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Lindo Pandillero por Ashura

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Notas del fanfic:

Hace rato venía con la idea de las pandillas, así que decidí escribir esto, espero lo disfrunten!

 

Personajes de Masashi Kishimoto 

Notas del capitulo:

Un poco de OOC :)

Lindo pandillero

I

Otro día acababa en la ciudad de Konoha, ya las clases y las actividades del club habían terminado y los estudiantes eran libres de hacer lo que quisieran, esto Uchiha Sasuke vaya que se lo tomaba enserio, el azabache es  líder de Taka la pandilla más fuerte de la zona sur, y él estaba seguro que ya eran la pandilla más fuerte de toda Konoha, desde que el kitsune y sus 9 colas se habían retirado de la zona norte, no había quien fuera lo suficientemente estúpidos para meterse con Taka.

El kitsune del norte era algo así como una leyenda entre las pandillas,  los rumores decían que era verdaderamente un demonio, que era ridículamente fuerte y despiadado, que medía dos metros y tenía los ojos más fríos que alguien alguna vez pudo haber visto, las 9 colas se refería a su sequito, que no se quedaban atrás en cuanto a fama, se decía que se habían ganado su puesto junto a Kitsune peleando entre ellos, siendo el 9 la cola más fuerte y la más cercana a Kitsune, y aun cuando se suponía que la primera cola era la más débil de grupo habían rumores que decían que solo la primera cola había dejado K.O. a una pandilla entera, para resumir todo lo relacionado a Kitsune y sus 9 colas estaba rodeado de un halo de misterio y fantasía, pero al comenzar ese nuevo año no se había tenido ningún registro de actividad de ellos, ya estaba escrito que por alguna razón habían abandonado la súper divertida vida de pandilleros, para  Sasuke mucho mejor, así él se podía llevar por fin toda la gloria que se merecía.

En Konoha las pandillas funcionaban de una manera un tanto diferente que en el resto de Japón, la gente de Konoha era por así decirlo especial, no cualquier chiquillo con ínfulas de chico malo y un par de buenas patadas podía hacer parte de una pandilla, las pandillas de Konoha se componían de tradiciones familiares, familias aliadas en pos del dominio de un zona, y cada familia contaba con una particularidad, estas particularidades se llaman “afinidades a”  cada familia tiene una afinidad a algo, por ejemplo dentro de Taka Karin tenía una afinidad a sus sentidos, por lo cual era una sensor, bastante importante e  imprescindible para Taka, Suigetsu tenía una afinidad muy fuerte con el agua, y Juugo la tenía a los animales, Sasuke tenía una de las afinidades más fuertes y era el Fuego, bastante rara aún entre los pandilleros.

Konoha se dividía en zonas, cada una dominada por una pandilla, la pandilla liderada por la familia Uchiha representada por Sasuke dominaba toda la parte sur, que después de la zona norte era la más peligrosa, bueno, peligrosa si eres un idiota buscando entrar a territorios que no te pertenecen.

Nadie sabía cuáles eran las afinidades de Kitsune y sus colas, bueno, ya entrados en el tema, nadie sabía nada de ellos, los únicos que los habían visto alguna vez eran a quienes les dieron una paliza, y ellos no tenían gran información más que lo aterradores que eran. En fin.

Sasuke salió  tranquilamente del instituto, vaya que había sido un día tranquilo, ningún grandulón esperándolo a la salida para pelear por el título de jefe, ninguna carta amenazante a su pandilla, fue tan tranquilo que ni Karin, Sakura o Ino – miembros de su pandilla -  lo acosaron demasiado,  era relajante de vez en cuando tener un descanso, en especial de esas tres.

Era viernes y él no tenía particularmente nada planeado, tal vez se juntaría con su hermano e irían a alguna discoteca cercana, se acostaría con cualquier chica ingenua, líos de solo una noche, Uchiha Sasuke no era un hombre de compromisos ni palabras bonitas después del sexo, pero antes de salir de copas primero debía ir a su casa tomar una ducha y comer algo, pero aun en días tranquilos como ese Sakura, Karin o Ino  le acosaban para acompañarlo a casa, esa tarde fue Ino la acosadora de turno.

 

-          Nee, Sasuke ¿salimos esta noche? – pregunto Ino tomando a Sasuke del brazo melosamente.

-          No molestes Ino.

-          Anda Jefe, nos vamos a divertir. – dijo poniendo el brazo de Sasuke entre sus pechos. – Sasuke estaba a punto de mandar a Ino a la mierda cuando se escuchó un ruido estruendoso.

Sasuke buscó el origen del ruido, estaba en un callejón a su derecha, un matón gigante estaba amenazando a un chico rubio más bien escuálido, Sasuke no era de los que corría en defensa de los débiles  pero ese gigantón se creía un pandillero, que ya era ofensa suficiente, apostaba su bonita cara a que no tenía ninguna afinidad, pero no suficiente con eso, el grandulón en cuestión se creía un pandillero en su territorio, eso ya lo ponía de suficiente mal humor, e Ino lo notaba, especialmente que el brazo que había atrapado seductoramente entre sus senos había comenzado a calentarse hasta quemarle un poco, así que soltó el brazo de Sasuke y retrocedió un par de pasos, contenta de estar en primera fila para ver al varonil Sasuke trapear el piso con ese imbécil.

A Sasuke ya le salían pequeñas llamas de los dedos, el grandulón tenía al chibi agarrado de la camiseta y lo elevababa en el aire, el chibi parecía un muñeco de trapo en sus manos, Sasuke avanzó un par de pasos para de una vez enfrentar al idiota ese, cuando este eleva aún más al chibi y lo arroja contra unos botes de basura, algo se removió dentro de Sasuke, por su tamaño y complexión Sasuke podría decir que el chico era de escuela media, debía tener unos 13 o 14 años,  el chico elevó la mirada y observó alrededor como buscando algo y de repente su mirada se encuentra con la del azabache, Sasuke se quedó congelado un momento, eran los ojos más azules que el alguna vez haya visto, con una carita preciosa enmarcada en mechones rubios, unas marquitas en sus mejillas que lo hacían ver celestial, ¿quién sería capaz de golpear a un chiqui como ese? Si era tan anormalmente lindo, el momento se rompió cuando el grandulón avanzó un par de pasos más con toda la intención de terminar de apalear al rubio, el chibi vio asustado al grandulón y después miró a Sasuke, este lo tomó como una petición de auxilio y saltó hacía el matón ese, vaya que le iba a dar la paliza de su vida, pero que quede claro que lo hacía por estar en su territorio, nada tenía que ver el chiquillo con cara de ángel.

Como era de esperarse Sasuke derribó a la bola de cebo sin necesidad siquiera de sacar un par de flamas, de un solo golpe certero en la nuca el tipo ya estaba en el suelo inconsciente, sin tiempo siquiera de ver quien lo había golpeado.

Sasuke volteó a ver al chiquillo a quien generosa y valerosamente había salvado,  la segunda visión no fue menos impactante que la primera,  el chico era verdaderamente hermoso, todo en él era simétrico y armonioso, el chico solo le veía con los ojos muy abiertos.

-          ¿U…Uchiha Sasuke? – dijo en un murmuro.

A Sasuke se le infló el pecho de puro orgullo, no que otra gente no lo reconociera en la zona, es decir él es el líder, pero que ese chico específicamente mencionara su nombre con sorpresa, y le viera con esos ojitos desorbitados y sus labios carnosos medio abiertos, hacía que le invadiera una sensación de puro gozo.

-          Eh… si – dijo desinteresado tratando de mantener la postura fría - ¿estás bien chibi?

-          ¡¿A quién demonios le dices chibi?! – gritó enojado el pequeño rubio, cosa que a Sasuke le molesto, ¿¡así le trataba después de salvarlo!?

-          Pues no veo a ningún otro enano cerca, dobe.

-          ¡Temeee! ­– el chibi se puso de pie rápidamente, iba a darle su merecido al engreído ese, pero pronto recordó su que durante el altercado con el grandulón se torció el tobillo, así que trastabilló, Sasuke con sus reflejos lo tomó de la cintura antes de que este cayera al suelo.

-          No estás bien chibi, te lastimaste el pie.  – dijo presuntuoso.

-          Vaya vaya, tu capacidad de deducción me deja sin palabras Uchiha Sasuke – respondió sarcástico el rubio.

-          ¡Vaya que eres un chiquillo ingrato! ¡Acabo de salvarte el pellejo!

-          ¿De qué hablas si estaba a punto de… - el rubio se calló súbitamente, como si fuera a decir algo que no debía.

-          ¿A punto de que? Con tu cuerpecito de niña no hubieras podido hacer nada en contra de ese mastodonte. – el chibi suspiró hondamente, que ganas de cargarse a ese tipo, pero debía mantener la compostura.

-          Pues entonces gracias por tu ayuda, pero ahora debo irme…

-          Tú no te vas a ningún lado hasta que revise tu pie, mi casa está cerca, iremos allá.

-          Yo no voy contigo a ningún lado, ¡suéltame pero a la de ya! – en condiciones normales Sasuke hubiera mandado al chico al demonio hace rato a  que se las arreglara solo, pero este rubio tenía algo, desde su cara de angelito hasta su actitud desafiante e irreverente, quería muy en el fondo, pasar un poco más de tiempo con él.

-          Me parece que es el mínimo gesto de gratitud que puedes tener conmigo dobe, o es que ¿acaso eres un mal educado?

-          ¿Alguna vez te han dicho que eres muy insistente Uchiha?

-          No, ahora dime tu nombre. – ordenó.

-          Huuy, ¿no me lo pides por favor? ¿ahora quién es el mal educado?

-          Por favor…. – dijo Sasuke con la mandíbula apretada.

-          Por favor… ¿qué? – dijo odioso el rubio.

-          Grrr… ¿me podrías decir tu nombre por favor?

-          Aaaww, ¡ves que si puedes! Me llamo Naruto.

-          Apellido…

-          ¡Sólo me preguntaste mi nombre, ya no responderé más preguntas teme! – a Sasuke le estaba saltando una vena en la frente ¡maldito chiquillo! Como una pequeña venganza, cargó al rubio al estilo princesa.

-          Muy bien damisela, nos vamos a mi casa.

-          ¿Qué te crees que haces bastardo? ¡Bájame pero ya!

-          Nada de eso, hay que tratar bien a las damiselas.

-          Pues tú no tienes cara de príncipe…

-          ¿cómo qué no? ¡Soy aterradoramente guapo!

-          No lo creo – esperen un momento, ¿ese chiquillo había dicho que Sasuke –todo el mundo besa el suelo donde camino – Uchiha no era guapo? – te vez demasiado amargado, ¡ni siquiera sonríes!  -  en ese momento Ino quien vio toda la escena petrificada se acercó al azabache.

-          ¿de verdad lo llevarás a tu casa jefe? – preguntó sorprendida Ino.

-          Evidentemente Ino, hablamos mañana.

 

Y así Sasuke se dirigió a su casa muy campante, ignorando todas las quejas, reclamos e insultos del pequeño Naruto, cuando llegó a su casa agradeció internamente que no hubiera nadie, con algo de suerte y par de palabras bonitas podría darle una probadita a ese rubio remilgado. Una vez abrió la puerta, entró en su departamento y dejo a Naruto delicadamente en el sofá.

-          Espérame aquí un momento, iré a buscar algunas vendas.

-          Ne Uchiha, ¿no se supone que eres el líder de Taka? ¿cómo puedes traer a un desconocido tan tranquilamente a tu casa?

Sasuke no respondió, el rubio tenía razón, no que el lugar donde vivía fuera un secreto de estado, pero si alguien de una pandilla enemiga se enterara podría causar graves problemas, desde robarle algo hasta amenazar a alguien, no que su familia no se supiera defender, pero en ese mundillo es mejor ser precavidos, y aun así Sasuke le había dado entrada a Naruto a su apartamento inmediatamente, e incluso le había forzado a ello, ¿qué carajos le pasaba? Él no es así, sacudió su cabeza, como si así pudiera sacudirse esas ideas, tomó las vendas del botiquín de su cuarto y se dirigió a la sala donde estaba Naruto.

-          Bien ahora levanta un poco tu pantalón, déjame ver tu tobillo. – Naruto obedeció con mala cara y se levantó la bota del pantalón para descubrir que este estaba bellamente tatuado con una máscara de oni  japonés.

-          Un tatuaje muy rudo para un chiquillo ruidoso como tú.

-          ¡Cállate la puta boca! Que no es tu maldito problema – respondió sonrojado, aunque el azabache no sabía si era por la vergüenza o por la ira.

Sasuke se puso a detallar bien la pierna de Naruto, era esbelta pero de músculos firmes, era delgada, pero no daba la sensación de ser débil, más bien parecía bastante flexible, mientras vendaba el tobillo el azabache dejó volar su imaginación y visualizó en su mente esas esbeltas piernas enrollándose alrededor de su cadera, imaginando a ese chiquillo rubio sonrojado por el placer, diciendo su nombre con voz jadeante…

-          ¡Uchiha Sasuke! – gritó Naruto - ¿planeas estancarme la sangre? ¿Cuántas putas vueltas le darás de vendaje?  ¡Maldito psicópata! ¿en qué demonios estabas pensando? ¡Además hace siglos te estoy llamando!

-          ¡Ya no grites tanto! Por Dios, eres demasiado ruidoso…

-          Pues parece que solo así me escuchas, estabas tan ensimismado en tus pensamientos que no me escuchabas…

-          Bueno ¿Qué necesitas?

-          Un teléfono Uchiha, mis amigos deben estar preocupados por mí.

-          Oh, sí claro – Sasuke sacó su teléfono celular y se lo pasó al rubio quien tecleó un número rápidamente.

-          ¿Aló? Si Shika, soy yo, estoy bien, tuve un altercado con un gigantón, no, estoy en casa de Uchiha Sasuke…. Si ya sé, no necesito que me sermonees, estaré en casa en un par de horas. – Sasuke escuchaba nervioso, ¿quién demonios era Shika que se escuchaban tan familiares?, ¿lo esperaba en casa? ¿vivían juntos? ¿eran pareja? – ¡Vaya que sí! – dijo enérgicamente -  no te imaginas cuanto, en fin era para eso, no quería preocuparte, dile a los chicos que el plan de esta noche sigue en pie, vale Shika, te quiero, nos vemos al rato. – Naruto colgó y le dio el teléfono a Sasuke, quien lo recibió enojado, su chiquillo le había dicho a ese tal Shika que lo quería – Gracias Uchiha, pero ya estoy bien y ya debo irme.

-          ¿A encontrarte con tu novio? – preguntó molesto.

-          No es mi novio, es mi mejor amigo, pero eso a ti no te importa.

-          Ah, ¿y se conocen hace mucho? – pregunto casual Sasuke.

-          Somos amigos de infancia, hemos estado juntos siempre, incluso ahora vamos a la misma universidad…. – Sasuke se atragantó 

-          Espera un momento dobe, ¡¿universidad?! ¿Cuántos años tienes?

-          ¡Qué grosero! ¡Tengo 20 años Uchiha, soy tu maldito senpai!

-          ¿Cómo vas a ser mi senpai con esa cara de colegial que llevas? ¡No te creo un demonio Naruto! – El rubio se indignó a tal forma que saco su carnet de la universidad y su identificación y se los echó en la cara.

-          Compruébalo tú mismo ¡idiota!  -  Sasuke examino minuciosamente los documentos, y vaya que eran reales, el chiquillo frente a él tenía 20 años, estudiaba en la Universidad más prestigiosa de Konoha y en efecto era su senpai.

-          Vale vale, te creo, mi error.

-          ¡Wow! Estas admitiendo que te equivocaste, no tener mi celular para tomarte una foto…

-          Puedes dejarme tu número y te lo vuelvo a decir por teléfono.

-          Deja de bromear Uchiha – dijo Naruto con gesto burlesco.

-          Hablo enserio Naruto, quiero que nos volvamos a ver – dijo serio acercándose al rostro del rubio.

-          Uchiha… - Naruto se sintió hipnotizado por los oscuros ojos del azabache.

-          Puedes decirme Sasuke nada más… - dijo con voz ronca acercándose un poco más, casi acabando con la distancia que los separaba… 

Notas finales:

Si tienen tiempo podrían pasarse por mis otros trabajos, nos vemos en la próxima actualización.

 

Bye bye :) 


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