Hyuk Jae iba encantado de la vida caminando por la calle hacia la casa de novio, Dong Hae. Estaba muy feliz porque recientemente habían tenido una fuerte discusión sobre una supuesta infidelidad de Hyuk Jae a Dong Hae y habían podido resolver sus inconvenientes. Al parecer, malas lenguas le habían comentado a Hae cuando Hyuk tuvo la visita de su prima hace unas semanas, la confundieron y dijeron que era otra chica. Obviamente, la reacción de Hae fue inmediata y llamó a Hyuk para terminarle.
Hyuk había estado llamando a Hae un millón de veces después de la sorprendente ruptura, además de intentar hablar en persona cuando se encontraban para los ensayos de Super Junior, pero todo era en vano; Hae estaba completamente cerrado a hablar.
Pasaron uno que otro día y Hyuk seguía insistiendo. Era un persistente de pies a cabeza, no aceptaba ninguno de “no” como respuesta, en especial tratándose de Hae. Uno de esos días, Hyuk pudo agarrar a Hae entre un ensayo y lo llevo hasta el camerino que estaba solo.
– ¡Suéltame, idiota! –gritaba Hae mientras forcejeaba para zafarse del agarre en su muñeca.
–No hasta que me escuches, Dong Hae.
Hae tenía una mirada desafiante en sus ojos. Parecía que fuese de odio pero Hyuk bien podía leer las expresiones de su pececito y ver que estaba dolido por el malentendido.
–Escucha, Hae, esa chica era mi prima.
–Sí, claro. Y yo soy el Hada Nacional de Corea –respondió con ironía y volvió a intentar zafarse pero Hyuk lo tenía bien cogido.
–Es en serio, Hae. Créeme, fue mi prima la que me visitó hace unas semanas. Solo salimos a comer, ¡no voy a tener ninguna relación con mi prima, Dong Hae, y tampoco con otra chica o chico!
– ¿Por qué no avisaste entonces? –Hae estaba intentando camuflar el dolor en su voz. Se la había pasado todos estos días llorando y llorando por Hyuk Jae, tenía el corazón quebrado y no parecía tener reparación.
–Esa mañana deje mi celular en casa, además, se le agotó la batería. Luego, cuando fui a tu casa me tenías la entrada restringida.
Sí, Hae había tomado muy en serio las palabras “¡terminamos, no te quiero ver jamás!”. Apagó su celular por varios días, no salió de casa, pidió a sus padres que rechazaran a Hyuk cuando fuera a visitarlos, entre muchas otras cosas.
– ¿Seguro que no es mentira, Hyuk Jae? ¡Porque si llega a ser una mentira te juro por lo más sagrado que no vuelves a verme en toda tú existencia!
Hyuk se acercó más a Hae y lo abrazó. Dejó que su cabeza se apoyara en el hombro de Hae mientras el agarre se hacía más fuerte. Giro su cabeza para susurrar al oído del pececito:
–Te amo, Dong Hae. Nunca sería capaz de engañarte. Después de todo, ya tengo la persona más perfecta del mundo a mi lado.
Dong Hae correspondió al abrazo fuertemente, hundiendo sus sollozos en el cuello de Hyuk.
–Yo también te amo, idiota. No vuelvas a asustarme así nunca –desistió, ya había sido suficiente y sentía las palabras de Hyuk, sinceras.
Después de la emotiva reconciliación, todas las cosas se arreglaron entre los dos. Ambos se mostraron de mejor humor ante sus actividades diarias y su relación se hizo mucho más fuerte que antes.
Hyuk llegó a la puerta de la casa de Dong Hae y tocó el timbre para que le abrieran. En poco tiempo, Hae apareció abriendo la puerta recibiendo a Hyuk con un abrazo y un beso en los labios.
–Venga, que la película ya va a empezar –Hae arrastró a Hyuk hacia su recamara donde ya tenía todo preparado para una tarde de películas.
Solo cabe decir que pasaron toda la tarde viendo maratones en TNT y haciendo uno que otro reguero por ahí.