-...Hyung...- habló nervioso el pelinegro. Tenía claro que debía hablar, sino, no llamaría la atención del mayor.
-Hyung...- mírame.
-¿Qué pasa JungKook?- giró la silla haciendo que su cuerpo completo se volteara.
-Esto...-masajeó sus manos tímidamente. Ahora que tenía su atención, las miradas se habían cruzado, y ya no sabía qué decir.
-¿Hm?- arqueó una ceja el pelicastaño.
-Hyung... t-tengo sueño- habló exhalando el aire contenido.
-Oh, entonces puedes dormir en el sofá, yo me quedaré componiendo un poco más.-y giró la silla volviendo a su posición inicial hacia la pantalla tecleando.
JungKook se quedó decepcionado. No había conseguido hablar demasiado como para que una conversación siguiera en el aire.
-Un poco de sueño sí que tengo pero...no quiero dormir...
-¿No?...¿por qué no quieres?- preguntó sin mirar al maknae de BTS.
-Porque quiero estar contigo, hyung- ¿¡¿Por qué las palabras habían salido así a la ligera de su idiota boca?!? Se mordió el labio inferior de un lado cerrando sus ojos para golpearse golpearse mentalmente.
El otro se había vuelto hacia el pelinegro al oír lo antes dicho.
JungKook se quedó ahogado en su propia garganta cuando sintió una mirada aún con los ojos cerrados.
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-Kookie, ven aquí- habló el pelicastaño.
-¿Q-qué?- Abrió los ojos ahora por sorpresa.
-Ven- indicó con su dedo índice que viniera hacia él.
JungKook obedeció.
Le aterraba que su hyung le hiciese algo por haber dicho el quiero estar con él. Se levantó de la otra silla con las piernas aún temblando hacia el pelicastaño.
Llegó cerca de la silla hasta que se paró.
El pelicastaño aún sentado, le indicó que se acercara un poco más, por lo que JungKook inclinó su espalda hasta llegar cerca del rostro contrario.
Sentía el corazón bombear como muchos golpes fuertes recibiendo en su pecho . Tenía el rostro a casi quince centrímetros de él que aguantó un poco la mirada del otro y la desvió intentando mirar otra cosa por toda la habitación.
-¿Q-ué es lo que q-quieres, hyu...?- Al momento quedó perplejo y a la vez sorprendido. No como la última vez, sino que esta sorpresa era aún mas sorpresona que la anterior de hace unos segundos.
El lento beso en la frente le había puesto un gran sonrojo en toda la cara. Ahora sentía todo el cuerpo arder.
-Vete a dormir, idiota. No quiero que me regañe la mamá Jin mañana por la mañana gritándome que te hize trabajar de más.- habló seco. Se veía también que estaba cansado pero tenía que terminar la nueva canción que estaba haciendo.
-...-
-JungKook...-las manos del chico cansado seguían en el rostro del otro. Por lo visto, no las había quitado. No se percataba de ello.
-¡JungKook!- ladeó la cara de este. Seguía quieto con la boca medioabierta y los ojos sin vida.
-¡Tú, idiota! ¡Despierta! ¿No ves que estás cansado? Estaba en lo cierto. Vete a dormir en el sofá – quitó las manos del rostro del pelinegro y éste reaccionó parpadeando unas cuantas veces.
-Ah, s-sí h-hyung... Pero...-
-¿Pero qué?- le miró desconcertado.
-Pero tu también lo estás- ocultó la mitad de su rostro con su brazo. Tuvo suerte de que la camisa era de manga larga y grande. Perfecta para ocultar su sonrojo.
-¿Yo? No lo estoy.-
-Sí lo estás.- respondió. Seguía con la misma postura. Sus caras estaban todavía casi cerca.
Sus miradas se volvieron a encontrar.
JungKook no pudo con sus ojos y dio dos pasos atrás. Seguía ocultando la mitad de su rostro. Solo se le veían los ojos y unos mechones cayendo ante ellos.
-No...no lo estoy- después de que el pelinegro diera esos pasos, el pelicastaño volvió a la pantalla.
-Suga hyung, por favor. Se te nota en tu voz. Estás cansado y hablas secamente. Vayamos a dormir los dos. Mañana podrás terminar la canción. Por favor- suplicó.
-No. No estoy cansado, no quiero dormir y...mi voz no está sec... ¡Akkss! - se ahogó con su propio aliento tosiendo seco.
-¡Hyung!- se acercó JungKook ante la repentina reacción de éste.
-¿Agua, dónde está el agua? -se preguntó buscándola por la mesa llena de papeles y folios garabateados, libros gordos y bolígrafos de todos los colores arriba unos de otros.
Encontró una botella llena. La misma que había traido hace horas por si tenía sed.
-Hyung, toma. Bebe- abrió el tapón y la dio al pelicastaño.
La bebió toda- Gracias- suspiró tranquilo el pelinegro.
-Suga hyung, vayamos a dormir- dijo con los ojos llorosos. El sonrojo ya no estaba, había desaparecido al ver al contrario axfisiándose delante suya.
-...Está bien, vale- y se levantó de la silla apagando el ordenador.
El pelinegro se sintió aliviado ante la respuesta del mayor. Miró al reloj de la pared.
-Hyung, es muy tarde. Crees que nos abran la puerta cuando lleguemos?- preguntó dudoso.
-Pues sí, es tarde.-hizo lo mismo mirando el reloj de la habitación.
-Nos quedaremos aquí.-
Y el corazón de JungKook volvió a palpitar fuerte. La cara volvía a tener un color carmesí en sus mejillas.
-H-hyung, aquí hay sólo un sofá...-
Continuará. ^^