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Entre leyes y colas peludas por 5kn_akatsuki

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Notas del fanfic:

Quiero que tenga tema social, como en su momento lo fue Esquirol, este intentará mover consiencia sobre lo malo e inhumano que es dejar a los perro y/o gato en las carreteras. 

Notas del capitulo:

Tengo sueño pero! si no lo publicaba hoy, aahora, no lo haría después. 

A leer!

Pisé el acelerador sin dejar de mirar la carretera.

En diez minutos tengo que llegar a Ciudad Judicial para desarrollar un juicio de garantías de mi imputado. Espero que el Ministerio Público haya hecho todo como siempre, o sea, mal.

Si es así y por principios de cuentas manejaron mal la detención de mi cliente tendrán que liberarlo y el delito del que le acusan quedará en el olvido.

¡Ja! Y todo por no saber hacer bien las cosas, yo sé que es mucha lata seguir un protocolo pero esto es la ley, se tiene que llevar acabo si quieren una buena administración de justicia.

Muchos dicen que soy el mejor porque siempre mis clientes salen libres, no es que lo sea, tampoco que ellos sean inocentes, es sólo el Ministerio Público quien hace las cosas mal. Es más divertido y sencillo mostrarle sus errores y que por ellos mis clientes salgan libres que llevar todo el proceso que dicta la ley.

Ahhhh, de sólo pensarlo me canso. Aunque me apasiona estar en pleno juicio oral presentando mis alegatos y convenciendo al jurado como al juez, también me apasiona hacer que las leyes se cumplan y si tengo que seguir levantando órdenes de aprehensión contra el mismo Ministerio Publico, lo haré.

Será por eso que los otros criminólogos y los mismos abogados tienen miedo de enfrentarse a juicio conmigo.

Troné los huesos de mi cuello, eso me relajó.

Ahora sólo respiraré tranquilo e ir a ese juicio de garantías.

Escuché una golpeteo en el auto, miré por el espejo retrovisor pero no había nadie, alce una ceja, ¿qué podría haber sido? ¿Algo de mi mismo auto?

No creo que sea una bala aunque tampoco lo descarto pues cuando me tocó trabajar en el centro Penitenciario, como Director mandé balear al Sub Director porque era una vil rata gorda que gustaba de usar las palancas sexuales, que dejaba salir al reo que fuera siempre y cuando le “pagara” así como permitía el tráfico de narcóticos dentro del reclusorio. No en mi centro penitenciario. Hay reglamentos que se tiene que cumplir y en ellos no estaban todos los delitos que él cometía.

Era una vergüenza que el Sub Director del centro penal se prestara a la corrupción, así que no fue más que una pérdida de balas aquella noche en la que murió.

Pero no veo a ningún auto sospechoso a mi lado y el golpeteo se está repitiendo una y otra vez. Encendí las direccionales para salir de la carretera, tomé mi celular para avisarle a ChangMin que no llegaría a tiempo para el juicio de garantías por fallas automotrices.

Bajé del auto y caminé hacia la cajuela en donde está el equipo para revisar y arreglarlo si está en mis manos. Con la caja de herramientas en la mano fui hacia la parte delantera, la dejé en el suelo cerca de mí, la acomodé para poderle echar un vistazo.

El motor no echaba humo entonces no era eso, revisé el agu, ¿qué es eso? Giré mis pupilas para mirar por encima de mi hombro pero sin girar mi cara en su totalidad.

Escuché pasos, ¿un asalto? No había nadie más cuando me salí del camino, ¿una emboscada?

Metí la mano a mi saco y tomé la pistola eléctrica. Suspire para tranquilizarme, matar o morir, la ley dice que tengo derecho a defenderme y si fallece diré que fue legítima defensa, vamos Minho, conoces las leyes y sabes cómo usarlas.

Me giré y apunté la pistola pero nadie estaba detrás de mí. De menos no una persona porque vi una cola esponjosa moviéndose entre los arbustos.

Guardé la pistola eléctrica para no asustarlo. Seguramente es un mapache por el tamaño de la cola y lo esponjosa que está.

-¡Hey!- llamé, la cola se escondió entre las hojas. Tengo una barra de chocolate que compré para no dormirme mientras leí el caso del colega Suho, esa barra que no terminé de comer y la guardé para más tarde. Seguramente el mapache ha de tener hambre, se la daré.

Regresé al auto sin perder de vista esa cola, tomé la barra que estaba dentro de mi portafolio y caminé sobre mis pasos hasta estar cerca del mapache.

-Mapachito.- susurré moviendo la envoltura del chocolate, lo descubrí y acerqué para que el chocolate ventilara el aroma y poderlo atraer. Llamaré a Control de Animales para que ellos se hagan cargo de él.

La cola se metió entre los arbustos pero el movimiento de las hojas dice que está girando. Mi respiración comenzó a entrecortarse por el miedo? Oh Minho, eres uno de los 19 criminólogos en todo el país, no tienes por qué temerle a un mapache.

Sin embargo solté el chocolate y corrí detrás el auto, fijé mis pupilas en el cebo y saqué mi celular personal para llamar a Control de Animales.

Les dije que estaba en la carretera rumbo a Ciudad Judicial, les di el kilometro y señas particulares para que vinieran rápido, no dejé de ver el cebo porque me dijeron tenía que mantenerlo conmigo, pues si se asustaba y se perdía entre los arboles podría correr peligro al morir atropellado en cualquier noche.

-Sí, sí, un mapache.- repetí a la operadora.

-No atendemos mapaches, sólo animales domésticos.- mis cejas se alzaron al ver que una mano fue la que se asomó de entre los arbustos, buscando la barra de chocolate.

-También hay un niño.- susurré sorprendido.

Pero mi quijada se cayó al verlo salir, cabello rojo esponjoso, piel blanca con algunos rasguños y marcas de suciedad, demasiado delgado sino flaco que los huesos de la columna se le marcan, yo y mi ojo de halcón diríamos que no pasa de los 10 años.

Sentí una punzada en el pecho al ver su desesperación al quitarle la envoltura al chocolate y devorarlo.

-Olvídelo.- dije por el teléfono para finalizar la llamada. –¡Hey niño!- llamé saliendo de detrás del auto, él me miró, tomó la envoltura y regresó a los arbustos.

-¡No! Regresa, es peligroso, ¡allá hay mapaches!- corrí hacia donde se había ocultado pero no lo vi, si muevo las hojas podría asustarse y huir más. Si antes me preocupaba por el mapache ahora con el niño estoy más asustado. ¿Qué haría aquí?

¿Un día de campo que salió mal? ¿un accidente de auto que como siempre, los que atendieron lo olvidaron y dieron por muerto? ¿O algún sobreviviente de la trata de blancas?

-Niño, no quiero hacerte daño.- dije buscándolo con la mirada. –¿Te gustó el chocolate? Tengo más en el auto, sal de ahí para dártelo.- pero no se movía nada. –Me llamo Choi Minho, ¿cuál es tu nombre?- escuché ramitas crujir y dirigí mi mirada hacia ese lugar.

La cola del mapache se asomó de nuevo eso me hizo poner en guardia, luego la cabeza del niño ¡pero qué!

Cómo… es decir… ¿qué?

-Mi antiguo amo me decía Taemin, pero no sé si ese seguirá siendo mi nombre ñé.- parpadeé rápido para despertar de la alucinación, sabía que mucho chocolate me haría daño. –Si a usted le gusta entonces podría seguir llamándome Taemin.- retrocedí un paso cuando él se acercó.

-¿Qué eres?- susurré porque en su cabeza hay orejas de animal y la cola del mapache está entre sus piernas, su desnudes sólo me comprueba que no es ningún accesorio sexual porque todo mueve como los gatos de ChangMin.

-Soy un hibrido, ñé.- sonrió pero sólo negué lento.

-¿Y eso es bueno?- pregunté nervioso quitándome el saco para dárselo, pero tengo miedo.

-No me duele ñé, así que creo que es bueno.-  sonrió pero volví a negar nervioso.

-¿Qué haces aquí?- le lancé el sacó, él lo atrapó pero lo dejó caer a su lado. –Póntelo.- simulé que yo me lo ponía para que él lo hiciera.

-¿Es para mí?- asentí dudando. –Mi antiguo amo me dijo que sería un paseo ñé, y luego ya no lo vi más.- suspiré un poco nostálgico. –Seguramente no ha de tardar en regresar ñé.- sonrió tan brillante que ni las manchas de tierra en sus mejillas pudieron opacar esa sonrisa.

Escuché mi celular de trabajo dentro del auto, ambos lo hicimos porque, regresó a los arbustos asustado, le indiqué que no se moviera y fui a contestar.

-Estoy ocupado, dile al juez que la posponga.- dije sin dejar hablar a ChangMin.

-No te preocupes Min, detención ilegal, se le violaron sus derechos, el juico terminó.- sonreí y suspiré feliz. –Pero ¿en dónde te quedaste? ¿Ya hablaste a alguna grúa o al mecánico?-

-ChangMin, ahora tengo otro tipo de problemas pero si no puedo arreglarlo te llamo. Gracias por avisarme.- finalicé la llamada para girarme y buscar al animal. –¡Ñéééé!- lo llamé.

-¿Tienes más chocolates?- salió de entre los arbustos con la envoltura en sus manos. –Hace mucho que mi amo no me trae comida ñé, tengo mucha hambre.-

Suspiré tan profundo que mis hombros bajaron al momento de exhalar.

-¿Vives aquí?- le indiqué que se acercara al auto.

-Desde que amo me dejó ñé.- sonrió de nuevo.

-¿Crees que regrese?- pregunté buscando algo más para darle de comer.

-Se ha tardado ñé, je, je.- saqué un paquete galletas de avena que compré hace unos días para el café.

-¿Piensas quedarte aquí?- se las di, su desesperación se notó bastante porque mordió la envoltura hasta que las sacó.

-Amo dijo que pasearíamos, tiene que volver ñé.- sus comisuras se mancharon con las migajas de las galletas.

-¿Te gustaría venir conmigo en lo que tu dueño decide buscarte?- no iba a dejar un mapache a su suerte, menos lo haré con un niño. O lo que sea que sea.

-¿Pero si amo regresa y no estoy aquí?- se asustó tanto que sus ojos se volvieron rojos. –Jamás podré regresar a casa ñé.- bajó el paquete de galletas y su mirada también.

-¿Y si te ofrezco una casa? ¿Más chocolate y un suéter a tu medida?- si los de Control Animal no quería hacerse caso de un mapache menos lo harán con él.

-¿Usted podría ser mi nuevo amo?- me miró curioso, entones suspiré para acercarme a él.

-¿Quieres que sea tu nuevo amo?- qué raro se escuchó eso.

-Sí.- asintió sonriendo.

-Entonces sube al auto y no dejes que el saco muestre tus piernas ni pompis.- le sonreí.

-¡Ñé!- asintió feliz y se aventó en un abrazo hacia mí. En otras situaciones no dejaría que me ensuciaran la ropa pero es sólo un niño o intento de uno, no tengo que ser estricto respecto a él.

-Sube al auto.- después de ese abrazó le abrí la puerta para que entrara, justo como se lo pedí cuidó de que no se descubrieran sus partes intimas. –Espera un momento ahí.- tengo que saber si el ruido es algo por lo que deba de preocuparme o no así que fui por la caja de herramientas para seguir analizando qué sucedió.

-¡Amo!- gritó a los segundos que me fui de la puerta.

-No me digas así.- me giré para mirarlo.

-¿Usted sí va a regresar?- 

Notas finales:

RW? Merece rw? continuamos o queda como oneshot?

tenía rato, desde que en la prepa me camibaron al turno de la tarde, hace uno felices 4 años, creo, que quiero desarrollar un fic con un hibrido, originalmente iba a ser ItaSasu pero creo que queda mejor en 2Min. 

Asi que~~ gracias por leer y si son doblemnte buenos, por dejar un rw~

Sólo vas a tardar dos minutos ;n; tres si el codigo de seguridad s epone gei y no te deja mandarlo. PEro se agradeceráááán~ 

Nos leemos!


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