Caminaba cautelosamente, tratando de ser en lo mayor posible sigiloso, esta vez lo atraparía, estaba seguro, no podía fallar… se fundió en una de las paredes del pasillo en penumbras, caminó de esta manera hasta llegar al final del pasillo donde lentamente asomó la cabeza, ahí estaba, seguía ahí, era en verdad esplendido, “el diamante amatista” una rara piedra preciosa de gran tamaño perteneciente a la familia Daidoji por generaciones.
Sus compañeros creían que le habían puesto las trampas suficientes para atraparlo y proteger el hermoso y valioso brillante que ahora veía, pero no era así, él no lo creía posible, para “ese sujeto” todo aquello no funcionaba. Se volvió de nuevo para que no lo mirase, era imposible saber si ya estaba ahí o no pero no cometería errores. Volvió a asomarse y ¡¡mierda!! Sonrío, sólo fueron unos segundos y el diamante ya no estaba, en aquel museo había infinidad de joyas todas muy valiosas, por lo que sus compañeros habían decidido poner vigilancia en todas las áreas, pero él sabía bien lo que ese maldito buscaría, el trofeo perfecto era ese diamante, se volvió de nuevo preparando su arma, respiró profundo…
Y… salió de su escondite a toda prisa apuntando de frente con su arma, volvió a sonreír, quizá no le conocía perfectamente, pero sí lo suficiente, su cuerpo se mantenía firme mientras apuntaba con su arma, sus profundos ojos rojos ni siquiera parpadeaban… ahí estaba, de nuevo frente a él, vestía completamente de negro, su figura era sutil, mantenía el rostro cubierto por un curioso antifaz y con una pequeña coleta sujetaba todos sus cabellos rubios que no eran muy largos…
-nos volvemos a ver, oficial Kurogane-san- dijo con su fina voz con algo de burla en ella
-… Neko- dijo el de ojos rojos sin dejar de apuntarle con el arma, ese era su “nombre” de laguna manera, los medios lo difundieron así pues después de dar un golpe el, ahora famoso ladrón, siempre deja una huella como sello personal y, este no es otra cosa que un sello con tinta negra con la figura de la patita de un gato. Pero Kurogane también sabe que su nombre no sólo es mérito de eso, tienes que verlo en “acción” para conocer realmente el significado de su apodo, hasta ahora el moreno ha sido el único que ha sido capaz de hacerle frente, pero jamás le ha llegado a capturar… pero las cosas cambian ¿no?
-hm…- lentamente alzó su mano derecha donde dejo ver a el hermoso diamante –funciona de esta manera ¿cierto?- dijo el Nekocomenzando a alzar la otra mano dejando ambas al aire.
-…- Kurogane endureció su expresión, siempre le ha molestado eso de ese maldito, su forma de hablar despreocupada que pareciese se burla de él en su cara. Con un ademan de cabeza le dijo que se acercara para ponerle las esposas, estaba muy tenso ¡mierda! Esperaba que el muy maldito no lo notara.
-…- muy lentamente; más de lo que los nervios del moreno podía soportar; fue caminando hacia Kurogane, un pie a la vez sin dejar de lado su característico toque felino… hábil, sensual… que tipo más despreciable, pensó el moreno -¿se siente bien, Kurogane-san? Lo noto algo… tenso- se detuvo, estaban a centímetros y a la vez lo bastante alejados por el arma del moreno.
-…- no dijo ni una palabra y se disponía a tomarle de la muñeca para en un rápido movimiento inmovilizarlo con alguna llave pero… de nueva cuenta, fallo.
No supo cómo sucedió, antes de siquiera tocarlo el Neko fue más rápido que él y en un rápido movimiento que sus ojos no pudieron captar lo había desarmado y ahora el Neko era quien le apuntaba a él
-¡¡¡…!!!- no lo podía creer, ni siquiera se había movido demasiado ¿Cómo rayos lo hizo? ¿acaso no tenía bien sujeta el arma? No, claro que la tenía firmemente sujetada entonces ¿cómo? Lo único que alcanzó a notar fueron unos hábiles movimientos de las manos del rubio y fueron tan rápidos que aunque su cuerpo quiso reaccionar por pura inercia, no lo consiguió ¿cómo lo logro? ¡era imposible!
-…- ladeo su cabeza un poco mirando al oficial, volvió a su postura, comprendía perfectamente lo que en la mente del moreno pasaba –hm, magia- dijo dando su “explicación” de los hechos.
-…- ¿magia? ¿¡cómo se atrevía a decirle cosas tan estúpidas!? Lo odiaba, definitivamente lo adiaba –tsk…- cerró los ojos dándose por vencido por unos segundos y luego
-¡¡…!!- el rubio no vio venir aquella patada, debió preverla pero se confió, el arma salió volando por los aires… se miraron, quien obtuviera el arma tendría el control no hay duda… el rubio fue el primero en reaccionar y correr por el arma pero fue detenido por el moreno con otra patada que detuvo con las manos…
Y así comenzaron otra de sus batallas, Kurogane lanzaba golpes con mucha habilidad, sin contar que por su diferencia de volúmenes debería tener la ventaja, sin embargo, Neko no era un rival fácil, confiarse frente a él sería una perdición fatal, esquivaba con mucha agilidad y hasta cierto punto parecía divertirse esquivando al pelinegro, lo cual a éste le sacaba de quicio e intentaba con más esmero lograr acertar aunque fuera solo un golpe.
Ambos se detuvieron al escuchar ruidos prominentes de la planta de abajo, al parecer ya habían notado que el Nekoestaba ahí y ahora todo el escuadrón subía por él.
-jugaremos en otra ocasión Kurogane-san
-¿¡qué!? ¡juego! ¿¡cómo te atreves maldito!?
-hm- ese hombre era muy fácil de comprender, era impulsivo con sus emociones y esto le favorecía, sabía lo mucho que detestaba que se burlara de él y al hacerlo le hacía perder el control de la situación, además de que le parecía muy divertido burlarse del moreno ^^
-¡¡me las pagaras!!- Kurogane se abalanzó hacia el Neko con todas sus fuerzas, pero éste con su habilidad de “Neko” (xD) logro no sólo esquivarlo sino también aplicarle una especie de llave haciéndolo caminar hasta el pasillo por dónde sus compañeros entrarían
-Sayonara- le susurró al oído y antes de que el moreno lograra zafarse golpeo su cabeza con el diamante dejándolo inconsciente, lanzó el cuerpo del moreno como distracción y para evitar que abrieran fuego contra él. No necesitaba de mucho tiempo para lograr escapar de aquellos hombres, corrió hacia donde había estado el diamante y –vuala- dejó su sello.
Los otros oficiales entraron de prisa, pero se había esfumado.
-cierren todos los conductos de ventilación, afuera no quiero que nadie se mueva, esta vez no escapara- dijo el líder de la misión, tenían el edificio rodeado, no hay manera de que Neko saliera de ese lugar, estaba acorralado…
-¡¡no puede ser!!- grito el líder –¡ha escapado y todo es tú culpa!- dijo señalando al moreno quien ya se había recuperado del golpe en la cabeza.
-¿mi culpa? De no ser por mí ni siquiera hubieran sabido que estaba aquí
-igual,desobedeció mi orden de no entrar al edificio y enfrentarse a él, usted lo alertó de nuestra presencia
-por favor, sabía que estábamos aquí ¿por qué cree que esta vez no desactivo las cámaras?Sabía bien que al hacerlo nos daríamos cuenta de su presencia, no lo subestime.
-¡pero es el colmo!
-sé que no lo capture pero la próxima vez…
-… no habrá próxima vez
-¿qué?
-he a hablado con los superiores y me permitieron hacer esta acción
-¿qué acción?
-está suspendido del caso, ha hecho grandes aportaciones que les son muy agradecidas, así que tómelo como vacaciones… forzadas.
-n-no pueden hacerme esto, he trabajado más que nadie en este caso
-exacto, se ha obsesionado, compréndalo, hace mucho tiempo que usted perdió contra el Neko, déjenoslo a nosotros, ahora largo y tiene estrictamente prohibido acercarse al caso- dijo su superior saboreando sus palabras
-…
ooOooOooOooOoo
Abrió sus ojos perezosamente, no quería levantarse de la cama pero ya era bastante tarde y el sol le molestaba con el calor insoportable que causaba bajo las sabanas… sin muchos ánimos se incorporó en la cama estirándose deliciosamente…
Bajo uno de sus pies para incorporarse por completo, sus movimientos eran tan perfectos y provocativos, sonrío divertido, se despojó de su playera sin mangas, y de sus bóxer, se dirigió al baño dónde dejo al agua recorrer su fina piel blanca y pasearse por cada rincón de ese deseado ser, lo sabía perfectamente y le gustaba sentirse así, deseado, porque en el fondo sabía que no sería de nadie, no, muchas mujeres le miraban asombradas, también hombres y a él no le molestaba dedicarles alguna sensual sonrisa a pesar de no interesarse en ninguno, había aprendido a defenderse perfectamente, nadie tocaría su cuerpo nunca, se pertenecía a sí mismo y eso le llenaba de orgullo, era bastante vanidoso lo sabía, y no le importaba serlo porque, era divertido ^^ jugar con las personas a causa de ello.
Lavó su cabello rubio perfectamente cuidado, y mientras dejaba caer de nuevo el agua en su cuerpo para enjuagarse,le ayudaba con sus manos permitiéndose tocarse, acariciarse deliciosamente, sí, era el único con derecho a tocar su cuerpo, nadie más.
Terminó su baño, se secó y salió envuelto en una toalla, encendió la contestadora para escuchar sus mensajes…
“Yuui, soy yo, te llamo para avisarte que no podre pasar tu cumpleaños contigo como lo había prometido, tengo un viaje de negocios urgente, lo siento, volveré en unos días…”
Biiiip
Sus orbes azul zafiro se perdieron en algún punto de la habitación sin expresión alguna, repitió el mensaje
“Yuui, soy yo, te llamo…”
Y luego repitió otra vez…
“Yuui, soy yo, te llamo para avisarte que…”
-mentiroso- susurró con dolor en sus palabras, su padre había prometido pasar el día con él, llevaba mucho tiempo aquella promesa y nunca se hacíarealidad, siempre surgía algo más importante que él… se sentía solo… movió su cabeza apartando aquel amargo pensamiento, se tenía a sí mismo, eso bastaba, no necesitaba a nadie más, las personas sólo se hacen daño y se traicionan unas con otras, como dicen “entre más te importa, más te duele” y ya no quería volver a pasar por ello.
Sonrió con su habitual sonrisa un tanto falta de felicidad verdadera, miró hacia la mesita de noche junto a la cama, sobre esta yacía su pertenencia más valiosa
–supongo que no importa, te tengo a ti, ¿ne? ^^ mi brillante diamante amatista