Era una mañana más en la mansión Stark, Jarvis revisaba la seguridad como era usual y ciertas pelirrojas habían decidido que sería buena idea visitar a dos de sus compañeros más cercanos, lo cual ocurría muy seguido últimamente. Entraron ya que Pepper conocía la clave de acceso y se toparon con un gran escandalo
-Corres de nuevo a ocultarte ¿No Tony? Porque no puedes simplemente admitir lo que pasó –Steve Rogers el “Capitán América” se encontraba en el salón principal, con la mirada hacía el elevador. En las puertas de este, el millonario Anthony Edward Stark, mejor conocido como “Tony” estaba es esperando, era obvio suponer que lo había llamado
—Traté de hablar contigo y no me crees. No tiene ningún sentido seguir con esta conversación —Parecía bastante molesto… harto, aunque también se mostraba inquieto, esperando el elevador que finalmente llegó —Si te dan ganas de escucharme de verdad y creerme, estaré en mi laboratorio –Entró dejando a las chicas desconcertadas
—Eh… Steve ¿Qué ha ocurrido? –Pepper se atrevió a preguntar, no quería se entrometida, pero se preocupaba mucho por sus amigos.
—Lo que supones, lo que he sabido que ocurriría desde que decidí intentar “esto” con Stark –Se sentó en uno de los sofás, y las chicas hicieron lo mismo- Creí que podía tolerarlo cuando ocurriera, pero… me molesta y duele…
—Steve… ¿Estás seguro de lo que dices?, No es por nada pero… puede que Tony haya tenido sus tropiezos en el pasado, pero desde que te conoció ha cambiado… ¿No será que simplemente estas confundiendo las cosas? –Lo decía de verdad, ella había conocido a Tony toda su vida, bueno, la mayor parte, y había visto ese cambio, no solo en su comportamiento, sino en todos los demás aspectos que lo rodeaban. Mientras tanto Natasha observaba al capitán, lo veía tan intranquilo, algo anormal en él. Es cierto que ella no había pasado mucho tiempo con el soldado, pero si más que el que Virginia, ya que muchas veces S.H.I.E.L.D les asignaba misiones conjuntas. Y ni en esas misiones lo había visto tan alterado como ahora, lo cual significaba que Stark había metido la pata, y mucho.
—Muy seguro. Tengo argumentos suficientes para saberlo. Pepper, Tasa… ayer que volvió de una “fiesta de beneficencia” tenía todo el cuello de la camisa llenó de labial y olía mucho a perfume… ¿Qué más pruebas necesito?, Creí que podía confiar en él y aun así... ¿Por qué es así? Su padre fue un hombre ejemplar… Lo conocí durante la guerra y siempre fue un gran compañero y amigo. No entiendo porque Tony resulto así…
Potts apretó la mandíbula y miró hacía una cámara en la esquina de la habitación, esperaba que Stark no estuviera viendo eso, aunque conociéndolo… -Steve… verás, Howard no fue un padre ejemplar… dejo a Tony por su cuenta desde muy pequeño en un internado y siempre se iba de excursiones al norte… a buscarte. Él nunca te pudo olvidar, aunque eso significara dejar a su familia… -Pepper volteo la cabeza buscando el apoyo de su pareja que solo asintió –Cuando murió, dejo a Tony joven y solo a cargo de la empresa llena de deudas, a punto de perderla, pero él logró sacarla adelante. Es alguien muy fuerte
-Eso no lo discuto pero… Mucha gente ha vivido sin su padre, sin su madre… -se detuvo un segundo- y no han terminado como él… Yo no sé qué hacer, tal vez debería ter—
Un ruido proveniente del sótano, donde estaba el laboratorio de Tony, los interrumpió. Preocupado y sin dudarlo un segundo, Rogers corrió en busca del pelinegro, esperaba que nada malo le hubiera ocurrido. Cuando finalmente pudo bajar y entrar a los laboratorios, estaban llenos de humo y la visibilidad era casi nula
-¡Tony! ¿Dónde estás? –Logró distinguir una figura en la humareda y se acercó a ella, al disipar el humo y reconocer a la persona frente a él se quedó en blanco.
-¿Así saludas a un viejo amigo? –el hombre se acercó a él dándole un gran abrazo, el capi seguía en shock.
Tony salió, durante la explosión, que él no había provocado, ni sabía de donde había salido, se resguardo bajo la mesa, al oír la voz de Steve salió, pero se quedó de igual forma atonito al ver al hombre que abrazaba a su Steve. —¿Padre?