Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En el fondo de un secreto, HUNHAN (Segunda temporada) por Lizzie_shawol_flamer

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

El hunhan prevalece, aunque ya no es el único destacable. La relación de Baekhyun y Chanyeol avanza, aunque tortuosa, y pronto pueden llegar a sumarse otro tipo de enlaces. 

Ésta fue mi justificación y espero haber ido cumpliendo mis propósitos en el fanfic y que éste acabe cuando deba hacerlo (realmente hay momentos en los que siento que él me lleva a mí, y no al revés)

Desde el principio me ha gustado la pareja Sehun + Luhan, de hecho leí varios Hunhan que me encantaron y el único fallo que pude encontrar era la "rapidez" con la que sucedía todo. De algún modo quise desarrollar  una historia donde todo fuera más lento pero que al final tuviese más efecto, incluyendo todos los rasgos característicos de EXO y sin descuidar demasiado a los personajes secundarios

 

Notas del capitulo:

He aquí la segunda temporada ¿motivo de la tardanza? el BI, sin duda. Estudiar me quita tiempo, pero intentaré hacerle más hueco a partir de ahora >.< Bueno, también es que me dediqué a escribir otro fic que no pienso subir hasta que esté terminado para no haceros sufrir de este modo con mis tardanzas Ú-Ù

Es la 1:15 de la mañana y estoy muerta, mañana me encargaré de comentarios y todo lo que dejé pendiente durante tanto tiempo. Agradezco mucho el apoyo que me disteis incluso cuando me ausenté varios meses ¡gracias!

 

- ¿Y ya está? ¿Todo se acaba así? ¡Qué deprimente!

La declaración de Dayoung, ligada a su expresión de “chicos no me puedo creer que me hagáis esto” consiguió que todos se enfrentaran más que nunca a la realidad.

- No es cosa nuestra, el instituto se traslada – repitió Sehun, encogiéndose de hombros. La primera vez ella había dejado caer la mandíbula, completamente atónita. Había estado fuera, recolectando información por todos los alrededores (al fin y al cabo no estaba allí de vacaciones) y a su regreso se había encontrado con aquella devastadora noticia.

- Y yo que pretendía pasar unos días de descanso por aquí, supongo que ya no podré molestaros más – parecía realmente triste y los chicos la compadecieron. Estaban todos reunidos en el hall, con los equipajes a un lado. Luhan todavía estaba duchándose - ¿A dónde os movéis?

- Eso es lo más gracioso, nos vamos a Corea – reveló, disfrutando como un niño de los cambios que se sucedían en su rostro según lo asimilaba.

- ¿A Corea? ¿En serio? ¡Genial! Yo paso la mayor parte del tiempo allí – Exclamó, y Xiumin sacudió la cabeza con un suspiro, como si dijera “ya, ya, si lo sabíamos” – es una suerte que haya llegado hoy, o me habría encontrado todo esto vacío y tendría que empezar la búsqueda de cero.

Todos notaron que se refería a Luhan, pero prefirieron callar. Nadie tenía muy claro cuál era la relación entre esos dos, a excepción tal vez de los que una vez fueron compañeros suyos en el  orfanato, y tan siquiera ellos sabían cómo tomárselo ahora. De niños habían sido inseparables, pero como adultos no parecían concordar tanto.

Hablando del rey de Roma, el aludido aterrizó de un salto desde las escaleras, el pelo mojado y la camisa empapada por los hombros, para encontrarse a la pequeña comitiva que esperaba por él.

- Ya era hora – proclamó Chen – los demás ya subieron a los coches, nos toca.

- Creo que falta una despedida – le contradijo Minseok, y Luhan observó entonces quien se encontraba en el centro.

- Dayoung – dijo a modo de saludo, demasiado formal. Dayoung hizo un puchero, irritada, y se acercó a él para adecentarlo.

Se encargó de alisar las arrugas en su ropa, que se había tenido que colocar a toda prisa, y aprovechó la cercanía para dedicarle un adiós más íntimo.

- Te voy a echar de menos, cuídate, Luhan.

- ¿No te han dicho a dónde marchamos? – Inquirió este, girando la cabeza para dirigir la pregunta a sus compañeros, que abandonaban en ese momento el hall – nos vamos a Seúl así que…

- Ya lo sabía – replicó ésta, separándose con una leve inclinación.

- ¿Por qué suena tan definitivo? – demandó Luhan, perspicaz – nos volveremos a ver.

De algún modo la idea de perderla, de nuevo, le angustiaba un poco.

- Si tú quieres…

- Dayoung, suéltalo – Se cruzó de brazos - ¿Qué te pasa?

- Es que desde que llegué aquí, tengo la impresión de que quieres que desaparezca de tu vista – le espetó

- ¿Eh? Eso no es cier… - bueno, puede que a veces le resultara un poco (muy) molesta, pero no por ello quería que desapareciese. Era solo que ella era como un recuerdo traumático andante, claro que ahora que había tenido su episodio de superación en el bosque ya no la veía tan peligrosa para su estabilidad mental – no quiero eso – terminó diciendo.

- ¿No? ¿Entonces?

- Mira, no puedo explicarte por qué, pero digamos que tuve que hacer frente a ciertos asuntos de mi pasado y llegaste en mal momento – expuso, solo para ser inmediatamente interrumpido.

- ¿Asuntos? ¿Qué asuntos? ¿Estás bien? – ahora se mostraba preocupada y Luhan suspiró, resignado.

- Unos, ¡Por Dios Dayoung! Cuando alguien habla de forma abstracta es obviamente para esquivar un tema peliagudo – estalló algo ofuscado.

- Bueno, también podías estar haciéndote el interesante o difícil – atacó

- ¿Me ves a mí cara de persona egocéntrica y victimista?

- ¡No! Pero podía estar poniéndome a prueba, algo así como “no voy a soltar prenda sin que me insistas un poco antes”

- ¡Yo no hago eso!

- ¡No he dicho que lo hagas! Luhan, sigues igual de paranoico y atontado que siempre

- Y tú igual de plasta

Se cruzaron de brazos, negándose a reconocer nada. Una sonrisa traviesa apareció fugazmente en el rostro de Dayoung.

- ¿Qué te pasa ahora, eh? ¿Por qué sonríes? – desde luego no obtuvo la respuesta que esperaba siendo borde. Dayoung se abalanzó encima y por poco lo tira al suelo en un abrazo de koala - ¿¡Pero qué haces!?

- ¡Este es mi Luhan! – exclamó – realmente pensaba que te habías convertido en un cubito de hielo, pero debajo de eso sigue estando el mismo niño tonto y un poco inseguro de sí mismo

- ehhh… ¿gracias? – palmoteó su espalda sin saber muy bien que hacer. Acababan de dar la vuelta a la tortilla

- Nos veremos en Seúl entonces – confirmó ella – ahora corre – apuntó a la salida y él sonrío.

- Claro, nos vemos

~

Sehun

- Las chicas son ciertamente incomprensibles – comentó Luhan, acomodándose en el asiento acolchado y lanzando miradas nerviosas a la ventana circular. Ya habían embarcado y el avión estaba por despegar.

- Por norma general, sí – sentencié – pero tú tampoco has sido sencillo de descifrar, precisamente

- Supongo que no – con la tensión por el vuelo inminente no estaba como para poner carantoñas o fingirse ofendido – tú lo fuiste más

- ¿Me estás llamando chico fácil? – aunque no estuviera de humor, a mí me apetecía jugar un poco

- Espero que no, sería decepcionante – soltó a la ligera, esbozando una tenue sonrisa – cuéntame más sobre ti, de antes de que nos conociéramos.

Ese tipo de conversaciones se estaban volviendo habituales para nosotros. En un momento despotricábamos contra nuestros profesor por cargarnos de trabajo los días previos a la mudanza (se habían pasado mucho) y al siguiente estábamos compartiendo un momento tierno consistente en tenerlo entre mis brazos, acariciándolo melosamente y relatar historias del pasado.

- Ya que estamos hablando sobre la personalidad, ¿Cómo me definirías a primera vista? – terminó de abrocharse el cinturón antes de levantar la vista

- Casual, despreocupado e ingenuo – afirmó sin un titubeo – puede que serio, para alguien que no te conozca bien, pero muy atractivo, a primera o segunda vista.

Resoplé y maldije para mis adentros. Me moría por inclinarme y darle un besito en la comisura de los labios. Me gustaba empezar así, dejar unos segundos de cercanía en los que me llegara su aliento cálido, en los que quedara tan próximo que llegase a sentir un cosquilleo aún sin hacer contacto. Ese momento previo era casi tan bueno como el beso en sí mismo, porque la anticipación y ver como deja caer lentamente los párpados en un movimiento de pestañas es realmente gratificante. Él es jodidamente guapo.

- Siempre fui así – me costaba horrores seguir con el discurso como si nada – de pequeño era bastante alegre, cuando me apetecía, y mi padre llegó a apodarme “mojipollo feliz”

- ¿Y eso? ¿Qué significa? – por su ceño fruncido intuí que estaba indagando para encontrar un posible juego de palabras.

- No lo sé, supongo que se le ocurrió de la nada, luego dijo que me pegaba – me encogí de hombros – también tuve mis épocas. Hubo un tiempo en el que la escuela me estresaba muchísimo, me llegaba a agobiar mucho con los exámenes y sentía ganas de llorar cuando sentía que no podía más, cuando era incapaz de memorizar algo por mucho que me esforzase y quedaba poco para la irse a la cama

- ¿Llorabas?

- Es normal, era un niño ¿tú nunca  lloraste?

- Cuando era muy pequeño – dijo él – o muy mayor. Continúa – era su forma de decirme que no quería hablar de eso.

- Bueno, pues que pasé un tiempo en ese plan hasta que llegué a superarlo. Ahora me paro a pensarlo y lo veo ridículo ¿Te puedes creer el drama que tuve cuando suspendí un examen con un 4,75? No me atreví a contárselo a mi madre. Acabábamos de regresar de un viaje, mi hermano había estado estudiando pero yo me despreocupé totalmente y a la vuelta me cayó un examen de matemáticas. Lo había repasado un poco, pero no lo suficiente, y no tuve el valor de confesarlo en casa. Temía que me gritaran por vago, y por eso lo oculté. Bien, parece fácil ocultar una nota tan próxima al cinco, pero es que empezaba a ver cuatros por todas partes. Incluso pusieron un cartel enorme de las cuatro estaciones frente a mi casa y me carcomía la culpabilidad. Mi propia consciencia me insultaba por mentiroso y me quedaba helado cada vez que la madre de un compañero se acercaba a hablar con la mía, por si mencionaba las dichosas notas. Lo pase fatal, tanto que aún me recuerdo con un libro en la cama, tratando de olvidar los sucesos y auto convencerme de que sacaría un 10 en el siguiente.

- ¿Lo lograste?

- No lo sé, eso se perdió en el tiempo. No puedo acordarme de todas las notas y de hecho la primaria quedó ya un poco atrás, lo veo como algo lejano y borroso – él seguía pensativo.

- Entonces has cambiado un poco

- Si, en el instituto las cosas cambiaron. Los padres tenían menos relevancia, es decir, obviamente influían y me podía caer una buena bronca como me descuidase en los estudios, pero por aquella comprendí un poco mejor que todo aquello era por mí y no por ellos, y aunque parezca contradictorio eso me ayudó a relajarme.

- No es contradictorio, no querías decepcionarlos – comentó Luhan – además, es preferible controlarlo por ti mismo, evaluar el nivel de esfuerzo que te será necesario y por donde quieres ir.

- Sí – sonreí – las optativas fueron una bendición para librarme de… - Una sacudida me interrumpió

- El trasto este va a empezar con las turbulencias de un momento a otro –siseó a mi lado, rígido, y le ofrecí mi mano.

- Creo que habrá muchas turbulencias a partir de ahora – reflexioné

- Muy profundo

Cerró los ojos y mantuvo la barbilla levantada, la mandíbula tensa y los párpados temblando. Apreté su mano para que se calmase e intenté hacer lo mismo. Tenía muchísimo más miedo a lo que nos depararía una vez en tierra que al vuelo en sí.

~~

Baekhyun

¿Qué había sido aquello que dije hace semanas? Cuando hablé con Kai y Taemin sobre mi miedo a involucrarme con mi mejor amigo, a que se malograsen todos los recuerdos y vivencias personales, a perderlos junto a esa persona. No fue hasta que me atreví a dar el paso que atisbé la tontería que había supuesto considerarlo siquiera. Nuestros momentos juntos no eran un lastre, sino un salvavidas al que podía aferrarme en medio de una tormenta. Evitaba que me hundiera y ahora entendía que también frenaría una ruptura si ésta llegaba a constituir una posibilidad.

- No me hace gracia, imbécil – le solté, picado. Yo no era capaz de alcanzar un bol en lo alto de la estantería y, en lugar de ofrecerse caballerosamente a bajarlo, él tan solo me había hecho burla. Arrastré una silla con el particular sonido chirriante para utilizarla y auparme, pero la detuvo con el pie y me agarró las muñecas, todavía riendo.

- No te enfades – dijo tan campante. Se me quedó mirando fijamente sin perder detalle, por casi medio minuto. Simplemente se concentraba en contemplar mi rostro embelesado y estaba ya casi lo suficientemente acostumbrado como para evitar sonrojarme o tratar de evadirlo. Al principio me ponía sumamente nervioso y comenzaba a hablar muy rápido sobre chorradas, evitando el contacto visual y retorciéndome, con lo que habíamos tenido una charla al respecto. “Es sólo que ya no necesito una excusa para hacerlo – había argumentado – puedo admirarte  porque sabes que te quiero” Fue, sin duda, uno de los momentos más bonitos en nuestra incipiente relación. Yo le repliqué que quererme no serviría de justificación para todos sus actos, a lo que Chanyeol hizo oídos sordos y continúo expresándome su devoción eterna durante varias horas más.

Volvíamos a estar en una situación parecida, pero esta vez teníamos cosas que hacer y no permitiría que se volviese un momento tierno. No podría resistirme a su encanto de idiota enamorado.

- No estoy enfadado – dar mi brazo a torcer debería ser la salida fácil, pero no parecía dispuesto a dejarme y en lugar de eso se acercó unos centímetros, observando. Sabía lo que venía después, y no me quedó otro remedio que cortarle el rollo.

- ¡AHHH! ¡BAEKHYUN! – bramó al sentir que su visión se oscurecía y apagaba, como un velo sobre sus bonitos ojos. Chanyeol es especialmente sensible al flash e incluso a la luz solar, con lo que mis pequeñas jugarretas lo molestaban sobremanera.

- Venga, tenemos que cocinar y prepararnos. Toca ir al aeropuerto ¿recuerdas? – me excusé, por si me había pasado de la raya.

- Claro que lo recuerdo, hoy vuelve Sehunnie – y muchos más, pensé para mis adentros – lo que no pillo es porqué vamos allí. Es decir, estará el director ¿no? ¿No es de los malos?

- Nadie sabe lo que es – repliqué – y yo tampoco entiendo el punto. Se supone que él ya lo sabe, aunque no veo porqué vamos a restregárselo por la cara, y me extraña aún más que fuese Kai quien lo propusiera.

- Tendrá un motivo – salió inmediatamente en su defensa y me contuve de componer alguna mueca que me delatase. No quería revelarme como un celoso, pero el hecho que Chanyeol adorase a Kai me inquietaba, si bien no lo consideraba una amenaza ni nada. Más que en el sentido de pareja, me mosqueaba con respecto a mi posición de mejor amigo, inmutable a pesar de los cambios. Todavía recelaba cuando se refería a mí como “su novio”

- Puede que lo haga para comprobarlo – refunfuñé – me da la sensación de que Kai no acepta todo esto y quiere creer que se han equivocado. Va a ser una situación violenta – me estremecí ligeramente. Al fin veríamos a las personas que, como nosotros, poseían poderes y que tal vez guardaran alguna respuesta. De todas formas yo no estaba tan preocupado por la explicación científica o lo que fuera que pretendía alcanzar Sehun, yo quería desarrollar mi don y me aterraba que nos viésemos forzados a distanciarnos de nuestras familias. Al menos confiaba en que el grupo permaneciese unido.

Chanyeol me abrazó, captando mi titubeo, y me permití relajarme entre sus brazos. Si tan solo fuera capaz de apartar todos mis temores y a la maldita conciencia para disfrutar plenamente de él. Protestó cuando quise liberarme.

- Venga Chanyeol, no lo hagas más difícil – vaciló, pero no me soltó de su agarre – si no te apartas me aseguraré de preparar la comida más picante que jamás hayas degustado en tu vida- amenacé, pero seguía sin reducir la fuerza con la que me estrechaba – Chanyeol, ¿estás bien?

- Si – respondió roncamente. Caí entonces en la cuenta de que él podía estar nervioso, de que era algo más sensible y de que no me había interesado todavía por sus sentimientos al respecto

- ¿Seguro? Lo de que vengan hoy… - dejé la oración incompleta flotando en el aire.

- Baekhyun, prométeme que si hay problemas, por lo que sea, no me dejarás de lado – me susurró al oído -  lo hablaremos todo y no tratarás de  alejarme, aunque sea por evitar un daño.

Me preguntaba qué clase de supuestos se estaría montando en su mente. Mi actitud últimamente había sido tan bipolar y caprichosa que le había provocado unas inseguridades muy poco sanas. Antes confiábamos plenamente en el otro, pero el paso adelante había significado colocarnos en un terreno desconocido y tendríamos que aprender a hacerlo de nuevo.

- Eres parte de mí – sentencié – no cometeré ese error de nuevo

Mis palabras bastaron para que se despejara y casi me arrolla en su arrebato cariñoso. Me volvió a abrazar, encorvándose de modo que su cabeza reposaba en mi hombro y dejaba caer su peso. Me gustaba cuando era él quien se sinceraba y yo el que asumía el control, eso disipaba mi odioso presentimiento infundado de que me estaba convirtiendo en la chica.

Cada día el sentimiento se intensificaba, propagándose como el fuego y quemándome por dentro. A veces era cálido y agradable, pero otras escocía como el infierno. Chanyeol merecía la pena, de verdad, pero seguía preguntándome por qué no pudimos ser simplemente amigos, por qué no pude con eso. Por qué cada vez que él sonreía a cualquier chica aleatoria por la calle o en la escuela mi corazón se encogía y la garganta se obstruía, por qué el abundante contacto parecía insuficiente para sentirme satisfecho ¿Habíamos estado determinados desde el inicio a acabar así? ¿Podría haber sido de otro modo? Recordé la página de aquellas chicas, que recolectaban fotos de nosotros dos juntos, y me reí interiormente con ironía ¿habían sabido apreciar lo que ni yo mismo admitía? ¿Sabían que deseaban algo que a mí me gustaría haber evitado? Tenía claro que ya no había vuelta atrás, no podía ni quería separarme mínimamente de Chanyeol, pero de haber podido efectuar un cambio en el pasado, algo que nos evitase tantos quebraderos de cabeza y conflictos, tal vez lo hubiera hecho. La pregunta era si Chanyeol pensaba del mismo modo, y como le sentaría saber mi decisión en ese supuesto. Entonces me arrepentía y  carcomía la culpa.

- Te quiero – le confesé, y traté de aferrarme a eso, para que fuese la justificación definitiva como lo era para él.

Kai parecía cada vez más ofuscado, sosteniendo el móvil con una mano y dando vueltas a un boli con la otra. Kyungsoo por su parte bebía el café lentamente, según se iba enfriando, y lo revolvía con una cucharita para que este proceso fuese más rápido. Habían ido a comer a un restaurante cercano a la parada de autobús que los llevaría al aeropuerto, con lo que iban bien de tiempo.

- Te digo que estoy ocupado – repetía nuevamente. Dejó el bolígrafo sobre la mesa y se dedicó a dar golpecitos – no tengo tiempo antes de ir, acabamos de comer en nada e iremos a recoger a Sehun. No importa que andes cerca, tenemos prisa ¡Ya te veo todos los días en las prácticas! – Kyungsoo sacudió levemente la cabeza. Kai tenía muy poco tacto a veces, y no manejaba a su novia con mucha paciencia precisamente – Ya, ya, poco y por trabajo. Si, lo que digas, pero hoy no puedo – esperó - ¿mañana? Sehun habrá llegado y llevo mucho tiempo sin verlo, posiblemente esté con él – elevó los ojos escuchando la réplica  – es mi mejor amigo, ese es el motivo – otra pausa – no, seremos solo el grupo y los chinos, no puedes venir…

Kyungsoo bufó por lo bajo, poniendo los ojos en blanco. Kai tenía que ser firme en su postura, pero eso no quitaba que podría haber abordado el tema con más delicadeza. Desde que él y Sulli comenzaran a salir, ella había estado insistiendo mucho en que hicieran pública su relación. Claro que Kai le había dicho innumerables veces que era todavía muy informal, pero ella insistía en acoplarse a los planes siempre que podía y su actitud coqueta general incomodaba a D.O, que sentía que estando ella presente no podía ser él mismo ni hablar con libertad

- Que no, pesada – gruñía en aquel preciso instante - ¡no!

Kyungsoo revisó su teléfono y comprobó que no se retrasaran. Supuso que la novia de Kai estaría enfurecida y eso les llevaría unos minutos de discusión hasta que uno de los dos colgase, cabreado, por lo que podía terminar su café tranquilamente.

Kai decía que aquel día sería importante, que sabrían de una vez por todas que les deparaba el futuro, aunque Kyungsoo dudaba mucho de que Kai fuese a aceptarlo si no era como esperaba. Le encantaba bailar y estaba mejorando mucho, sus notas iban en aumento gracias a la motivación con la que se entregaba a todas sus tareas buscando un hueco para seguir practicando y se veía que le iba relativamente bien en la vida sentimental. Tenía mucho que perder, pero D.O no se quedaba atrás. Sostenía la taza como si temiera romperla, y era realmente así. No controlaba su fuerza y tenía miedo de que se saliese de control, porque era el único con un don tan extravagante e impredecible. A un momento seguía su rutina con normalidad y al siguiente se cargaba una pared en un tropiezo o los vasos estallaban en sus manos al llenarlos bajo el grifo. Era la falta de información lo que más le aterrorizaba, si simplemente hubiesen entrado en un juego con normas y reglas escritas todo sería más sencillo de predecir y organizar, pero no era el caso y estaban flotando en la nada, desorientados y perdidos. Era de agradecer la compañía.

Por lo que sabía, los que ya habían expresado sus poderes lo hacían de manera irregular. Baekhyun controlaba la luz y eso implicaba fogonazos repentinos, alguno de ellos en mitad de clase. Por suerte nadie era capaz de ubicar la procedencia cuando estos se producían y se limitaba a parpadear repetidamente, trabándose el profesor en su discurso y frotándose los ojos los alumnos. Kai era muy diestro en la teletransportación, pero le habían sucedido cosas raras. Por ejemplo una vez estando tirado en el sofá, en una quedada con plan de comida y película, su pierna había desaparecido. Literalmente. Por unos pocos segundos no estuvo ahí y la boca de Chanyeol había caído casi hasta el suelo. Cuando regresó, Kai la palmoteó y agarró para cerciorarse de que no escapara de nuevo y más tarde confesaría que había estado aterrado en aquel momento y en los días siguientes con que pasara de nuevo ¿Qué si su pierna se iba sin retorno? ¿Y si eso implicaba que apareciese un muñón, o que sangrase a borbotones y muriese desangrado? ¿Y si era la cabeza? Lo habíamos tranquilizado diciendo que bien podía haber sido una ilusión, que solo se había vuelto invisible, que tal vez estuviese en ese límite de “apunto de teletransportarse” La verdad es que no existía explicación razonable y lo sabíamos, con lo que Kai se dedicó a practicar en sus ratos libres fijándose retos y metas para conocer al máximo las consecuencias de los diferentes tipos de teletransportación. Decía que en algún momento probaría a llevarse a alguien consigo, si es que se sentía capaz, pero que antes probaría con objetos y más tarde animales o plantas.

Sehun no había tenido problema, al parecer, y lo ligaban al hecho de tener una especie de maestro que lo guiase. Kyungsoo pensó que Luhan podría ayudarlo a él también, que él podía conocer alguna buena técnica de autocontrol. Él se reprimía lo que podía, pero seguía haciendo añicos las puertas de las taquillas y en su casa ya estaban susceptibles con tantos platos y cubiertos rotos.

- ¡Encima es mi culpa! ¡Anda, que te den! Es que eres una maldita pesada, P-L-A-S-T-A – deletreaba Kai, todavía gritándole al móvil – No, no, escucha tú… agh, déjame en paz ¿quieres? Estaré con mis amigos, no me lo arruines… eso es chantaje emocional, no me afecta ¿sí? Bueno, pues adelante…. Mira, te cuelgo ¿vale? Llama cuando te tranquilices, o no lo hagas, me da igual ¡Adios! – y colgó.

- Acabaréis rompiendo pronto si seguís así, jamás os he visto mantener una conversación normal – comentó Kyungsoo

- Lo sé, ¿te puedes creer que parecía tímida al principio? Es de armas tomar, tiene un carácter… - bufó, poco contento

- Ya, bueno, ¿nos vamos? – Kyungsoo se sentía extraño, con una mezcla de impaciencia y ganas de salir huyendo.

- Si, ¿has contactado con los demás? ¿Están ya en camino? ¿Llegan puntuales?

- Baekhyun y Chanyeol sí, al menos, Suho no ha contestado así que llegará algo tarde, como de costumbre

- Será una hora de espera en el aeropuerto, no podrá llegar tan tarde, o le recibiremos con una paliza –sentenció - ¿Preparado?

- Sip

Pagaron la cuenta y se dirigieron al lugar en el que, según sus pronósticos, se decidiría su suerte.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).