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La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Hola, pequeños queribines! :3

Aquí les traigo otro cap, espero que les guste n.n 

Les cuento que el domingo me voy de vacaciones, así que ese día no podré actualizar y seguramente durante la prox semana tampoco. Pero intentaré volver a actualizar este viernes o el sábado n.n 

Por favor, tengan ojo con la ortografía de este cap que no lo he revisado :D 

Gracias por leer n.n 

Un abrazo ! 

Capítulo 26: ‘‘Veneno’’


   —Lo que ustedes deberían saber, caballeros… —comenzó Alexa, en tono burlesco—. Es que antes de ser ingresados aquí se les inyectó una potente droga experimental, que al parecer ha funcionado de maravilla… —hizo una pausa y disfrutó un par de segundos de los quejidos y alegatos que soltaron algunos hombres del lugar—. Aún no tiene un nombre comercial, así que sólo la bautizamos como “S.3.X-43”... —La palabra “sex” acudió inmediatamente a mi cabeza—. ¿Tienen alguna idea de lo que provoca? —sonrió con malicia, mientras tomaba un pequeño frasco que había estado oculto entre sus pechos—. Ésta droga… —dijo, sacudiendo el frasquito en el aire—, aumenta el deseo sexual hasta niveles insospechados. ¿Acaso no se han sentido extraños? ¿Un poco de calor excesivo? ¿Un poco de fiebre? ¿Demasiado calientes, tal vez? —rió—. Y claro… le he puesto mi toque personal para intensificar sus efectos, ¿quién de ustedes había probado la cocaína? —Todo mi cuerpo tembló en un escalofrío.

¡Esta mujer estaba loca! ¡Estaba mezclando drogas! ¡Iba a matarnos de una maldita sobredosis!

Hizo un gesto con su mano y un grupo de alrededor de quince chicas se acercó a ella y se enfilaron de una a una, era casi predecible lo que iban a hacer. Repitieron el ritual de las anteriores chicas y se desnudaron frente a todos, causando algunos gritos eufóricos que no tardaron en dejarse oír. Creí que, con la advertencia de Alexa, no sentiría ninguna clase de atracción hacia esas mujeres, pero ya no estaba tan seguro de eso. No sé si fue por culpa de esa droga, pero la carne desnuda y provocativa de pronto se vio ligeramente tentadora a mis ojos.

   —A-Aiden… —Kat se me acercó. La miré y me sentí molesto conmigo mismo, no había notado lo linda que era. Ahora entendía porqué a Ethan le gustaba tanto.

Alexa continuó hablando.

   —¡Y estas chicas serán su perdición! ¡En sus cuerpos hay un potente veneno que sólo reaccionará ante ustedes! —gritó y aplaudió fuertemente—. Les cuento esto porque sé que aun así no podrán resistirse. ¡Ese veneno los matará!

Puta loca.

Kat apretó el botón en la muralla para bajarme del techo. Se acercó para quitarme las esposas y noté que nos estaban liberando a todos. El olor de su perfume entró con fuerza en mis fosas nasales ¡Demonios! Fuera lo que fuese lo que nos inyectó esa mujer, comenzaba a hacer efecto.

   —¿¡Qué demonios estás haciendo!? —me sobresalté demasiado ante el tacto de sus manos cuando levantó un poco mi camiseta para alcanzar el bolsillo de mi pantalón e introducir algo en su interior.

   —Quédate quieto y escúchame —ordenó, con voz seria—. Si las cosas se ponen feas, si alguno de tus amigos cae en la trampa de Alexa, dale un poco de esto… —le dio una palmada a mi bolsillo y algo parecido a un frasco con líquido se escuchó dentro—. Es un antídoto o un vacuna, cómo quieras llamarle. Nosotras ya lo tenemos en la sangre y por eso somos inmunes. No sé si funcionará el inyectarlo después del veneno, pero más vale que lo tengas.

   —G-Gracias… —musité. No sé si alcanzó a oírme, porque se marchó apenas terminó de habar.

   —¡Que comience el juego! —gritó Alexa, aparentemente eufórica.
Todos nos miramos confundidos, sin saber qué hacer. Al ver a los otros hombres que estaban en el lugar me di cuenta que yo no estaba tan mal. Algunos jadeaban como perros posesos, con la vista fija en alguna de las chicas desnudas que se paseaban como comida delante de todos nosotros. Ellos sabían que si se acercaban a ellas iban a morir, que ellas tenían un veneno dentro que los mataría, pero no parecían lo suficientemente convencidos.

Sentí que algo me tiró del brazo.

   —Ni pienses en acercarte a una de esas perras —Eden me sostuvo con fuerza. Jamás le había oído hablar así, tan seriamente.

   —Yo estoy bien —aclaré—. ¿Tú estás bien?

   —Hombre, solía pasarme diez horas seguidas meditando sin siquiera sentir sed. Un par de tetas no van a moverme —sonrió.

Chris llegó junto a nosotros, prácticamente estaba arrastrando a Teo.

   —Este tipo va a caer… —acusó. Teo me miró e hizo un puchero que parecía querer decir “lo siento, no puedo evitarlo.” Eden se adelantó y tomó al pelirosa por los hombros.

   —¿Estás bien, Teo? —le preguntó.
   —S-Sí… —balbuceó torpemente—. Es sólo que esta mierda está haciendo su efecto… —Su cuerpo parecía temblar. Miré mis manos, yo también estaba temblando—. Maldición, Eden ¡Mira cómo está el pequeño Teo! —Eden miró hacia abajo y pareció sorprenderse.

   —No me hagas darte una patada ahí abajo.

   —No puedo evitarlo.

   —Joder, Teo —Eden lo sacudió por los hombros—. Piensa en Cassie.

   —¿¡Que piense en ella!? ¡No me jodas! Eso sólo empeorará las cosas. ¿Qué hago, Eden? —Teo intentó apartarse—. ¡No quiero morir! ¡Pero esas chicas! ¡Joder, están tan buenas!
Ayudé a sujetarlo también, para agarrarle en caso de que quisiera salir disparado contra alguna de las mujeres que seguían paseándose delante de nosotros, algunas incluso se acercaban para insinuarse y decirnos obscenidades que jamás había escuchado. Si alguien no hacía algo con Teo, sólo sacaríamos su cadáver de esa guarida.

   —¡Cálmate, Teo! —le grité.

   —¡No puedo, Aiden! —Él hablaba muy rápido—. ¿¡Q-Qué hago!? ¿¡Sabes hace cuánto que no…!?

   —¡Teo! —interrumpió Eden, tomando el rostro de Teo entre sus manos y clavando sus ojos negros sobre él—. Me cogí a tu hermana —confesó. El rostro del pelirosa empalideció hasta quedar completamente blanco y se quedó callado de pronto, como si se hubiese tragado la lengua. Faltó poco para que la mandíbula se le cayese al suelo.

   —¿Q-Qué demonios dijiste? —balbuceó apenas y yo sonreí.

«¡Eso es, Eden! ¡Distrae su atención!»

   —La noche en que salvamos a Claire en la camioneta… —continuó Eden—. Estaba algo borracho y…

   —¿¡Te follaste a mi hermana!? —interrumpió Teo, enfurecido—. ¿¡Te cogiste a Cassie!? —recordé el incómodo momento de aquella vez y algo hizo que mi estómago se revolviera. Sí, ella y Eden habían cogido, pero en ese momento su cabeza estaba con Ethan.

Un repentino puñetazo obligó a Eden a voltear la cara.

   —¿¡Cómo demonios te atreviste, Eden!? —gritó Teo y supe que todo rastro de libido desapareció de él—. ¡Se supone que somos amigos, hijo de puta! —fijé mi vista en Jack, él parecía muy atento en la pelea.

   —¿Y qué? —Rió Eden, sobándose la mejilla—. La chica necesitaba cariño y si tú no te atreves a dárselo, aquí estoy yo —abrió los brazos e hizo una mueca, para jactarse. Era la primera vez que veía a Eden actuando así, tan petulantemente. Pero tuve la sensación de que lo único que él buscaba era hacer enfadar aún más a Teo, para lograr distraerlo por completo.

Supe que eso de ser hirientes venía de familia.

   —¡Eres un… ! —Teo intentó darle otro puñetazo, pero no alcanzó a terminar la frase ni a completar el movimiento. Chris le había golpeado y lo había tirado al suelo, dejándole aparentemente inconsciente.

Eden se sentó en el piso, cansado. Su boca estaba sangrando.

   —Gracias, Chris —suspiró.

   —De nada.

   —Pudieron haberlo noqueado desde un comienzo —dije. Si lo hubiesen hecho, seguramente estaría igual de inconsciente y de todas formas no habría intentado lanzarse sobre ninguna de las chicas.

   —Teo tiene muy buenos reflejos, no iba a bajar la guardia a menos que le distrajera… —respondió Eden y se quitó algo de sangre de sus labios—. ¡Auch! Creo que me merecía eso.

Miré a mí alrededor otra vez, con la pelea yo también me había desconcentrado. Lo que vi me causó repulsión.

Me sorprendí ante los niveles que podía llegar a alcanzar la estupidez humana.

Ya habían caído más de siete hombres, algunos de ellos ya estaban en el suelo convulsionando y otros aún se encontraban en el acto con alguna de las chicas; gruñendo, gimiendo, gritando, babeando como verdaderos animales, puramente instintivos. Aparté la vista, no podía seguir presenciando algo como eso. ¿Cómo demonios podía existir gente tan básica? ¿Acaso no tenían nada por qué luchar? ¿Nadie por quién querer sobrevivir? Algo que les hiciera luchar por resistir, como lo estaba haciendo yo.

¿Y cuál era mi motivo?

Oí un alboroto más adelante. La risa de Alexa se escuchaba fuerte entre todos los gritos y gemidos. Un grupo de chicas se carcajeaban y gritaban como si fuesen un grupo de fanáticas frente a su artista favorito o algo así. Intenté agudizar la vista.

   —¿Es Ethan el que está entre todo ese grupo de locas? —preguntó Jack y casi solté un grito por la impresión. ¡Joder! ¡Ese montón de chicas le tenían rodeado! Apenas sí podía verle entre toda la piel femenina. Seguía atado de manos y pies mientras ellas estaban abrazándole, besándole y algunas hasta se dedicaban a realizarle un show especial, bailando provocativamente frente a él. Alexa estaba abrazada a su cuello mientras jugueteaba con el lóbulo de su oreja.
Lo estaban acosando descaradamente. Querían hacerlo caer.

   —¡Ethan! —me adelanté y corrí hacia él, pasando por el medio de todo ese grupo que se estaba revolcando en el piso. Todo el lugar apestaba a sudor y fluidos corporales que ni siquiera sabía que existían.

   —Eh, ¿el chico también se nos une a la fiesta? —Una cazadora me agarró por la cintura e intentó atraerme hacia ella, pero me zafé de un tirón.

   —Aléjate de mí, perra —gruñí y me hice lugar entre todas esas chicas, apartando a Alexa de un empujón y lanzándome sobre Ethan en un abrazo, en un torpe intento por alejarlo de esas mujeres. Intenté desatarlo y sólo logré librar una de sus manos, pero era suficiente.

   —¿Estás bien? —le pregunté.
   —Podría estar peor.
   —¡Agarren a ese chico! —sentí por lo menos tres pares de manos intentando atraparme y alejarme de Ethan. Fue una locura.

Ahora entendía cuando James, el mayordomo que atendía nuestra casa, decía que las mujeres estaban todas locas.

   —¡Suéltenme!
   —¡Aiden!
   —¿¡Qué están haciendo!? —grité, con nerviosismo en mi voz. Estaba rodeado y comencé a sentirme presa del pánico mientras cinco chicas estaban sobre mí e intentaban arrancarme la ropa—. ¡Demonios! ¡Suéltenme! ¡Suéltenme, maldita sea! —Mi estómago se revolvió y mi corazón comenzó a latir rápidamente, mis manos comenzaron a sudar frío al igual que todo mi cuerpo que había empezado a temblar. Había demasiada gente ahí.

Otra crisis, joder.

   —¡Ethan! —rogué, a pesar de que sabía que él se encontraba en una situación peor que la mía—. ¡Ethan! ¡Quítamelas por favor! —Una de las chicas metió su mano dentro de mi pantalón y eso fue lo que desató toda la desesperación en mí—. ¡Ethan! —grité, con voz rasgada. 

Comencé a sentirme mareado. No, no podía desmayarme ahí.

   —¡Suéltenme, maldición! —El pelinegro le dio un golpe en la cara a una de las chicas. Hubo un silencio y todas se quedaron quietas. El rostro de Alexa enfureció.

Iban a matarlo.

   —¡Aiden! —Ethan logró llegar a mí antes de que pudiesen atraparlo y me ayudó a quitarme todas esas mujeres de encima. Para ese momento, yo ya había entrado en una nueva crisis de enoclofobia. Mis manos, mis piernas y todo mi cuerpo temblaban involuntariamente. Tenía ese sentimiento de creer que iba a morir en ese preciso momento, tenía miedo. Me abracé a él nerviosamente, intentando aferrarme con toda mis fuerzas. Quería sentirme seguro, él siempre lograba hacerme sentir que todo podía ir mejor. Pero mis esfuerzos fueron en vano. Le agarraron entre siete, lo tomaron y lo inmovilizaron.

   —¡Mataré a este bastardo! —gritó Alexa, tomando entre sus manos una pistola. Sentí miedo, terror que se agudizó aún más cuando noté que de aquella pistola sobresalía una aguja que apuntaba directamente al cuello de Ethan.

El veneno.

Le iba a inyectar directamente el veneno.

Una figura oscura se asomó a las espaldas de Alexa y una pistola se posicionó a un costado de su cabeza. La mujer pareció congelarse.

   —Yo no presionaría ese gatillo si fuera tú, pequeña zorra —habló esa voz tranquila que me causaba los más horribles escalofríos. El rostro de Alexa se descompuso por un par de segundos.

Ahí estaba él. Me lanzó una mirada que me hizo temblar y sonrió. Todo se detuvo y muchas pistolas le apuntaron en ese momento y el sonido de las armas cargadas resonó en el lugar. Pero muchas otras apuntaron hacia ellas.
Mi cuerpo tembló en otro escalofrío y por mi cuello pasó una corriente eléctrica que transportaba miedo, un nuevo nivel de terror que jamás pensé podría llegar a sentir.

   —Tanto tiempo, Scorpion —Viuda Negra esbozó una sonrisa tétrica.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado :D 

Como siempre, cualquier crítica, duda, preguntas a los personajes o lo que sea déjenlo todo en un lindo- o no tan lindo review- 

Hoy surgió un pequeño problema (Bueno, los que están en el grupo de FB ''Escritores de Amor Yaoi'' pueden verlo ahí) El caso es que encontré otro fic titulado ''INFRATIERRA'' que por su resumen es demasiado parecido a mi fic ''La oscura Tierra de las Maravillas'' y no tengo idea que hacer, por que el otro tan solo lleva un cap y no puedo hablar de plagio tan pronto. 

A ver si los que leyeron ''La oscura Tierra...'' pueden hecharme una mano. 

Nos leemos pronto. 

Saludos!


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