El frío invierno se encontraba sobre Konoha, la blanca nieve caía desde el cielo con sublime regularidad obligando así, a cada uno de los habitantes de la aldea a abrigarse, temerosos de sentir sobre ellos la bella pero muy helada y húmeda nieve.
Mucha gente se encontraba corriendo de un lado a otro debido a las compras navideñas, algunos comprando ingredientes para la cena o simplemente comida, otros comprando regalos o cualquier otra cosa para celebrar a esa tan esperada noche. Las luces brillaban en todas las casas de la aldea y los adornos navideños se hacían presentes en cada rincón de Konoha.
Un joven rubio y de azules ojos se encontraba recorriendo los puestos de comida de la aldea dispuesto a comprar el mejor ramen que se le cruzara en el camino, después de todo esa sería su "cena de navidad" y quizá también la cena de año nuevo.
Una sonrisa de tristeza y melancolía se dibujó sobre sus labios, de inmediato recordó su encuentro anterior con varios de sus amigos.
"Perdón Naruto, no puedo estar tanto tiempo aquí, tengo que llevarle esto a mi mamá ¡¿Puedes creerlo?! Quiere que yo haga toda la cena de navidad" Le dijo Sakura con la respiración agitada y corriendo en dirección a su casa.
"Lo siento Naruto ahora no puedo ir contigo a comer ramen, en este momento es problemático, si no llego a tiempo mi madre me matara" Se excusó Shikamaru bostezando.
"Pe-perdón Naruto-Kun, de verdad qu-quiero ir a comer ramen contigo, pe-pero mi papá se pondrá furioso si no llego temprano ¡Pe-perdón!" hablo Hinata sonrojada y avergonzada mientras se dirigía hacia su casa.
Esas y más fueron las excusas que recibió Naruto en toda la aldea de parte de sus amigos, y no podía culparlos, después de todo, esa noche era Navidad, un día en donde la familia se unía y seguramente ellos estarían celebrando con sus familiares.
Suspiro con cansancio sintiendo un enorme vacío nacer dentro de él, sintió la soledad invadirlo y un enorme dolor originarse en su pecho, quiso tratar de consolarse recordando a sus padres: a su hermosa y dulce mamá y en su valiente y comprensivo papá, sin embargo, tan solo en pensar en Kushina y en Minato hizo que el dolor dentro de él fuera más grande aun.
Tapando su rostro con la palma de su mano, deambulo unos minutos sin saber que hacer o a donde ir, automáticamente dirigió su vista hacia el verde bosque que se extendía desde atrás de la aldea, segundos después, enfoco su azul mirada en un punto en específico y después como si todo dolor hubiera desvanecido esbozó una enorme sonrisa con un plan en su mente.
Ya sabía cómo iba a llenar el vacío.
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- Listo- Susurro sin sentimiento alguno Sasuke, guardando su katana después de haberla afilado lo suficiente, miro su alrededor con cierto orgullo al ver lo limpia y ordenada que se hallaba su casa, no obstante, el silencio de su vivienda hizo que comenzará a cuestionarse si la limpieza la había iniciado para poner todo en orden o simplemente porque no deseaba pensar en que dentro de unas cuantas horas sería Navidad.
Comenzó a añorar los momentos en que celebró esa fecha junto con su familia, al lado de su dulce madre, su cariñoso hermano y su padre que aunque a veces resultaba exigente, no por eso dejaba de extrañarlo al igual que al resto de su familia, al igual que al resto de su clan.
"Toc Toc"
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de la puerta al ser tocada, o más bien, al ser golpeada con brusquedad. No pensaba abrir la puerta, de eso estaba más que seguro, no quería soportar otro grito chillón de "Feliz Navidad". Ya había aguantado el de Sakura y el de Ino, e indudablemente se encontraba indispuesto a escuchar otro.
- ¡Sasuke!- Gritó desde afuera una voz tan conocida que de inmediato frunció el ceño sorprendido, meditando unos segundos vacilo si abrir o no. Era Naruto, eso no se discutía, y aunque no se atrevería a aceptarlo él realmente quería verlo, la presencia de Naruto le brindaba paz e inclusive alegría, no obstante, esa noche sería Navidad, y siempre desde la muerte de todo su clan, cada año no podía evitar sentir nostalgia y dolor volviéndolo alguien débil, cosa que no podía permitirse, un Uchiha jamás debía mostrar debilidad ante nadie.
- ¡Sasuke o abres la puerta o la destruyo!- Amenazo Naruto impaciente tocando la puerta con mayor brusquedad, cosa que le divirtió a Sasuke convenciéndolo de al menos entreabrir la puerta.
- ¿Qué es lo que quie...?- Antes de terminar la frase se quedó sin habla abriendo ambos ojos sorprendido.
Naruto estaba frente a él, esbozaba una de sus características sonrisas, y cargando sobre sus hombros se hallaba una especie de pino muy similar a un árbol de Navidad.
La primera reacción del Uchiha fue de sorpresa, la segunda de nostalgia y finalmente la tercera de conmoción "¿De verdad Naruto cruzo toda la aldea únicamente para llevarle un árbol?" Confundido ante la situación hizo lo único que se le cruzo en la mente: Cerró la puerta de nuevo sin importarle que esta chocara contra el rostro de Naruto.
- No lo quiero- Hablo él pelinegro con frialdad, percibiendo como algo dentro de él, le decía que esas tres palabras eran falsas.
Escucho un fuerte golpe acompañado de un crujido anunciando algo rompiéndose, entre sorprendido e irritado volteo a ver su puerta: encontrándola destruida en trozos y a Naruto entrando aun con el árbol sobre su hombro.
- ¡Tu...!- Una vena de furia se dibujó en la frente de Sasuke, todo el dolor que antes sentía se esfumo convirtiéndose en ira.
- ¡Hola Sasuke!- Exclamó Naruto sonriendo mientras se adentraba en la casa de Sasuke si invitación alguna y colocaba el árbol frente a lo que parecía ser la sala de estar.
- Naruto saca eso de mí...
- ¿Tienes esferas?- Preguntó el rubio una vez terminada su tarea de colocar el árbol, no le interesaba si Sasuke no quería estar con él, porque él si deseaba pasar tiempo con el Uchiha, después de todo se lo merecía, no por nada vivió tantas experiencias con tal de volver a tenerlo a su lado.
- No- Contestó con seriedad Sasuke cruzándose de brazos. Naruto de inmediato borro su sonrisa, y cuidadosamente se colocó frente a él moreno.
- Prometo que si me ayudas a adornarlo me iré- La mirada de Naruto era suplicante, tal como un niño pequeño hizo un puchero logrando así conmover a Sasuke, aunque era claro que no lo iba a demostrar.
- Esta bien- Suspiro Sasuke esbozando una leve sonrisa al ver como Naruto volvía a sonreír emocionado y colocaba una ridícula pose triunfal.
Ese idiota seguía siendo todo un niño.
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El rubio tomo con cuidado la pequeña esfera roja y sin poder evitarlo frunció el entrecejo al ver dibujado en ella el símbolo del clan Uchiha, comenzando a convencerse a sí mismo, que ese clan tenía una seria manía por ese símbolo. Aun así no podía quejarse de las esferas, era lo que había, después de todo fue difícil lograr que Sasuke le mostrara donde guardaban su familia los adornos navideños, tenían mucho polvo pero para alivio de Naruto, aun servían y limpiándolos lucían bien.
- ¿Naruto? - El blondo se sobresaltó y casi le da un infarto debido a que estuvo a nada de tirar la esfera y romperla, estaba seguro de que eso significaría una muerte segura, ya que para Sasuke estas tenían mucho valor sentimental.
- ¿Qué pasa?- Preguntó el rubio comenzando a colocar cuidadosamente las esferas olvidando el incidente anterior, mientras que al mismo tiempo, Sasuke se hallaba desenredando las luces por petición de Naruto.
- ¿Por qué haces esto? ¿Por qué estás tan preocupado de que yo tenga un árbol?
Naruto abandono de inmediato la actividad de colocar las esferas y volteo a observar a Sasuke con curiosidad, por una parte, él se sentía solo y no quería que su mejor amigo pasara lo mismo, sin embargo, una fuerte necesidad de ver a él pelinegro le hizo llegar hasta ahí con la única excusa de que Sasuke no tenía un árbol, eso sin contar cuanto tiempo tardo en encontrar un árbol perfecto y cuanto le costó recorrer toda la aldea hasta llegar a su casa.
- No lo sé- Mintió volviendo a enfocar su mirada en las esferas, aun cuando sus pensamientos comenzaban a dispersarse, sin dejar de pensar en el verdadero motivo por el cual había acudido a la casa de su amigo.
Sasuke suspiro y abandonó la tarea de desenredar las luces, sentándose sobre el frío suelo. Estaba confundido, una parte de él deseaba que Naruto le dijera que únicamente deseaba su compañía, sintió su corazón acelerarse ante la simple idea de que el rubio le dijera eso "¿Que me sucede?" Se preguntó borrando esa idea de su mente.
Pasando un par de minutos, Sasuke sintió una extraña tensión invadir el ambiente, iba a hablar pero no era capaz de saber que decir, siendo lo primero que vino a su mente, soltó una pregunta para romper con aquel silencio que tanto le incomodaba.
- ¿Qué quieres de regalo, Naruto?- Preguntó el moreno enfocando la mirada en su rubio amigo.
Naruto lo volteo a ver con sorpresa, segundos después su semblante cambio por uno pensativo.
"Ramen, mucho ramen" pensó divertido Sasuke sabiendo que era la respuesta de Naruto, era tan predecible que no necesitaba de mucha ciencia para saber que pensaba.
- ¿Lo que sea?- Preguntó Naruto dudoso.
- Si, si- Contestó Sasuke restándole importancia.
- No quiero que te vuelvas a ir de la aldea. Lo que quiero es, que te quedes a mi lado.