El vals de las mariposas
La misma pista sigue sonando una y otra vez en el gramófono, que el no acepta cambiar por ningún otro aparato moderno; dice que el sonido del gramófono, a sus sesenta años, le hace sentir joven.
Luhan está relajándose en el sofá, escuchando su pista favorita, “El vals de las mariposas”, con la cual siente una armonía mágica. Es en ese instante cuando entran dos niños: Chanyeol, el chico, que tiene diez años, y su hermanito Kyungsoo, de ocho.
KYungsoo se sienta junto a su abuelo Luhan y le pregunta:
- ¿No le aburre esta música?
Luhan sonríe y responde:
- No, querido. Me gusta tanto, que nunca me aburro de ella.
Chanyeol se acerca a Luhan y lo besa, diciendo:
- A mí también me gusta mucho esta pista.
Luhan le da un beso y un abrazo, y dice:
- Te quiero tanto, Chanyeol.
Luhan deja a sus nietos, se dirige a la cama y se sumerge en sus recuerdos. Y, de repente, les dice a los niños:
- Venid..., venid, queridos, os quiero contar una historia.
Los niños se alegran mucho y van a sentarse junto a su abuelo. Después de un rato de silencio, Luhan respira y empieza a contar:
Érase una vez un niñito que se llamaba Luhan. Era más o menos de la misma edad que tú, Loto. Luhan era de una familia de clase baja; sus padres trabajaban al servicio de una familia noble. Ésta última tenía un niño que se llamaba Sehun y tenía catorce años.
Los dos niños vivieron juntos, jugaron juntos...; simplemente, crecieron juntos. Luhan se acostumbró a estar con Sehun en su tiempo libre y a veces asistía con él a las clases de Frances, música, dibujo, baile y economía.
A Luhan le entusiasmaba la escritura. Sehun, que, como era noble, seguía clases de literatura, aunque las odiase, ayudaba a Luhan, enseñándole cómo podría crear sus propias historias, sumergiendo al lector en un mundo nuevo.
Un día, Sehun le compuso a Luhan una pista de música que se llamaba “El vals de las mariposas”. Y, desde ese día, los dos comenzaron a bailar a ese ritmo tan hermoso como si fueran Las únicas personas en el mundo.
Cuando los dos se hicieron mayores, su amistad se convirtió en un amor serio, pero la familia de Sehun lo consideró un amor imposible e ignoró esta relación.
Sehun, en ese momento, era un muchacho de veinte años, y siguió amando a Luhan, su preciosa mariposa. Pero tuvo que separarse de el para ingresar en la Universidad de Real de Seúl. La lejanía les resultaba insoportable a ambos, pero sus almas estaban unidas...a pesar de la distancia.
Pasaba el tiempo y, cuatro años después, Sehun terminó su carrera y volvió junto a Luhan, su pequeña mariposa. Pero la vida no era tan sencilla para ambos. La familia de Sehun le obligó a que dejara a Luhan y a casarse con una mujer de familia noble: la princesa Jessica. Esta princesa, a pesar de ser una perfecta esposa, no amaba a Sehun y el simplemente la despreciaba.
Una noche, Sehun y Luhan estaban juntos. Él le pidió que huyeran lejos de su familia y de todos los que se oponían a su matrimonio. Pero Luhan le dijo que no podía huir de todo el mundo y le rogó que se casara con la señorita Jessica, que él no podía dejar de lado a su familia y aunque lo extrañaría era lo mejor para Sehun, para Luhan…para ambos.
Al principio, Sehun no aceptaba las peticiones de Luhan. Pensaba que Luhan ya no le quería, pero él le explicó que no podía hacerle perder todo por culpa de su amor, y le juró que nunca sería de otro.
Sehun aceptó casarse con la señorita Jessica.
Luhan, con el corazón dolorido, dejó el país. Tratando de olvidar todo su dolor y desesperación, ignorando el hecho de que la persona que amaba y a la única que amaría estaba atando su vida con otra persona. Trabajaba como escritora, ya que era lo único que lo hacía pensar en otra cosa, era la única cosa que le ayudaba a olvidar su gran amor por Sehun. Ganó mucho dinero y viajó por todo el mundo, dando conferencias en universidades muy reconocidas de Sur Corea, pero nunca pudo olvidar a su principe.
Después de cuatro años, unos amigos de Luhan lo invitaron a una gran fiesta. Luhan era una persona hermosa, de una personalidad fresca y decidía, un gran físico, quizás no muy alto, ojos color miel y pelo negro obscuro, corto y un poco rebelde a la hora de peinar, siempre llevaba un arete, discreto que le recordaba a Sehun ya que el dije era una pequeña mariposa color blanco representando su amor puro. Era la persona más bella en la fiesta, usando un traje negro que estaba ajustado a sus medidas. En resumidas palabras Luhan era precioso.
Cuando estaba hablando con sus compañeros, Luhan se detuvo y se quedó en blanco, enfrente de un hombre extranjero. Después de un rato, él le preguntó:
- ¿Eres tú, mi pequeña mariposa?
Luhan se quedó en blanco por un segundo.
- ¿Eres tú, mi príncipe?
- ¡No lo puedo creer!- dijo emocionado Sehun
-¡Te echo mucho de menos, Sehun!-chillo de la emoción Luhan, rodeando el cuello de su amado en sus brazos y depositando un tierno e inocente beso en la mejilla del contrario.
- Te extrañe.
Se abrazaron y empezaron a bailar, olvidados de todo el mundo. Pasaron toda la noche juntos; se acordaron de sus momentos de amor. Después de la fiesta, salieron juntos. Sehun le contó a Luhan que su esposa lo había engañado con uno de sus hermanos menores, su familia estaba muy apenada con todo lo sucedido por parte de la señorita Jessica.
Los dos decidieron casarse, olvidándose de todo el mundo y de las reglas establecidas. Vivieron muy felices juntos. Sehun trató a Luhan como si fuese la mariposa más hermosa y frágil de todo el bosque, le hizo olvidar todo el dolor había estado en ambos. Adoptaron a un bebé precioso. Se llamaba Jungkook y tenía la belleza de Luhan Y, un año después, adoptaron otros dos hijos, chicos esta vez: se llamaban taehyung y Yoon Gi.
La familia vivía como si estuviera dentro de un dulce sueño. Pasaron los años, y Luhan y Sehun veían crecer a sus hijos, sus aventuras, su día a día, sus errores, sus festivales, Sehun y Luhan pensaban que eran afortunados por tener a tan hermoso hijos, eran todo para ellos.
La familia de Sehun los Oh, poco a poco comenzó a aceptar su nuevo matrimonio. Después de largo tiempo, comenzaron a considerar a Luhan como parte de la familia, así que no había preocupaciones en la vida de los dos enamorados, que cada día se amaban mucho más.
En ese momento, Luhan deja su relato y suspira dolorosamente, diciéndose a sí mismo: “Pero..., finalmente, la vida no siempre es como deseamos... Algunas veces nos golpea en el momento no deseado...”.
Y comenzó a llorar...
Los niños la ven, y Kyungsoo le pregunta:
- ¿Está bien, abuelito?
- Sí, querido; estoy bien.
Chanyeol le dice:
- Si quiere, podemos continuar después.
- No, estoy bien; voy a continuar.
Luhan y Sehun pensaron que su felicidad sería eterna, y no se dieron cuenta de que la vida no les daría todo sin exigir nada a cambio.
Un día normal, mientras Sehun estaba jugando con sus hijos en el mar, se sintió mal. No se lo cometo a Luhan, para no preocuparlo, pero el comenzó a sospechar que Sehun le ocultaba algo. A lo largo de una semana, Sehun intentó evadir el tema con Luhan..., en vano porque él sabía que algo no estaba bien. Luhan le obligó a ir a ver a un médico; al principio Sehun no aceptó, pero al final fue.
Y como si fuera una de las historias que escribía Luhan, la vida de este se vino abajo con la noticia de que su amado estaba en la pendiente de la vida y la muerte, jugando lentamente con caer al interminable vació de “hasta que la muerte los separe”.
Pasaron los días y Luhan intentaba intentaba detener, con todas sus fuerzas el dolor de su amado; sintiéndolo como si fuera el suyo propio. En verdad, no era Sehun el único que sufría, sino que Luhan también padecía, incluso más que Sehun. La enfermedad de Sehun destruía poco a poco el mundo para ambos.
Luhan solo contaba los días poco a poco.
Kyungsoo, con curiosidad, le pregunta:
- Dime, abuelito, ¿qué le pasó?
Luhan sonrío, con lágrimas en os ojos, y continuó:
- Nada de gravedad... Murió...pero siempre vive dentro de mi corazón. Se fue..., pero siempre está aquí, a mi lado, mi dulce príncipe. Toma con cuidado su dije en forma de mariposa que ahora reposaba en su cuello.
-Fin-