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Yo Solo Quería Helado (Two Shot) por ZuminoeRiriko

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Notas del fanfic:

Los Vocaoid no me pertenecen

Notas del capitulo:

Perdón por la parte donde promete lemon, la verdad es que me equivoque, pero si gustan hare una segunda parte n.n

-¿Cómo demonios paso esto?- preguntaba una muy confusa Rin, la cual no cabía de su asombro al verla escena frente a sus ojos, los cuales por cierto, estaban sumamente abiertos por la sorpresa, aunque estos tenían un toque de: “Ya lo sabía”

-Y, yo l, le d,ije… q, que n, no l, lo hi,iciera… pe, pero no me, me hizo caso…- tartamudeaba un muy sonrojado Len, que se escondía detrás de su hermana.

La pequeña rubia solo lo miro con una cara diciéndole: “Serás idiota ¬¬U”

-¿Y qué fue lo que paso?- pregunto al final la rubia, la verdad es que le daba mucha curiosidad lo que acontecía frente a ellos, y más que nada, le causaba una gracia inmensa.

-Bueno… todo empezó cuando tú te fuiste con Miku-san, Meiko-san y Luka-chan- empezó a relatar el pequeño, sin darse cuenta del aura asesina que se formó alrededor de hermana gemela, junto a una vena palpitante en su frente denotando su enojo al llamar con el diminutivo “chan”, a la última de sus amigas.

/// Flash Back ///

Eran las 8:30 de la mañana, justo la hora en la que un muy lindo rubio se levantaba de su mullida cama y empezaba a vertirse, para comer la deliciosa comida de su amigo trabajo Gakupo, pues desde que “Vocaloid Productions”, había decidido que todos los vocalistas deberían vivir juntos, compartían la casa.

Claro, que las mujeres deberían de estar en un edificio aparte, ya que se montaría un gran escándalo que los chicos y las chicas estuviesen viviendo juntos, aunque en sí a los productores no les importaba eso, de hecho era alfo que les favorecía, pero los demás no estuvieron de acuerdo, en especial Miku-san, quien había dicho:

“-¡Ja!, ni de broma, ¿es acaso que quiero que los fans de este idiota amante del helado nos maten?”

Y para sorpresa de todos en esa ocasión Kaito-san la había apoyado:

“-Estoy de acuerdo con la señorita con aires de realeza, ¿Acaso no ve con Fans que siguen a las chicas?, ¡Son unos mastodontes de casi 3 metros de altura!, aunque no entiendo cómo les pueden gustas la ´Señorita de la Realeza´, no es más que un vil bruja y…”

Después de esa tan “agradable” charla en la que Miku había golpeado con un puerro a su amigo de pelo de color azul, dejándolo en el hospital con severos daños en su cuerpo, habían llegado al acuerdo en el que estaban ahora.

“Claro que hubo excepciones” pensaba con una gota de sudor estilo en su cien el pequeño rubio, al recordar como su amada hermana había casi matado a los encargados por quererla separar de su querido hermano, diciendo que todo habían hecho un “complot” para quitárselo, cosa que todos tomaron como una graciosa broma y otro… como una linda confesión de amor, pero al final, cuando todos notaron como la chica lanzaba a diestra y siniestra unas naranjas a todos, pensaron que tal vez lo mejor era no separarlos… no querían morir todavía… mucho menos por una fruta como arma… y decidieron que lo mejor era hacerle caso, ya que no querían terminar con todo ese cítrico en su rostro ensangrentado y amoratado.

Pero regresando al presente, con un muy hermoso rubio, quien se encontraba vestido y arreglado, estaba bajando ya los últimos escalones de la segunda planta para llegar a la cocina, donde dos hombres, uno con pelo azul y el otro de morado, junto a una chica rubia similar a él, deberían de estarlo esperando.

-¡Parece que ya has despertado!- hablaba en tono animado el de pelo azul, con una linda y tierna sonrisa en su rostro, al ver que el rubio mayor, había ingresado a la cocina.

-Sí, buenos días Kaito-san, Gakupo-san…- el menor recorrió la cocina con la mirada, esta era de un lindo color violeta pálido, junto a unas ventanas, alacenas y la puerta de la misma, de un bonito color blanco, y la mesa, esta era de un color gris opaco…

Sin lugar a dudas, el peli-morado tenía un mal gusto, lo bueno es que su comida era diferente.

En la mesa del lado derecho del peli-rubio, se encontraba sentado Kaito, quien estaba de frente a la estufa donde su otro amigo Gakupo estaba cocinando con esa expresión seria que lo caracterizaba, aunque en realidad, esta expresaba molestia e irritación, mientras que la de su amigo peli-azul era de alguien que estaba por hacer una travesura.

No había necesidad de pensarse mucho el porqué de aquella escena, era obvio que era el mismo teatro de todas las mañanas.

Resumiendo todo sería así:

1- Todos bajan a desayunar.

2- Kaito intenta robar helado del refrigerador mientras el peli-morado cocina.

3- Gakupo lo descubre y le da la paliza de su vida.

4- El peli-azul suplica y llora por su vida, mientras pide perdón “arrepentido”.

5- Rin y Len van a ayudarlo.

6- Ya todos tranquilos comienzan a comer.

7- Mientras Gakupo lava los trastes Kaito vuelve a intentar robarse el helado sin ser atrapado en el acto.

8- Su plan falla y vuelve a la parte donde implora por sus hijos (que por cierto, aun no nacen).

Era un círculo vicioso, pero aun así, algo faltaba en esa imagen tan común…

-¿Pasa algo Len-kun?- hablaba de nuevo el peli-azul al ver que su amigo se había quedado inmóvil en la puerta.

-¿Eh?, ¡ah!, no es nada- decía el menor con un leve sonrojo, seguido de eso se sentó en la silla que quedaba frente a la puerta por la que acababa de entrar, pero durante todo ese recorrido, no paro de mirar el lugar, con el sentimiento de que algo faltaba.

Gakupo sonrió levemente, pensando en lo que podría estar pensando el menor.

-La mocosa del demonio dijo que iría con las otras escandalosas al centro comercial, y que llegaría por la tarde- explico el peli-morado, claro, omitiendo unas partes.

Como el hecho de que cuando le dijo a la mocosa:

“-No puedes irte antes de comer, ya casi la tengo lista, así que espera un poco, si comieras tus comidas a tiempo y dejaras atrás toda la basura chatarra, lo más seguro es que te crecerían los pecho y ya no estarías tan pla…”

No pudo ni siquiera de terminar su sermón, pues una naranja, que venía con una híper fuerza, digna de un monstruo rubio le había dado de lleno en la mejilla, la que por cierto, seguía un poco roja e hinchada por el impacto de la asesina rubia, alias: “El Shinigami Frutal”.

El rubio asintió con la cabeza, ya se encontraba más tranquilo al saber dónde se encontraba su linda hermana.

-Oye… psss… Len…- le hablaba el peli-azul en tono bajo, hasta que el rubio giro a verlo con una expresión que en realidad no demostraba nada, la verdad es que su hermanita hacía honor a su apodo, ella era su media naranja… y no se sentía completo sin ella.

-¿Qué pasa?- le respondió este en el mismo tono, ya que al parecer, lo que el amante del helado estaba por decirle, era algo que por nada del mundo el que cocinaba debía enterarse.

-Ya sé cómo hacer para que el de pelo ridículo me de lo que quiero- decía con una cara risueña.

Cosa que solo hizo que Len enarcara una ceja “¿Pelo ridículo?, ¿te has visto en un espejo?” pensaba el otro para sus adentros, pero al final decidió seguirle el juego a la persona que era “mayor” a él.

-¿Cómo?- pregunto el otro, la verdad era que no le interesaba, pero al menos así podría distraerse en lo que su hermana regresaba.

-Jeje ¡observa!- le decía el otro con una mirada y sonrisa perversa, expresión que le dio miedo al menor.

Cuando Gakupo hubo terminado la comida, que consistía en jugo de naranja, pan tostado, huevos estrellados y tocino, los dejo sobre la mesa.

-Espero les guste- dijo un tanto orgulloso de su comida al estilo americano.

Y cuando estuvo a punto de sentarse…

-No quiero comer esto- dijo un tajante peli-azul, provocando la ira del cocinero.

-¿Qué dijiste?- le pregunto Gakupo con una cara de los mil demonios al ver su arte culinario ser despreciado, sin antes haber sido probado.

“Está muerto” pensaba el menor con esta carita: ¬¬U

Mientras que la cocina era llenada por un aura maligna que deseaba el sabor de la sangre.

-Es que… yo… yo quiero tus ricos panqueques…- decía con una cara sonrojada y con ojos cristalizados por lágrimas que amenazaban con caer- one… onegai~ Gaku-chan~~~

Mientras que al peli-morado le daba una ligera hemorragia nasal, al ver a su “amigo”.

-¡Tsk!, pero será la última ves ¿entendiste?- le contesto el otro “regañándolo”.

-¡Sí!- le contesto el otro mientras sacaba la lengua y hacía la señal de Sailor Moon con los dedos, haciéndolo ver más violabl…. Lindo… más lindo de lo que ya era.

Por otro lado, Gakupo se levantó a hacer aquellos jodidos panqueques de mala gana, tanto maldito esfuerzo para que ese enfermo con problemas con el helado lo despreciara.

Len solo veía la escena entre divertido y preocupado, ciertamente el que alguien tan tonto como Kaito encontrara la forma de manipular a su amigo más serio e inflexible era maravilloso, pero bien dicen que…

“Si juegas con fuego, te quemaras” pensaba el rubio, aunque si lo pensaba bien, ese dicho con un poco de cambios quedaría así: “Si provocas al violador, no saldrás virgen”

Ante ese pensamiento tuvo que ahogar una pequeña risita que se quería escapar de sus labios, nah~, eso de que Kaito fuese violado era….


“¿Sera posible?” se preguntaba ya más preocupado y en su rostro se notaba su angustia, si bien, su amigo era un idiota y todas las cosas malas que le sucedían se las merecía, pero no tanto como para ser violado… ¿verdad?

-Aquí esta- decía la berenjena mientras ponía el plato frente al chico del helado.

-Gracias Gaku-chan~~~ y… ¿podrías hacerme también una taza con chocolate y un bombón encima?- preguntaba con ojos soñadores, llevándose a la vez, una mano a su boca, cubriéndola un poco en signo de estar “avergonzado”.

Por otro lado, Berenjena-san, tuvo que ponerse unos tapones en la nariz para evitar que la sangre saliera de esta… y… es que…

¡Era tan jodidamente sexy!

Si no estuviera el pequeño ahí, lo más seguro es que ya le hubiera hecho mil y un cosas muy MUY divertidas en la cocina, y donde que tenía mucho material para jugar con él.

“No, no, cálmate” se decía sí mismo, pues notaba que su “amiguito” dentro de sus pantalones tenía ganas de despertar.

-Claro- dijo sin más, y volvió al refrigerador para preparar el nuevo pedido.

Kaito, satisfecho por su logro, miro a Len y le hizo una seña con el dedo pulgar en señal de que había ganado.

-Jeje, ¿qué te parece?, si le muestro ese tipo de rostros no se me resiste, ¡muajajaja!, ¡Soy invencible!, no solo será este idiota, luego creare una secta, después una organización, al final seré presidente, y luego el gobernador de todo Japón, y cuando eso pase…. ¡Habrá helado para siempre!- decía el otro con unos ojos codiciosos de… helado... y un tono de vos lleno de altanería, mientras reía como un loco desquiciado.

Len se permaneció pensativo ante eso, ¿su amigo sabía acaso lo que estaba haciendo?, dejando de lado su loca idea del helado, se podría decir que se estaba entregando en bandeja de plata.

-¿Cómo te diste cuenta de eso?- se animó el rubio a preguntar.

-¿Ah?- dijo el peli-azul que se encontraba perdido en su país de helado, pero cuando hubo procesado la pregunta sonrió de forma petulante- es que ayer cuando se me hizo tarde para ir a bañar, ese idiota estuvo a punto de entrar, y ya sabes cómo es de delicado con sus baños, casi parece una señorita, pero cuando le hice una carita tierna para convencerlo de que me dejara ir primero acepto, la verdad no me lo creía, por un segundo pensé que me golpearía, pero… supongo que soy irresistible.

Termino de decir con un movimiento de cabeza, que hizo que sus bellos mechones de cabello se mecieran de un lado a otro, de forma seductora.

Pero Len solo suspiro pesadamente.

-No deberías hacer esto Kaito-san, el tratar a Gakupo-san así no está bien- le regañaba el menor, pues este sabía de los sentimientos de su amigo berenjena, y también sabía que su amigo helado jamás le correspondería, en primera porque era tan idiota que no cuenta se había dado y en segunda, porque aparte de que no era justo para Gakupo, él también podría salir herido, solo que en una zona… un tanto… “delicada”, por no decir que era la zona sagrada que todos cuidan con esmero.

-No te preocupes, no abusare del poder que el gran Dios Apolo me ha concedido- decía en un tono realmente presumido, que ni si quiera se tomó la molestia de ocultar.

El rubio solo sonrió ligeramente, aunque su amigo era un vanidoso, al menos sabía que no era bueno aprovecharse de los demás.

Claro… que no todo es para siempre…

Pues durante toda la mañana y tarde, precisamente, ya estaba por ponerse el sol, y Kaito se la había pasado viviendo como la realeza, haciendo caras delicadas, diciendo palabras provocativas y una que otra pose sensual.

Len solo se preguntaba: ¿Dónde quedo el “no abusare del poder que el gran Dios Apolo me ha concedido”?

“Si Dios le dio el poder, una berenjena lo castigara” pensaba el rubio, mientras miraba como su amigo peli-morado estaba por llegar a su límite.

-Waaa, ya tengo sueño… Gaku-chan~~~ llévame a mi cuarto- decía el amante del helado con una sonrisa de oreja a oreja, mientras extendía sus brazos para que el otro lo recibiera.

/// POV de Gakupo ///

Maldito mocoso… ¿quién demonios se cree qué es para tratarme como su estúpido sirviente personal?

No… la pregunta correcta seria…

¡¿Por qué demonios yo actuó como su sirviente personal?!

Maldición… mire al frente para ver a ese estúpido, idiota, ingenuo, tierno, lindo y sensual niño con unas…

¡NOOOOOOOOOOO!

Aquí voy otra vez, ¡mierda!

Vamos, yo soy el gran Kamui Gakupo, el hombre que toda mujer y hombre desea, si, eso es, no tengo por qué rebajarme ante este mocoso, pensé totalmente decidido, mientras levantaba la vista para ver a ese niñato que estaría acostado tranquilamente en el sillón mientras come el helado de menta que le hice y…

No esta…

Espera… ¿Dónde está?

Me detuve y lo…

¡¿Me detuve?!

Para cuando asimile todo, me di cuenta de que acababa de subir las escaleras, ahora estaba en la segunda planta, el lugar en la que están la habitación de todos y en mis brazos…

¡MALDITO MOCOSO!

¡Me la hizo otra vez!

¿Por qué demonios tiene que comportarse así?

¿Qué maldito bicho le pico?

¿Acaso quiere que lo viole?

Porque eso se está ganando, tanto maldito “Gaku-chan, Gaku-chan” es como si me estuviera dando la invitación a que yo lo…

En ese momento reaccione… claro… como no me había dado cuenta antes, quien diría que mi niño no era tan inocente como se veía, así que solo quería mi “atención”, pues bien mi amor, te la daré toda, pensaba con una sonrisa maliciosa y mis ojos miraron con lujuria al chico entre mis brazos.

/// Fin del POV de Gakupo ///

Ahora ambos chicos estaban en el inicio/fin de las escaleras.

Y Kaito se preguntaba el por qué su amigo demoraba tanto en llevarlo a su habitación.

/// POV de Kaito ///

¿Qué le pasa?, ¿Y por qué me mira así?

¡Ja!, lo más seguro es que quiere admirar más mi perfección antes de que inicie con mi sueño de belleza.

-Gaku-chan~, ¿pasa algo?- le digo en tono meloso, mientras acaricio su mejilla con el dorso de mi mano.

-Nada amor…- me dice con una vos ronca…

¡Espera!

¡¿AMOR?!

/// Fin del POV de Kaito ///

El peli-azul se encontraba totalmente sonrojado, ¿por qué su amigo le había dicho amor?

Estuvo a punto de preguntarle hasta que sintió unos suaves labios sobre los suyos…

¡Gakupo lo estaba besando!

A causa de la sorpresa el amante del helado cayó al suelo, en un intento de separarse de su amigo.

-No hagas eso, ¿estás bien?- le preguntaba la berenjena a su amigo, tendiéndole en el momento su mano para que levantara.

El menor se paró un momento a pensar si estaba bien tomar esa mano, tomando en cuenta lo que le acaba de hacer su amigo, pero al ver que su rostro inexpresivo había regresado decidió confiar, con un sonrojo latente en sus mellas acepto la mano que le tendían.

Aunque en sí, la realidad era otra, el peli-morado solo se estaba conteniendo para no hacerlo en ese lugar, pero cuando entraran a una de las habitaciones, haría muchas de las cosas que llevaba varios meses imaginándose con esa mente tan perversa suya.

-Sí… por cierto Gaku-chan~ no me vuelvas a soltar ¿ne?, aparte, ¿por qué me has besado?- decía el helado aun con un rostro provocador, llevándose inconscientemente un dedito a sus labio, para ver si así le daban la información que quería, pues… es que su amigo lo besara no tenía nada de coherencia…

Lo malo es que… sin saber… había cavado su propia tumba.

En ese momento, algo en el interior del peli-morado se rompió…

Algo llamado: “Control”

Ahora sí, su amado no se salvaba, si tanto quería que le diera “cariñitos” como para recurrir a un método tan bajo, él no se quejaría, lo complacería lo mejor que pueda, sería un excelente anfitrión durante esa noche.

Jalo de la mano de SU niño, sorprendiendo al otro en eso, pero no le importo.

Lo pego a su cuerpo y lo tomo por la cintura, mientras su otra mano se enredaba a sus mechones azules como el cielo.

Y acercando sus rostros, hasta el punto de que sus respiraciones se mesclaran, lo miro… pero no era una irada normal… era una mirada de…

DESEO

Sí, sin duda esa era la palabra que lo describía.

El peli-azul solo se permaneció petrificado…

¿qué demonios estaba pasando ahí?

En un intento por habla, el mayor apresó sus labios saboreándolos con pasión, pero no por eso dejaba de ser con amor, ya que en ese beso, estaban los sentimientos que creía que no serían correspondidos por SU niño amante del helado, siempre había tenido envidia de esas paletas y cucharadas de leche cuajada que estaban todo el tiempo en su boca y manchando sus labios, casi como haciéndole burla de que él no podía hacerlo.

Fue esa una de las razones por las cuales le prohibió el helado a la ternurita frente a él, pues hubo un omento en el que tenía celos de aquel postre… pero no más… porque él también estaba probando esos labios, y tenía la intención de hacerlo a partir de ese momento hasta el final de sus días.

Mordió el labio inferior de su niño, pidiéndole permiso para entrar que al instante le fue concedido, no pudo más que sentirse feliz ante esto.

Por otro lado Kaito no cabía de su asombro, se había quedado estupefacto con lo ocurrido, sintió como su “amigo” mordía su labio e inconscientemente abría l boca, sintiendo como la lengua del otro recorría completamente su cavidad bucal.., como si estuviera tratando de memorizar cada milímetro de esta…

Sin poder evitarlo, comenzó a soltar un par de suspiros mientras se besaban, su corazón latía a mil por segundo, las mejillas… totalmente rojas, mientras pequeñas lágrimas a causa de la vergüenza salían de sus bellos ojos.

Al final se dejó hacer, y enredo sus brazos en el cuello de su compañero, quien ya no lo resistió más y tiro al suelo a su amado.

-Espera qu…- el peli-azul estuvo a punto de protestar, pero fue callado por otro candente beso.

-Tranquilo amor, yo me encargo- le decía el otro con una sonrisa lujuriosa, pero con unos ojos llenos de amor, mientras comenzaba a quitarle la camisa a su compañero.

Kaito iba a volver a protestar, pero nuevamente fue callado por esos labios que se movían con maestría sobre los suyos…

Pero… después pudo escuchar unas voces y alarmado, dirigí su mirada a donde estaban el origen de estas…

“Tierra trágame por favor” rogaba el peli-azul mientras cerraba los ojos avergonzado y trataba de quitarse al tipo sobre él, pero este no cedía.

/// Fin del Flash Back ///

-Anda, parece que se ha dado cuenta de que estamos aquí- decía la rubia con una vos maliciosa.

-Si… pero Rin nos… ¿Qué estás haciendo?- Preguntaba el rubio al ver que su hermana estaba grabando todo con la cámara de su celular.

-Solo me aseguro las compras de la próxima semana- decía esta en tono pícaro.

Al rubio solo le cayó una gota de sudor al puro estilo anime, su hermana en verdad… no tenía remedio.

-Como sea, lo mejor será darles espacio, ven, salgamos- le decía la pequeña a su hermano con una sonrisa tierna y con esa mirada de amor que solo le mostraba a él.

Este solo se quedó anonado con aquella sonrisa, pero al final tomo la mano de su hermana y dijo:

-¡Sí!- mientras sonreía animadamente, como solo lo hacía para ella y así ambos se fueron, dejando la casa para el candente par de arriba.

En donde las cosas estaban subiendo de tono, pero eso poco le importaba al peli-azul, lo único que podía pesar este, claro, aparte de que su “amigo”, que estaba seguro de que después de eso serían más que amigos, era en cómo podía haber llegado a esa situación…

“Yo solo quería helado” pensaba “triste” y con un rio de lágrimas en sus ojos, sabiendo que el lugar sagrado iba a ser corrompido.

Continuara...

Notas finales:

Espero les haya gustado y espero sus RW n.n

jeje

y ya saben, si quieren segunda parte solo diganme n.n


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