la habitación. Henry obedientemente le siguió y entonces se encontró en la habitación de su amigo. La habitación era casi normal, de no ser por los muchos videojuegos que había en los muebles, el televisor encima de una repisa y la consola de videojuegos que estaba conectada al televisor, en lo demás estaba el closet, la cómoda, la cama y la ventana como en cualquier otra habitación.

–Wow… ¿Cuál jugaremos? –Preguntó un poco asombrado Henry por la cantidad de juegos que poseía Bastián.

–El que quieras –Respondió sonriente Gabriel, pero entonces desvió la mirada e infló sus mejillas –Aunque me gustaría mucho uno de combates… –Confesó el menor, y de tanta ternura Henry casi se desangra.

¡Vale, vale, jugaremos tu juego de combates favorito! –Dijo Henry eufórico, a punto de lanzarse al inocente chico de once años.

¡Genial! –Respondió feliz Gabriel y entonces corrió a la repisa donde estaba el videojuego que él amaba, sin saber, que se había salvado de ser derribado por Henry. Una vez que tuvo el videojuego en sus manos, encendió el televisor, introdujo el cd en la consola, e inició el juego –Henry, es mejor que te sientes –Dijo sonriente Gabriel, a la vez que se acercaba a pasarle un control de juego al mayor.

–Bien –Respondió con una suave sonrisa Henry para tomar el control y sentarse de piernas abiertas en el suelo, luego por unos instantes se quedó haciendo contacto visual con Gabriel, quien se estaba incomodando.

¿Qué pasa? –Preguntó un poco sonrojado de lo nervioso que estaba Gabriel, entonces vio una seña que hizo Henry.

–Ven, acá –Señaló sus piernas Henry, y entonces Gabriel asumió que quería que él se sentara en sus piernas.

–Bi-Bien… –De una manera completamente incómoda el menor se sentó en las piernas del pelinegro y entonces Henry se sonrojó, a lo que se refería era que se sentara en el hueco que había entre sus piernas, pero eso no estaba tan mal, así que calló.

–Bien… Juguemos –Fue lo que dijo Henry, pero luego de cinco minutos jugando se dio cuenta de que Gabriel se movía mucho al jugar y eso, en esos mismos momentos no le era de mucha ayuda. Henry no tenía preferencia definida y el hecho de que Gabriel estuviese sentado en sus piernas, con su trasero rosando su miembro cada vez que se movía, lo estaba empujando a una elección.

Poco faltaba para que la ronda terminara con un animado Gabriel y con un muy desconcentrado Henry, cuando algo paró el juego. Henry se estaba descontrolando y había posado su mano cerca del estómago de Gabriel, incomodando a éste.

–Qué… ¿Qué haces? –Preguntó sonrojado Gabriel y entonces bajó la mirada, pero Henry subió más su mano sin contestar, proporcionándole una alerta a Gabriel, quien rápidamente se levantó, pero tropezó.

–Ven… –Pidió Henry y entonces se posicionó encima del caído con tal de que éste no se levantara –Estate tranquilito… ¿Sí? –Pidió Henry y Gabriel dejó de moverse, por alguna razón justamente ahí había recordado las palabras de su hermano, y aunque no sabía si ponerlas en práctica ahí, lo hizo.

–Va-Vale… –Respondió Gabriel cerrando los ojos, y eso fue cono un ‘pase’ para Henry, quien rápidamente lo tomó en sus brazos, dejando al menor desconcertado, para terminar rápidamente en la cama.

–Vamos a experimentar… –Susurró Henry y toda su naturaleza shotacona salió a la luz. Dirigió sus labios a los de Gabriel y comenzó a besarlo suavemente, para descontrolarse gradualmente y meter su lengua en la boca del menor, bajar sus manos al abdomen del menor y subirle la polera.

Gabriel lo único que hacía era dejarse tocar, estaba muy sonrojado y lo demás, pero suponía que ya no podía hacer nada, así que sólo permitió que Henry llegara tan lejos como quisiera. De su lasciva expresión y beso, comenzó a salirle saliva fusionada de ambos, haciendo así más lasciva la escena.

Henry subió más la polera de Gabriel, y entonces comenzó a jugar con sus pezones, sabía que eso estimulaba a los pasivos de alguna relación, y esta vez no fue la excepción, tan pronto como sus manos tocaron los pezones del menor, éste comenzó a gemir en un tono muy bajo.

–A-Ah… Henry… –Musitaba entre el beso el menor, y esa provocó a Henry, quien despiadadamente comenzó a apretar más fuerte los pezones del menor, quien ya se retorcía.

–Así que te gusta… –Razonó Henry y entonces le dio un pequeño beso al menor –Ya quiero oírte gemir más… –Sonrió de medio lado el mayor, pues ya estaba siendo guiado por deseos carnales, los cuales eran muy fuertes, y como sabía que tenía tiempo limitado, comenzó muy rápido con la acción. Tomó la mano del menor y entonces lo vio a los ojos– Mastúrbame –Solicitó duramente el chico a la vez que bajaba la mano del menor hasta su pene.

–Va-Vale… –Respondió Gabriel y entonces comenzó a frotar su mano contra el montículo en el pantalón de Henry. Eso hizo jadear al mayor, quien con el sólo pensar que un niño de once años le estaba masturbando se excitaba. De un momento a otro el movimiento se comenzó a hacer más frenético y Gabriel ya no estaba tan avergonzado, pensó “ojo por ojo” Henry le masajeaba los pezones mientras él le masturbaba, no era injusto ¿Verdad?

Aunque eso duró poco, Henry ya estaba duro y estaba muy lascivo y pervertido, tanto así, que se acercó a la oreja de Gabriel para lamerla y luego susurrar: – ¿Te lo meto? –Sin pudor alguno. Más Gabriel no se inmutó, también estaba siendo participe de gran placer.

–Sí… Si quieres… –Respondió gimiendo en voz baja Gabriel, y entonces Henry sonrió, despojando de su ropa inferior a Gabriel, abriéndole de piernas, y luego bajándose los pantalones y los bóxers él mismo.

–No se te olvide gritar… –Fue lo último que susurró Henry, y entonces metió toda su masculinidad e una sola vez dentro de Gabriel. Él era un principiante en eso, de hecho, era su primera vez.

¡A-Ahhh! –Gritó de dolor Gabriel y entonces comenzó a llorar, más aún así Henry le hizo caso omiso. De una manera desconsiderada comenzó a embestir al menor, quien lloraba y lloraba – ¡Pa-Para! ¡Por favor Henry! ¡A-Ah! ¡Duele mucho! –Gritaba Gabriel, más sus gritos se confundían con los gemidos de Henry y con el rechinar de la cama.

La fuerza con la que Henry embestía a Gabriel era realmente incomprensible, no le tenía la menor compasión al pequeño Gabriel, tan solamente le importaba su propia satisfacción, aunque con el pasar de los minutos, los reclamos de Gabriel fueron cesando, su cuerpo se estaba acostumbrando y ya estaba lo estaba comenzando a gozar.

–A-Ah… He-Henry… Pa-Para... Ahh~ –Pedía ahora débilmente Gabriel, mientras se afirmaba de la espalda de Henry, apretando más fuertemente ésta con cada embestida que le daban.

–Pero si ya hasta te está gustando… –Respondió jadeando Henry, él sabía que pronto se correría, aunque no sabía si Gabriel pudiese hacerlo, así que comenzó a dar embestidas más profundas llegando hasta el punto de enloquecimiento.

–A-Ahh… ¡Aaahh! ¡Ahí! ¡Ahí! –Gimió de repente Gabriel, y entonces Henry se aprovechó, Comenzó a dar embestidas más fuertes y profundas a Gabriel, llegando una y mil veces a enloquecerlo. Más iban a ritmo tan rápido que Gabriel comenzó a sentirse raro –A-Ah… nn… E-Eh… Y-Yo… He-Henry… Nn… –Intentaba hablar, pero entonces los hechos hablaron por él.

Lo que Henry no imaginaba pasó, Gabriel se corrió entre los dos y su interior comenzó a ponerse estrecho nuevamente, causando así que Henry también eyaculara pero dentro del menor. Ambos llegaron al clímax exhaustos y sudados. Henry cayó encima de Gabriel feliz, mientras que el menor aún estaba confuso y preocupado.

–Entonces… ¿Qué pasará ahora? –Preguntó sonrojado Gabriel, le preocupaba ese tema, ya no sabía cómo reaccionar, pero Henry sólo se rió ante su pregunta.

¿Cómo que qué pasará? ¡No puedes dejar que nadie más que yo te toque! –Respondió sonriendo levemente Henry a la vez que abrazaba al pequeño.

–Eso puede tomarse… Como… Que… ¿Soy de tu propiedad? –Preguntó inocente Gabriel, mientras correspondía el abraza otorgado por el mayor.

–Eres… Eres… –En ese momento Henry le dio un tierno beso a Gabriel y le sonrió de manera radiante –Eres mi novio. –Fue lo que decretó, y así se quedó.

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¡Comenten, comenten! xD Por favor no cuesta nada (?)

Buano, espero que les haya gustado éste primer capítulo. 

Anon, Fuera~


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