Veo su ceño levemente fruncido, señal de un mal sueño y mi deber es acariciar suavemente sus mejillas para calmarlo, luego de ese simple roce sonríe como un bobo y su semblante se relaja, haciéndolo lucir mucho más hermoso de lo que es, aunque él jamás lo reconozca.
ÉL nunca admitiría que es dueño de los ojos más hermosos que he visto en mi vida, o que sus labios son tremendamente sensuales e invitan a ser besados todo el día, él únicamente se fija en su frente demasiado amplia, en sus toscas manos o su maltrecho cabello producto de tantos tintes que emplea, él nunca entenderá que es lo mejor para mí.
-Ya, en serio ¿qué te gusta de mí?-me pregunta con su mirada de corderito recién levantado mientras choca las puntas de los dedos de su mano.
Me mira intensamente y yo quedo en silencio, el cual interpreta de la peor manera, pues sus ojitos parpadean evitando el llanto predecible; termina por largarse del departamento.
Que qué me gusta de ti? La verdad ni yo mismo podría nombrar todo lo que veo en ti, sabes que soy un idiota y solo logro expresar lo que siento en mis composiciones, y todas ellas son gracias a ti, eres el ser que me empuja a ser mejor, por ti dejé de ser un mujeriego, gané un complejo por mi escasa estatura, pero a la vez desarrollé mis músculos solo para darte fuertes y abrigadores abrazos en invierno, ya que en verano llegas hasta a botarme de la cama, sin embargo por las mañanas apareces con una enorme sonrisa en el rostro y el desayuno en una deliciosa fuente entre sus manos, amo que llegues al extremo de minimizar a Minho solo por dejarme como el mejor visual del grupo, amo la manera como te ríes, tu acento tan característico, tu humor al embriagarte, tu forma de caminar y tus adorables muecas deformes.
Te amo, te amo por mil cosas que nunca terminaría de nombrar, por ello detesto que me lo preguntes, porque me quedo sin habla con el te amo atrapado en mis cuerdas vocales, resistiéndose a salir, porque presto mayor atención a la forma en que tus abundantes labios se mueven y logran enredar mis pensamientos, porque me haces sentir patético al oir una vocecilla en mi mente gritándome “contéstale! Contéstale idiota!” esa frase que ahora mismo se está volviendo a repetir.
La estúpida frase está a punto de reventarme la cabeza, levanto el rostro y me encuentro con mi reflejo en el espejo rosa que compraste, de golpe sumerjo la cabeza en el lavador, la mantengo así por unos segundos, hasta que el abundante agua inunda mis oídos, se escuchan ecos solo en mi cabeza, me retiro de forma brusca, cojo la toalla y corro a una velocidad deslumbrante, como alma que lleva el diablo y un solo pensamiento en mi mente.
Te amo Kibum, mi Key, mi único e inigualable Key, aunque emplee palabras cliché y una frase muy trillada, eso resume todo lo que me haces sentir...
...Todo lo que significas para mí.