Lie To Me por llavenegra

Otra mañana en la escuela, no es lo más divertido del mundo, pero en fin, tengo que ir, aunque hay dormitorios en la Universidad, no me agrada la idea de quedarme todos los días ahí, además, vivo lo suficientemente cerca de la escuela como para ir a vivir ahí. Vivo solo. Me mude de la casa de mis padres alrededor de medio año atrás… ¿motivos? no tenía una gran relación con ellos. Por mis buenas calificaciones, estaba totalmente becado así que la universidad era prácticamente gratuita, no contaba con auto, pero sería abusivo de mi parte pedir además de una casa un auto. Salí por la puerta trasera como habitualmente lo hacía, después de darme una larga ducha y desayunar un poco de ramen instantáneo y café. Lo sé, no es un gran desayuno, pero tengo suerte de que no se me queme el agua.
Caminaba todos los días 10 minutos para llegar al instituto, cosa bastante cómoda, pues me evitaba de pagar transporte público. Por alguna razón, ser el nerd del instituto estaba a mi favor, al contrario de lo que cualquiera pensaría, tenía mucha suerte con las chicas. Se acercaban a “pedir mi tarea” y terminaban pidiendo mi número telefónico. Siempre les daba uno que no era el mío, para evitar fatigarme contestando tantas llamadas. Además, salía con alguien…
Después de 6 largas y cansadas horas de clase, salí a buscarla al campus, no dure mucho buscándola cuando la encontré en la zona de lectura charlando con algunas de sus amigas, me acomode la mochila en el hombro y mire mi imagen en el espejo. “bien hecho Kibum” decía para mis adentros. Ella me gustaba porque además de tener un cabello rubio deslumbrante y largo, unos labios rojos y suaves siempre listos para un beso, estaba de buen humor, al menos conmigo, la mayoría de las veces  cuando me dirigía a hablarle, mi amigo Jong me saco del trance. 
- No puedo creer que hayas aceptado a esa loca como tu novia –se paró enfrente de mi con los brazos cruzados mirándome interrogante.
Sonreí al recordar que tenía razón
- Bueno, pues esa chica tiene algo que las demás no
- Ah… ¿sí?-dijo incrédulo volteándose a verle (si del tipo exorcista) -¿es buena en la cama?
No pude evitar reír ante su comentario
- No, nada de eso, es hermosa… ¿no crees?
- Pero…¿ella? Tu eres alguien lo suficientemente importante como para salir con alguien así.
Jong me conocía perfectamente, era mi mejor amigo después de todo, casi desde que tengo uso de razón
- tienes razón –suspire- me gusta, pero una parte de mí no logra aceptarla del todo, me resulta casi imposible verla como mujer
-entonces, ¿por qué estas con ella?
- No tengo idea, me gusta, creo
Enserio Key ¿te gusta Ana Nicky? -Me pregunte a mí mismo
No me gustaba que me vieran con Jong Hyun, no es que me diera pena o algo por el estilo pero últimamente, se rumoraba en el instituto que salía con él, cosa que trate de desmentir sin éxito, enterrándome más en el agujero. Jong era como el hermano que nunca tuve.
- ahora vuelvo-dije cortándole la palabra a Jong que quería decir algo
Asintió algo disgustado y me cedió el paso, despidiéndose con un gesto de mano, me aproxime a ella al tiempo que se despedía de sus amigas. Me senté a su lado y le rodee la cintura con un brazo, dándole un ligero beso sobre sus labios.
- Hola linda –dije con una sonrisa.
- Hola hermoso
- ¿Qué tal tu día?
- Muy bien, todo salió de maravilla 
- ¡qué bien! ¿Quieres ir a comer?
- Claro que sí, -tome su mochila y caminamos hasta un restaurante aun dentro del campus. lo único malo de ella, era de que hablaba mucho, siempre o casi siempre me contaba las mismas cosas. De sus amigas, de la ropa, de sus tíos, nadie me entiende...etc., etc., etc. Solo escuchaba la mitad de lo que decía la mayor parte del tiempo. Asentía con la cabeza y de vez en cuando decía un corto “si”, “aja” y “entonces”, “que bien” después de  terminar de comer nos despedimos, ella fue a su casa y yo a la mía

Avente mi mochila lejos una vez dentro de mi casa y me tumbe en el sofá, entonces me llego un delicioso olor de comida recién hecha. (Cosa rara pues comía fuera la mayor parte del tiempo). Ella salió de la cocina quitándose el delantal muy mono rosita que ella me había comprado. Me sorprendí al verla en mi casa, tenía unas cuantas semanas sin verla porque había estaba muy ocupado. 

- ¡hijo!-se sentó en el sillón levantando mis pies y subiéndolos arriba de sus piernas, yo los aparte y me senté “correctamente” entonces me abrazo fuerte y beso mi mejilla
- ¿Qué haces aquí madre?-respondí sorprendido
- Vamos hijo, te prepare algo, ve a comer, anda
- No madre, acabo de comer
- ¡hijo! –se levantó y tiro de mis manos guiándome a la mesa, me convenció de sentarme y espere a que me sirviera, no era usual que ella me visitara, ni a que se mostrara tan amable
- Madre, enserio, acabo de comer –dije cuando vi el plato enfrente de mi
Ella se sentó a mi lado en mi reducida mesa de 4 personas. Tomo un tono serio, aprovecho que mis manos estaban sobre la mesa y las estrecho entre las suyas
- Key… me miro como mira un maestro a su discípulo – me preocupas
- Madre, no me pasa nada, estoy bien-respondí cortante
Negó con la cabeza y suspiro como si le costara trabajo
- Key…mírate, cada vez estas más delgado, el refrigerador está casi vacío, sales por las noches y regresas no sé cuándo, tu aspecto a cambiado, tus mejillas están pálidas, tu cabello, lo has teñido de rubio, tus ojos denotan tristeza, te fuiste de la casa al cumplir la mayoría de edad, ¡no estás bien!
- Es mi vida, yo sé que hare con ella- me cruce de brazos apartando mis manos de las suyas.
- ¡hijo!-me dijo suplicante- ¡prométeme que vas a cambiar! Harás otras cosas, que no te harás daño –le di la espalda, no quería escuchar esta conversación de nuevo- hijo, mi Kibum –me dio la media vuelta con fuerza y vi que las lágrimas florecían en sus ojos. No…no pude negarme… ¡era mi madre! ¿Qué podía hacer yo ante eso?, cerré los ojos y suspire resignado, ella había ganado.
- Está bien madre, me cuidare más…pero dejare mi cabello tal y como esta
Ella sintió con la cabeza totalmente conmocionada y se llevó las manos a la boca, aun llorando, pero esta vez de felicidad… ¿tanto le importaba?
- Gracias hijo –se aventó sobre mi estrechándome en su pecho como si fuese un niño pequeño
Termine de comer de mala gana y despedí hasta la puerta a mi pobre madre, entonces subí a darme una larga ducha con agua caliente, mire mi reloj y efectivamente era muy tarde, me arrope para dormir, pero no me dejaba de venir a la cabeza lo que mi madre me había hecho prometer, no estaba seguro si podría cumplirlo, pero haría mi mejor intento, después de todo, una promesa, es una promesa.