Había una vez en un tiempo lejano dos reinos que vivían en constantes disputas. Uno de ellos era el reino de los humanos, gobernado por los grandes reyes y el reino de los demonios, este era gobernado por el rey maou Minho, al igual que los humanos tenía la gran ambición de gobernar todo el mundo.
Los grandes sabios revelaron una premonición esta decía:
“De los reyes de antaño saldrá
La más hermosa criatura verán
Y proveerá de paz eterna
A aquellos que no puedan estar
La diosa eterna la llamaran
Todos ante sus pies se postraran”
Se interpretó que una doncella de sangre real iba llegar y con ella la paz
Un día la reina dio a luz a una hermosa niña de cabellos de fuego. Ella venia cubierta de un aura que iluminaba todo y mientras más feliz estaba más brillo reflejaba la llamaron Hikari.
-Madre ¿Qué hay después de los muros?-
-Mi pequeña Hikari mas allá estas las batallas de nuestros soldados y las tierras de la oscuridad donde ningún hombre vuelve-
A pesar de la advertencia de su madre la princesa igual sentía curiosidad. ¿Era como su madre decía?, ¿Eran tan malos los demonios?, no quiso escuchar a su madre así que a sus 18 años decidió salir y cruzar más allá de las puertas del reino.
Cabalgo por prados verdes y lagos y ríos hermoso; árboles frutales y todo tipo de animales todo era muy hermoso.
Llego a una planicie donde se llevaba a cabo una disputa; ya antes le habían mencionado que los caballeros de su reino luchaban contra los demonios, pero nunca se imaginó tan horrendo escenario como algunos de los hombres eran despedazados y comidos, otros trababan de blandir sus espadas sin resultados efectivos, la sangre lo cubría todo y los gritos de desesperación eran opacados por más ataques y desmembramientos.
-Princesa Hikari!!- Gritaron sus caballeros –Protejan a la princesa-
Pero todo fue en vano la apresaron y la trasladaron hasta llevarla con el rey maou Minho, quien al saber la profecía quería acabar con la diosa eterna. Grande fue su sorpresa al verla quedo impactado con su belleza y se enamoró tan profundamente de ella y ella quien entrego su corazón por completo a maou Minho.
Mientras caminaban por los jardines del castillo
-¿Minho me amaras incluso después de que muera?-
-¿De qué hablas eres una hablas? ¿Acaso no eres una diosa eterna o tienes pensado morir?- Minho se rio
-No pero que pasaría si yo muriera-
-Bueno buscaría tu alma por cada animal terrestre de este mundo y si te amaría incluso si murieras- Minho le sonrió y beso a Hikari
-¿Tanto me amas?-
- Mucho más de lo que piensas, jamás dejare que te pase nada-
-Vez un rey maou y una princesa diosa es un poco raro-
-Son los hilos del destino-
-Te digo y te prometo que pase lo que pase volveré junto a ti-
-Dejemos de hablar de tonterías tu estarás a mi lado por siempre-
Pasaron los días y ambos se enamoraban más el uno del otro, que incluso el rey maou Minho había olvidado sus roses con el mundo de los humanos. Pero ese tiempo rosa no duro mucho puesto que los grandes reyes idearon un plan de rescate.
Entraron en el castillo y pese a la negativa de Hikari de volver la llevaron a rastras hasta el castillo.
La princesa con los pasos de los días su brillo se fue extinguiendo, cosa que fue interpretada por la gente del pueblo que ella era una falsa diosa y debía morir.
Asi fue como el pueblo se alzó contra los grandes reyes y su descendencia y los dispusieron en la plaza del reino para fusilarles.
-Miren a la falsa diosa, ¿Que traería la paz?, Desde que volviste ha habido más ataques de demonios, ¿No será un demonio también por eso volvió?- la gente se aglomeraba y hacia sus conjeturas y le gritaba
-No se acerquen a mi hija- decía un rey desesperado
-Padre, madre tranquilos no sufran soy una diosa no lo recuerdan-
La gente reía a su alrededor y lanzaba toda clase de frutas.
-Vamos a ver si sigues con esa seguridad después que te violemos-
-Pues les digo maldeciré estas tierras hasta que mi alma vuelva a renacer, pero sus ojos no podrán ver mi luminosidad, incluso ni siquiera recordaran que estuve presente. No tendrán paz, habrán olvidado lo que es sonreír y lo único que verán son atrocidades- ¿Minho dónde estás? Se desesperaba Hikari
-Eres más que una puta no nos desgastaremos en ti- decía un capitán que había luchado en las guerras contra los demonios –atención apunte-
Justo antes de dispararle la princesa sonrió a su amor que estaba a una gran distancia, pero que no evito que Minho la viera.
-Hikari!!!-
-Recuerda nuestra promesa- grito la princesa, entre las lágrimas que ya salían por sus ojos y la sonrisa que le regalaba al rey maou.
-Fuegooo!!!-
Los disparos se escucharon en todo el reino, al igual que los gritos desesperados del maou Minho.
El rey maou destrozo todo, se comió a cada uno de los aldeanos que allí yacían y se llevó el cuerpo de la princesa. Mando a construir un sepulcro en un jardín escondido en el bosque, donde salían a pasear ambos y su amor florecía.
Al ver desaparecer la mitad de su vida, solo vio una solución a su tristeza destruyendo a quienes lo habían destruido. Los humanos que jamás vieron paz cuestionaron la profecía y olvidaron a la princesa y todo lo que tenía que ver con esos días.