-- ¡Hermano! ¡Hermano! --Corría lo más veloz posible, hasta casi se tropezaba, en el vestíbulo. Se encontró con un peligris en el camino y, sin detenerse, le gritó -- ¡Minos, ¿Dónde está?!
El nombrado, algo extrañado por el comportamiento de su ama, se apresuró a responderle --Está "cenando" en su alcoba --Ella siguió su camino sin decir nada, ni agradecer, pues estaba muy apresurada. El peligris rió por lo bajo --"Cenando"... --Repitió entre risillas.
Al llegar, abrió la puerta sin pedir permiso, ya sabía con lo que se encontraría. Y, efectivamente, el pelinegro estaba allí sentado en su cama, con una hermosa jóven de pelo castaño en su regazo, a quien estaba mordiendo en el cuello. A pesar de que no obstruyera su camino al cuello, los hombros del vestido y el torso estaban desajustados y, a pesar de saber lo que le sucedería, ésa jóven tenía una expresión de absoluto goce.
Luego de ser abierta la puerta y de un último y estruendoso "¡Hermano!", el pelinegro con total delicadeza separó sus colmillos del terso cuello de la muchacha, lamió el excedente de sangre que había salido al ser mordida y, para que no se desperdicie nada del líquido rojizo, tapó las dos pequeñas aberturas hacia la arteria con un algodón que ya tenía preparado. Levantó su celeste mirada hacia su hermana mayor, con algo de reproche, pero con la fríaldad de todos los días.
--Pandora, sabes que me permito esto muy pocas veces, pero todas esas veces me interrumpes --A la debil jóven del vestido rojo oscuro se le cayó la cabeza hacia delante, signo de haber perdido ya mucha sangre, y encontró apoyo en el hombro del ojiceleste.
-- ¡Es importante! --Volvió a gritar la alterada ojiambar -- ¡Shun se escapó!
-- ¡¿Qué?! --Tiró toda su delicadeza por la borda al alterarse también y arrojar a la muchacha a un lado de la cama.
Slow ride, take it easy
Slow ride, take it easy
Slow ride, take it easy
Slow ride, take it easy
Ya estaba harto de su aburrida vida, claro que volvería, pero quería probar teorías con los humanos, ¿Realmente eran tan inútiles, tontos y tan poco valían como decían sus familiares? Le parecía una enseñanza pobre sobre ellos, puesto que en contradicción la comunidad de vampiros debía coexistir con ellos, además de que los humanos y ellos son demasiado similares.
En fin, decididamente ésa noche hizo surgir sus colmillos, se arregló con un traje y su capa negra y rojiza en su interior, para hacerse pasar por un chico que se disfrazaba de vampiro en la ciudad.
Ahora reía divertido al correr por el bosque que separaba la Mansión Oscura de la ciudad más cercana, imaginándose su trato con los humanos, sintiéndose un lobo por su rapidez, cuidando increíblemente su imágen. Impecable llegó a una ruta, sólo restaba seguirla medio kilómetro para que desemboque en ésa avenida de la que oyó hablar, pero nunca había visto con sus propios ojos.
"Halloween, bonito Halloween", pensó al ver a todos esos jóvenes y niños disfrazados, tenía suerte de que también se celebraba en Japón. Caminó un poco más adentrándose en el centro de la ciudad, a medida que seguía oscureciendo, los niños y niñas con sus padres eran menos vistos. Sólo habían jóvenes, y eran de la edad que él aparentaba ser.
Muchas chicas lo saludaban, pues era muy guapo y querían conocerlo. Al castaño no le molestó, pero al verlo en la calle del frente sólo tuvo ojos para él.
The rhythm is right
Move to the music
We can roll all night
Oooh, slow ride
--Ho~la, lobito --Fue lo primero que le dijo al rubio, quizá una forma de hablar recién aprendida de los (sobretodo "las") que lo saludaban hasta ahora. Sonrió más cuando él dio la vuelta --Oye, no estás disfrazado de hombre lobo.
--Claro que no --Le habló con naturalidad, casi como si se conocieran --Soy un lobo estepario.
-- ¿Lobo...?
--Ahjá, como en el libro de Hermann Hesse.
A Shun realmente le había gustado, a parte de hermoso ése chico era inteligente --Entiendo, tanto la ropa formal como las orejas y hocico de lobo es parte de la metáfora, pero también lo que compone el disfraz. Me gusta, "señor Harry Haller".
El otro rió un poco --Mucho gusto, "señor Drácula"... ¿Ibas a algún lugar en especial?
--Hm, no realmente.
-- ¿Me acompañas a una fiesta? Tengo la impresión de que no me encontraré con alguien más interesante que tú.
Rió un poco por lo bajo --Claro, señor Haller --Y comenzaron a caminar --Eres extrangero, ¿Verdad?
--Ruso. Llámame Hyoga, si fuera Harry me vería más viejo.
Cada vez le agradaba más --Yo soy Shun, y lo mismo digo de Vlad Tepes y Drácula.
Siguieron conversando en el camino, aún el castaño se lo tomaba muy a la ligera, ya le agradaba y nada le haría cambiar de parecer: si los humanos eran tan "malos" en tantos aspectos, él era otra clara excepción.
Slow ride, take it easy
Slow ride, take it easy
Slow down, go down, got to get your lovin' one more time
Hold me, roll me, slow ridin' woman you're so fine
El llamado Hades salió de su alcoba furioso, dejando a la inconciente muchacha mal acomodada en su cama, y su hermana lo seguía todavía inquieta -- ¡Pandora, llama a Eaco!
--No hace falta, padre --Una figura masculina emergió prácticamente de las sombras --Yo me ocuparé de mi hermanito.
El pelinegro se detuvo frente a él, con su fríaldad intacta --Cuento contigo, Ikki --Pandora pudo tomar aire, relajarse y sonreír un poco, pues sabía que su sobrino haría bien su trabajo.
Shun lo entendía perfectamente, Hyoga le estaba atrayendo. Se dio cuenta de que el ruso le recordaba a su pareja anterior, Mime de Asgard, a quien tuvo que ver morir en la adultez por su vicio con el licor, producto del dolor que le provocaba envejecer y saber que tarde o temprano se iría antes que él, puesto que Mime era humano y el castaño se rehusaba a convertirlo y hacerlo sufrir eternamente a su lado. En cambio, tuvo que sufrir él al verlo morir lentamente arruinado por los vicios y su recaída emocional. Mime fue el único humano que fue aceptado en la familia de Shun.
Con ése rubio era diferente, ya que no sentía nada por él, sólo atracción física y cariño, el poco cariño que se le puede tener al recién conocido. Sobretodo era la atracción física, ésa mezcla entre canino y hombre, la formalidad de un empresario y el toque tierno que le daba las orejas, la sagacidad de un lobo y la supuesta razón de un hombre. Lobo estepario y humano, Hyoga y él... ¿Eran realmente polos opuestos? Para él eso era lo que creaba el puente entre ambos, creer que el otro es totalmente ajeno a uno y analizarlo.
No sabía por qué, pero pensar en ello hizo que se le viniera a la mente una vez más esa canción que cantaban o tarareaban de vez en cuando Minos, Eaco y Radamanthys desde que se había hecho muy conocida a mediados de los 70's:
The rhythm is right
Move to the music
We can roll all night
Oooh
Slow ride, take it easy
--Slow ride, take it easy --Cantaba en su mente con una sonrisa torcida en su rostro, casi insinuante.
Sin haber un por qué, el rubio fue contagiado por ésa sonrisa y al rato llegaron a una gran casa con un amplio patio a su alrededor, tranquilamente ése terreno ocupaba la cuadra entera. Y dejándose llevar por el decorado y los disfraces, nuestro pálido amigo se divertía tan solo paseando su vista por allí.
--Ven, es aquí --Dijo amablemente el lobo de la estepa y agarró la fría mano del vampiro, quien sonrió por el contacto esperado.
Hold me, roll me, slow ridin' woman you're so fine
Slow ride, take it easy
Slow ride, take it easy
La fiesta era interesante, aunque no lo suficiente. Al parecer, la "casota" era de la familia de una muchacha de apellido Kido, a quien Hyoga conocía; aunque nada de eso le importaba a él, era necesario pretender que sí, para ver de cerca más ejemplos de escencias humanas. Al final, llegó al acuerdo en su mente que ninguno de esos comportamientos valían, pues todas esas personas sólo querían divertirse; la diversión no era para él un objeto de estudio, sino, más bien, un pasatiempo.
En su cabeza siguió "rodando" la canción...
Slow ride, easy, slow ride, sleazy
--Slow ride, easy, slow ride, sleazy --Se mordió labio inferior al mirarlo a los ojos, gesto anormal en él.
Slow down, go down, got to get your lovin' one more time
Slow ride, take it easy
Slow ride, take it easy
Todo culminó en el pasillo camino al baño, no creía haberse soltado de esa forma, a pesar de buscarlo desde el principio. Lo acorraló en el pasillo y comenzó a besarlo con desesperación, que se convirtió en desenfreno mutuo de besos húmedos y caricias sin rumbo aparente.
Debía seguir más lento, pues no quería acabar tan pronto. Nadie parecía notarlos en el pasillo y él volvió a recordar.
Sus manos encontraron lugar debajo del traje del lobo y bajó la velocidad acariciándolo lenta y deliciosamente. Sus besos se hicieron también más lentos y profundos. Todo marchó bien hasta que, haciéndole caso a la canción, bajó hasta su cuello, ¡Se había dejado llevar demasiado!
--Come on, baby --Susurró en su oído y abrió sus fauces al tantear la arteria. Se acercó y, antes de morderlo, pudo detenerse. Quería desaparecer, ¡¿Qué locura había estado por hacer?!
Take a slow ride on me
--Te detuviste --Dijo el rubio por lo bajo --¿Pasa algo? --Lo apartó al agarrarlo de las caderas, para poder mirarlo a los ojos.
Al instante tuvo que desvíar la vista, sus ojos se habían hecho rojos por la momentánea sed de sangre --N-No me siento bien haciendo esto aquí.
…l le sonrió aunque el otro no lo mirase --Lo hubieras dicho antes, Shun-kun --Lo agarró de la mano y lo guió a una habitación. Le dijo en el camino que, como era amigo de la familia, a veces se quedaba allí.
El castaño no lo podía creer, ¡¿Agarrarlo una vez más de la mano, un apodo?! Era mucho para una noche. De hecho, hasta haría "eso" con él, pero ¡¿Un apodo?! Algo no marchaba bien, para ser cosa de una noche...
Feels so good, feels all right
You know the rhythm is right
We gotta rock all night
We gotta rock all night
We gotta rock all night
Siguieron besándose, acariciándose y hablándose de vez en cuando en la cama, pero sin llegar a "hacerlo" realmente. Mientras pasaban el tiempo juntos, Shun tuvo que analizar lo del cuello, ¿Fue eso una señal de su cuerpo, o sólo porque hacía meses que no bebía sangre? Sabía controlarse, así que no había sido una casualidad.
Sintió la presencia de su hermano mayor cerca y pensó que sería su último giro inesperado de la noche. Así que se apartó del ruso sentándose arriba de su abdomen, ya era el momento de la despedida y no quería hacerlo demasiado emotivo.
--"Oscilaría" contigo toda la noche, Hyoga, pero debo irme --Se despidió por lo bajo mirándole a los ojos fijamente, hacía rato que ya se le había ido la consecuencia de la escena del cuello.
Se le estrujó el corazón al ver la desepción y tristeza en el rostro del nombrado --Nos volveremos a ver, ¿Verdad?
El castaño cerró sus ojos, debía pensarlo un momento, pues el "joven Harry Haller" no sabía lo que "volverse a ver" significaba. Debería morderlo, beber su sangre, y si no era lo suficiente para matarlo lo convertiría en un vampiro. Shun era uno de sangre pura, así que si lo mordía lo convertiría en su sirviente, pero con el riesgo de que tarde o temprano cayera en una sed de sangre incontenible y, de ser así, la comunidad vampírica tendría que matarlo. Aunque su sangre pura podría convertirse también en la erradicación del riesgo, pues se decía que ésa sangre bendecía al vampiro que la consumiera, era probable entonces que también lo ayudara a controlarse.
--Shun-kun, por favor dime que podré encontrarte.
--Sshhh... --Lo calló apoyando su dedo índice en los labios del rubio, se le acercó más al rostro --Espero que estés seguro de lo que acabas de decidir --Y le dedicó una serena sonrisa. Lo tomó de los hombros y con mucha delicadeza enterró sus relucientes colmillos en el cuello de quien se convertiría en su eterno acompañante.
El otro no pudo más que asombrarse --Tú... Tú eres un... --Luego de eso no pudo hablar más. Inclinó su cabeza hacia atrás y su rostro adoptó una expresión de inimaginable placer.
Dolía, dolía como mil demonios, pero lo asaltó una sensación eléctrica en su espina dorsal, como si le estimulara esa situación. Sintió cambios horribles en su cuerpo, la sangre que lo abandonaba, el cosquilleo en sus dedos, la vista que se le hacía borrosa y los incipientes colmillos que surgían lentamente de la comisura de sus labios; y por otro lado el inexplicable goce, como si ése extraño cambio fuera para mejor. Poco a poco perdía la conciencia.
Al creer que ya era suficiente, el castaño abrió los ojos y delicadamente retiró sus colmillos del cuello --Hyoga, ¿Me oyes? --Le susurró al oído luego de lamer con delicadeza esas dos pequeñas heridas que había provocado. Se arremangó un brazo de la camisa y le ofreció su muñeca --Escúchame, debes beber mi sangre --Los ojos rojos miraban fijamente los que se perdían en las paredes de la habitación
--¿Nh...?
-- ¡Rápido! --Acercó el cuello de Hyoga y éste, casi instintivamente, se prendió a la muñeca en una violenta mordida; dos chorros pequeños de sangre mancharon lados diferentes de la cama. Succionaba con desesperación, lo que hizo que Shun se quejara al principio, pero luego solo lo miraba severamente --Bien, es suficiente --Dijo al lograr apartarlo --... ca... riño --Se preguntaba si podría llamarlo así en un futuro.
--... Shun... --A la mirada rojiza y suplicante el nombrado calmó con un beso profundo, que hizo que esos dos sabores de la escencia oscura de ambos se mezclen --Te... Yo te amo.
--Shh... tranquilo --Acarició la mejilla del lobo y sonrió tenuemente --Mañana, a media noche, ve a la Mansión Oscura, procura que nadie te vea. Allí hay muchos vampiros, pero una corazonada te guiará a mi cuarto; cuando sepas cuál es, toca tres veces la puerta y entra sin pedir permiso. Aunque hasta aquí llegas por hoy, descansa --Le besó la frente y salió de la habitación.
Al retirarse de esa casa, la última parte de la repetida canción rondaba por su mente. "Aclaró" con un par de mentiras lo que sucedió a su hermano mayor y volvieron juntos a la Mansión.
Algo le decía que su nuevo compañero de vida eterno no sería un error y que, con él a su lado, los siglos que lo esperaban serían más llevaderos. Aunque todo se probaría la noche siguiente.
Woo! Woo!
You flamin' heart
You flamin' heart
You flamin' heart
You flamin' heart
Woo! Woo! Woo!
Slow ride