Estaba harto de su matrimonio. Sasori se iba por las mañanas, llegaba en la noche, y así era a diario. Él era un escultor, tenía su propia galería de arte donde exibía sus obras y las de otros artistas. Incluyendolo a él, así fue como conocío a Sasori.
Unos meses saliendo, y al año se habían comprometido. Todo parecía color de rosas. Todo parecía ir bien, a veces tenían sus peleas, pero era normal en la relación, y los sacaba de la monotonía. Si, todo eso era una vida que él deseaba, y que obtuvo en su momento. Pero...fue una ilusión.
Después de dos años de matrimonio, todo era un desastre. Él a pesar de ser un artista, simplemente hacía obras que se quedaban en su casa, esculturas, pinturas, todo aquello que ha hecho en sus dos años, representando su idea de que el arte es solo un momento, una explosión, todo ello, solo pasaba al garaje de la casa, como si fuera chatarra. Sasori no dejo que él volviera a exhibir sus obras una vez que se casaron, su excusa fue - "Quiero ser el único que aprecie tus obras"- Al principio concordo con su idea, feliz de que esa fuera la razón de su ex-amado. Pero pronto se dio cuenta que era así, él nunca iba a observar sus obras, yan no tenían interés, y por mucho que le doliera aceptarlo, se había vuelto un mantenido de Sasori.
Enfrentaba entonces dos problemas para divorciarse de Sasori y terminaru su martirio. Primero, el dinero, él nunca conoció a sus padres, desde que era niño tuvo un tutor que le ayudo en la educación básica, luego el trabajó y se costeó su universidad en la carrera de artes. Pero ahora, no trabajaba y era dificil que recibieran su trabajao, pues Sasori era muy conocido, y si no estaba con él, claramente no dejaría que otros le dieran trabajo en su especialidad, no en la ciudad que estaban. Segundo, Sasori sencillamente no se lo permitiría, y existirian grandes conflictos con el solo hecho de internarlo.
A pesar de que él tenía perubas solidas para el divorcio, después de todo Sasori lo engañaba, todos los días, todos los malditos días lo engañaba con esa perra de Sakura.
Se sentía encerrado en esa casa, no podía salir, Sasori no le gustaba que él saliera, y cuando lo hacía las peleas eran monumentales, una vez llegó a pegarle por salir a dar una vuelta. Odiaba eso, estaba atado.
Y ahí estaba...En el computador, de nuevo, su único escape a todo. Había hablado por facebook con su amigo Kisame, a quien conoció en la universidad y quien todos los días le aconsejaba separarse de Sasori.
- KISAME: Deidara, hoy iremos al bar de Kamoru ¡Aprovecha para venir! sé que tu esposo está en Francia por unos asuntos de la galeria, salir te haría bien :)
- DEIDARA: No creo Kisame, no quiero meterme en problemas :/
- KISAME: Si no vas, llevaré a todos mis amigos a tu casa y allí haremos la fiesta, recuerda es a las 8:00 p.m
* Kisame se ha desconectado*
- Esto me traerá problemas- Susurró, mientras se acercaba al aramario, debía escoger un ropa bonita, aprovechando que saldría de la casa, y Sasori estaba bien lejos de él.
Quería divorciarse de Sasori, quería salir de él, quería ser libre. Pero no podía, incluso si Sasori le diera el divorcio ¿A dónde iría? ¿Dónde viviría? ¿Cómo se proveería la comida? ¡Maldición! pero de nada servía pensar en eso.
Ahora se encontraa en frente de ese dichoso bar. Despejaría su mente, solo por este día se olvidaría de todo.
-¡Me alegra mucho que vinieras!- Se acercó Kisame- Ya casi mandama la dirección de tu casa a mis amigos.
-¡Con tu amenza quién no vendría!- Contraataco Deidara.
-En todo caso- Se hizo a un lado- Te presento a un buen amigo, Itachi Uchiha.
-Hola- Fue lo único que dijo.
-Ahh hola uhm - Respondió Deidara mientras detallaba a Itachi, lo único que puedo pensar es que era guapo y serio - En fin, baka Kisame no me quedaré toda la noche acá de pie ¿Vamos a entrar o no?
-Me encanta esa actitud rubio- Sonría Kisame, cuando Deidara estaba con Sasori era serio y callado, pero la verdadera personalidad del rubio era un hombre explosivo, que decía lo que quería cuando quería, divertido, que le gustaban los retos, que nunca se calla e impaciente- Bien, entremos- Los tres hombres entraron al bar.
Deidara tomaba y tomaba todo lo que le ofrecían, Kisame le dijo que pagaría todo, y él se daría el gusto de tomar todo. Ya llevaba como cinco cocteles, y no era cosciente de nada de lo que hacía, en todo el tiempo estuvo hablando con Kisame de los buenos recuerdos, mientras Itachi solo se limitaba a escuchar.
Ya llevaban un buen rato allí, hasta que Kisame decidió ir al baño y dejarlos juntos -Gran idea- Pensó Deidara, ¿Qué hablaría mientras con ese tipo?
-¿Por qué no hablas?- Se le salió tan de re pente a Deidara- Quiero decir, ahmmm, si quiero decir eso mismo que dije- SOnrió Deidara, ya se estaba comportando como un estúpido.
-De seguramente en tu cabeza no hay nada interesante que amerite un tema de conversación conmigo.
-...- Deidara sonrió- ¡REPITE ESO DE NUEVO MALDITO!-Puso un pie en la mesa, mientras cogía de la camisa al pelinegro, y acercaba su cara a él- ¿Quién te invito maldito prepotente? El que es un idiota eres tú- SOnrió victorioso.
-¿En serio? para mi no eres nada más que un pátetico fracasado- Jaque- Dependiente de su esposo-mate.
¡Oh si! Itachi sabía muchas cosas de Deidara, él podía considerar a su mejor amigo a Kisame, quien siempre le contaba cosas de Deidara, buscando un consejo para traspasarselo al rubio, pero era una perdida de tiempo. Había ganando el encuentro.