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FAVORITO (Jo Twincest) por Monnyca16

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Notas del fanfic:

 

 

 

 

 

Notas del capitulo:

Les dejaré el prefacio. 

 

Prefacio

La cabeza de Youngmin dolía brutalmente, arremolinando el dolor físico con el  interior. Quiso quedar dormido en uno de sus sillones nuevos y hundirse en el olor a cuero sintético, pero no podía hacerlo. Los recuerdos de su pasado lo perseguían  aunque ya llevara cinco años sin ver a aquellas personas que tanto lo habían lastimado.

Las crueles diapositivas no le llegaban muy a menudo, de hecho nunca pensaba en ellas, pero ahora era diferente. Y no sabía por qué se hundía  en los tiempos remotos cuando tenía la mente en blanco, era casi como si se le hubiesen colado y adueñado de todo.

El olor a marihuana de aquellos tiempos incluso llenó sus fosas nasales, cargándolo de los antiguos momentos en los cuales fumaba a solas a las afueras de la escuela. Era doloroso.

Eran distintas situaciones. Eran felices al principio, pero después se hacían malas, muy crueles cuando ya el tiempo había pasado como si fuese una página en blanco. Sin embargo, su vida estaba llena de porquería y seguía sin encontrar una razón válida para lo que había sucedido con él y con toda la felicidad que quedó sumida hasta el fondo, perdiéndose como humo de cigarro.

Youngmin sabía que la vida era difícil, pero no que fuese tan difícil para él. Quería encontrar una causa, una muy buena para poder aceptarlo, aceptar que la vida era así y que a todo mundo podía pasarle lo que a él le pasó tiempo atrás, pero cada vez que caminaba por la calle y paseaba a las afueras de la escuela, se daba cuenta que sólo poca gente cursaba por lo que antes le pasó. ¿Por qué era tan desafortunado? Youngmin no quería serlo, él tenía sueños, en su ocasión tenía a sus padres y a su hermano gemelo menor, pero toda esa felicidad que parecía irreal desapareció para convertirse en su peor pesadilla.

Desde que cumplió los trece años jamás pensó en su madre, ni en su padre, incluso su hermano ya no estaba en su vida. Pero ahora no podía soportar todos los recuerdos que le llenaban la cabeza y lo hacían sentir terriblemente histérico y aturdido.

Todo había empezado bien, su hermano y él se unían para jugar y se comunicaban perfectamente bien. Kwangmin era consentido por su madre y él por su padre. Los días eran esplendidos en ese entonces. Todo era perfecto así, hasta que un viernes por la noche su padre llegó del trabajo, tomó todas las cosas necesarias y se fue sin decir una sola palabra. Youngmin sólo tenía cinco años en ese entonces y no entendía muy bien, sólo escuchaba a su madre llorar y maldecir, gritando que su marido la había abandonado por otra mujer.

Youngmin no vio a su padre por una semana desde aquel viernes, sintiéndose incapaz de seguir viviendo sin él. Su padre lo era todo y si no volvía no sabía exactamente qué iba a ser de él. Su madre había dejado de comer y eventualmente enfermado, hasta que después de esa semana, su padre llegó a casa de nuevo. No llegó con sus cosas, de hecho todo pareció indicar que había ido de visita. La madre de los gemelos lo recibió muy bien y desde ese día su depresión se había extinguido porque se conformaba con verlo. Desde aquella vez su padre prometió ir de visita para verse con Youngmin y convivir con él, tal y como antes lo hacía. Y así fue, así fue por dos meses.

Después de aquellos meses todo empeoró. Su padre había muerto debido a un accidente automovilístico y desde ese momento Youngmin supo que jamás volvería a ser como antes. La primera pérdida de su padre había sido horrible, pero por suerte su padre simplemente se había desentendido con su madre y para ese entonces había posibilidades de que volviera y se vieran,  sin embargo, la segunda pérdida lo dejó totalmente derrotado. Desde ese entonces ya no tenía siquiera el pensamiento de que su padre estuviera por algún lugar de la ciudad.

Su padre lo había abandonado de dos maneras que incluso pudo superar cuando los años pasaron, muy lentamente.

A sus seis años, Youngmin comenzó a notar un cambio muy drástico en su niñez. El cariño de su madre seguía con Kwangmin, pero con más fuerza, más que antes, como si el gemelo menor fuese el único. Youngmin entendía porque él era el favorito de su padre y su hermano el de su madre, pero después de dos años entendió que su madre había conservado a Kwangmin como su favorito a sabiendas de que él ya no tenía a alguien que lo prefiriera.

El favoritismo que su madre exponía era brutal. Todo hubiera sido más sencillo si su madre lo hubiese incluido como ‘parte de la familia’, pero nunca lo hacía. Nunca lo hizo. Youngmin era un cero a la izquierda en toda acción. No importaba si Youngmin sacaba mejores notas que su hermano, su madre nunca lo felicitaba. Tampoco importaba si tenía más habilidades que Kwangmin, ni tampoco que todo el tiempo tuviera la razón. Para los ojos de su madre solamente existía Kwangmin, y no podía hacer nada para solucionar aquello.

Cada noche, al dormir, su madre siempre visitaba la recámara de ambos gemelos, le encendía una lamparita a Kwangmin y lo besaba en la frente, cuidando sus sueños mientras que Youngmin la veía con atención. Pero era de esperarse; a Youngmin ni siquiera lo miraba e inclusive había dejado de pagarle los estudios cuando ambos gemelos cumplieron diez, era por eso que desde esa edad Youngmin no iba a la escuela.

Todos los días se quedaba en casa y usaba los libros de su hermano cuando no se encontraba para poder leer y aprender algo, pero Kwangmin no era tan bueno y le costaba trabajo encontrar apuntes bien escritos. 

La relación que tenía con su gemelo menor no era como antes. Kwangmin nunca lo defendía cuando su madre lo golpeaba por la nada y tampoco lo apoyaba moralmente para quedarse con él ni para contarle lo que le enseñaban diariamente en clases. Kwangmin también se había distanciado, fue desde ese momento que Youngmin entendió que él estaba en complot con su madre y a duras penas logró hacerse a la idea de que si su padre no estaba, él tampoco sería bien recibido en casa.

Al cumplir los doce años, Youngmin comenzó a salir por las tardes para buscar convivencia social. No iba a la escuela y ni siquiera tenía amigos, así que comprendió que aunque su familia lo odiara, él necesitaba también del amor de alguien.

Por suerte no le costó mucho trabajo conseguir a unos adolescentes que lo unieron a sus bandas. Youngmin era un niño, pero su intelecto era tan grande que podía sostener pláticas con adolescentes de diecisiete. Para ese entonces aprendió a fumar y a convivir con los más grandes para al menos olvidarse de los golpes que le propinaba su madre y del lazo roto que tenía con su hermano.

Nunca pensó volverse alguien malo, simplemente quería compañía, quería a alguien que al menos lo viera a los ojos, a alguien que lo escuchara, a alguien que le diera fuerzas para soportar todo lo que pasaba en casa.  En ese entonces estaba ansioso por aprender de otros, viendo la vida desde la calle, desde la perspectiva de los adolescentes, conocer por sí mismo todo lo que  lo rodeaba, y disfrutarlo.

Su madre no se daba cuenta de sus huidas a pesar de que no llegaba para la cena ni para la comida, hasta un día que llegó a las once de la noche. Esa vez su madre lo había encerrado en el sótano  sin darle alimentos por tres días. Youngmin simplemente pasó su cumpleaños número trece encerrado ahí mientras su hermano se ocupaba de apagar las velas del pastel  que se suponía debía ser de ambos. Pero no fue así, ya nada tenía una solución y por eso después  esa horrible situación Youngmin sintió que era necesario marcharse.

El mismo día que fue liberado, Youngmin se fue con las manos vacías hasta parar a la casa de uno de sus amigos de barrios. Kim Dong Hyun –que era mayor que él por cinco años- lo había recibido y ayudado con la alimentación e incluso con cariño, sintiéndose de ese modo como hermano mayor, y logrando que Youngmin sintiera el calor de un verdadero hogar. Dong Hyun no tenía familia, sólo su abuela y por suerte vivían juntos desde ese entonces.

Youngmin aprendió a disfrutarlo realmente.

Con ayuda de Dong Hyun, Youngmin fue a la escuela y consiguió un trabajo de medio tiempo para ir haciéndose de sus pertenencias. Su vida había cambiado radicalmente y le agradaba bastante darse -y que le dieran- la oportunidad de ser feliz.

Después de cinco años, teniendo Youngmin dieciocho y Dong Hyun veintitrés, la abuela no pudo dar más de sí y falleció a causa de la edad, dejándolos tristes pero tranquilos por los buenos momentos. Posteriormente, ambos compraron un departamento para cada uno, eligiendo unos muy acogedores y que quedaban a un lado del otro.

Y justo en esos momentos en los cuales Youngmin estaba terminando de darle los últimos toques a su departamento, fue cuando todo su pasado se montó en el presente y lo hizo casi desmayar. Recordar todo lo anterior había sido terrible. Odiaba recordar los malos momentos y no entendía cómo era que ahora lo hacía, pero simplemente había pasado de esa forma.

El dolor de su cabeza no cesaba y Dong Hyun no llamaba a la puerta y era tarde, de seguro todavía no llegaba del trabajo para poder cenar juntos y ya estaba comenzando a desesperarse.

Ya bastante sensible por los tormentosos recuerdo que habían parpadeado duramente dentro de su cabeza, logró calmarse al escuchar que tocaban la puerta.

Las manos de Youngmin temblaron y de repente sus ojos brillaron de emoción. Estaba seguro que era Dong Hyun, pero luego lo dudó cuando se paró frente a la puerta y giró el pomo; Dong Hyun no tenía por qué tocar, sólo debía entrar, pero…no lo había hecho. Con lentitud terminó por abrir la puerta, encontrándose con la persona que menos esperó.

Con alguien que había tratado de superar. Con su pasado. 

Kwangmin estaba ahí.

Kwangmin lo había encontrado.

Después de cinco años lo volvía a ver.

 

Notas finales:

Sé que esto es corto y rápido, pero en la historia tendremos un poco más de información sobre la vida pasada de ambos, se irán resolviendo muchos puntos importantes.

Recuerdo que tendremos personalidades muy fuertes. He estado practicando mucho la personalidad de Kwangmin porque deseo, DESEO mucho que quede perfecta para que la historia esté acorde. 

Hay mucho humor en la historia y estoy segura que las personalidades son lo más bueno, aparte del tema que trataremos. 

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ESPERO QUE ESTA HISTORIA TENGA APOYO, LOS AMO.

GRACIAS POR LEER. 


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