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Solo te amo a ti por angelicahouski

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Notas del fanfic:

es mi primer fic asi que agradeceria los comentarios y gracias por leer 

Notas del capitulo:

bueno es la primera vez que escribo yuri 

los personajes son de mi invencion y la historia es contada en primera persona 

Miyu

 

La luz del día se filtra por la ventana, el sol pega en mi cara y la alarma del reloj comienza a sonar – el universo conspira en intentar despertarme – me levanto un tanto fastidiada para apagar ese tonto aparato que insiste en sonar cada vez más fuerte, si no fuera porque este mes tuve que comprar más de 4 nuevos relojes, este maldito aparato sufriría el mismo destino de estrellarse contra la pared.

-umm… maldita sea, ¿ por qué tenía que sonar la puta alarma?- me reincorporo un poco mientras restriego mis ojos para poco a poco aclarar mi vista y dirigir mis ojos al calendario- 25 de enero

Intento recordar por que marque ese día en el calendario, supongo que tiene que ver con el haber puesto la alarma anoche, pero por más que intento romperme la cabeza no logro recordar nada, maldita memoria que tengo. Bueno no hay nada que pueda hacer así que prefiero volver a la cama, me recuesto nuevamente en esa tan sensual cama y me regalo lentamente a los brazos de Morfeo.

*i said why does feel so good, so good to be bad … getting what i want boy , whay does you make you so mad*

- a quien, con un poco de cerebro se le ocurre llamar tan temprano- me levanto nuevamente de la cama, busco el celular en el escritorio donde se supone lo deje anoche y lo contesto

- HIJA ¡¡¡¡¡- mierda no puede ser, escuchar la voz de su padre al otro lado del teléfono no era buena señal

-¿papa? … ¿por qué llamas tan temprano?- ok, no es hora de entrar en pánico, puede que me llame temprano para otra cosa

-no me digas que olvidaste que día es hoy – dice mi padre poniendo la voz más infantil del mundo, lo que confirmo sus sospechas

-¿tu… cumpleaños?- no puedo evitar tentar a la suerte

- Miyuki naoi kauga- carajo esto no va para bien- por favor dime que estas arreglada y esperas con ansias al chofer para ir a tu nuevo colegio- mierda, lo sabía, el no llamaría tan temprano si no fuera otra cosa

Tomo un poco de aire y respondo de la forma más educada posible- querido padre, según recuerdo accedí a volver para terminar la escuela cerca a ustedes porque insistieron en que era muy importante hacerlo- tomo una gran bocanada de aire - ¡pero nunca accedí a pavonearme como una niña rica siendo llevada a la escuela por el maldito chofer !... ¿¡crees que traje mi auto para decorar el garaje!?

-¡ me da igual si vas en un unicornio a la escuela, pero de qué vas, vas !- maldita sea, ya estoy sentenciada - y querida hija si me llego a enterar que faltaste el primer día yo mismo voy a tu casa y te llevo arrastrada hasta la puerta del director, ¿entendiste preciosa?- no pude evitar soltar un bufido, mi padre y yo tenemos el mismo carácter

-ok, entendí bien … así que adiós padre, dale mis saludos a mama

-adiós hija, suerte en tu primer día- colgué el teléfono y suspire resignada, otra vez tendría que empezar en un nuevo colegio

Después de abandonar a su suerte a mi teléfono me dirijo a la ducha y tome un delicioso baño con agua tibia, mi padre dijo que tenía que ir, pero no preciso a qué hora exactamente, salí del baño con la toalla puesta y fui hacia el gran armario de mi habitación, lo abrí y fije mi atención en unos cuantos uniformes escolares que colgaban  en el armario.

-cuando dijeron que tenían todo listo no mentían- suspire nuevamente y me comencé a vestir, al terminar me fije en mi reflejo- sip, esto no me pega para nada- me fije en mi uniforme constaba de una chaqueta negra algo elegante con el cuello en v y los bordes de las costuras rojos, una camisa blanca de manga larga acompañada de una corbata roja, la falda era escocesa negra con líneas rojas y las medias eran negras, las cuales tenía hasta la mitad de mi muslo, me repaso nuevamente en el espejo y decido quitarme la chaqueta y amarrarla en mi cintura- ok, mejoro un 80 % - tome la mochila que estaba sobre una silla y las llaves de la casa y el auto.

Salgo de la casa y voy hacia el garaje, tomo en mis manos las llaves y con un pequeño control abro la puerta dejando a la vista a mi hermoso bmw descapotable negro, me subo en el asiento del piloto y me voy manejando a la escuela, después de 15 minutos de camino llego y estaciono el auto, saco mi celular para fijarme en la hora

-8:45 – suelto un suspiro, desde esta mañana he suspirado mucho – bueno, al menos pude saltarme la ceremonia de entrada- nada peor que aguantarse media hora de discurso de un viejo verde.

Salí del auto y entre al edificio, pero al entrar note que no sabía a donde carajos tenía que ir, era nueva en este colegio y no se en que piso o salón se supone que tendría que estar, bueno perderé un poco más de tiempo mientras lo busco, de igual manera no es que este muy interesada en entrar a clases, primero recorrería el primer piso.

 Pasaba caminando y solo veía laboratorios vacíos, creo que el primer piso es solo para las clases en las que se utilicen los laboratorios, seguí caminando y al final del pasillo estaba el baño que era solo para mujeres, siendo un colegio femenino no me extraña que solo haya uno, entre en el baño y al salir escuche unos ruidos, me interese en saber quién seguía fuera de clases ya que se supone empezaron hace más de una hora, así que lentamente me acerque a las escaleras que era de donde se escuchaba, entre más me acercaba los ruidos se convertían en pequeños jadeos y gemidos que aumentaban en fuerza cada vez “mierda, primer día y ya se están cogiendo, y lo peor en las escaleras”, si fuera yo, iría a los baños, están totalmente vacíos. Me acerque más a las escaleras para ver, pero lo que encontré no se acercaba ni un poco a lo que imaginaba, en la escalera estaba una chica en silla de ruedas, no pude ver nada de ella porque estaba con la cabeza gacha y su respiración acelerada, tentando a mi suerte me acerque a ella.

-¿estás bien?- pregunte de forma desinteresada, como quien no quiere la cosa, la chica levanto el rostro y casi puedo jurar que si no es por que pude controlar mi cuerpo  mi mandíbula estaría estrellada contra el piso, ella era la chica más hermosa que jamás haya visto, su cabello era negro y lacio, creo que debe llegar hasta la mitad de su espalda, sus ojos de un hermoso azul cielo, su piel tan blanca como la porcelana y sin ninguna imperfección en su rostro sonrojado por el esfuerzo  y su cuerpo tan pequeño y delgado, se veía tan dulce y frágil.

-¿me hablas a mí?- me pregunto ella haciendo mientras que su sonrojo aumentaba, ¿sería egocentrismo pensar que se sonrojo más por mí?, si antes pensé que no se podría ver más linda, ahora me arrepiento, con sus mejillas más sonrosadas se ve más adorable

-pues, no veo a nadie más aquí que tú y yo- dije mientras movía mi cabeza en busca de más personas- entonces … ¿estás bien?- volví a mirarla y sus mejillas seguían encendidas

Agacho la cabeza y comenzó a jugar con sus manos nerviosamente, note que tenía una pelea mental entre contestarme o no así que decidí seguir.

-ok… mira yo también estoy teniendo dificultades, así que te ofrezco un trato, tú me dices en que te puedo ayudar, si es que necesitas ayuda y luego me ayudas a mí, ¿sí?- sonreí de la forma más dulce que podía, ella levanto su cabeza y casi pude ver como una sonrisa se formaba en su rostro antes de que lo volviera a ocultar

-es un ¿trato?- me dijo mientras estiraba su brazo hacia mí y levantaba nuevamente su cabeza mostrándome la más hermosa sonrisa, es demasiado dulce y adorable, me quede embelesada por su belleza por unos segundos antes de responder

-trato- estreche su mano y le sonreí nuevamente – entonces comienzas tu … al parecer necesitas ayuda- su rostro volvió a tomar aquel tono carmín que me estaba empezando a gustar.

 

Nao

-trato, entonces comienzas tu… al parecer necesitas ayuda- me dijo aquella hermosa chica mientras me sonreía de una hermosa forma, por lo que no pude evitar volver a sonrojarme y agachar nuevamente la cabeza

-emm… es que… no puedo subir las escaleras- se lo dije tan rápidamente que dude en que haya podido entenderme, levante la cabeza y en su cara vi algo de duda, como lo imagina no pudo entenderme, pero antes de volver a decírselo ella hablo

-¿desde qué hora llegaste?- esa pregunta me descoloco un poco

-desde la entrada, a las 8 – le dije, pero su cara no cambio

-y… ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

-desde que se acabó la ceremonia de entrada- no pude evitar sonrojarme de nuevo, ya descubrí a donde va con todas esas preguntas y no quería que continuara

-ok… una última pregunta… ¿sabes cómo se utiliza ese aparato ?- me dijo mientras señalaba atrás de mí, solté un suspiro de alivio al darme cuenta de que no continuaría con el tema del por qué seguía en el primer piso

-no, nunca los he utilizado- su cara mostro sorpresa y duda, ella es fácil de leer, sonreí para mis adentros, me gusta saber que piensan las personas y con ella me resultaba fácil suponer lo que sentía.

Soltó un suspiro y se dirigió al aparato – ¿sabías que tienen un instructivo junto al mando de control?- me dijo mientras una traviesa sonrisa se escapaba de sus labios, no pude evitar sonrojarme se veía hermosa sonriendo de esa manera.

-n-n-no lo sa-sa-sabia –  creo que si alguien pasara un tomate por mi cara ni lo notaria por lo sonrojada que estaba- t-te dije que n-n-nuca había utilizado uno de estos – intente dar una razón para no avergonzarme, se supone que soy yo la que está en silla de ruedas y no sé cómo manejar estos aparatos

Soltó una pequeña risa, me perdí por unos segundos en su belleza, si antes era linda, cuando sonríe podría matar de un infarto, esta chica es muy linda.

Ok, me estoy desviando del tema, ¿se está riendo de mí?, eso sí me molesto un poco y al parecer mi cara no tardo en demostrar lo mal que me sentó su risa en este momento porque no tardo en detenerse

-no pongas esa cara- me dijo mientras con su mano tocaba mi mejilla, otra vez ese tonto sonrojo y mi corazón latía como loco- te ves más linda sonrojada- soltó mi rostro y sonrió de medio lado, casi como si hubiera logrado su objetivo – y para que sepas  no me estaba riendo de ti- luego giro lentamente hacia el aparato nuevamente, puse la mano en mi pecho, mi corazón seguía acelerado y al parecer no pensaba dejar de latir tan rápido- ok, ya sea como funciona esto… así que vamos – sonrió nuevamente, soltó unos pequeños seguros y bajo una plataforma a la que tenía que subir

Giro mi silla y me ayudo a subir a la plataforma, apretó un botón y comencé a subir lenta, muy lentamente las escaleras, mientras que ella seguía con un pie apoyado en el piso y otro en el primer escalón de la escalera, aproveche este espacio para verla mejor, era hermosa, su cabello era castaño y llegaba más debajo de sus hombros, sus ojos eran verdes en el centro y alrededor eran de un verde más oscuro, su piel era un poco bronceada y su cuerpo no le debía envidiar nada al de una modelo, era totalmente hermosa.

-ya llegamos, ahora,  ¿a qué piso vas?- no me di cuenta en que momento llegue arriba y me encontraba tan cerca de la cara de la hermosa chica, definitivamente era hermosa y mucho más de cerca, pude ver esos labios,  tan rojos y desprendían un ligero olor a cereza, creo que su sabor debe ser un manjar.

Parpadee un par de veces para sacarme ese pensamiento, que estaba pensando, ella es hermosa, yo una escuálida niña en silla de ruedas, no puedo pensar en besar esos labios, está totalmente fuera de mi alcance esta chica.

-entonces me dirás que piso o te llevo conmigo… aunque pensándolo bien  la segunda opción no me molestaría-  dijo al ver que no le contestaba y mi cara tomo aquel carmín que no quería desaparecer de mi rostro mientras estuviera con esta chica

-¿eh?, e-e-emm si

-ósea que te llevo conmigo – me dijo mientras sonreía y en sus ojos se podía ver un deje te picardía, carajo respondí sin pensar, tenerla tan cerca me está afectando

-quiero decir, voy al tercer piso- ella se alejó de mi rostro, me bajo de la rampa y me guio a la segunda máquina que tenía que subir para poder llegar al tercer piso, me subió de nuevo, presiono el botón y comencé a subir nuevamente

-ahora es hora de cumplas el trato- me estaba bajando de la  base y me llevo a la mitad del pasillo- mira soy nueva  y lo que quiero saber es en que salón tengo clase- metió su mano en el bolsillo de la falda y saco un papel bastante arrugado y me lo entrego, abrí el pequeño papel en el que estaba escrito su salón de clases.

Nombre: Miyuki Naoi Kauga

Edad: 17 años

Estatura: 1,65

Salón: grupo 6-5

Tendríamos clases en el mismo salón, mi corazón latió nuevamente con fuerza, tendría a aquella hermosa chica junto a mi todo el año.

-al parecer vamos al mismo grupo- no pude evitar sonreír y al parecer ella tampoco- así que es el último salón a la derecha- dije y ella nuevamente  tomo mi silla y nos dirigió al salón de clase

-entonces supongo que ya sabes mi nombre- me gire para verla con cara de ¿qué?, ella sonrió de medio lado y con su cabeza me indico el papel que aun tenia entre mis manos- así que lo justo sería que me dijeras el tuyo- me sonroje nuevamente

-Nao, Nishimura Nao – llegamos al salón y antes de tocar la puerta se giró hacia mi

-encantada de conocerte Nao- dijo mientras tomaba mi mano y sonreía, en el momento que tomo mi mano una corriente recorrió todo mi cuerpo y no pude evitar sonrojarme, ella miro nuestras manos unidas, me sonrió, soltó su agarre lentamente y toco la puerta.

El profesor de ciencias giro su cabeza y nos vio, dejo el libro que tenía sobre la mesa y se acercó a la puerta

-señorita Nao, llega bastante tarde, le enviare un aviso en escrito para que no vuelva a pasar- baje mi cabeza y me sentí al borde de las lágrimas, no fue mi culpa llegar tarde, porque tenían que ser tan injustos

Sentí como una cálida mano se posaba en mi hombro y gire mi cabeza hacia Miyuki, podía ver como se tensaba su mandíbula y su mirada se tornaba fría e intimidante

-lo siento profesor pero si va a culpar a alguien que sea a mí, Nao solo me estaba acompañando,  así que deme la advertencia a mí –  estiro su mano hacia el profesor, la cara del profesor era un poema, al parecer se intimido por la profunda mirada de Miyuki y solo abría y cerraba la boca como un pez.

No pude evitar sonreír, este profesor me molestaba siempre y nadie nunca pudo hacerlo callar como ahora Miyuki lo hacía solo con un par de palabras y una mirada fría.

-si esa es la razón entonces pase por favor señorita Nao- dijo el profesor cuando recupero el poder de hablar, se movió un poco para permitirme pasar, antes de entrar le entregue el pequeño papel a Miyuki a cual había recuperado su hermosa sonrisa y su cálida mirada, entre al salón y hasta ese momento llego mi felicidad

En la primera fila estaba la pero persona que podía existir en este planeta, su nombre Sara Bolhonov, era hermosa, su cabello rubio y lacio, sus ojos azul celeste y un cuerpo perfecto, pero hasta ahí llegaba todo lo que podía alagar de ella, era una mala persona, solo le importaba su popularidad y trataba mal a quien no la alababa, entre ellas yo que me rehusé a ser parte de su sequito de perros falderos

-pensé que estabas muerta, al parecer la peste no desaparece tan fácil ¿cierto?- casi escupe sus palabras sobre mí y me mira con desprecio, nunca me he defendido de ella, no me gusta pelear y no me rebajaría al nivel de los insultos con ella, pero sus palabras duelen demasiado.

Lentamente me dirigí hacia mi puesto, era el último de la fila, cerca de la puerta de la parte de atrás, todas me miraban de reojo con superioridad, cabe destacar que no soy querida en la escuela y todo es por Sara que al parecer me odia desde el primer día en el que estuve en esta escuela.

Apenas llegue a mi puesto vi que el profesor entraba de nuevo al salón y les pedía a todos que hicieran silencio

-bueno, al parecer tenemos una nueva estudiante- las otras estudiantes comenzaron a susurrar y a hablar entre ellas, en esta escuela nunca habían estudiantes nuevos, todos veníamos desde primer año  así que el que haya una nueva estudiante se da para que se hable por un buen rato- silencio chicas, por favor entre señorita Miyuki

Decir que el salón se congelo seria poco, todas quedaron embelesadas al ver a Miyuki, era más linda de lo que alguna vez podría ser Sara y desprendía un aire rebelde y misterioso, moví mi cabeza de lado a lado viendo todo el salón y todas las chicas estaban viendo a Miyuki, gire mi vista hacia donde ella se encontraba de pie y me topé con sus ojos, ya no demostraban ese brillo, estaban fríos y profundos nuevamente, pero pude ver que ese sentimiento no era para mí ya que al encontrarse con mis ojos volvieron a  brillar con intensidad.

Después de unos segundos se comenzaron a escuchar las voces nuevamente, todo lo que decían eran halagos para la chica nueva, como “que hermosa” “que cuerpazo” “que ojos tan lindos” “la hare mi novia” y cosas así, siendo una escuela de chicas no les importa mucho el tema de la homosexualidad, hay algunas que son bisexuales, otras solo experimentan y las lesbianas.

-entonces señorita Miyuki podría dar presentarse por favor- esta giro a ver el profesor y luego volvió a ver al frente

-mi nombre es Miyuki Naoi Kauga y no hay nada más quiera decir- giro nuevamente a ver al profesor el cual pego un respingo al ver a Miyuki

-bueno entonces señorita kauga tomara asiento en…

-junto a Nao- interrumpió Miyuki al profesor y se dirigió hacia mi sin dejar de mirarme fijamente, el profesor no dijo nada y solo asintió a lo que ella dijo

-pero…- dijo una chica

-no es justo- dijo otra

-por qué junto a ella- dijo Sara mientras pasaba a su lado, Miyuki giro a verla con una cara que asustaría a cualquiera y Sara solo se quedó callada

Llego junto a mí, me sonrió de una manera cálida y tomo asiento en el escritorio a mi lado, éramos las únicas que estábamos en los últimos asientos porque solo habían dos uno para mí y otro para que no me sintiera tan “sola” ya que nadie nunca se sentó a mi lado, no desde que se fue Mai.

-un gusto volver a verte Nao- me dijo con un tono ¿coqueto?, otra vez aquí va el sonrojo

 

Miyuki

 

Al parecer es inevitable para mi acercarme a Nao, es tan hermosa y tierna, la forma en la que sus mejillas se tornaban de color carmín cuando me acercaba a ella, sus dulces sonrisas y sus labios, las dos veces que estuve cerca de ella no podía dejar de pensar que sabor tendrán, pero me imagino un sabor dulce y adictivo, además cuando tome su mano una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo y me encanto.

Cuando llegamos al salón y el profesor salió no pude evitar enojarme con él, la forma en la que sus ojos ven a Nao  con una mescla de superada y odio, como alguien podría a odiar a esa dulce chica, por lo que no dude ni un segundo en retarlo con la mirada y tomar la responsabilidad por Nao, cosa que nunca en mi vida había hecho, nunca me preocupe por nadie, ni siquiera por mis padres, aunque hay que admitir que ellos no lo necesitaban, se cuidaban muy bien el uno al otro.

Cuando Nao entro al salón le entrego la nota al profesor que la analizaba como si en su interior ocultara un mapa del tesoro, no pude evitar sonreír al ver al profesor, mientras él seguía con eso yo dirigí mi mirada hacia Nao, al parecer no podría dejar de ver a esta pequeña hasta que me dé cuenta de que es lo que me atrae hacia ella.

Antes de que ella pudiera avanzar escuche - pensé que estabas muerta – busque rápidamente a la dueña de esa voz - al parecer la peste no desaparece tan fácil ¿cierto? – y la vi, era una rubia, al momento en el que la vi la odie, como podía decirle eso a  Nao, como podía desear que muriera tan bello ángel y además decirlo tan despectivamente casi como si le escupiera las palabras, espere unos segundos para ver si alguien decía algo, cualquier cosa para ayudar a Nao, pero nadie dijo nada, solo se rieron de su maldito comentario de mierda.

Ya empezaba a odiar a toda esa clase, cuando me gire vi que el profesor me hacía señas para que entrara y así lo hice, entre y me presente como me pidió el profesor, pero solo dije mi nombre, no quiero que estas personas sepan  cosas de mi.

Durante todo el tiempo solo fije mis ojos en Nao y me di cuenta que ella también me miraba, no pude evitar que mi corazón se acelerara al sentir su mirada sobre la mía, pero tan bien lo vi, ella estaba tan … sola, en el rincón del salón, lo único que pensé es que quería protegerla y tenerla siempre a mi lado, mierda esta pequeña me hace pensar cosas que nunca antes llegue a pensar, el profesor quería asignarme puesto, pero antes de que siquiera lo decidiera le dije que estaría junto a Nao.

Cuando empezó a caminar  hacia la pequeña escuche un ¿porque?, rápidamente gire mi cabeza y encontré a la dueña de la pregunta, era de nuevo la rubia, la mire y con los ojos le dije un porque yo quiero, no quería dirigirle ni una sola palabra a esa chica así que cuando giro su vista, tal vez la intimide y espero haberla intimidado camine de nuevo hacia Nao, la cual nunca despego sus ojos de los míos y eso me encantaba, me gustaba que la gente me mirara a los ojos y así saber que piensan.

Me senté en el escritorio junto a ella, al parecer teníamos las únicas dos sillas al final de las filas de asientos y estábamos junto a la puerta trasera.

-un gusto volver a verte Nao- le dije a la pequeña con la voz más coqueta que pude, quiero a esta chica junto a mí y estoy segura de que no solo como una buena amiga.

Notas finales:

gracias por llegar hasta aqui agradeceria que me dejaran reviews para saber si les gusto o no y que hay que cambiar asi poder mejorar, gracias 


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