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El albino que fumaba Chocolate por Kiru-chan

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen sino que son propiedad de Death Note y de su creador Tsugumi Ōba.

Notas del capitulo:

Bueno este es el primer capítulo de mi serie luego de volver a escribir después de un largo tiempo alejado de los fics. 

Espero que les guste y disfruten con todo su kokoro esta historia que tengo planeada! 

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Capítulo I: Soledad

En la amplia sala de estar, cuyos reflejos brillaban en todas direcciones, un albino construía una torre de cubos, la cual estaba a punto de superar su propia estatura. Cada pieza estaba perfectamente colocada y en sincronía con sus colores, por lo que fue un hermoso espectáculo cuando un rubio malhumorado derribó toda la estructura por los suelos con una fuerte patada.

- Tu torre se ve mucho mejor después del terremoto jajajaja!! – le decía el rubio con ironía.

- No importa... - dijo Near con un suspiro, mientras tomaba de nuevo sus cuadraditos para armarlos, pero el rubio con astucia pateó todos lejos del albino.

- Es hora de que vuelvas a la realidad, cebolla! – dijo el ojiazul mientras mordía una barra de chocolate – siempre que asciendas, yo te haré caer, porque soy mejor que tú!

Y bajo una fuerte carcajada cerró la puerta dejando a Near solo… Solo con sus pensamientos, con sus cubos, con su mechón de pelo que ondulaba lentamente. Por qué aquel chico lo odiaba tanto? Es que nunca podrían ser amigos? A Near no le caía mal el joven, pero el otro jamás había mostrado siquiera una pizca de compasión por el ojigris.

- Near… estás bien… toma, tu cubito – le dijo de pronto un pelirrojo que llegaba al salón, sacando a nuestro chico de sus pensamientos – Mello no es malo porque quiera, tú sabes que él tiene muchos problemas…

- Hai… gracias, Matt…

Matt… Matt era el único chico de Wammy’s House que alguna vez había mostrado preocupación por él. Mientras todos los demás lo ignoraban o se unían a los insultos de Mello, el gamer siempre tenía una sonrisa y una mano que le daba, apoyándolo en todo y dando alegría a su fría existencia…  Para Near era prácticamente (como tampoco hablaba con nadie más) el único ser querido que tenía, dado a que él era el único que lo ayudaba a escapar de su solitaria vida. Sí, Matt era especial para Near, más de lo que a simple vista se puede ver como una simple amistad…

- Qué pasa, Near? Llevas mucho rato mirándome.

- N-No, nada Matt, es solo que siempre me ayudas, y eres muy bueno conmigo y yo no tengo como agradecértelo…

- Jejeje… Con ver tu linda carita feliz me basta, Near… - Matt mira su celular – Mierda! Van a estrenar el direct de Nintendo! Lo siento Near, nos veremos después!

- Sí, nos vemos…

***Horas después***

En Wammy’s House los niños suelen irse a sus dormitorios al caer la noche, y esta vez no era la excepción. Siendo ya las 10 de la noche todos estaban en sus recámaras, algunos durmiendo y otros en sus respectivas actividades.

Near, como cada noche, miraba el techo de su habitación mientras lanzaba unos dardos con los que solía jugar… “Ver tu linda carita…”, no podía dejar de pensar en eso, en el significado que estaría oculto tras esas cuatro palabras. Pero cuando el cuerpo es más fuerte que la mente, todos los pensamientos se diluyen como el agua.

- Tengo que ir al baño… - susurró el albino.

Y temerosamente partió desde su habitación hacia el cuarto de baño, lo cual era común cada noche encontrarse con gente que también iba hacia ese sitio… Esta noche no tenía por qué ser diferente, cierto? O eso pensaba…

Luego de realizar sus necesidades y volver a la habitación, Near oyó ruidos provenir del almacén de documentos de la casa. “Será un ladrón?” pensó. Lentamente, haciendo el menor ruido, se digirió hacia la oficina y, armándose de un bate que había en el suelo por los que jugaban esa tarde allí, se dispuso sin miedo a enfrentar al ladrón, pero cuando abrió la puerta, simplemente no pudo mover un músculo al ver entre las sombras a dos lúgubres figuras.

- Ah… M-Mello… me duele…

- Cállate perro… y dime qué quieres que te la meta.

- P-pero m.. aaahh – la voz del chico era interrumpida por los gemidos que emanaban de su cuerpo mientras Mello con fuerza lo excitaba introduciendo sus dedos velozmente en su parte inferior – No aguanto más! Métela! Métemela por favor!

- Así me gusta, mi Matt – le dijo Mello para luego introducir con mucha fuerza su miembro en el trasero del pelirrojo, el cual se ponía la mano en la boca para no gritar por el dolor.

La escena era la siguiente: Matt, el gamer y fumador, acorralado contra la pared con sus pantalones abajo y sus manos tapando su boca mientras Mello, el rubio, lo tocaba sin pudor y lo penetraba una y otra vez junto a una lluvia de gemidos contenidos que escapaban de ambos. Y claro, al otro lado de la habitación, Near, petrificado, mirando como un idiota mientras esos dos tenían sexo descontrolado…

- Matt… - fue lo único que dijo el albino, mientras una lágrima caía desde sus ojos.

- N-NEAR!!! – Inmediatamente Matt escuchó la suave súplica del pequeño, destruyendo la placentera sesión de sexo que tenía con Mello – Near qué haces aquí!!

- L-lo siento… me equivoqué de habitación, es todo – y dicho esto Near salió corriendo hacia su cuarto.

- Déjalo perro y ven a terminar con tu trabajo, que aún la tengo parada.

- Near, espera por favor! – Y Matt (como pudo) se sacó a Mello de encima y con los pantalones aún desabrochados corrió tras el albino hasta llegar a su puerta, la cual golpeó innumerables veces, pero sin respuesta.

Near lloraba. Su alma estaba rota, la única persona por la cual sentía algo, que era importante para él, estaba en… haciendo esa asquerosidad, con Mello… La soledad era la única silenciosa compañía en su vida… Estaba solo, solo en esa inmensa oscuridad que sólo era llenada por los quejidos de su llanto. 


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