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Su sonrisa por blueous

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Notas del fanfic:

 Como todo los que escribo, esto está basado en una experiencia personal... llegué a pensar que Dios no me quería porque de verdad ;; NO ME DEJABA VERLA. Lo escribí hace mucho tiempo; cuando escribía en primera persona, pero intenté arreglarlo tanto como pude.

 Hay partes idiotas, lo sé, espero entiendan y... sí.

 Perdón u n u

SUSONRISA

Cuando le decía a mi hermana que Dios estaba enojado conmigo, ella se ría, no hubo ni una sola vez en que mirara y dijera "Oh, ¿por qué?", así que un día le dije que sí, que si estaba enojado, pero ni siquiera cuando la obligué a escuchar mis razones me creyó. Fue algo humillante explicarle como cada vez que salía se ponía a llover y como cuando me subía al bus cesaba sólo para iniciar de nuevo cuando tenía que bajarme, era incómodo tener que recordarle que antes (antes, cuando iba a la iglesia y oraba en voz alta todos los domingos) eso no pasaba.

—Chanyeol, estás loco. La fuerza del Señor es enorme, ¿tú en serio crees que te estaría haciendo esas cosas que son parecidas a las bromas que tú me harías a mí?

—Pero noona, es que… —Aunque claro, jamás me gustó pelear con ella —Tienes razón, estoy loco.

 Sin embargo era cierto, sigue siendo cierto. Antes las cosas eran como formadas para mí, no importaba cuantas veces metiera la pata, las puertas se abrían de par en par. Es solo que luego se abrió una puerta que debió permanecer cerrada.

 Cuando era más pequeño era una persona bastante apegada a las doctrinas cristianas (Ja, lo recuerdo tan bien), iba a todo lo que mi iglesia me pidiera y eso fue hasta los dieciséis, un poco más. Después vino el llanto y el tronar de dientes.

 A los diecisiete conocí a un chico (a varios en realidad, sólo que uno me cambió la vida), era hermoso, precioso, tan pronto como lo vi supe que algo andaba mal porque o era yo o ese humanoide que allí parado en el pasillo era el más hermoso que había existido jamás. Tenía el cabello castaño, los ojos brillantes y bien definidos, la parte visible del parpado era el marco a una obra de arte más valiosa que la Mona Lisa, sus labios eran pequeñitos y se notaba que estaba incómodo. Yo lo noté por como sus manos se pegaban una a la otra. Supongo que lo miré mucho, pero de alguna forma se me hizo necesario.

 Y si mal no recuerdo, eso fue sólo un martes cualquiera en la primera hora de receso.

 Como dije antes, por esos entonces era bastante cercano a la iglesia y a Dios, supongo que por eso cuando lo vi de nuevo, charlando animadamente con mi mejor amigo en dirección a mí, supe que él debía estar en mi vida. Algo, desde más allá de este mundo, me lo había enviado, a mí (Ahí empezó mi alejamiento, ya no era exactamente él quien me lo mandaba, era lo que fuera).

 El chico tenía mi edad, ya había estado en el colegio, pero ahora volvía porque su familia se había mudado de nuevo, era amigo de todos mis amigos y pronto mío también. No fue de golpe, lo asumo, no fue una típica historia de amor, era sólo una amistad entre dos chicos, con la mínima diferencia de que uno (en este caso yo) a veces no podía despegar sus ojos del otros, sin razones, sin excusas, simplemente era cautivante. Cautivante y ya.

 La amistad tomó un giro a una historia de amor cuando me di cuenta que no era el único estúpido que se quedaba mirando a su amigo. Para ese entonces me sentía ya muy culpable como para volver a la iglesia. Para ese entonces ya había asumido ese pequeño pecado en mi vida: era (soy) homosexual.

 Y por aquí es cuando comienza mi creencia de que Dios se molestó conmigo, pero tienen que entender, que ya es raro entenderlo yo, imaginen cuanto me cuesta explicarlo a otra gente.

 Ya. Conocen las redes inalámbricas, el internet inalámbrico y eso, todos conectamos por allí el móvil, personalmente lo hacía simplemente para hablar con Baekhyun. Me dejaba como desconectado para todos y sólo le hablaba a él, toda la noche, hasta la madrugada, dónde dormía unas horas y volvía a hablarle al ir al colegio, siempre supe que me gustaba, era demasiado obvio, así que jamás hablé de él en casa. Me sentía acorralado sólo si mamá preguntaba sobre mi compañero “simpático”. El punto es que uno de esos días, de la nada, de pronto, iba yo a hablar con el señorito Byun, pero el móvil tuvo problemas y no conecto ¡No conectó!, pero si podía entrar a otras páginas como google, pero no podía hablarle a la persona más encantadora del mundo.

 Fue así hasta que estuvimos formalmente juntos un dieciséis de marzo (porque no me animé antes y no pudo ser el día de los enamorados. Estúpido, estúpido Chanyeol.), es que sería estúpido explicarles como cada vez que intentaba algo para él todo se ponía de cabeza, las cosas fallaban, de alguna forma siempre fallaban. Casi a los cuatro meses ya estaba seguro que era algo lo que no nos dejaba ser felices, pero aun así lo éramos, demasiado. Aún no encontraba qué era lo que había puesto a mí otra mitad en mi camino tan de pronto, sin aviso, sólo dejándolo caer, pero ahora había otro algo que no nos quería juntos.

 He insisto en este punto: mi hermana nunca me quiso creer.

 Mi hermana ha sido siempre la que ha confiado en mí, la que ha creído todas mis historias extrañas (porque día a día pasan muchas cosas en la vida de un adolecente), por lo que antes de ventilar alguna idea o algo así, siempre le cuento primero a ella. Si me cree, entonces puedo decirla en otro lugar un poco más relajado, si no; la olvido. Pero esto no lo pude olvidar, porque era cierto.

 Después que empezamos a salir, pareció que eso que no disfrutaba de vernos juntos se había cansado, porque nuestra relación era de mil maravillas, pero entonces volvió.

 Simplemente quería verlo, ver un segundo, porque las clases habían terminado y no soportaba haber dejado de verlo de un día para otro, salía casi todos los días con mis amigos, sin embargo no lográbamos coincidir. Él trabajaba en turnos de tarde, yo me levantaba muy tarde. Él conseguía cambiar sus turnos a la mañana, mi madre se refriaba y solo podía salir cuando mi hermana estaba en casa; las mañanas. Yo pedía un día de independencia para salir todo el día, su perra se apretaba el pie con no-sé-qué-cosa y debía llevarla al veterinario con su padre y… ¡Dios, no es mi culpa que me haya enamorado!

 Habían pasado cuatro semanas exactamente en que apenas había hablado por celular, las clases empezaban nuevamente un mes y medio y sinceramente no parecía que fuese difícil seguir con esa mala racha.

 Cuando Jongdae se comenzó a reír hasta casi llorar, sentí las ganas de golpear el piso con fuerza.

—Serás idiota, Chanyeol.

—Te lo digo en serio.

—¿Te das cuenta lo que estás diciendo: que Dios no los quiere juntos y por eso no se han visto? Lo que pasa es que tienen mala suerte y los dos son demasiado idiotas para hacer algo al respecto.

 Arrugué la nariz y bufé.

 Ese mismo día aparecí en el turno nocturno de Baekhyun, con una rosa amarilla (ni idea qué significa, pero es bonita).

 Baekhyun me mira y entonces todo lo que he pensado se convierte en una idea demasiado poco lógica.

 Baekhyun me mira y todo vale la pena.

—Oye —Digo con un nudo en la garganta.

 ¡Por todas las fuerzas espirituales del mundo!; Byun Baekhyun me mira y parece que el universo me pide perdón a través de su sonrisa.

Notas finales:

 Siento que el final fue muy abrupto... pero bueno, así es la vida. 

¿Y si dejan un review guapo?


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