CAPÍTULO 1
" Roja fragancia"
"Y con la dulce y pura fragancia de su sangre pudo sentir la pureza de su alma"
a noche estaba más fría que nunca, pero eso le agradaba, luna llena, caminaba por los oscuros callejones vacíos en busca de algo que satisfaciera su deseo de hemoglobina, agarro con su mano aquel roedor que le causaba una gran repulsión, sintió su olor y soltó el animal, quien se revolcó en el piso un segundo.
Miró hacia el oriente, pudo divisar que no había rastros de luz del sol, y entonces se puso en marcha. Paro en frente de una gran tienda, mirando el sucio y empañado vidrio, supo que ahí encontraría lo que buscaba. Forcejeo un poco la cerradura, pero no se abrió, pudo ver a unos cuantos metros un hueco, entonces se escabulló dentro y logró entrar a la tienda, había largos pasillos de filas y filas de productos comestibles, miró alrededor y encontró lo que buscaba, ojeo con detalle las páginas del Daily News--Ahí estas--dijo colocando su dedo índice sobre un pequeño recuadro--Esta vez no te escaparas, Beyond.
***
Cerro la puerta, escuchando aún los gemidos ahogados de su madre, no le importó en absoluto, necesitaba aire fresco, el sofocante olor a humo de cigarrillo, mezclado con el olor a whisky por toda la casa le estaba hartando.
-Nate, Nate, esperame--Que quieres Mail?
-No me llames asi, tonto dime Matt--Matt, que quieres?
-Nada, solo te invito esta noche a mi casa, mis padres no estaran y recuerda que me compraron una nueva consola--No quiero
-Por que?, recuerda que me iré en unos días, tenemos que aprovechar el tiempo juntos
-Lo siento, no puedo me mandaron a comprar algo
-Eres un mentiroso, Nate tu madre ni siquiera cocina, ¿esta trabajando verdad?, huele a ya sabes que --No molestes, ve a tu casa, tengo que ir a otro lado
-Si es verdad le preguntare a tu madre--No seas tonto, acaso estas sordo?
-Ahh, si, otra vez trajo trabajo a casa?--Prefiero no hablar de eso, lo sabes, mejor me voy
Se dirijio hacia el parque, le gustaba la noche, era fría, la luna estaba despejada, y la silla del parque no estaba ocupada por ese vagabundo, asi que se sento, tenía un pequeño libro en la mano, un libro muy valioso para el, lo sostuvo en sus brazos, abrazándolo y suspiró.
Se quedó pensando sobre su vida, no era su culpa, aunque sentía culpa de no ir a visitar nunca a su padre, quien estaba en el hospital, podría ir a visitarlo el solo, pues su madre no iba, pero cada vez que iba, no podía soportar verlo así, por eso prefería no ir, sabia que algún día llamarían a su casa, diciendo que había muerto, pero prefería no pensarlo demasiado, pues esos pensamientos le causaban miedo. Su madre le odiaba a el, todo por el idéntico aspecto con su padre, el cabello blanco y los ojos negros y un poco grisáceos, le hacían aborrecerle, pero fingía quererlo como a nadie en el mundo, pero hasta el sabía que no soportaba la presencia de su propio hijo, las hipócritas sonrisas que le regalaba en la mañana antes de darle un seco beso para despedirle, pretendiendo que su hijo olvidara la noche anterior, el chico aborrecía el trabajo de su madre, todas las noches veía pasar hombres a su cuarto, escuchando despues de un rato, aterrorizantes gemidos y a veces gritos de su madre, el no era tonto sabía muy bien lo que pasaba adentro, odiaba cuando su madre le encerraba en el cuarto y el veía pasos por debajo de la puerta.
Despues de un buen tiempo, estando sentado esperando el suficiente rato como para llegar a la casa y encontrarla dormida, se levanto y camino hacia su casa, pero vió algo que le llamó la atención una oscura casa de madera en la que los niños, a menudo se metían a jugar a las escondidas, nunca la había detallado bien y se acerco a ella.
***
Pudo escuchar los pasos de alguien que se acercaba lentamente y se alarmó, podia sentir el olor a sangre, sus pupilas se dilataron y sintio que sus colmillos empezaban a salir, ¿Quién podría tener en su interior una sangre que despertara su instinto desde tan lejos? pues fuera quien fuera, le estaba atormentando, su corazón empezó a latir y sus colmillos salieron del todo. Sentía como cada vez más se acercaba, y mas tentadora era la propuesta de atacar a quien se acercaba, se juró a si mismo no volver a beber sangre humana, todo por orgullo, por asco. Pero aquella sangre era diferente a muchas que habia percibido. Sabía que hasta que no consumiera sangre sus colmillos no se guardarían de nuevo, y su hambre no saciaría, sabía que no funcionaría, pero mordió rapidamente su brazo izquierdo enterrando muy fuertemente los colmillos, la sangre no paraba de salir, y queriendo distraer el olor de aquella persona, el siguio bebiendo, hasta que su cara se puso pálida.
Se escuchó el crujir de la madera y vió algunos mechones de cabello blanco, se asombro y sintio temor, entonces de su boca se oyó salir un rugir, aullentando de inmediato a aquel albino que se había asomado, suspiró de forma incoherente y se asomó para ver si todavía estaba aquel chico, sabía que aquel delicioso olor provenía de la sangre de ese albino, entonces se estremeció y detuvo la hemorragia que de su muñeca estaba saliendo, se sintió extraño, entonces salio de la casita, mirando a todos lados, y entonces a lo lejos vió que en el suelo estaba tirado algo, entonces se acercó y era un pequeño libro, no tenía portada, pero parecía ser un diario, de inmediato le vino a la mente, que podría ser de ese albino, miro hacia el oriente y el sol empezaba a asomarse, entonces se puso triste, porque quería llevarselo, quería volver a sentir ese aroma, quería volver a ver esos cabellos blancos como la nieve, lo quería ver otra vez.