Lo odio. Lo odio mucho. Lo odio. Lo odio tanto.
No. Lo amo, pero por eso lo odio. Me hace amarlo.
¿Qué todo terminaba aquí? ¿Qué no había futuro entre nosotros? ¡Eso no se lo creía ni él mismo!
Pero no soy el tipo de persona que fuerza las cosas. Si él no me quiere a su lado, ¡Bien!, ¡Así será entonces!.
KyungSoo limpió sus lágrimas por quien-sabe-cuanta vez. El amor parecía ser una pesadilla que se vive en carne propia, pero con la desventaja que va más allá de una noche, y cuanto más enamorado estás, corres un riesgo mayor de sufrir el doble de lo que te has enamorado de una persona.
—Vamos KyungSoo, no permitiré que te quedes encerrado, así que vamos a salir de aquí. —JoonMyeon halaba de una de las manos de KyungSoo para que éste se parara de la cama luego de varias horas de no moverse de allí.
—Mejor ven tú aquí, y hazme compañía. —Sus ojos estaban lo suficientemente rojos, hinchados y chiquitos que JoonMyeon dudaba de que le quedaran lágrimas que derramar.
Sin embargo, parecía que el sistema de lagrimación de KyungSoo estaba dispuesto a crear más lágrimas sin fin.
—No señor. Levántate y deja de llorar de una vez por todas. —JoonMyeon seguía halando de su brazo—, Jongin no merece ninguna de esas lágrimas, así que deja de hacerlo.
Y claro, nombrar al causante del estado de KyungSoo, hacía que esa humedad en sus ojos se volviera aún más abundante. Estúpido Jongin.
—Déjame. —KyungSoo se liberó del agarre de JoonMyeon y se cubrió el rostro entre su almohada para que su amigo no le viera llorar de nuevo.
—Ah, no. De nuevo no. —JoonMyeon le quitó la almohada con la que se estaba cubriendo y ésta vez, cuando haló de sus manos –porque haló de las dos-, lo hizo con la suficiente fuerza como para lograr que se parara—. En éste momento vas a ir al baño, vas a lavarte esa linda carita que Dios te ha dado, y sales preparado para superar una ruptura al estilo Kim JoonMyeon, ¿De acuerdo?
KyungSoo se quedó mirándolo, esperando que JoonMyeon le dejara volver a su cama, pero la firme posición y la mirada fija de JoonMyeon le hacían imposible seguir persistiendo y hacerle caso. Internamente le agradecía ser así. KyungSoo sabía que de un modo u otro, JoonMyeon no le dejaría caer en depresión.
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Había anochecido ya hacía bastante tiempo, cuando JoonMyeon lo llevó a aquel lugar.
—¿Estás seguro de que esto funciona?. —KyungSoo sostenía un bate de beisbol entre sus manos, aún no daba ningún golpe porque no lo creía correcto—. ¿No tendremos problemas por hacer esto?
No había nadie más que ellos dos. Habían tenido que entrar saltando las rejas del lugar.
—Créeme, funciona. —Rectificó JoonMyeon, con una sonrisa traviesa entre sus labios—. Golpea tan fuerte como puedas. No tendremos ningún problema.
KyungSoo lo miró durante un momento más antes de decidir hacerlo. Se paró en el capó del auto y dirigió su mirada hacia el parabrisas –justo al punto central donde iría a parar el golpe-, y darle tan fuerte que el vidrio se quebrara por completo.
—¿Mejor? —preguntó el menor, aunque claramente conocía la respuesta.
—Sí. Definitivamente mucho mejor.
—Golpea de nuevo, de todas formas ya era chatarra.
Y era cierto. JoonMyeon lo había llevado a, lo que creía KyungSoo, era el basurero, sólo que únicamente habían carros viejos y oxidados, y lo demás eran partes de lo que pudieron ser también autos. KyungSoo había acabado con el parabrisas de uno de los carros más “completos” en aquel sitio, y haciéndole caso a las palabras de su amigo, dio otro golpe, pero ésta vez hacia el techo, y sin esperar a que JoonMyeon lo animara a hacerlo de nuevo, lo hizo una vez más.
—Sí, esto se siente liberador. —se sentía como un criminal, y podía jurar que sus niveles de adrenalina estaban aumentando. No era la manera que esperaba que JoonMyeon le ayudara a pasar su ruptura con Jongin, pero definitivamente debía darle crédito porque estaba funcionando.
—Puedes golpear de nuevo, ¡Vamos!. —JoonMyeon le animaba estando parado a un lado del auto, y KyungSoo lo hizo dos veces más antes de soltar el bate y sentarse en el capó del auto a regularizar su respiración.
KyungSoo sonreía.
—Esto es demasiado extraño hasta para ti, pero definitivamente es funcional.
—Bueno, pues ya hemos acabado con la primera parte; es hora de irnos.
—¡¿Qué?! ¡JoonMyeon, a dónde me llevas! —KyungSoo se vio siendo arrastrado hacia otro lugar.
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—No me digas que vas a decirme “Te amo” o algo así. —KyungSoo no podía entender por qué estaban en el mirador, que por cierto, era un lugar bastante romántico como para ir con un amigo.
—Eso te lo digo otro día. —JoonMyeon se estaba burlando de él—. Hoy vamos a gritar tan fuerte que nos quedaremos sin voz.
—¿Qué? —pero antes de pedir una explicación, JoonMyeon lanzó un grito tan fuerte, que KyungSoo se tapó los oídos por instinto—, ¡EL AMOR APESTA! —luego JoonMyeon lo miró esperando a que hiciera lo mismo.
—No pensarás que yo…
—Nadie más nos va a oír, ¡por eso estamos aquí!
—Pero… —antes de seguir con lo que iba a decir, JoonMyeon volvió a gritar fuerte hacia la ciudad, y KyungSoo, impulsado por ese mismo sentimiento de “¿por qué no?”, le siguió—. ¡ENAMORARSE ES LO PEOR!
—¡Vamos!, ¡Más fuerte! —le sonreía a KyungSoo, mientras lanzaba otro grito fuerte—. ¡ESTARÍAMOS MEJOR SI NO EXISTIERA EL AMOR!
KyungSoo, sonriendo con esa otra locura, lo hizo de nuevo.
—¡KIM JONGIN!, ¡JAMAS ENCONTRARÁS DE NUEVO A ALGUIEN COMO YO! —sus ojos se aguaron, y ésta vez, JoonMyeon escuchó a su amigo. KyungSoo siguió gritando tan fuerte como pudo hacia la ciudad—, ¿¡ME OYES!? ¡ALGÚN DÍA TE ARREPENTIRÁS DE HABERME DEJADO Y CUANDO ESE DÍA LLEGUE, YA SERÁ MUY TARDE PORQUE HABRÉ ENCONTRADO A ALGUIEN QUE ME QUIERA MEJOR Y MUCHO MÁS DE LO QUE TU ME PUDISTE HABER QUERIDO! —más lágrimas, pero ahora se sentían refrescantes mientras resbalaban por sus mejillas—. ¡YA LO VERÁS! ¡VOY A ESTAR MUCHO MEJOR SIN TI! —aunque ahora no se creía esas palabras…
JoonMyeon comprendió que había sido suficiente de gritos hacia la nada y decidió darle un confortador abrazo a su mejor amigo.
—Yo también creo que encontraras a alguien mejor, y que él no podrá conseguir a alguien como tú.
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Luego de eso, JoonMyeon pensó que estaría bien tomar soju en uno de los puestos de la calle de regreso a casa con KyungSoo.
—Gracias JoonMyeon. —empezó a decir KyungSoo, cuando ya estaban acomodados en una de las mesas y JoonMyeon servía de la botella en dos copas.
—Exactamente, ¿Por qué?
—Ya sabes, por no dejarme pasar por esto solo. —JoonMyeon acabó de llenar las dos copas y miró a KyungSoo—, cada vez me sorprendo de la amistad incondicional que me ofreces. Gracias.
JoonMyeon sonrió en respuesta y tomó de su copa antes de volver a llenarla.
—Supongo que por eso soy tu mejor amigo, así que no me debes las gracias sobre nada.
—Oye, no cualquier persona me lleva a hacer las cosas que tú me hiciste hacer hoy para sobrellevar mi ruptura.
—Lo sé. —sonrió de nuevo y volvió a desocupar su copa para llenarla de nuevo. KyungSoo tomó de su primera copa también.
—¿Sueles hacer todo esto cuando te rompen el corazón?
—Algo así. —una respuesta muy vaga, pero JoonMyeon no pensaba decir nada más, y KyungSoo no preguntó al respecto.
—No puedo decir que ya estoy bien, pero definitivamente estoy mejor. Gracias otra vez.
—Deja de agradecerme tanto y mejor acaba esa copa para llenártela de nuevo.
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No fue sino llegar a casa cuando KyungSoo se recostó en uno de los muebles de la sala medio borracho y en segundos quedó profundamente dormido.
—KyungSoo, este no es un buen lugar para dormir, vamos, tienes que ir a la habitación. —insistió JoonMyeon. Él también había llegado a hacer lo mismo que KyungSoo, pero con la diferencia que no se había quedado dormido.
—Mmmm. —sólo se podían escuchar balbuceos incoherentes de parte del adormilado chico.
—No seas así, tienes que levantarte y caminar hacia la habitación. Yo no puedo ayudarte porque ni siquiera estoy seguro de poder caminar en línea recta y sin caerme.
—Mmmm. —Más balbuceos, pero ahora se acompañaban de movimientos que sólo ayudaban para que se pusiera más cómodo.
—Bien. Quedémonos aquí entonces. —dejó de insistir y se giró a ver al otro chico dormir—. ¿Sabes? —Le habló como si lo estuviera escuchando aunque era obvio que no era así, y tal vez por eso era que le seguía hablando—. Cuando me rompen el corazón, prefiero aplicar eso de “un clavo saca otro clavo”, pero no podría haberte visto hacer lo mismo si ese otro “clavo” no soy yo porque me gustas. Me gustas. De verdad no entiendo cómo Jongin pudo dejarte ir…