Akashi no lo entendía, cómo era posible que él, el capitán de Rakuzan y excapitán de Teiko, fuera vencido por un equipo como Seirin, no es que Akashi no reconociera las habilidades de Kuroko, después de todo él lo había descubierto, pero aún así se consideraba por encima del hombre sombra y de todos sus molestos compañeros incluyendo a Kagami Taiga.
Pero el silbato había sonado sentenciando el final del partido y dejando el marcador con una diferencia a favor de Seirin. Ambos equipos se alinearon, se saludaron cordialmente y mientras unos celebraban con llantos y risas, los otros simplemente se retiraban a su respectivo vestidor. Akashi se sentía responsable por esta humillante derrota, ya que él era el capitán, él tenía el ojo del emperador y aún así le había fallado a su equipo. Pero a pesar de esto, ningún miembro le reclamó nada al pelirrojo, de hecho estaban más serenos de lo que cualquiera hubiera esperado, se sentían tristes claro que sí, pero nunca se les ocurrió culpar a Akashi, ya que su líder había hecho lo mejor para llevarlos hasta la final, tal vez la suerte no estaba este día de su lado, o simplemente debían mejorar su baloncesto, pero por nada del mundo iban a darle la espalda a su capitán.
-Ánimo Sei-chan ya habrá otra oportunidad para que demuestres lo genial que eres- Reo trataba de subir el autoestima de su adorado Seijuurou
-Ah ah tengo hambre vayamos por algo de comer
-Cállate Nebuya!!! No ves que Sei-chan no está de humor para tus insolencias
-De todos modos ya perdimos Reo, será mejor que no nos veamos tan patéticos
-Reo-nee y Nebuya dejen de pelear, Akashi se ha ido hace dos minutos y no creo que vaya a regresar- llamó la atención de sus compañeros el otro Rey sin corona
-Qué??? Mi pequeño Sei-chan a dónde se ha ido?? Será mejor que lo busque no se ve muy bien que digamos.
Pero los otros decidieron ignorar los chillidos de Mibuchi y lo arrastraron a los vestidores para que dejara reflexionar a solas al poseedor del ojo del emperador.
Akashi se había alejado de su equipo en cuanto Reo y Nebuya comenzaron a hacer una escena habitual, realmente no le molestaban los mimos de Reo, ni el sentido de humor de Nebuya o incluso la desmesurada energía de Kotarou, de hecho en estos momentos realmente se alegraba que ninguno lo cuestionara sobre el juego o le pidiera explicaciones, solo trataban de distraerlo y por mucho que apreciaba ese acto, por el momento era mejor estar solo y poder asumir todo lo que había pasado.
………….
Por otro lado en el vestuario de Seirin todos festejaban y planeaban como celebrar su gran victoria, no era un juego más, habían conseguido la Copa de invierno y para ello lograron vencer a todos los integrantes de la tan famosa y temida Generación de los Milagros.
-Deberíamos ir por Ramen- propuso Shun
-Nee nee mejor vamos a un antro, tal vez haya chicas lindas- secundo Koganei
-Por qué no vamos a Maji Burger???
-Tú siempre quieres ir a Maji Burger Kagami!!!- se escuchó la réplica al unísono
-Ahhh
-Qué ocurre Kuroko? – preguntó Riko al ver que el peliazul se asomaba entre los rincones del vestuario
-Es número 2, se ha salido de mi maleta y al parecer tampoco está en esta habitación
-Ehhh??? Kuroko tú idiota!!!! No dejes que ese bicho ande suelto!!!! En primer lugar para qué lo traes a nuestros partidos???
-Kagami-kun no hagas un escándalo, número 2 es indefenso no va a hacerte nada
Así que todo el equipo se dividió para buscar al integrante más reciente de Seirin. Kuroko y Kagami corrieron para alcanzar a Midorima y Takao, era probable que el travieso animal volviera a montarse en la carreta característica del dúo de Shutoku, pero al asomarse ésta estaba vacía.
Los demás miembros buscaron en la cancha, los baños, las escaleras, etc., pero número 2 parecía ser un excelente jugador de las escondidas.
Furihata Kouki decidió revisar en las afueras de la cancha, tal vez número 2 persiguió a otro animal o decidió salir al pasto para realizar sus necesidades. Furi se acercaba al pequeño jardín cuando notó una silueta familiar recargada sobre una pared cercana. El castaño casi sufre un paro cardiaco al darse cuenta que se trataba ni más ni menos que del capitán de Rakuzan Akashi Seijuurou. Se había enfrentado por segunda vez con él y Furi había sido más idiota, si es que eso se podía, ante los ojos del emperador, por lo cual decidió alejarse sigilosamente del área, ya regresaría más tarde o enviaría a Kuroko o Kagami a revisar el lugar, pero justo cuando se disponía a dar media vuelta, Akashi abrió los ojos que mantenía cerrados e hizo que Kouki no pudiera moverse más.
-Se que estas ahí, no trates de huir
-Ah ah (de nuevo tartamudeando) lo siento Akashi-san!!! No era mi intención molestarlo, yo solo buscaba algo y no me di cuenta de que estaba usted aquí- mierda Mierda MIERDA!!! Pensaba Furi internamente, seguramente Akashi sacaría unas tijeras o un cuchillo y lo apuñalaría aquí mismo, ahora que no había ningún testigo presente.
-Por qué tiemblas tanto? Que molesto, esto es un área libre así que puedes andar por donde se te dé la gana, no es de mi interés lo que hagas
-Uh jajaja ya sé que yo no soy nada relevante para Akashi-san pero de todos modos no quería entrometerme así que nos vemos, perdóneme por favor- dijo Furi con una voz un tanto lastimada
Furi tenía toda la intención de huir acomode lugar, pero el rostro tan triste de Akashi le impedía hacerlo, no sabía por qué, pero no le gustaba para nada ver a esa persona de esa manera. Akashi nunca tenía la mirada baja, por favor!!! Él era el líder de la Generación de los milagros, era sin duda alguna el jugador más fuerte que había visto en su vida. Furi se sentía dividido, por un lado estaba realmente feliz de que Seirin ganara, de que sus sempais y sus amigos de primer año, lograran uno de sus sueños, pero no estaba tan seguro de que esa felicidad se mantuviera al pensar que el perdedor era Rakuzan.
-Si no piensas regresar por donde viniste, al menos no te me quedes viendo con lástima, quién te crees que eres para verme a los ojos, conoce tu lugar, nosotros no somos iguales- Akashi no entendía por qué descargaba su coraje, coraje que sentía por él mismo, sobre ese jugador de Seirin que parecía tan asustado que en cualquier momento seguramente se pondría a llorar.
Akashi comenzaba a desesperarse, estaba a punto de explotar y seguramente el castaño no se libraría de unos cuantos insultos, abrió la boca para comenzar a atacar al jugador cuando sintió que una toalla cubría su cabeza. Akashi se quedó en shock, no sabía cómo responder ante esta actitud tan protectora por parte de un niño al que no conocía. Levantó la vista y al encontrarse con la de Furi, éste último dio un pequeño respingo, pero se mantuvo enfrente de Akashi el cual solo era unos tres centímetros más grande que él.
-Por favor úsala Akashi-san la toalla está limpia, bueno la acabo de usar pero fue muy poco, así que no tienes nada de qué preocuparte no tengo ninguna enfermedad rara
-Tú…
-Ah Uhm es sólo que Akashi-san llama mucho la atención, si cubres tu cabello puede que tengas más privacidad y no te molesten más
Furi tomó rápidamente la mano de Akashi y depositó un pequeño objeto sobre su palma, para posteriormente darse la vuelta y dar paso a su huída pero antes de salir por completo de la vista de Akashi, Furihata volteo:
-Akashi-san si está triste no es nada malo que lo demuestre, pero espero que eso no dure mucho, la sonrisa de Akashi-san es realmente bella, te queda mucho mejor.
Los ojos de Akashi se abrieron más de lo normal y observó como el castaño le devolvía una sonrisa antes de desaparecer al atravesar la puerta. Se encontraba realmente sorprendido a pesar de que su rostro no lo demostrara. Sintió el pequeño bulto dentro de su mano, así que decidió agachar la mirada para encontrarse con un pequeño caramelo sabor café. Frunció el ceño y pensó para sí mismo que él no era Atsushi como para alegrarse con un simple caramelo, pero aún así tuvo una sensación en el pecho que no pudo explicar. Las palabras de Furi resonaban en su cabeza, pero no derramó ninguna lágrima, ya no se encontraba triste, de hecho sentía que sus fuerzas regresaban y que estaba listo para una próxima revancha contra Seirin.
“La sonrisa de Akashi-san es realmente bella”- no pudo evitar sonreír al recordar esa última frase, cómo es que alguien tan miedoso podía decir cosas tan embarazosas como estas. Furihata Kouki que persona tan más extraña y tenía que ser del equipo de Tetsuya- Akashi tomó la toalla de su cabeza y la depositó entre sus manos para regresar a los vestuarios por sus pertenencias y alcanzar a sus compañeros de Rakuzan.