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Cenicienta (versión MelloxNear) por WendyTisocco

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Hace mucho tiempo, existió un chico albino llamado Near, quién vivía con sus dos hermanastras: Takada, la mayor de ellas, quién era alta, delgada y tenía el cabello oscuro y corto -casi como de varón-. Y Linda, menor a Takada por un par de años, era de estatura media y cabello castaño, el cual usualmente recogía con dos colitas.

 Linda y Takada eran crueles con su pequeño hermanastro Near, vivían burlándose de él, y lo obligaban a hacer las tareas de la casa, principalmente limpiar la chimenea, por lo cual su piyama blanco siempre estaba manchado con cenizas.

 Una tarde Takada regresó del mercado muy entusiasmada, tanto, que al entrar a la habitación tropesó con un balde de agua que Near estaba usando para trapear el piso, derramando toda el agua sobre su hermanastro, empapándolo. Aún así, ni se inmutó en ayudarlo, y siguió con su camino.

-¡¡LINDAAAA!!-Llamó Takada a su hermanita.-¡LINDA BAJA YA! ¡TENGO GRANDES NOTICIAS!

 Al sonido de su voz, Linda bajo corriendo las escaleras, casi tropezando.

-¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa Takada?!

-¡NO VAS A CREERLO! ¡¡NO VAS A CREERLO!!-Gritó dando saltitos.

-Bueno, ¿Me lo piensas decir o no?

-¡Está bien está bien!-Hizo una pequeña pausa para calmarse un poco.-Okay, ¿lista? ¡El rey está organizando un baile de cumpleaños para el príncipe y.. y todas las chicas del reino están invitadas!

-¡OH DIOS! E.. ESO SIGNIFICA QUE

-¡SÍ! ¡VAMOS A CONOCER AL PRÍNCIPE!

 En ese momento las hermanas se pusieron a gritar de emoción, diciendo opiniones de como peinarse, que vestir, y esas cosas, aturdiendo a Near con sus agudos e irritantes grititos.

-Disculpen.-Las interrumpió Near lo más gentilmente posible.- Yo... ¿Podría ir al baile con ustedes?-Dicho esto sus hermanastras se hecharon a reír en tono burlón.

-¡JAJ! ¡Es una broma, ¿cierto?!-Se rió Linda.-¿Un chico como TÚ en un baile como ese? ¡No me hagas reír! ¿Qué te pondrías, eh, tu piyama harapiento?

-Espera.-La interrumpió Takada.-¿No querrás ir al baile solo... para ver al príncipe?

 Near no respondió a la burla de Takada, solo bajó la mirada por la vergüenza.

-¡¡Aaaaawww!! ¡Hermanito, eso es taaaaan gay! ¡Imagínate! ¡Tú y el príncipe sentados en un árbol B-E-S-A-N-D-O-S-E!

-No es necesario que Takada use sarcasmo.-Dijo Near neutralmente, rizando un mechón de su plateado cabello con el dedo.

-Aún así, tu amorcito el príncipe Mello tendrá que esperar.-Dijo Takada sirviéndose un café.-Tienes mucho trabajo que hacer aquí esta noche, como por ejemplo limpiar la chimenea o limpiar el sofá.

-¿Sofá? ¿Qué sofá?

-Este-Dijo derramando su café sobre el sofá blanco.-¡Uyyy! ¡Lo siento mucho! ¡Las manchas de café no se quitan!

Entonces Takada y Linda siguieron burlándose de su hermanastro, haciéndolo limpiar lo que ellas ''accidentalmente'' ensuciaban. Y así era todos los días, sus ellas de burlaban de Near siempre y a él en general no le importaba, pero esta vez si... Porque... Se burlaron de él por estar atraído hacia el príncipe Mello, y era verdad, le gustaba, mucho. Y aunque quizás nunca tendría oportunidad con él, aunque sea quería ir al baile para verlo de cerca. Pero sus hermanastras ni eso le permitieron.

 Por la noche las chicas partieron al baile real vistiendo sus mejores atuendos, y Near se quedó en la casa limpiando la suciedad que ellas dejaron en ésta.

 Una vez acabadas todas las labores -lo cual no era poca cosa- Near se sentó en una esquina de la sala a jugar con sus muñecos, imaginando que éstos eran él y su amado príncipe.

 Se sintió debastado, podiendo estar en el baile, estaba allí, en esa oscura y solitaria habitación. Y ahora que se hallaba solo, podía permitirse llorar, cosa que nunca haría en frente de cualquier otra persona. De hecho, jamás expresaba casi ningún sentimiento frente a nadie, básicamente porque no le gustaba que todos supieran lo que sentía, y con las hermanastras que tenía, ser frío y sin sentimientos era la mejor opción.

 Dejó que las lágrimas fluyeran, abrazando el muñeco que imaginaba era el príncipe, como si eso lo consolara un poco.

-Shhhh, ya no llores, pequeño Near.-Le dijo gentilmente una voz femenina y dulce.

 ¿Cómo? ¿Que no estaba solo?

 Near levantó la mirada para aaveriguar quién era la dueña de esa voz: de pie frente a él, se hallaba una bellísima mujer de una larga y dorada cabellera, vestida en finas sedas y tules de distintos tonos de azul, con unas elegantes alas de mariposa color azul verdoso, igual que sus ojos, envuelta en una brillante aura de luz color turqueza. La muchacha le sonrío.

-¿Q... Quién eres tú? Y más importante, ¿cómo entraste a mi casa?-Preguntó Near, primero nervioso y luego volviendo a su típico tono neutral.

-Yo soy Misa.-Respondió con una sonrisita.-Soy tu hada madrina, estoy aquí para que tus deseos se hagan realidad.

-¿Esto es una broma?

-¿B... Broma? ¡Nono, Misa es un hada madrina de verdad, y hará que el sueño de Near se cumpla! Dime, ¿quieres ir al baile a ver al príncipe?

 A Near le costaba creer que lo que ella decía fuera verdad, pero aún así respondió ''Sí'' sin vacilar.

-¡Hurra!-Saltó la rubia de alegría.-¡Pero no puedes ir al baile usando piyamas! Te daré una ayudita con tu vesuario.-Le guiñó el ojo y sacó de su bolso una pluma, un frasquito de tinta y un cuaderno color celeste, tenía algo inscripto en él, pero Near no alcanzó a leer que era.-Ponte de pie, porfavor.

 Near la obedeció y se puso de pie, y Misa empezó a observarlo con atención.

-Bueno, el color blanco te queda muy bien, eres algo bajito y... hum.. algo menos olgado te favorecería. Mmmm... ¡Lo tengo!-Acto seguido mojó su pluma en el frasquito de tinta y escribió algo en su libreta, revoloteando sus alas de emoción.

 Near se quedó mirándola raro cuando se quedó de pie como esperando algo, ¿esperando qué?

 Entonces -exactamente 40 segundos después que Misa escribiera en su cuaderno- la haraposa ropa de Near se transformó en un magnífico traje de cola hecho de seda blanca, con detalles y bordados de color dorado y lijeramente ajustado.

 Near se miraba a sí mismo en el espejo fascinado. ¡Era increible! Ni si quiera se reconocía a si mismo tan arreglado.

-¡Misa es muy buena, Near se vé magnífico! Jiji. ¡Oh! ¡Espera, necesitas un carruaje! Humm... Carruaje... Carruaje... ¿Qué puedo usar como carruaje?-Pensó ella inspeccionando la sala.-¡Oh! ¡Ya sé! ¡Una manzana!-Exclamó Misa recogiendo una manzana roja del frutero.

 Entonces Misa salió al patio delantero, seguida por Near, con la manzana en mano. Colocó ésta en el suelo, y, habiendo escrito nuevamente en su libreta, aguardó nuevamente. 40 segundos después, la manzana se transformó en un magnífico carruaje.

-¡¡Wiiii!! ¡Con esto Near está listo!-Se aplaudió el hada madrina.-¡Oh no espera! ¡No traes zapatos!

 Near puso los ojos en blanco. Le había tocado un hada madrina mucho DEMASIADO torpe.

 Misa escribó nuevamente en su cuaderno. 40 segundos después, Near lucía en sus pies unos bellísimos zapatos de cristal.

-Me... ¡Me encantan!

-Ahora sí, ¡Near está listo para el baile!

-¿Estás segura?

-Ehhhm... Veamos... Mmmmm... ¡Nope, nada! ¡Oh, antes que te vayas! Una cosita, una de las reglas de mi libreta, la Wish Note, especifica que todos los efectos causados con ella desaparecerán a medianoche. Así que me temo Near debe dejar el baile antes que eso ocurra.

-Está bien, lo haré.-Asintió Near abordando el carruaje.-Ah y...-Dijo girádose hacia Misa.-Gracias.

-Oh, no es na-Antes que pudiera terminar la frase, Near la interrumpió dándole un fuerte abrazo. Hecho esto, volvió al carruaje y partió al baile, con la esperanza de ver a su amado el príncipe Mello.

 Más tarde, en el baile, Mello y su amigo el conde Matt se escabuyeron del salón de baile, escapando de todo ese asunto de la danza, lo cuál les resultaba un fastidio total, principalmente a Mello.

-¡Agh! Enserio viejo, ¿un baile? Mi padre ha perdido la cabeza.-Se quejó quitándole la envoltura a una barra de chocolate.

-Sí, ¡Oye no es justo! ¡Todas las chicas del reino quieren bailar contigo! ¿Y yo qué? ¿No existo?

-Por mí quédatelas. La verdad, estoy harto de que mi padre insista en que consiga esposa, aún más con esto de los bailes, ¡ni que la chica indicada apareciera por arte de magia!

-Pff, te quejas demasiado. Yo con una que se interece me conformo.-Se rió Matt encendiéndose una pipa.

-Agh, ¿sabés qué? Me voy al jardín, entre el baile y tu jodido olor a tabaco no aguanto estar aquí ni un minuto más.

-¡E.. Espera! ¿Si tu padre pregunta por tí qué?

-Yo que sé, invéntate algo.-Le dijo ya dirigiéndose a la salida.

 Mello salió y caminó por un rato por el extenso jardín, pensando en cualquier cosa para distraerse del baile, y de vez en cuando comiendo de su barra de chocolate. Entonces, una figura cerca de la fuente llamó su atención: una preciosísima chica vestida toda de blanco. O... ¿O era un chico?

 ¡Demonios! Si era un chico. Mello enrojeció de vergüenza ante la idea de que le hubiera atraido un chico... Pero, era bastante guapo, debía admitir.

 Near sentía que alguien lo estaba observando. Se dió la vuelta y quedó petrificado: ¡Era el príncipe Mello! ¡¡Tenía al príncipe Mello justo enfrente suyo!! ¡Esto era un sueño, debía ser un sueño! Near se mordió el labio, para despertarse, o para evitar gritar de la emoción, lo que ocurriese primero.

 Mello se sonrojó, talvez por la hermosura de aquel chico alvino de ojos profundos y grises, o la humillación de que lo hubiese pillado observándolo, o talvez ambas. Near también se había sonrojado, el príncipe, su amor secreto, estaba enfrente suyo, y... Y de cerca era muchísimo más guapo: su larga y rubia cabellera, y la forma en que los rayos de la luna la hacía brillar aún más, la forma en que sus hermosos ojos, azules como el mar, lo miraban, la sonrisita torpe que tenán sus labios... ¿Él también tenía esa sonrisa nerviosa?

 Quedaron mirándose así un largo rato, sin decir una sola palabra, por temor a romper ese momento.  Y Mello, por su parte, no sabía que decir, ni que hacer, después de todo, era un chico, pero lo había enamorado más de lo que cualquier chica había logrado jamás.

-Yo... Eh... Yo soy el príncipe Mello.

-Lo... Lo sé.-Respondió Near con una sonrisa tonta y enamorada en el rostro.-Y yo... eh...-Dijo quedando en shock nuevamente en el momento en que Mello lo tomó de las manos.

-Respóndeme una pregunta.

-S... Sí.

-¿Quieres bailar?

 No podía ser cierto. ¿O sí? ¿El príncipe enserio le estaba pidiendo que bailara con él?

-Yo... Eh... Yo... Me encantaría... Pe... Pero... Nunca he bailado...-Dijo cabizbajo.

 Mello tomó a Near por la barbilla, haciendo que éste lo mirara.

-No importa, yo te enseñaré.

 Near se sonrojó, denuevo. Apenas unos minutos con Mello y su cara ya había pasado de ser blanca como la nieve a roja como un tomate.

 Mello puso una mano en la cintura de Near, éste se asustó y retrocedió.

-¡Tranquilo, no iba a hacerte nada!-Se rió Mello.-¡Es la posición para bailar!

-Oh... Lo... Lo siento.-Se avergonzó Near, volviendo a acercarse a Mello.

-Mira, con una mano tomo la tuya, y la otra mano la pongo en tu cintura.-Le explicó haciendo lo que decía.-Y ahora... La mano que tienes libre la pones sobre mi hombro.

 Near asintió e hizo lo que Mello le dijo.

 Entonces, de a poco, empezaron a bailar, y Mello le explicaba con detalle a Near los movimientos. Luego de varios pisotones accidentales, Near decidió mantener su mirada fija en el piso, para asegurarse de que sus pies no arruinaran el momento. Por una vez en su vida, se sentía torpe, porque algo tan simple como bailar se le hacía imposible, eso, junto a que estaba bailando con Mello, lo ponía nerviosísimo. Era extraño, él normalmente no mostraba mucho sus emociones y aprendía cualquier cosa con mucha facilidad. Era como si... Como si la presencia de Mello bloqueara su mente por completo.

 Mello, por su parte, se sentía como en el cielo. Como si ellos dos fueran los únicos en todo el mundo. De cerca, él era mucho mas adorable, su cara avergonzada, la forma en que se notaban sus nervios, la forma en que su palidez resplandecía por los rayos plateados de la luna llena, como apretaba su mano cada vez que se equivocaba al bailar...

 Cuando la música -que se oía desde el salón de baile- se detuvo, Near y Mello quedaron mirándose a los ojos, cerca uno del otro, Mello aún con una de sus manos en la cintura de Near y él rodeando con sus brazos rodeando el cuerpo de Mello, envueltos en una especie de abrazo.

-Tú... bailas muy bien, Mello.

-Gracias, tú tampoco bailas nada mal.

-Estas mintiendo, ¿cierto?

-Yo... Está bien, bailas terrible.-Se rió Mello.-Aún así... me encanto bailar contigo.-Dijo acariciando las pálidas (pero enrojecidas) mejillas de Near, haciendo que éste sintiera mariposas en el estómago.

 Mello acercó ligeramente el rostro de Near al suyo, y Near subió sus manos al cuello de Mello, acariciando su cabello condelicaeza, y se paró de puntitas, ya que Mello era bastante más alto que él.

 Ambos cerraron lentamente los ojos a medida que se acercaban uno al otro, rozando sus narices con la del contrario, mezclando sus respiraciones. Era como un sueño, para ambos, sentir la calidez del otro, compartir esa cercanía, era un sueño hecho realidad.

 Luego, despertaron.

 Desde la torre del reloj comenzaron a sonar los campanasos, campanasos que los despertaban de ese sueño que estaban teniendo, campanasos que los hacían volver a la realidad, campanasos que aunciaban que pronto darían las 12.

 En ese momento, Near recordó la avertencia que le había hecho su hada madrina: ''Una de las reglas de mi libreta, la Wish Note, especifica que todos los efectos causados con ella desaparecerán a medianoche''.

 Ante ese recuerdo, Near se apartó bruscamente de Mello.

-E... Escucha, ha sido una gran noche pero... Yo... Tengo... ¡Tengo que irme ahora!

-Espera, ¿ahora?

-S... Sí. Yo... Lo siento, ¡Ya me voy!

 En ese instante Near se echó a correr a contrarreloj. ¡Faltaba menos de un minuto para las 12! Y lo peor, ¡es que Mello iba detrás de él! ¡Debía escapar de allí antes que el hechizo se acabara!

 Quedaban 30 segundos, y ya estaba en la escalera de la entrada. Iba a lograrlo. Claro, aunque no es muy conveniente bajar las escaleras corriendo, mucho menos si usas zapatos de cristal. Near se resbaló y cayó de cara al piso, y además, también perdió uno de sus zapatos en la caída. Se levantó con cuidado del piso, miró detrás de sí, ¡y Mello ya lo iba a alcanzar! No tenía tiempo de buscar su zapato, se puso a correr denuevo, y, con suerte, logró subir a su carruaje y partió a tiempo.

 Mello se quedó de pie en la escalera por un rato, como en estado de shock. Él... Se había ido y... Y... ¡Y ni siquiera conocía su nombre!

 Abatido, caminó hacia el escalón donde había quedado su zapatito de cristal y lo tomó entre sus manos. Tenía un nudo en la garganta, quería lllorar, pero las lágrimas no salían, no podía permitirse llorar ahora. Abrazó el zapato contra su pecho y dió un largo suspiro.

-¡Ey Mels!

 Mello se giró hacia quien lo llamaba, Matt, su amigo de pelo castaño. Había aparecido en el peor momento posible, o quién sabe, quizás era mejor no pensar en lo que pasaba.

-¡Viejo, te he estado buscando por todos lados!-Dijo corriendo hacia donde estaba el rubio. ''¿Por todos lados?'' ¿Por cuánto tiempo estuvo con él?-Oye, ¿estás bien? Te vez pálido y... ¿Y ese zapato?

-Es una larga historia.-Suspiró Mello.

 A la mañana siguiente, la vida de Near continuó como si nada hubiese ocurrido la noche anterior, Near limpiaba la casa mientras sus hermanastras se sentaban a hablar de tonterías, como quién había estado en el baile, quién fue el mejor y el peor vestido, y cosas que solo a las chicas les importan.

-Oh, y Near, anoche en el baile tu noviecito estaba muy guapo.-Bromeó Takada.

-Sí, pero pobresito Near saber que el príncipe consiguió a alguien más.

-¿Qué? ¿Linda de qué hablas?

-¿No te enteraste, Takada? ¡Todo el reino está hablando de eso! ¡Dicen que el príncipe estuvo anoche con una ''muchacha misteriosa''!

 ¿Muchacha misteriosa? ¿Era Near? Pero si hablaban de él, ¿Por qué decían que se trataba de una chica? ¿Mello bailó con alguien más luego que se fue?

-Pero, desapareció como a mitad del baile.-Continuó contando Linda.-Y ahora el príncipe la esta buscando, algo de que ella perdió un zapato de cristal y...

¿Zapato de cristal? ¡Mello lo estaba buscando a él!

-... Y entonces harán que todos los jóvenes en el reino, tanto chicas como chicos se prueben el zapato, y al que le quede, se casará con el príncipe.

-Espera, ¿por qué también chicos? ¿No crees que el príncipe sea...

-¡Ay no seas tonta, Takada!

-¿Entonces por qué?

-¡Yo qué sé, no te hagas ideas raras Takada!

-Meh, como sea, podemos aprovechar la situación.

-¿Hum? ¿A qué te refieres?

-Near, prepáranos un té.-Ordenó Takada para que él no oyera lo que tramaban.

-Pero no es hora del té.

-¿Y a mí qué? ¡Tráenos un té, estúpido enano!

 Entonces Near se dirigió a la cocina, dejando a sus hermanastras.

-Escucha Linda, es simple, la orden dice que a quien le quede el zapato se casará con el príncipe, entonces ambas nos lo probaremos, y a la que le entre, se casará con él.

-Oh, y quien se case con el príncipe hará que la otra viva en el palacio también, ¿no?

-¡Exacto, y en cuanto a la rata blanca de Near, haremos que sea nuestro sirviente, o mejor, que se quede sólo en esta miserable chosa para siempre!

 Así las hermanas siguieron tramando su plan. Así, al ver que llegó el carruaje del duque, encargado de probarle el zapato a los jóvenes del reino, llegó a su casa, Takada fue a su cuarto y ''accidentalmente'' derramó té sobre su cama, por lo cual Near debería cambiar las sábanas; mientras estaba allí, Takada cerró con llave la puerta de su cuarto, dejándolo encerrado.

 Ahora solo faltaba  probarse el zapato que Alex, el duque, traía. Sin embargo, a ambas el zapato les quedó muy apretado, ¡incluso a Linda, que era de pies pequeños! ¿De quién rayos era ese zapato? ¡Sus pies habrán de ser pequeñísimos! Pequeños como... Los pies del enano albino que estaba encerrado arriba... No, eso era imposible.

-Entonces, ¿no hay nadie más que se pruebe el zapato?

-No, no lo hay, su majestad.

-¡Esperen!-Gritó Near mientras bajaba las escaleras.

 ¿QUÉ? ¿CÓMO DEMONIOS SALIÓ DEL CUARTO? Bueno, es bastante fácil abrir una cerradura usando un broche para el pelo.

-Quisiera probarme el zapato también.-Anunció Near.

-¡Por favor Near! ¡Si tú eres un chico!

-La orden dice que tanto chicos como chicas deben probarse el zapato.

-S... Sí pero... tú... ¡Tú ni siquiera fuiste al baile!

 Near no respondió ante la agresividad de Linda, simplemente le dedico una sonrisita como diciéndole ''¿Quieres apostar?''

-De acuerdo.-Dijo el duque.-Sigamos con esto.

 Near se sentó en el apoyabrazos del sofá, y dejó que le probaran el zapato, el cual, para sorpresa de todos, le quedaba perfecto.

-¿QUÉ? ¡NO! ¡IMPOSIBLE!-Insistió Takada-¡ES UNA TRAMPA!

-Si es una trampa, Takada...-Dijo Near sacando el otro zapato del bolsillo de su delantal.-¡Por qué tengo el otro zapato conmigo?

 En ese momento, todos exepto Near quedaron boqueabiertos.

 Más tarde, Near fue llevado al palacio, donde Mello aguardaba por él.

-Pri... ¿Príncipe Mello?-Preguntó Near al entrar a la sala en la que su príncipe se hallaba.

-¡Haz vuelto!-Se alegró Mello, corriendo hacia él.

-Espera.-Dijo Matt por detrás de él.-¿Esto es... Tu ''chica''?-Ante esto el castaño no pudo evitar reírse, pero Mello prefirió no oírlo, porque ahora solo importaba que había encontrado a su amado.

-¡Mello!-Gritó Near saltando a sus brazos.

-¡No puedo creer que te encontraron!-Dijo Mello abrazándolo con fuerza.-Oh espera... Antes que nada...

-¿Sí?

-¿Me... Dirías tu nombre?

-Soy... Near.-Exclamó con una sonrisita, de las que solo tenía cuando estaba con Mello.

 Matt se aclaró la garganta, interrumpiendo a los dos tórtolos que estaban frente a él.

-Lo siento Mels, pero tienen que ir con tu padre, ehmmm... los dos.

-Oh, sí. Vamos Near.-Ordenó tomándolo de la mano.

 Más tarde, Mello presentó a Near y a su padre, el rey L, durante un banquete lleno de dulces. Y, un tiempo después, Mello y Near se casaron, y vivieron felices para siempre.

 

 

Fin.

Notas finales:

 Okay, ya sé que la actitud que le puse a Linda no es nada como ella actuaría, pero necesitaba dos hermanastras malvadas y en Death Note no hay muchas chicas para elegir. También exagere con las emociones de Near, ya que él es un poco mas frío que eso, no? XD

 Me costó hacer a Matt, porque su personaje tiene actitud bastante moderna y el cuento está temporizado como en el siglo XVIII, de hecho hice varios borradores de este fic y siempre tenía que modificar a Matt por quedar muy moderno pero quitándole eso, no era él. Y bueno así quedó XD

 Gracias por leer, espero les haya gustado porque trabajé mucho en este fic.


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