Cariño
Esa palabra tendía a resonar en la cabeza del muchacho una y otra vez; el tono usado, así como la persona que las pronunció había hecho que el nerviosismo creciera en su interior, tal vez era por eso que justo en ese momento se encontrara tan atraído a recordarlas.
“¿Cómo responderás a ellas cuando tu pareja te las diga?” Entonces el momento se había roto, incluso ahora cuando dejaba que el recuerdo lo embargara por completo, había logrado que aquel efecto abrumador y espontáneo causado por las primeras se desvaneciera lentamente, dejando el sabor dulce y amigable de aquella sonrisa en los labios.
Definitivamente no tenía idea de cómo iría a reaccionar, pero si encontraba a alguien a quién amar realmente, entonces su respuesta sería completamente la misma.
Nada.
—No puedes hacer eso—la voz amable del mayor le ha sacado de sus pensamientos, así que cuando se voltea a verle no tiene ni idea de las palabras pronunciadas.
—Hyung, ¿qué pasó? —Cuestiona con la sonrisa anterior aun jugando entre sus labios, pero más grande, pues el dueño de sus pensamientos se encontraba frente a él, logrando aquello que solamente sus sueños podían lograr.
—Pasa que no debes hablar tan abiertamente sobre mis gestos hacia a ti en televisión nacional, ¿no te has puesto a pensar en las consecuencias que eso puede traer?
El menor frunce el ceño—, eso se conoce como fan service, hyung y no creo que tenga cosas tan malas como para no decirlas en televisión… Es decir, no es como si fuese algo malo. Solamente hablé sobre lo adorable de su voz en esa ocasión y sobre cómo lucía enfadado.
—Tienes suerte de que no lo esté.
Un suspiro abandona los labios de Joon, no sabía lo que esos simples comentarios podían dejarlo en tan mala situación con el mayor—. Lo siento— murmura con tranquilidad, la mirada baja y algo roto dentro de él—, no volverá a suceder, lo prometo—. No sabía por qué, pero eso se sentía exactamente igual que cuando recibía un regaño.
El mayor se pasa las manos por el cabello, revolviéndolo como respuesta a la desesperación que fluía en su interior. Sabía que no debía haberle reñido por eso, pero si hablaban estrictamente, ni siquiera le había regañado; un hondo suspiro se hace presente en el ambiente antes de tomarlo por el brazo, evitando su huida—. No me refería a eso.
— ¿Entonces? —Lleva su vista hasta el agarre que ha afianzado el mayor, notando como ese simple contacto le ha hecho arder y no sabe si es por ira o por cariño, solamente sabe que cuando Rain le voltea para quedar frente a frente se deshace frente a él; el arrepentimiento se encuentra en sus ojos.
El nerviosismo invade su cuerpo y su cabeza, logrando que todo su sistema deje de funcionar, que sus pensamientos no se hilen unos con otros, obteniendo como resultado dar un paso al frente y robar un beso de los labios contrarios.
Suave.
Así se sentían los labios ajenos contra los contrarios. Tan suaves y tan dulces que cuando menos lo pensó había comenzado a moverlos, aprovechándose de la confusión claramente marcada en las acciones de Rain. No sabía si era porque le desagradaba o simplemente porque no creía que eso pudiera estar pasando-lo cual le sucedía a él-. No creía que no lo hubiese alejado, al contrario.
Las manos cálidas se posan en la estrecha cintura de Joon, pegándolo más hacia su cuerpo y exigiéndole un beso más pasional.
Era como un regaño, tan exigente y fuerte, demasiado intenso, como si tuviese ganas de dejarle sin nada más que su cuerpo, robarle el alma incluso, no era sencillo seguirle el paso, pero era la combinación perfecta, pues sus labios y sus cuerpos parecían encajar. La mano en la curva de la cintura, torso con torso, las manos del menor en los hombros contrarios, presionándolos con suavidad y entonces un empuje de caderas se hace presente.
Los ojos de Rain se abren alarmados al tiempo que se encarga de deshacer aquel beso que sin duda le había gustado. Aleja el cuerpo del menor de propio, pues no había pensado en haberlo deseado con tanta pasión hasta que su cuerpo se había encargado de demostrárselo en ese gesto—. Lo siento—masculla apenado, abriendo espacio entre ellos.
—Fue mi culpa.
La sonrisa se forma en los labios del mayor, asintiendo un par de veces—, fue tu culpa por haberme tentado de tal manera—ríe un poco, intentando aligerar el ambiente.
El contrario se encoge de hombros—, no me importa, lo volvería a hacer.
— ¿Cuántas veces?
— ¿Cuántas veces son necesarias para que te enamores de mí?
La pregunta descoloca al otro, sus cejas se alzan y una sonrisa enigmática se forma entre sus labios—muchos más de los que puedas dar en toda tu vida, muchos más de los que necesitarás para seguir encubriendo las palabras cariñosas que digo cuando estamos solos.
—Admite que me ha salido fantástico.
—Esperaba por el aderezo de tu historia y debo admitir que te luciste—murmura a juego, volviendo a meterlo entre sus brazos, aspirando la fragancia masculina.
— ¿Soy tan malo cuando me enojo?
—Eres el monstruo más temible y poderoso que conozco, pero yo sé cómo dominar a esa bestia, así que mientras todos piensan que me das el regaño de mi vida, te llevo a comprar un helado o a tomar algo.
—Dime la verdad—comienza con el suspiro atorado en el pecho—, tú generalmente juegas de aquí para allá con mis palabras, me tomas desprevenido pero al mismo tiempo haces que reconozca una parte de la historia, ¿por qué lo haces?, ¿por qué incluso me has besado?
Joon se la piensa unos instantes antes de contestar—. Porque me gusta, me gusta el sonido de su voz, ser la persona más cercana a usted… No sabe cuánto había deseado besarle, incluso antes de comenzar a rodar la película, incluso en esa ocasión que salió del agua. Yo simplemente no tenía ojos para nadie más y cuando hizo aquella pregunta yo me encontré descolocado.
—Jamás dije ‘cariño’ con ese tipo de voz, ¿cierto?
La risa de ambos explota y tardan unos instantes en recomponerse.
—No, no lo dijo, pero debe admitir que eso habría sido fantástico—. No lo había dicho, pero lo había idealizado tanto que aunque eso no hubiese sucedido, ya formaba parte en su cabeza.
Tal y como lo había contado.
—Cariño—lo llama con voz melosa y Joon se da cuenta de que así suena mejor que en su cabeza, así pues cuando el otro vuelve a llamarle de esa forma, se encarga de memorizar el sonido de cada sílaba.
—Así está mejor—murmura el menor al tiempo que Rain lo toma por la cintura, volviendo a pegarlo a su cuerpo.
—Si estuvieras besándome, todo estaría mucho mejor.