Siempre me he considerado un chico con suerte, tengo una gran familia, a pesar de que no vivo con mi padre, nunca sentí su ausencia pues tenía a mi abuelo que era mi figura paterna, gran hombre por cierto!!! Vivo con mi madre y mis abuelos desde que tengo memoria, siempre ha sido así.
No podía pedir más a la vida o eso pensé hasta que ese niño de ojos miel se pasó a vivir a la casa al lado de la mía, aún lo recuerdo como si fuera ayer, tenía 5 años cuando lo vi por primera vez, era una belleza por así decirlo y aún lo es, pensé que se trataba de una niña pero cuando mi madre se presentó en la casa de los vecinos mi curiosidad no pudo más así que sin saber porque o como la acompañé, cuando la madre del chico confirmó que no era una niña si no que era una chico quedé boquiabierto, pues, cómo no? Si la primera vez que me interesaba por otra persona de forma sexual resultaba que era de mí mismo sexo, oh dios!!!(Suspiro).
Se podrán imaginar cómo me sentí?? Quería llorar y gritar, quería sacar todo lo que tenía dentro de mí, pero en lugar de eso, quedé como una estatua al frente de la puerta del chico al lado de mi madre mientras la madre del hermosísimo chico le decía que saludara a mi madre y a mí, mientras lo sacaba de detrás de sus enaguas, quedé perplejo, era más hermoso de cerca, hasta mi madre quedó fascinada con semejante niño, pero cuando me percaté de que el chico me miraba con esos ojos color miel y su blanca piel como de porcelana sin mencionar que sus largos cabellos del mismo color de sus ojos, por primera vez en mi vida sentí lo que se puede llamar amor a primera vista.
Su madre lo llamó Kouyou… cuando salió de detrás de su madre por fin y lo tuve más cerca me percaté de su gran estatura y claro, cómo no, si era dos años mayor que yo pero increíblemente agradable, o al menos para mí lo era; ese día jugamos sin cansancio hasta que mi madre me llamó para cenar; no olvidaré su expresión cuando le dije que tenía que irme, pensé_ no me mires así, que estoy tratando de asimilar que eres un hombre…
Pero por favor, que podía yo hacer si ya era muy tarde para eso. Kouyou y yo nos volvimos inseparables en cuestión de nada, aunque claro, cada vez que lo veía sonreír o tomar mi mano para correr más rápido mi corazón latía como un loco. Cuando entré a la escuela, entré a la misma que él así que nos íbamos juntos; pero cuál fue mi sorpresa al entrar a la escuela? A mi queridísimo amigo y amor secreto lo molestaban como no tienen idea, en seguida me convertí en su protector… pueden imaginárselo? Un niño dos años menor defendiendo a otro con cara de muñeca pues sus compañeros de clase lo molestaban?
Y era justo por eso que lo molestaban, era jodidamente hermoso al punto que las niñas estaban todas como zafadas por el castaño que era sin duda el más alto de la clase. Los niños estaban envidiosos de mi hermoso amigo Kou y los entiendo pues incluso se había convertido en una legenda en la escuela pues en cuanto entré también descubrí que lo llamaban príncipe….oh por favor!!! Es en serio? Pensé_ príncipe?
Nuestros años escolares fueron un poco conflictivos pues Kouyou no se defendía de sus agresores así que yo terminaba defendiéndolo todo el tiempo; para cuando Kou salió de la escuela sentí que me moría de solo pensar que lo molestarían en el colegio también y que como siempre no se defendería.
Estaba en serio agradecido que los años transcurrieran rápido para así poder entrar al mismo colegio en el que él estaba, para poder tenerlo más cerca, pues aunque mi excusa era la de protegerlo, realmente la sola idea de que se consiguiera una novia me enfermaba, pues cómo no? Si se había convertido en una total y absoluta hermosura. Aunque ahora ya era más fácil de notar que era un chico pues su cuerpo marcaba lo obvio a la vista pese que le gustaba usar ropa que mostrara sus largas piernas las cuales no tenían ni un solo bello; cada vez que lo veía caminar por mi habitación con unos cortos shorts de cuero que él tenía me sentía morir por dentro haciendo que me entrara un escalofrío por todo el cuerpo.
Debido a que nuestras habitaciones estaban al lado de la otra era una tortura insoportable para mí, pues los balcones estaban tan cerca que un simple salto era lo que se necesitaba para poder cruzar de una habitación a la otra y por eso casi siempre estábamos juntos, incluso dormíamos juntos en la misma habitación de vez en cuando, eso se había convertido en algo muy normal para él.
Y a pesar de que le dije que no se pasara en medio de la noche a mi habitación, siempre lo hacía al punto que cuando despertaba, me daba cuenta de que una vez más se había pasado y lo tenía en mi cama solo con sus ajustados bóxers que cubrían su parte privada la cual era enorme cada vez que despertaba y me era inevitable no mirarla. Y con todo el descaro del mundo reía al percatarse que se había empalmado…(suspiro) no sé que mal karma estaré pagando.
Y ahí estaba yo, un chico sano, de unos jóvenes 15 años ante el amor de mi vida, vecino y mejor amigo de toda la vida y si eso no fuera nada tenía que ser hombre…
Reita: Kou… oye Kou… despierta maldición que me estas aplastando de nuevo… (Refunfuña)
Uru: mmm… shh… déjame dormir un poco más, si Aki…??
Reita: haaa… (suspiro) que diablos pasa con este chico que no entiende cuando le digo que no se pase en medio de la noche a mi cama…
Uru: (risas)… deja de quejarte, que aunque digas que no te agrada, al sentir que entro en la cama de inmediato me rodeas con los brazos y sonriendo susurras mi nombre.
Quedé con mis ojos como no tienen idea, era en serio?? No puede ser… será posible que lo he llamado dormido?? Esas preguntas estaban en mi cabeza cuando escuché las palabras de Uru decir aquello, de repente mi mente fue invadida por otro gran detalle… haaa… maldición, cuantas veces tendré que freírme las entrañas mirando ese hermoso trasero apretado que tiene mi amigo… justo en ese momento se estaba levantando Uru de la cama dándome la espalda mientras buscaba un cigarrillo en mi mesa al lado de la ventana.
Uruha: por cierto aún no te acostumbras a llamarme Uruha? Eh Reita??
Reita: si, lo siento… eso fue una sorpresa para mí… te juro que creía que te molestaban en el colegio…
Uruha me miró con una sonrisa amplia en sus labios carnosos de pato y dijo_ si, no crees que es demasiado exagerado?? Que me apoden Uruha con un kanji de belleza… me parece un poco extraño siendo yo un hombre…(risas).
Reita: oh vamos!!! Yo no me sorprendo para nada que te hayan apodado así…
Uruha: ehhh??? Pero si acabas de decir…
Reita: me sorprendió que no te molestaran… pero que te apodaran belleza… eso es algo muy fácil de deducir con solo mirarte, pues desde siempre has sido una total hermosura.
Justo en ese momento me percaté de mis palabras, sentí ganas de abofetearme por estúpido, como carajos se me ocurre a mí decirle semejante cosa a mi amigo?? (Suspiro)… aunque sea verdad, pero…
Ahhh… suspiré una vez más al notar que mis palabras provocaban la más lasciva de las miradas en Uruha que me miraba de arriba abajo como si me examinara o algo.
Uruha: quieres que te cuente algo?
Reita: qué?
Uruha: cuando entré a preparatoria también lo pensé pero fue todo lo contrario, las chicas eran increíblemente descaradas y hasta los chicos de vez en cuando me insinuaban cosas…
Sentí una punzada en mi corazón, eso era lo que temía y que el mismo Uruha me lo confirmara era el peor de los acontecimientos. Y con un susurro casi agonizante de mi voz le dije _ entonces qué? Hace cuando perdiste tu virginidad, eh Kou?
Me quería dar de golpes contra la pared… de solo imaginarme a una chica de piernas abiertas ante mi hermoso amor… pero la expresión de Uruha me sacó por completo de ese estado depresivo al mirar sus mejillas ardiendo mientras me decía_n- no te lo diré… jamás lo diré, a menos que tú me digas como fue tu primera vez con Yuriko…??
Me paralicé al escuchar el nombre de mi ex en los preciosos labios de mi amigo, si, así es!!! Había tenido una novia hace como un año, traté de olvidar mi calentura por Uruha por la calentura que me daba una chica de mi clase, sexi, divertida y todo lo que me podía gustar, esa chica lo tenía… pero el día que estuve con ella por última vez lo supe… no habría fuerza humana que me hiciera olvidarme de Kouyou, por más que traté no pude, lo peor es que ella supo de mi obsesión por mi amigo de bellos ojos y piernas largas. Fue lo peor que me pudo haber pasado; no era nuestra primera vez juntos, pero con forme pasaba el tiempo mi interés por ella se fue esfumando y la última vez que tratamos de tener sexo fue espantoso, al menos para mí pues la chica se indignó al descubrir que verla desnuda no provocaba la mínima reacción en mí, intentó de todo pero nada… ya me iba a dar por vencido pero la chica seguía empecinada, pues juraba que yo estaba engañándola con otra persona y por eso ya no me provocaba lo mismo que al principio, era tan insistente y sus palabras afiladas pero ninguna de ellas me importaban, solo quería que se largara de mi habitación cuanto antes, solo podía pensar en Uruha que podría aparecerse en cualquier momento y cuando le dije eso la chica se puso histérica y gritando se marchó de mi habitación… me sentí tranquilo hasta que de repente se apareció por la puerta de nuevo con los ojos más infernales que en mi vida había visto mientras decía_ y te haces llamar hombre? Ni siquiera se te levanta, al rato eso es porque eres un marica y solo sueñas con meterle tu palo por el culo a ese amigo tuyo con cara de hembra.
Y tirando la puerta se marchó pero no sin antes notar mi inmensa erección al momento en que dijo aquello de Kou, sus ojos negros parecieron arder y desde esa vez no volví a hablar con ella. Pero sus amiguitas siempre murmuraban cuanta cosa se les ocurriera en esas huecas cabezas haciéndome saber que ellas sabían de aquel incidente, después de esa chica no volví a tratar de reprimir lo que era evidente. Sin duda estaba loco por ese pato de cabellos rubios con ojos miel.
Uru: oye Aki… cuando te irás a pintar el cabello de nuevo?
Reita: porque lo preguntas?
Uruha: bueno, es que donde yo normalmente voy siempre les hablo de ti y parece que no me dejarán volver a menos que te lleve… (Risa boba)
Reita: les hablas de mí? Qué diablos Kouyou, que has dicho?
Uru: (risas) relájate… nada malo, solo que eres mi amigo de toda la vida y que también te pintas el pelo y que…
Reita: que ¿?
Uruha: les mostré una foto tuya y parece que se emocionaron, no imaginaron que serías así.
Reita: así ¿? Así cómo? (fingiéndose molesto)
Uru: tranquilo hermano, es solo que no eres consciente de que cuando sales a la calle, las chicas te desvisten con los ojos… (Risas)
Reita: joo… mira quien lo dice… el chico al que le han puesto Uruha por ser tan hermoso, al punto que hasta chicos se te confiesan así no más…
Uruha: no me lo recuerdes!!!
Reita: que, te desagrada ¿? Quién lo diría, el lindo Uruha, carita de niña siente desagrado por que chicos se le declaren… (Risas)
Uruha: no me desagradarían si fueran chicos bonitos pero todos son… mmm… como decirlo ¿?
Reita: feos ¿? (risas)
Uruha: no te rías, que no es divertido… qué harías tú en mi lugar, eh ¿?
Reita: les parto la cara…
De repente los ojos de Kou se abrieron increíblemente mientras me miraba sin parpadear… no entendí porque su expresión, lucía sorprendido, incluso podría decir que hasta abatido; de repente tomó sus pantalones y su camisa y dijo_ creo que ya debo irme.
Reita: ha, bien… ah, espera, yo necesito pintar mis raíces del cabello, ya me urge, que te parece si vamos ahora en la tarde ¿? Hoy no hay clases… así que porque no aprovechamos ¿?
Uruha: ah… no sé si sea buena idea.
Reita: que ¿? Pero si me acabas de invitar, porque me dices ahora que no ¿?
Uruha: no es eso, es que no se si pueda hoy…
Reita: aja… Kouyou, con quien crees que estás hablando ¿? Te conozco muy bien, que diablos te pasa ¿?
Uruha: porque crees que pasa algo ¿? Todo está bien…
Reita: ah si ¿? Entonces llévame donde tus amigos estilistas…
Uruha: (suspiro)… no puedo ganas contigo, siempre termino haciendo tu voluntad.
Reita: ya resígnate Kou… (Risas).
Uru salió de mi habitación fumándose uno de mis cigarrillos y mis ojos no pudieron más que dirigirse a su apretado trasero que era bien marcado por la fina tela de su pantalón. Cuando salió finalmente lo miré saltarse el pequeño balcón con absoluta agilidad y después mirarme de reojo antes de abrir la puerta de vidrio de su habitación mientras me giñaba un ojo con una seductora expresión que solo él es capaz de tener, sentí mi cuerpo temblar y mi miembro hincharse más por debajo de mi pantalón.
Continuará…