Han pasado 6 meses desde la partida de Ranma, nadie volvió a saber de él, ni siquiera su padre, con quien Ranma nunca mantuvo contacto, él y Ryoga partieron hacia un lugar donde nadie que no los conociera minuciosamente podría encontrarlos, mientras la vida transcurrió normalmente para todos los demás, la ausencia de Ranma fue benéfico para que las heridas pudieran sanar, para encontrarse en la búsqueda de uno mismo.
Mientras tanto en el Neko Café, como era de esperarse, Mousse permaneció al lado de su adorada Shampoo, quien después de la partida de Ranma entró en un estado de confusión y tristeza, ahora se le podía ver más tranquila, incluso amable
Shampoo, ¿dónde pongo esto? – pregunta el chico de lentes con su voz despistada de siempre
- No seas tan inútil, ¿tengo que decirte todo? – responde con tono poco enérgico pero molesta
- Perdón Shampoo – se disculpa enseguida, baja la mirada e intenta distraerse pensando donde poner la lámpara que sostenía entre sus manos. Shampoo lo observa y ablanda su posición
- Oye Mousse... – llama con voz tranquila y él no duda en mirarla al oír su nombre - Deberíamos salir algún día – sonríe casi con ternura y trata de no parecer demasiado obvia, - En una cita ¿no crees? –
- Pe... pero… - nervioso pausa, sin poderlo creer, a través de los extravagantes lentes la observa fijamente - Yo, bueno es que yo… yo yo yo – tartamudea y la lámpara tiembla entre sus manos, Shampoo se acerca a Mousse y le da un beso en la mejilla, cuando se aleja Mousse cae al piso desmayado.
- ¿Mousse? – llama sutilmente, observándolo - Jaaá, ese tonto – piensa conmovida, luego un viejo recuerdo acude a ella y sonríe – Ranma, ¿dónde estarás ahora? – susurra tranquila - Tenías razón con respecto a Mousse, es buen muchacho, tal vez algún día nos casaremos y regresaremos a China – piensa de manera espontánea, sonrojándose de su propio pensamiento, tan lejos de la persona que alguna vez fue – Pero ¿Qué digo? – sonríe de nuevo y mira a Mousse que aún yacía en el suelo – Al parecer tu ausencia me hizo ver la realidad de las cosas, muchas gracias por todo, Ranma – la última sonrisa dedicada a él, su primer amor, más ahora sabía que no el último.
Lejos de ahí, en el viejo puesto de Okonomiyaki, Ukyo también había logrado encontrar el balance en su vida, entre los recuerdos amargos y los felices, su amor no correspondido por Ranma había quedado atrás, ahora es que pensaba más en sí misma, sin dejar de ser la chica poco femenina y entusiasta, sin dejar de ser la misma Ukyo de siempre
Uf, que día, hoy vendí mucho – dice mientras se pasa el dorso de la mano por la frente, mira hacia delante y suspira con una sonrisa – Ranma, ¿qué ha sido de ti? No ha pasado tanto tiempo – pausa y vuelve a suspirar - Pero para mí ha sido demasiado, extraño cuando venías a comer – sonríe nostálgica - Ranma, me haces falta amigo -
- ¡Ey Ukyo! – grita Benny Tsubasa, el eterno enamorado de Ukyo, quien vestido de mujer cada día espera por ser correspondido - ¿Dónde quieres que ponga esto que me pediste comprar? – pregunta alzando las bolsas que portaba en cada mano
- Donde quieras – responde con un gesto casi apático, él obedece sin chistar y deja las bolsas en el suelo, cerca de los pies de Ukyo, ella lo observa de reojo y una idea viene a su mente - ¿Sabes Tsubasa? – llama tranquilamente y él la observa en respuesta
- Dime –
- Ya deja de usar esa ropa – propone sin dudar, sonriéndole, la sonrisa más bonita que Tsubasa pudo ver en ella
- ¿Eh? – sorprendido pero no molesto la observa con mayor fijeza
- Quiero verte vestido de hombre – responde con sinceridad
- Pero... -
- Hoy cerraremos temprano – informa con mucho ánimo - Vamos al cine ¿Qué dices? – propone de manera entusiasta, sorprendiéndose pero sin acobardarse Tsubasa no duda en aceptar
- ¡Claro que sí! – responde con mucha alegría, jamás pensó durante toda su vida que aquel momento pudiera llegar. Sin dudar se quita la peluca y los accesorios de mujer, luego ambos se sonríen al verse a los ojos, aquel podía ser el inicio de una relación especial.
En otro lugar, Kuno caminaba con aire taciturno, desde hace varios meses se sentía de aquella manera, al principio cuando supo la verdad acerca de la chica de cabellos de fuego pretendió que no le importaba, casi como si aquello hubiese sido una mentira, pero no podía más, seguir negando aquello, tal como su hermana continuaba haciendo, no lo llevaría a ningún lado
Aún no puedo creerlo, Ranma y la pelirroja son la misma persona – musita con tristeza - Además, Akane me ha rechazado demasiadas veces – agacha la mirada y continúa caminando, pensando si acaso algún día encontraría a la mujer de su vida
Al ir caminando distraído, pensando, Kuno no se fija por dónde camina e invariablemente se topa con alguien en su camino, sin mirar a dicha persona se disculpa
- ¿Kuno? – pregunta la persona frente a él, entonces levanta su cabeza y fija su mirada en aquella persona, a quien observa casi con indiferencia
- Eres tú Nabiki ¿cómo estás? – dice con voz parsimoniosa
- No muy bien – responde tranquilamente - Necesito algo de dinero – se escoge de hombros y sonríe
- Permíteme – no pensándolo dos veces saca de su bolsillo dinero y se lo entrega a Nabiki sin ninguna clase de miramiento, al ver el dinero Nabiki se alegra y lo toma sin remordimiento, después sujeta a Kuno del brazo y lo lleva a una banca del parque donde se sientan los dos
- Bien Kuno, dime qué te pasa ¿por qué venías tan distraído? – pregunta mirándolo
- Seguro ya lo sabías, Ranma y la pelirroja... – se detiene al darse cuenta que aún dolía mencionarlo
- Ah, se trataba de eso – responde un poco molesta pero aparentando indiferencia
- Además, Akane – pausa unos momentos - Ya me di cuenta que no significo nada para ella –
- Vamos Kuno, con tu dinero... quiero decir, con tu personalidad pronto encontrarás a la mujer que va a amarte el resto de su vida – dice para animarlo, mientras mira el dinero que su compañero de clase le había entregado
- ¿De verdad crees eso? – pregunta entusiasmado
- Por supuesto – responde con una amable sonrisa, demasiado amable para ser ella – Bien, ya me voy – se pone de pie y mira a Kuno - El doctor Tofu quería hablar con la familia, así que... nos veremos en la escuela o después – dice volviendo a sonreír, quizás la primera vez que sonreía con sinceridad, lejos de su frívola máscara
- Claro, adiós – dice sutilmente, luego la mira darle la espalda y alejarse lentamente, con su paso tranquilo y acompasado, como siempre solía caminar, él continúa mirándola hasta que ya solo es un punto distante - ¡Vaya!, no me había dado cuenta de lo linda que es – dice con alegría, luego también se aleja de ahí, tal vez la idea de encontrar a la mujer de su vida no era tan distante como pensaba.
En casa de los Tendo, el doctor Tofu los había reunido a todos en la habitación donde Soun y Genma solían jugar al Shogi, cuando Kazumi entra a dicha habitación, Tofu comienza a golpearse la cabeza con la tetera diciendo que el té está delicioso, Kazumi sonríe divertida y se retira para ir por galletas, entonces Tofu se normaliza, como era su costumbre, los presentes lo observan en silencio mientras se acerca a Soun
He venido porque quiero pedir la mano de Kazumi en matrimonio – dice con seriedad y decidido, sacando de su bata de doctor una cajita, dentro había un anillo. Detrás de él un sonido de algo caerse al suelo le distrae, era Kazumi, quien al entrar escuchó la propuesta y por la impresión tiró el plato con galletas al suelo. Genma, Akane y Nabiki miran con sorpresa la escena, Kazumi se acerca al doctor y se detiene a su lado, ambos miran al papá de ella
- Mmmm – piensa detenidamente, cruzándose de brazos, meditándolo, todos lo observan con expectación - Está bien, doctor Tofu, puede casarse con Kazumi, les doy mi bendición – responde al fin, casi arrastrando las palabras, su hija mayor estaba enamorada de ese hombre, era un hecho innegable y él no podía oponerse a su felicidad
- Gracias papá – dice emocionada pero con su voz tranquila y amable
- Que feliz estoy, serás mi esposa – comportándose de nuevo como loco, agarra la mano de Soun e intenta ponerle el anillo que era para Kazumi, el cual obviamente no entró en el grueso dedo
- Ay doctor – murmura Kazumi divertida y emocionada, sería la esposa de aquel divertido hombre.
Feliz por su hermana, Akane se pone de pie en silencio y sin decirle nada a nadie sube a su habitación, pensando en lo feliz que sería de estar ella en su situación, junto a Ranma, el chico del que seguía enamorada y del que seguramente jamás iba a poder olvidarse, a diferencia de Shampoo, Ukyo o cualquier otra, su amor por Ranma seguía tan latente como la primera vez que descubrió sus sentimientos por él
- Ranma – suspira intranquila y triste - Ya han pasado 6 meses y aún no sé nada de ti – pausa y camina hacia la ventana abierta de su habitación, mira hacia afuera, el cielo era hermoso y el día también - Supongo que estás feliz con Ryoga en estos momentos ¿no es así? – cierra sus ojos unos instantes - Aún me imagino que entrarás un día por la ventana y me abrazarás, pero eso jamás pasará, no te decidiste por mí – piensa con tristeza y al abrir los ojos se topa con el aire frío y las hojas de los árboles moverse, que hermoso le resultaba el paisaje y que terrible su sentimiento de soledad
Lejos de ahí, a las afueras de la ciudad, donde tenían viviendo desde hace algunos meses, se encontraban Ranma y Ryoga dentro de una cabaña provisional que ambos habían construido, ninguno de los dos había salido de aquella zona que se había convertido en una especie de hogar. La relación de ambos estaba bien, no habían peleado en todo ese tiempo y se comprendían mutuamente, sin embargo Ranma aún pensaba en lo que había dejado atrás. Mientras ambos recolectaban algo de leña para la noche, pues pronto anochecería, Ryoga se da cuenta que Ranma no se encontraba del todo presente, por lo que se acerca a él y tomándolo por sorpresa le da un beso cerca de los labios, haciéndolo voltear
Te pasa algo Ranma? – pregunta al verlo a los ojos
No, no es nada – responde encogiéndose de hombros, con indiferencia
- ¿Quieres ir algún lugar hoy? – pregunta aunque no le cree que no pasa nada malo
- Si, como quieras – responde en la misma actitud
- ¿Ninguna sugerencia? -
- No, ninguna… - sonríe falsamente - ¿Sabes? hace 6 meses que no veo a papá -
- ¿Quieres ir a verlo? – pregunta y luego se aleja, mirándolo detenidamente
- Si pero... Akane estará allá – dice con intranquilidad
- Ya veo - musita
- No es lo que piensas – aclara Ranma con rapidez - Es solo que cuando nos despedimos todo fue tan… olvídalo – se retracta, poniéndose nervioso
- Ya Ranma, no me des explicaciones. Sabes que confío en ti – responde, intentando no mostrarse celoso aunque notoriamente lo estaba
- Eso lo sé – responde contento y se acerca a Ryoga, sujeta su rostro con ambas manos y se besan, olvidando por esos instantes el tema, aunque para el joven Hibiki no era secreto alguno que Ranma aún sentía algo por Akane, aunque se negara a admitirlo, aparentando lo contrario
Días después en casa de los Tendo, Akane se encontraba acostada en su cama, pensando, recordando aquellos días cuando recién Ranma había llegado a su vida, que insoportable era y cuanto lo detestaba, aunque poco a poco descubrió por él sentimientos que desconocía, hasta que terminó enamorada por completo de ese cretino, como solía llamarlo
¿Por qué no puedo olvidarte? – se pregunta con enojo – Si tan solo encontrara a otro hombre que me ayudara a dejar de pensar en ti – al cerrar sus ojos recuerda a todos los hombres que habían pasado por su vida y que habían hecho intentos inútiles por conquistarla, todos eran unos canallas patanes, hombres que le resultaron indiferentes o detestables, todos menos uno, alguien que siempre estuvo a su lado en los momentos más oportunos, quien sin reservas ni condiciones la quiso y protegió, aun en contra de su dignidad, permaneciendo a su lado como un cerdito
P-chan – suspira con nostalgia, extrañaba mucho a su inseparable mejor amigo, su confidente. Sabía perfectamente que era Ryoga realmente en quien pensaba, era a él a quien extrañaba, quien también meses atrás se había llevado a su amado Ranma. Los dos hombres más importantes de su vida estaban juntos, los había querido como a nadie y ellos la habían amado siempre, hasta que descubrieron por el otro un fuerte sentimiento y la dejaron, entonces ella ¿Por qué lo permitió? La respuesta siempre había estado frente a ella y la había dejado escapar
¿Por qué no me di cuenta antes? – con entusiasmo agarra una mochila y mete en ella algunas de sus cosas, principalmente ropa, sale de su habitación con prisa y baja las escaleras, al pasar por la cocina abraza fuertemente a Kazumi
¿Qué sucede Akane? – pregunta sorprendida, su hermana no solía ser cariñosa, Akane se separa y le sonríe ampliamente
Sé muy feliz con el doctor Tofu – desea con sinceridad y sin darle tiempo a su hermana de responder se aleja rápidamente
Akane ¿era eso una despedida? – pregunta con voz bajita, sintiéndose preocupada
La menor de los Tendo continúa alejándose, al pasar por el comedor ve a su hermana Nabiki sentada, leyendo una revista, a ella también se acerca y la abraza sin decir nada, después sin permitirle decir algo se aleja, dejándola sorprendida al igual que Kazumi, Nabiki también siente en aquel abrazo una despedida y se entristece. Por último Akane llega al pórtico, ahí se encontraban su papá y el tío Genma, jugando una partida de ajedrez Japonés, como siempre
Oiga Saotome, hizo trampa – dice con indignación al descubrir a su amigo, quien convertido en panda solo finge demencia y saca un letrero que dice "No sé de qué habla", librándose así del asunto – Muy gracioso – se queja el otro
Papá – llama la chica, interrumpiéndoles, para fortuna de Genma que se libra de la mirada acusadora de su amigo
¿Qué sucede Akane? Te veo feliz – dice preocupado, era raro ver a su hija de aquel modo, sobre todo después de la inesperada desaparición de Ranma
Lo estoy – responde sonriente – Por fin entendí todo –
¿De qué hablas? –
Cuídate mucho papá – se acerca a su padre y le da un abrazo, luego un beso en la mejilla y se apresura a irse, sin dar mayor explicación, Soun se levanta pero cuando intenta ir tras ella Akane desaparece de su vista, había cruzado la barda
Akane… - musita confundido, sin diferencia de sus hijas, él también siente aquello como una despedida por lo que se pone a llorar dramáticamente, Genma se aleja de prisa antes que su amigo recuerde que ha hecho trampa y vuelva a recriminarlo
Había anochecido por fin, Ranma y Ryoga, con sus apariencias normales estaban frente a la fogata, calentando la comida que habían cazado ese día, a su espalda se encontraba la cabaña, solitaria como ellos dos en medio del bosque. Estaban sentados uno al lado del otro, demasiado cerca, esperando que la comida estuviera lista por fin, un silencio cómodo se suscita entre ellos y la mano de Ryoga se desliza discretamente por la pierna de Ranma hasta alcanzar la suya, la toma sin que haya protesta por la otra parte, Ranma sonríe y gira su cabeza hacia Ryoga, compartiendo un beso enseguida, a su alrededor solo había ruidos de la naturaleza, hasta que a lo lejos logra escucharse el paso rápido de alguien acercarse, Ranma abre sus ojos y se separa de Ryoga, mira confundido hacia el frente
¿Qué sucede? – pregunta Ryoga, no encuentra respuesta y se gira sobre su asiento hacia la dirección donde miraba Ranma. Poco a poco lo que parecía ser solo una ilusión, logra verse a lo lejos que alguien se acercaba, la luz que proporcionaba la fogata no alcanza para que se distinga de quien se trata
¿Será posible? – susurra Ranma confundido
¿Acaso es? – secunda Ryoga. Casi al instante sus sospechas se confirman cuando la silueta de Akane corriendo hacia ellos logra distinguirse entre la oscuridad de la noche en el bosque, Ranma se levanta enseguida y luego lo hace Ryoga, ambos mirando hacia la chica
¡Ranma! – grita con entusiasmo y levanta su mano para agitarla por encima de su cabeza, el aludido sonríe - ¡Ryoga! – la chica llega por fin a donde se encuentran ambos y sonríe amplio, no podía contener la emoción – Los encontré –
¿Qué haces aquí? ¿Cómo nos encontraste? – pregunta Ryoga aturdido, tenía tanto tiempo sin ver a Akane que había olvidado lo linda que le parecía, aunque su presencia frente a Ranma le resultaba un poco incómoda, sin embargo no se sentía celoso, sino más bien extrañamente emocionado
Eso no importa, chicos, hay algo que quiero decirles – responde contenta, Ranma en cambio era incapaz de hablar, tan solo la observaba fijamente
Dilo – contesta Ryoga
En estos últimos meses no había hecho más sentir lástima de mí misma, lamentándome haberte dejado ir Ranma – mira hacia él y lo sonroja – Creí que regresarías, que te darías cuenta que me amas a mí, pero solo me estaba engañando, me di cuenta que tu amor por Ryoga es mayor que cualquier cosa, pero también me di cuenta que me engañé respecto a otra cosa, pero por fin pude darme cuenta – al decirlo mira hacia Ryoga y éste también se sonroja
¿Qué quieres decir con eso? – pregunta confundido Ranma, hablando al fin
A que no solo eras tú el más importante en mi vida, también recordé el momento en que conocí a P-chan, y desde que ya no está él conmigo ha dejado un vacío en mi corazón, Ryoga, te extraño tanto – explica entusiasmada, dejándolos a ambos pasmados
Akane – susurra Ryoga sonrojado, luego él y Ranma se miran y después miran hacia ella
Son las personas más importantes en mi vida, los amo – confiesa un poco avergonzada, jamás antes pudo haber imaginado que aquello le sucedería, estaba enamorada de dos hombres
Esto es sorpresivo – comenta Ranma nervioso
Ryoga ¿Aún sientes algo por mí? ¿Y tú Ranma? – pregunta nerviosa, de repente hubo un mutismo por parte de ellos dos y por un momento lo siente como un rechazo
Akane – llama Ryoga a la chica – Cuando descubriste que yo era P-chan sentí mucho dolor, pero él estuvo ahí para animarme – mira hacia Ranma y se sonríen – Comprendí lo mucho que le quería y me gustaba, sabía que tú me odiabas y por eso me resigné, pero yo jamás dejé de quererte – confiesa sin nervios, su amor por Akane no era el de un chico temeroso, había madurado de forma diferente, igual que su amor por Ranma
No sabía eso, Ryoga – comenta Ranma sintiéndose un poco triste, pero no era el hecho de que su pareja aún quisiera a la mujer que también él amaba, sino por el hecho de que se hubiera guardado esos sentimientos por ella, en esos meses jamás hablaron de Akane y lo que sentían ambos por la chica
Perdóname Ranma, no quise que nada cambiara entre nosotros, soy tan feliz a tu lado – confiesa con sinceridad y lo mira a los ojos – Te amo, pero también quiero a Akane, algo me dice que tú también la sigues amando – sin hablar Ranma asiente, ambos miran hacia Akane
Si estás aquí entonces… - habla Ranma, pero Akane le interrumpe
No quiero vivir sin ustedes, creo que los tres podemos vivir juntos – propone sin titubear, logrando sorprenderlos, jamás habían pensado en esa posibilidad, ambos se vuelven a mirar, comparten una sonrisa, luego miran hacia Akane
No es algo normal pero, creo que es buena idea – afirma Ranma con un gran sonrojo, Ryoga asiente y eso pone contenta a Akane, que sin dudarlo se avienta a los brazos de Ryoga
Estoy tan feliz por esto – dice emocionada, luego le da un beso suave sobre los labios, se separa de él y se acerca a Ranma, haciendo lo mismo, al separarse ellos dos se miran fijamente a los ojos, aquello era una extraña fantasía, pero no importaba si también podían estar juntos
Los amo – dice Ranma, mira a Akane y luego a Ryoga, compartiendo con él un beso, luego ambos miran a Akane y se toman de las manos, sonriéndose los tres, comenzarían una nueva vida - ¿Saben? Esto es bastante extraño pero estoy seguro que todo será más divertido – dice Ranma y los otros dos asienten.
A partir de ese día, estaban seguros que encontrarían un lugar para ellos y su relación, aunque tal vez algún día debían enfrentar a sus familias, en esos momentos solo importaban sus sentimientos y los deseos de permanecer juntos
FIN