Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ejercicios mañaneros por Nanaa

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Holaaaaa! o/

Este fanfic va dedicado para todas las bonitas personas que leen mi fanfic Taekey, el largo que parece no tener fin xD El fic, suspiroso... >u<

Bien, esta cosita chiquita la escribí ayer, de hecho no es algo con una historia extremadamente profunda, sólo tenía ganas de escribir esto, por eso de que Kibum ya tiene Abdomen de lavadero, ok no xDD Eso es tragico, lo se T.T traten de no llorar, se que duele ;-;

ok ya x'D 

 

Notas del capitulo:

Por cierto, esto es un One shot.

Se los dejo n_n

Ejercicios mañaneros

***

 

Taemin se levantó enredado en sabanas rosadas. No es que adorara con toda el alma el color rosado, sino que dormía en una habitación llena de manchas rosadas, pero extrañamente también conservaba cierto aire varonil. Aunque no sólo estaba enredado en sabanas sino que una personita estaba prácticamente anclada a su cuerpo, y él, muy gustoso, lo recibía entre sus brazos fuertes.

 

Kibum, su Kibum.

 

Su cabello había cambiado mucho, ya no era ese rubio precioso que lo hacía ver muy femenino y bonito. Y no es que ahora no se viese femenino ni bonito. Castaño; suave, como siempre. Largo, y con nuevo corte. Se peinaba distinto, casi siempre mostrando la frente cuando salían.

 

Para Taemin, Kibum podía hacerse mil cambios de look y siempre se vería precioso ante sus ojos.

 

Lo tenía ahí, bien dormidito sobre su pecho desnudo. Sin maquillaje, con el cabello despeinado, y desnudo. Su piel blanca como siempre. Los ojos gatunos cerrados. Cielos, Taemin nunca se cansaría de él. Era la cosita más hermosa del mundo entero. Y no sólo eso; Taemin no sólo lo quería por su físico, sino por ser una persona  extraordinaria con un gran corazón. Si, para Taemin era perfecto.  Pero Kibum tenía ciertos complejos con su físico, realmente no se sentía como alguien de un atractivo extraordinario. No como lo era Minho, su compañero de grupo, ni como lo era JongHyun u Onew. Menos como Taemin, a quien adoraba inmensamente. Por ello, a veces tenía ciertas inseguridades con él, sólo con él, porque era su novio y temía que lo dejara por alguien más atractiva o bonita. Taemin era bisexual, a diferencia de él, que era completamente gay. En cuanto a su carácter, podía ser alguien fuerte, seguro completamente de lo que hacía, confiado. Kibum sabía lo que quería hacer, como lo quería hacer y en qué momento hacerlo. Era bueno, amable y cariñoso. Muy cariñoso especialmente con Taemin, por supuesto. Aunque algunas veces tímido.

 

Esa mañana, Taemin lo contempló un momento antes de salir de la habitación. Quería ser el primero en levantarse, porque eso significaba poder contemplar a su novio mientras hacía ejercicio en la sala. Primero se ducharía, y después se pondría a ver la televisión mientras Kibum aparecía de improvisto a hacer su ejercicio mañanero. Era un plan perfecto. Algo que venía haciendo desde hace escasos tres días. Kibum aun no sospechaba nada, pero Taemin sabía que lo haría en cualquier momento. Aun así se arriesgaba, y no le importaba. ¿Y que si Kibum se daba cuenta de sus intenciones? A él nadie lo alejaría de ver la televisión allí, a esa hora de la mañana, a esperar a su novio, ni siquiera su propio novio.

 

 

*

 

 

Diez minutos después, un gatito perezoso abrió los ojos. Pestañeó dos veces, acostumbrándose a la luz. Instintivamente miró a sus lados, buscando a Taemin en la cama. No estaba. Qué extraño, pensó, Taemin no suele despertar tan temprano, lleva días haciéndolo. Extrañado, frunció el seño. Se levantó lentamente, desasiéndose de las sabanas rosadas. Caminó desnudo hacía su closet, sacando una toalla azul gigantesca.  Se la colgó al hombro y siguió rebuscando, terminando por sacar un bóxer, un short cortito de licra y una camiseta grande, que era de Taemin. Estaba vieja, pero ese detalle la hacía  perfecta para hacer sus ejercicios mañaneros. Finalmente, caminó hasta su mesita de noche, tomando una bandita. Se cambió medio dormido, pero terminó con éxito. Se calzó con tenis blancos, después se dirigió al baño para lavar su rostro y dientes. Minutos después llegó a la sala, encontrando allí a Taemin.

 

-Buenos días-canturreó.

 

Kibum se plantó frente él. Taemin tuvo que tragar saliva y disimular toda su sorpresa. Y hambre.

 

El castaño estaba usando su bandita elástica en la linda frente amplia. Oh, diablos. Taemin intentó mirarlo despreocupadamente. Pero sus ojos no pudieron evitar recorrerlo de pies a cabeza. Usaba una camiseta suya, negra y un poco desgatada, pero Taemin no se detuvo a contemplar aquello, sino en lo delicado que se veía Kibum con la tela. Hacía ver su figura más pequeña, casi como un niño. Rayos, mil demonios. Los brazos, un poquito más marcados (Él pudo darse cuenta de aquel detalle cuando lo hizo suyo la noche anterior). Ahora, más abajo. Su short. De licra. Apretadito. Maldita sea.

 

Sus piernas. Largas y torneadas y blancas y perfectas. Oh, por todos los santos del maldito mundo entero. Y su trasero, tenía que verlo cuando se diera la vuelta. Porque ahora mismo lo tenía frente él, inclinado, listo para darle un beso. Taemin tuvo que reaccionar, parpadear y mover los labios lentamente para un beso suave. Kibum siempre le daba besos muy tiernos.

 

Taemin lo atrajo hacía él, abrazándolo fuertemente con ambos brazos. Kibum gimió, por sorpresa, no por otra cosa.

 

-¡Ah! ¡A-Amor!

 

-Hmm- Murmuró con una voz ronca, baja, melodiosa- ¿Sabes cuánto me gusta que me llames amor?- Sus ojos entrecerrados lo observaron detenidamente. Aun con los labios acorazonados pegados en su boca, sonrió.

 

-Mucho-Kibum respondió, lanzando unas cuantas risitas cortas. Taemin sintió el burbujeante movimiento de su novio, de sus risas al moverse.

 

-Que bueno, bebé. Ahora dame otro beso- Le acarició las mejillas ruborizadas, detallando con cada dedo la piel suave. Sus pómulos, sus parpados cuando los cerró para darle otro beso. Lo tenía allí, arrodillado sobre sus piernas, con los brazos (aunque medio formaditos seguían siendo flacos), enrollados en su cuello.

 

Kibum se separó minutos después. Había sido un beso largo. Su respiración estaba un poco acelerada.

 

-Amor- tentó- voy a empezar con mis ejercicios- Taemin no lo dejó. Lo tomó de la cintura y no precisamente de un modo delicado. Lo apretó y fuerte- ¡Taemin!- Kibum rió- ¡Basta! Te digo que…- Lo pegó más a su cuerpo. Completamente- ¡Ah!- El cuello de Kibum terminó por ser devorado por los labios de Taemin. Aun de rodillas sobre los muslos del hombre, se aferró a los hombros del susodicho. Jadeó.

 

-Esta noche lo volveremos a hacer, y no te lo estoy preguntando- dijo, aferrando al cuerpecillo menudo.

 

-¡Taemin!- Exclamó aun con los cachetes rojos. Avergonzado; mucho. Era imposible no hacerlo con Taemin y sus palabras poco inocentes.- Tienes que preguntarme, ¿Qué pasa si yo no quiero hacerlo, eh?-dijo sin atreverse a verlo. Mucho menos lo haría cuando Taemin había abandonado su cuello. Le había bajado el cuello de la camiseta, por lo que le estaba besaba uno de sus hombros.

 

-Te lo haré, no importa si quieres o no-sentenció.

 

-¡Taemin! Oh, dios… no puedes hacer eso- murmuró totalmente escandalizado. Sabía que Taemin no le haría el amor si él no quería, pero no soportaba que le hablara de esa manera tan… poco ortodoxa. No era que no le gustase,  pero era consciente de su escasa ropa, también de las intenciones que Taemin tenía tocándolo de esa manera. Y hablándole de esa manera.

 

-Sólo bromeo, lindo. Tranquilízate- Taemin rió, fuerte, lanzando una carcajada ronca sobre el hombro huesudo.

 

-No me llames lindo, Taemin.

 

El nombrado lo separo. Kibum lo miraba molesto.

 

Taemin suspiró.

 

-¿Por qué te enoja tanto que te piropee?- Taemin sabía la respuesta, pero no pudo evitar preguntar-¿Cuántas veces tengo que repetirte que eres hermoso, que eres atractivo, que eres un hombre realmente bonito?- Le acarició el rostro, pasando las manos poco después por el cabello castaño.

 

El rostro de Kibum decayó.

 

De pronto, su atmosfera se rompió.

 

-No insistas más con eso, por favor- Dejó caer el rostro sobre el hombro de Taemin, y lo abrazo. Se apretujó contra él, encogiéndose. No quería discutir.

 

-No, no lo haré y lo sabes, después seguimos- Habló, terminando esa conversación. No pararía, nunca lo haría hasta lograr que Kibum pudiese ver lo bien parecido que era. No podía concebir que esa persona tan hermosa se viera como alguien feo, simplemente no. Y se lo haría ver hasta que lo entendiera. Por el momento, se levantó del sillón con todo y Kibum en brazos. Lo dejó sobre el suelo.

 

-Ve a hacer tus ejercicios, vamos- sonrió. Kibum no le regresó la sonrisa al instante, pero lo hizo cuando Taemin le besó los labios por última vez.

 

-¿Recuerdas cuando yo era el que te llamaba bebé?-Dijo, alejándose poco a poco de Taemin.

 

-Por supuesto. Te dije que no lo hicieras más porque no era más un niño. Recuerdo tu rostro decepcionado y triste, pero aun así no cambie de decisión- Se sentó nuevamente en el sofá. Siguió contemplando a su novio- A veces soy tan frio, Kibum, lo siento.

 

Sonrió y negó con la cabeza. No dijo más, Kibum sabía que si lo hacía no dejaría de hablar con Taemin y entonces nunca haría sus ejercicios.

 

Comenzó a hacer estiramientos, moviendo una pierna aquí y allá. Los brazos, en círculos, de arriba y abajo. El cuello. Taemin no se perdía detalle alguno. Lo veía de reojo. Algunas veces cambiaba de canal en el televisor, estirando el  brazo con el control remoto en mano para no parecer muy obvio con sus verdaderas intenciones. Otras, estiraba el cuerpo, aprovechando para moverse a los lados y poder mirarlo mejor durante algunos segundos. Finalmente, cuando Kibum regresó a su habitación, tragó consigo la toalla azul. Taemin supo lo que seguía. Se levantó del sillón. Caminó hacía la cocina.

 

-¿Adónde vas?-Escuchó su voz, y se detuvo. No iba a desaprovechar la oportunidad. Kibum estaba recostándose en la toalla. Madre mía.

 

-A la cocina, ¿Quieres agua?

 

-Por favor, un vaso grande.

 

Taemin asintió. 

 

Cuando regreso, se detuvo a observar justo lo que quería ver, justo esa misma razón por la que se había ido a la cocina, para que al regresar, pudiera observar de lleno el bonito traserito de su novio al hacer lagartijas. Ahora sí, malditos todos.

 

Taemin dejó el vaso de agua sobre la mesita ratona.

 

-Dejare el agua aquí, bebé.

 

-Claro, gra-gracias-murmuró con cierta dificultad debido al esfuerzo.

 

Kibum cambio de ejercicio segundos después. Recostado sobre la toalla, subió las piernas completamente al aire. Alto, las abrió todo lo que su elasticidad le permitía. Suerte era para Taemin, que Kibum contaba con una buena elasticidad. Sus pies casi tocaron el suelo, sólo le falto un poco; unos cuantos centímetros.  Después, volvió a cerrar las piernas. Así, el ejercicio volvió a repetirse una y otra vez. Bendito short. Muchas gracias por ser tan corto, Taemin pensaba.

 

Terminando con sus suaves ejercicios, Taemin tenía una sonrisa de oreja a oreja.

 

-¿Taemin? ¿De qué te ríes?

 

Taemin respingó al darse cuenta de su tan grata satisfacción. Tan ido estaba que no se había percatado de su propia sonrisa, realmente se había sentido muy satisfecho.

 

-¡Este programa, maldita sea!-Exclamó, levantando los brazos de un lado a otro como un loco.

 

Kibum se acercó, Taemin se dio cuenta. ¿Cómo no lo haría si no le había despegado el ojo ni un segundo? Y apagó el televisor.

 

-Pero no importa, el programa que estaba viendo, se acabó-Por supuesto, claro.

 

-Hm- Kibum hizo un mohín.

 

-¿Ya has terminado con tus ejercicios?

 

-No- Kibum contestó enseguida. Una sonrisita apareció en sus labios- Compre algo ayer, iré por ellos- Desapareció de la sala como humo. Rápido, corriendo otra vez hacía su habitación.

 

¿Más? Pensó Taemin, Perfecto. Se acomodó perezosamente en el sofá, doblando los brazos tras su cabeza.

 

Taemin sabía que estaba actuando como un pervertido, y lo que le seguía. Pervertido hasta la medula, hasta aquí y hasta el fin del mundo. Pero no le importaba. Él era así, no lo iba a negar. No se iba a negar a sí mismo.

 

Kibum regresó poco después. Con dos pequeñas pesas. Pesas. PESAS. P-E-S-A-S. Taemin abrió grande los ojos. ¿Pero, que…? Kibum se fue nuevamente en cuanto puso las pesas sobre el suelo. Taemin miró incrédulo el par de objetos. Negras y nuevas. El castaño regresó poco después. Caminaba con cierta dificultad, sosteniendo entre sus dos manos una pesa mucho más grande.

 

-Oh, diablos. Kibum, déjame ayudarte con eso- Se levantó del sillón de un salto y muy apresurado llegó a su lado.

 

-No, está bien. Puedo solo- Comenzó a jorobarse debido al peso, pero con pasos cortos logró llegar a su lugar de ejercicio. Dejó la pesa lentamente junto a las otras dos más pequeñas- Listo- Se puso derecho, tocándose la bandita con una mano para acomodarla mejor, pues había comenzado a sudar.

 

-Bebé, no necesitas hacer pesas, eres perfecto como estas. En serio, no lo hagas- Taemin fue conscientes de su desesperación. Realmente, había sonado muy desesperado.

 

Kibum rió.

 

-Amor, ¿Qué estás diciendo? Quiero hacerlo, estoy muy emocionado- murmuró como un nene pequeño.

 

-No- Taemin sentenció.

 

-¿Qué estás diciendo?- Lo miró ceñudo- No te estoy pidiendo permiso, Taemin- Cruzó los brazos, rematando con una mirada retadora.

 

-Pero mi amor…- Taemin lo tomó de las caderas- Tu cuerpecito es precioso como esta, delgado, bien proporcionado, torneado con esos ejercicios que ya haces. No hace falta que agregues pesas.

 

-Déjame, no voy a hacer lo que me digas- Intentó soltarse, pero sólo logró que Taemin lo apretujara con más fuerza.

 

-Sólo usa las pesas pequeñas, la grande es… oh diablos, no.

 

Kibum cambió, de pronto, su expresión. Se deformó en una mueca extraña. Su boca de corazón se torció, mordió su labio y sus ojos se achicharon.

 

-Bebé, no lo hagas, no lo necesitas- Taemin por su parte, seguía sonando desesperado.

 

El castaño se abalanzó sobre su cuerpo. Taemin respingó por la sorpresa pero, en cambio, no tardó en corresponder el abrazo.

 

-¿De verdad crees que mi cuerpo es perfecto como esta?

 

Taemin sonrió.

 

-Por supuesto que lo es.

 

-Siento enojarme cuando me dices cosas lindas, pero es que… tú sabes que yo no me siento así. Y sinceramente siento que te burlas de mí cuando me dices ese tipo de cosas, porque yo… no soy lindo como dices, ni precioso, ni bonito ni nada. Más bien soy feo y…

 

Taemin lo apartó. Su ceño estaba tan fruncido que parecía que tenía una ceja en lugar de dos.

 

-¿Qué no me escuchas?- Taemin lo cargó, tomándolo entre sus brazos fácilmente. Kibum no tuvo tiempo de protestar por ello, Taemin lo recostó increíblemente rápido en el sillón. Se recostó encima de él. Sus manos comenzaron a acariciar al rostro frente suyo.

 

-Mírate nada más-prosiguió- tus ojos, tu boca, maldita sea, todo de ti-pronunció como diciéndole loco, loco por no ver lo precioso que era- ¿Por qué no lo ves? ¡¿Por qué no eres capaz de verlo?¡- Se sobresaltó, sobresaltado al mismo tiempo al castaño- Mira como me vuelves loco. Como eh estado estos tres días como idiota por ti. Levantándome temprano cuando odio hacerlo, sólo por verte a ti. Observarte mientras haces ejercicio es un verdadero placer.

 

-Taemin…- Kibum estaba sorprendido. Algo comenzaba a sospechar sobre ello, pero aun no llegaba a meditarlo a fondo. Pudo haberlo deducido desde el primer día que lo vio allí, sentado en ese sofá tan temprano, pero sus inseguridades no le dejaron pensar completamente que era por él que se levantaba a esas horas de la mañana.

 

-Incluso antes del debut me tenías dando vueltas detrás de ti. Y no puedo concebir que la persona que más amo en este mundo, que esa persona que para mí es la más hermosa de todo ese maldito planeta, diga que es feo.  Simplemente no, así que no, Kibum.

 

Kibum exhaló. ¿Por qué de repente sentía tantas ganas de llorar? Cielos, su novio era grandioso.

 

-Así que, bueno-dijo irónico- no crees lo que eres, te ves feo. Bien. ¿Pero sabes qué?- Tocó el pecho de su novio, a la altura de su corazón. Sobre la ropa, sobre la camiseta enorme- Porque hay algo más importante que el físico, y es lo que te hace ser Kim Kibum, lo que te hizo llegar a SHINee, a mí-Pausa- Tu coraje, tu fortaleza, tu optimismo. Nunca te rendiste, y aun cuando no entraste a SM en el primer intento, lo volviste a intentar. Audición tras audición hasta que lo lograste. No te diste por vencido. Por ese motivo sé que tengo como novio a un hombre grandioso que siempre logra que lo que quiere y necesita, por eso se que lograras verte como alguien bonito, yo se que podrás superar este obstáculo como muchos otros que ya has superado. Yo confió en ti.

 

-Amor…-Kibum sollozó. Una lágrima cristalina bajó por uno de sus ojos. Hipo, una y otra vez- Gracias, por siempre confiar en mí. Yo se que… gracias a ti, podré lograr esto.

 

-No- Taemin negó- lo harás por ti, no por mí.

 

-Por mí- Kibum suspiró, más seguro ahora.

 

-Bien-sonrió, deteniéndose en las lágrimas delgadas. Removió una a una con sus dedos hasta que Kibum dejó de llorar.

 

-Te amo, te amo, te amo, te amo- Kibum repitió muchas veces. Rápido y sin detenerse. Besó los labios de Taemin en cada Te amo pronunciado. Se sentía genuinamente feliz.

 

-Sabes que yo también lo hago, demasiado- Taemin, entonces, correspondió los pequeños besos de su novio, pero, no se detuvo a dar besos dulces como Kibum. No. El fue por todo. Mordidas y lengua. Disfrutó de los tiernos labios rosados como quiso, los hizo suyos, completamente.

 

-Taemin, Hm…-murmuró- creo que ya es tarde, los chicos no tardan en despertar- Kibum se sorprendió de haber sonado bien, o al menos en palabras que Taemin pudiera comprender, debido a que este mismo estaba prácticamente comiéndole los labios-Tae…

 

-Shh, son unos flojos, no despertaran ahora.

 

Taemin viajó hacia las piernas lechosas. Sus manos comenzaron a acariciar toda la extensión larga y llena de piel suave. Piernas recién depiladas. Acarició la tierna entrepierna sólo por un momento. Moría por quitarle la enorme camiseta. Se la subió hasta el cuello, pero antes de atacar a un par de pezoncitos rosados, sus manos se fueron hasta la bandita sobre la frente amplia de Kibum. Se la quitó, tirándola sobre el sofá. Todo esto, sin dejar de besarlo.

 

Sus manos, sin poder detenerse ni un segundo, inquietas, volvieron a tocar a aquellas piernas perfectas, pero esta vez con otro objetivo en mente. Hizo que las doblara, después lo tomó de las caderas. Finalmente lo alzó, sentándolo. Las piernas de Kibum quedaron a los lados de sus propias caderas, dobladas. Lo acarició entero. Sus manos no pararon, subiendo y bajando por la espalda pequeña. Llegando al trasero redondito. Kibum gimió suavemente.

 

Taemin, sin perder tiempo, lo acercó más a él, moviendo sus caderas para que sus partes íntimas lograran friccionarse.  

 

Kibum gimió más alto, abriendo la boca por completo. Agarró el cabello negro de Taemin, enrollándolo entre sus dedos, jugando con él, jalándolo, a veces suave, otras veces duramente. Taemin siguió moviendo las caderas, una y otra vez sin detenerse.

 

-Ta-Taemin- Habló entre gemidos.

 

-¡Kibum!- Esa no era la voz de Taemin.

 

¿Cómo podían interrumpirlos de esa manera?

 

Kibum se separó de golpe y como pudo trató de cubrirse. No supo en qué momento paso, pero Taemin si logró quitarle la camiseta. Trató de ponérsela sin voltear  a ver a nadie. Enrojeció como tomatito bien maduro; lo hizo como una manzana grande, roja como ninguna otra, cuando vio  de reojo que dos siluetas se unían a la que ya había gritado su nombre con anterioridad. JongHyun, Onew y Minho.

 

En su desesperación, no logró ponerse la camiseta, así que sólo la usó como sabana, cubriendo de esa manera su pecho desnudo. Se encogió en el sofá, escondiéndose en el respaldo del sillón completamente colorado.

 

-¿No pudieron elegir otro momento?-Taemin los señaló.

 

-¡Eres un completo desvergonzado, Lee Taemin! Nuestro Maknae, claro- Ironizó Minho. Su boca estaba seca y sus palabras habían sonado un tanto titubeantes. No es que estuviese enojado, más bien estaba sorprendido y avergonzado. Metido en su vergüenza, realmente no sabía cómo actuar o que decir.

 

-Saben que todos respetamos su relación. Pero traten de ser más discretos, por favor- Onew trató de ser un poco más compresivo, pero tener a Taemin, sentado muy cómodamente en aquel sillón con el cabello alborotado y un chupetón de tamaño mundo en el cuello, no era algo que lo hiciese sentir muy tranquilo, mucho menos al ver como segundos atrás tenía a Kibum sobre su cuerpo. Se lo iba a comer, no, se lo iba devorar.

 

Todos estaban como pinturas rojas, pero de las más rojas que pudiese haber o existir en este mundo. Todos, excepto Taemin.  Él se veía realmente tranquilo, y quizá, hasta un poco enojado. O muy molesto. Mucho.

 

-Para eso tienen su habitación…- JongHyun agregó, poniendo una de sus manos sobre su boca mientras movía los ojos de un lado a otro.

 

-Bien, si, tenemos nuestra habitación, pero ahora… ¿Pueden largarse?

 

-Taemin…- Minho iba a volver con sus quejas, pero Taemin por supuesto no lo dejó. Ahora sí, su rostro estaba rojo, pero era de coraje.

 

-¡Lárguense ya mismo! Kibum está casi sin ropa… ¡No quiero que lo miren!-Exclamó- Idiotas, desvergonzados…-comenzó a murmurar.

 

-¡Ah!-Exclamó JongHyun- ¿Ahora nosotros somos los desvergonzados?

 

Taemin se agachó para ayudar a su novio con su camiseta. Estaba totalmente encogido en el sillón, rojo hasta las orejas, con los ojos cerrados fuertemente y hecho bolita. Pero Taemin se detuvo porque Kibum salió  sorpresivamente de su escondite. Asomó sólo la cabeza castaña. Una mirada, sólo basto una mirada para que aquellos tres se fueran de la sala. Kibum y sus miradas asesinas no era algo que se pudiese ignorar. Y así, en cuanto los chicos salieron corriendo de la sala, la expresión de Kibum cambio completamente; Angustiosa y apenada.

 

-Ya, ya paso, bebé, ven aquí…

 

-Taemin, nunca nunca nunca nunca- pronunció sin detenerse- Nunca, hay que volver a hacer algo aquí, ni aunque sea sólo un beso.

 

Taemin gruñó. Sabía que Kibum estaba hablando en serio. Supo que nunca más volvería a obtener un beso de su novio en la sala. Ni en la cocina, en otro caso. Sólo en su habitación. Mataría a esos tres, los haría picadillo con sus propias manos.

 

Sin embargo, respondió:

 

-Está bien- con todo su pesar.

 

Le puso la camiseta, y aunque quiso darle un beso porque se veía totalmente adorable así, todo rojito, no pudo obtenerlo por más que rogó.

 

-Lo siento- Kibum se disculpó.

 

-No importa.

 

Pero si importaba, le importaba y mucho. Kibum se dio cuenta, los ojos de Taemin se veían muy enojados, aunque sabía no era con él, sino que sus tres amigos. Suspiró, y le dio un beso. Uno corto y con duración de dos segundos. Como magia, Taemin cambió su expresión.

 

-Ven, siéntate, haré un poco más de ejercicio, quiero estrenar mis pesas.

 

Pero Taemin no se iba a quedar tranquilo con aquello. Pesas. Pero haría más ejercicio, y esta vez para él (Siendo, Kibum, consciente de ello).

 

 

 

   

 

Notas finales:

¿Que tal, les gustó?

Me gustaría conocer su opinión, dejen un comentario sobre aquel cuadrito blanco de allí abajo... digo, si gustan y me quieren hacer feliz, si no... pues ya veran, se les va a aparecer... umm, no se me ocurre nada malo por el momento xD 

asadasadad, okay, aquí termino.

Saludos a todos mis queridos lectores <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).