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Conquered Hearts por emmakris

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Notas del fanfic:

¡Buenas!, soy relativamente nueva, por lo menos publicando, lo que leeran a continuacion es un fanfic dedicado a la pareja Aomine x Kise del fandom de Kuroko no Basuke, el fanfic no es de mi propiedad, solo una traduccion que muy amablemente la autora me dejo hacer.

Agradezco tanto a Amariys la autora, una gran fan de esta pareja, en cuya pagina podran encontrar mas fanfics de ellos y Nayen, quien me ayudo corrigiendo la traduccion. ¡Muchas Gracias! Solo queda decir...

 

¡Que espero lo disfruten!

Ahora les comparto el link del fanfic original, https://www.fanfiction.net/s/8763436/1/Conquered-Hearts , debo ser sincera al decirles que desearia que le comentaran a ella. Pero tambien deseo saber que les parecio. 

Sin mas.

¡A leer!

Notas del capitulo:

Notas del Autor: 

Por favor lea, esta es mi primera vez tratando de escribir un género como este, así que me disculpo por algún evento que no vaya en la historia pueda aparecer, investigue todo lo que pude antes de escribir esta historia, pero no quise limitar mi imaginación basándome solo en la realidad. Es por ello que esta historia es tomada como ficticia.

Muchas gracias por leer mis notas del autor. Dígame lo que piensa de esta idea en los comentarios.

Advertencias: medio editado, sangre, sexo, ligero gore, traición, y todas esas cosas.

Disclaimer: Kuroko no Basuke ni sus personajes me pertenecen estos son obras de la gran mente de Tadatoshi Fujimaki. 

 

CAPITULO I:

 

C A M P O   D E   B A T A L L A

 

 

*             *             *

 

El campo de batalla era un lugar lleno de problemas, donde la felicidad no podía ser encontrada. El panorama no era otro que uno cargado de desesperación.  Aquel que alguna vez fue exquisito, con montañas verdes o un valle, ahora se veían convertidos en un masivo cementerio con cuerpos ensangrentados dispersos por doquier. El olor a sangre era demasiado fuerte, llenaba todo a su paso hasta quedar impregnado en la memoria.

Aomine Daiki sonrió de manera depredadora cuando llegó por primera vez al campo de batalla. El era el comandante general del Reino de Touou. Su armadura estaba tallada con el signo del reino en su espalda: una pantera negra rugiendo en un fondo de sangre. Su cuerpo vibraba deliciosamente, cargado de adrenalina, incluso cuando uno de sus hombres en la caballería le explicó acerca de todo el daño que sus tropas habían recibido.

—Así que, me intentas decir que estamos en el lado perdedor, ¿no es así? —Aomine interrumpió el reporte. No tenía paciencia para escuchar todos aquellos aburridos detalles.

—Sí, señor.

—Hmm —el general sonrió con deleite. No existen muchos oponentes que puedan lograr empujar a sus tropas a esos extremos. Debido a que, para ser justos, el aún no había llegado a unirse a sus tropas durante la batalla. Y es que Aomine nunca se vio interesado en pelear contra oponentes débiles, pero esta vez, aparentemente él podría finalmente encontrar un digno oponente. El rumor acerca del poder militar en el Reino de Teiko, aparentemente, no era una mierda como pensó—. ¿Quién es el general de nuestros oponentes?

—Es el Comandante General Kise Ryouta, mi señor.

—Ah, eso lo explica —una tercera voz habló al lado de Aomine, haciendo que un hombre de la caballería saltara sorprendido. Él pensó que su comandante estaba solo en ese campo.

—¿Qué se supone que significa eso, Tetsu? —Aomine giró al ver a su pequeño acompañante.

Kuroko Tetsuya era un hombre de baja estatura con un cabello tan azul como el cielo, y un par  de orbes que te observaban con atención, también del mismo color. Poseía una presencia muy débil, casi imperceptible para el resto, quienes usualmente no deparaban en su presencia, lo cual le era de utilidad, logrando que su rol como espía e informante se desenvolviera con total perfección, a pesar de ello existían pequeñas cosas que Kuroko no sabía.

—Kise Ryouta es el primer comandante general de Teiko. Existen rumores que señalan que no es otro más que el favorito del Rey Akashi. A pesar de ello, sus habilidades en el campo de batalla son verdaderamente excepcionales. También es conocido como el Valkyria de Teiko, lo cual es muy gracioso porque Valkyria sólo se usa para referirse a alguna mujer —explicó Kuroko con su usual voz monótona.

Aomine lanzó su cabeza hacia atrás mientras reía con fuerza.

—¿Así que, básicamente me estás diciendo que nuestras tropas perdieron contra un hombre bonito? ¡Qué delicia!

—Es verdad que Kise Ryouta posee un hermoso rostro, pero también es un guerrero con experiencia. No deberías subestimarlo, Aomine-kun.

Aomine sonrió con arrogancia.

—No existe quien pueda vencerme en un campo de batalla. Deberías saberlo ya, Tetsu —rio entre dientes, como si pensara que un oponente lo suficientemente fuerte como para derrotarlo fuera divertido—. De cualquier forma lo conoceré mañana. Veremos si este Kise Ryouta es tan fuerte como la gente dice que es.

Kuroko suspiró suavemente, aunque sus labios se curvaron en una diminuta y débil sonrisa.

—Debo sugerirte que dejes de buscar la felicidad por ese camino, pero veo que es imposible ahora.

En respuesta, Aomine sólo le dedicó una de sus sonrisas engreídas.

 

*             *             *

 

El fuego de las velas era la única fuente de luz en esa gran tienda en la que el Comandante General Kise Ryouta actualmente se alojaba. Las doradas hebras de su cabello brillaban con el rojizo matiz del fuego, haciéndolas lucir más ámbar que su natural dorado. Sus orbes topacias se enfocaban casualmente en el reporte dado por el doctor de sus tropas. La lista no era muy larga, pero aun así eran demasiadas vidas perdidas por Kise. Una arruga apareció de entre sus cejas, estropeando su hermoso rostro por un momento.

De cualquier forma, la atención de Kise fue desplazada inmediatamente cuando oyó a alguien llamando por el otro lado de la tienda. El comandante dio la señal para que su visitante pueda entrar y fue cuando los labios de Kise se curvaron en una suave sonrisa al ver a la persona que ingresó.

—Kagamicchi. ¿Qué noticias tienes para mí?

—Actualmente nuestros oponentes dan marcha atrás, lo cual es bueno ya que nuestras tropas también necesitan descanso, pero estoy muy seguro que mañana por la mañana harán su movimiento de nuevo. También escuché que su general finalmente se ha unido a sus tropas para el siguiente ataque —Kagami Taiga estaba tenso. El guerrero de roja cabellera sabía que pese a que su lado estaba ganando, algo en el general de su oponente lo tenía intranquilo.  

—Bien, entonces, supongo que no podremos ir a casa tan pronto como lo planeamos —Kise sonrió sutilmente. Se recostó sobre su silla después de señalarle a Kagami para que se sentara.

—Sí, ¿esto apesta, no? Tatsuya de seguro hará algún escandalo una vez que hayamos regresado —Kagami se quejó en voz alta ante el pensamiento de su sobreprotector medio-hermano—. Pero, por otro lado, ¿cuál es el plan que nos tienes para el siguiente ataque?

—Si es posible, me gustaría que nos compráramos un poco más de tiempo para recuperarnos, pero supongo que es algo imposible. Afortunadamente, aún tenemos la montaña como una ventaja y nuestras pérdidas han sido menores a las de nuestro oponente. Llevaremos nuestro muro de escudos a la primera línea, y los arqueros permanecerán por encima de la tierra, algunos necesitarán esconderse entre los árboles para un mejor apalancamiento como elemento sorpresa. Considerando la situación, pienso que será suficiente por ahora.

—Es una buena estrategia —Kagami asintió en aprobación—. Sin embargo, me hallo preocupado ante la posibilidad que nuestro oponente obtenga tropas de ayuda. Ya que Touou se ha mantenido muy silencioso últimamente. Lo que, ciertamente, no es bueno para nosotros. También escuché que el general de Touou es un brutal monstruo que nunca ha perdido en batalla.

—No tengo respeto por un general que dejó que sus tropas vayan solas a la guerra —Kise resopló con desprecio—. Probablemente no es más que un cobarde, no me preocuparía por él. Pero estoy de acuerdo en que debemos permanecer alerta ante cualquier tropa de ayuda. Quizás sería mejor si llamamos a un parlamento. Si no demasiadas vidas se perderán.

Kagami vio a Kise sin poder crecer lo que decía.

—¿Un parlamento con Touou? ¿Es que acaso todas estas batallas hicieron que perdieras la cabeza? Es una idea demente, Kise, una que nunca se realizará.

—No deberías hablarle de ese modo a tu general, Kagamicchi —Kise le puso mala cara pese a usar un tono juguetón—. Sé que la posibilidad de que acepten nuestros términos es igual a cero, sin embargo dame la oportunidad de reunirme con tan misterioso general cara a cara. E iremos a ello.

—… A veces seriamente pienso en por qué tantas personas seguirían a una persona tan egoísta como tú —Kagami comentó sin expresión.

Kise soltó una risa antes de finalmente sonreírle al pelirrojo.

—Eso es sólo por mi agraciado rostro. Kagamicchi, créeme.

Kagami rio disimuladamente ante la respuesta. Es verdad que usualmente son muchas las personas que se quedan encantadas ante el bello rostro de Kise, pero el pelirrojo sabía que a pesar de ello, Kise era también un líder realmente admirable en el campo de batalla. El rubio era perspicaz, tranquilo y habilidoso. Llevó muchas victorias a su reino. Son suficientes razones para todas aquellas personas que los seguían, dispuestos a dar sus vidas en batalla, porque creían fielmente que el rubio estaría siempre para protegerlos.

 

*             *             *

 

Cuando la primera luz del amanecer del siguiente día llegó, Aomine ya se encontraba liderando sus tropas hacia la línea enemiga. Montando en lo alto sobre su más querido semental negro, con Kuroko montando calmadamente a un lado suyo. Detrás de él, tres líneas de su escuadra que lucían como olas negras, lo seguían. En la primera línea se hallaban los soldados de infantería, sus pesados pasos desde sus corazas, con sus escarpes chocando con sus grebas haciendo que resonaran. Las filosas y puntiagudas armas que portaban reflejaban la débil luz del sol, prometiendo una muerta dolorosa a todo aquel que se les oponga. Siguiendo detrás de ellos, se encontraba la línea de soldados armados con espadas y escudos. La tercera línea era para los hombres de la caballería. Sus caballos pintados con la roja sangre, haciéndolos lucir hambrientos de la carne de sus oponentes.

Aomine sonrió al ver a sus tropas. Todos ellos listos para pelear, sedientos de sangre y en efecto, pronto la tierra se volverá un charco rojo con toda aquella sangre derramada. El general se relamió los labios mientras sus soldados en batalla gritaban estremecedoramente, enviando una corriente eléctrica por todo el cuerpo, excitándolo aún más. Hoy, la historia sería escrita.

Para ser honestos, no existe nada más que Aomine quisiera, que enviar a sus soldados al ataque de forma inmediata, pero sabía que no era así como la guerra funcionaba. Siempre existirá este tiempo de tensión, opresión, donde ambas fuerzas se detendrán, lanzando gritos de guerra al aire pero nadie atacara hasta que uno de los lados simplemente estalle.

—Aomine-kun, alguien del lado contrario se acerca.

Kuroko habló en voz baja haciendo que Aomine levantara la cabeza. Y era cierto, un hombre de la caballería cruzaba el campo donde la batalla daría lugar por enfrente de su escuadra. Desde la distancia, Aomine pudo ver las hebras doradas que brillaban con la luz del sol, haciéndolas lucir aún más brillantes, si era posible. Aomine lanzó un bufido. Estaba seguro que podría localizar aquella cabeza con bastante facilidad cuando la batalla ya haya dado inicio.

—¿Crees que vengan a solicitar un parlamento?

—Eso parece —Kuroko inclinó la cabeza de una manera suave cuando vio que el hombre de la caballería portaba una bandera blanca en su mano alzada. Y este gritaba “Parlamento” en una sonora y grave voz que escucharían muy pronto.

Aomine sonrió con arrogancia.

—Ese hombre es un idiota. No hay forma de que aceptemos sus términos de negociación, ignórenlo.

—Yo no creo que sea un movimiento prudente, Mi Señor —Kuroko tenía un ligero ceño cruzando su rostro—. Deberíamos, por lo menos, primero escuchar sus términos.

Aomine giró viendo a su amigo de la infancia. Kuroko sólo acostumbraba a llamarlo “Señor” cuando hablaba en serio. El general lanzó un suspiro.

—Muy bien, si tú lo dices. Sólo asegúrate de que la escuadra no se ponga muy animada cuando me haya ido.

Sin esperar por la respuesta de Kuroko, Aomine cabalgó hasta encontrarse con su oponente. Y es que en realidad sentía cierta curiosidad debido a que el Reino de Teiko seguía teniendo la delantera en la batalla. Es raro que el lado ganador solicite un parlamento. Usualmente es un recurso tomado por los que están por perder.

Ya estando más cerca de su supuesto oponente, Aomine por fin pudo divisar claramente al sujeto. Sus marinos ojos examinaron al hombre cuidadosamente. El rubio era alto, aunque no tan alto como él, sin embargo de impresionante altura para el resto. Su piel era de un blanco lechoso y lucía increíblemente suave, Aomine halló difícil el creer que ese hombre realmente sea un guerrero con experiencia. Cuando Aomine elevó la mirada pudo observar el otro par de orbes topacias, fue cuando, todas aquellas dudas desaparecieron porque, esos ojos, reflejaban ferocidad con indicios de sed de sangre, una mirada que se mantenía al acecho y destilaba sensualidad a su vez.

—Pierdes tu tiempo. Mi reino no cree en negociaciones —Aomine dijo una vez que finalmente su caballo paró a unos pasos del otro jinete.

—¿Ha usted escuchado mis términos, General Aomine Daiki? —el rubio remarcó con voz calma, aun siendo ésta cargada con un toque de burla que Aomine pudo detectar en su tono de voz.

—Supongo que haré todo lo que pueda por un hombre con tan bello rostro como el tuyo. Valkyria, ¿no? Ese nombre te queda, Kise Ryouta. Tienes el rostro de una mujer —a diferencia de su homólogo, Aomine no veía razón para esconder sus púas. Estaban en guerra. No se necesita ser amable. 

Los orbes topacios de Kise brillaron con odio, pero para su suerte fue dotado con suficiente autocontrol y una cabeza fría, de modo que mantuvo en lo que pudo, la cortesía.

—Veo que realmente eres sólo un bárbaro que ama derramar sangre. Sin embargo, la realidad es aquella que nos deja tener a la sartén por el mango. Mis términos son estos: Puedes decidir continuar con la pelea o rendirte. No tomaremos ningún prisionero si se rinden, pero si escogen pelear, no perdonaremos ni una sola vida.

—Bien, porque yo tampoco perdonaré la vida de mis oponentes —Aomine sonrió con frialdad—.  Pelearemos y pronto verás a todo tu ejército caer. Verás a todos tus hombres ser decapitados frente a tus ojos y será entonces cuando te tome como mi prisionero de guerra.

—Audaces palabras las que dice, General Aomine. Veremos si se hacen realidad.

Ambos hombres permanecieron mirándose uno al otro en un tenso momento. Fue cuando las esferas topacias ardieron con odio cuando Kise asintió bruscamente antes de girar su caballo y cabalgar de vuelta, mientras las iris marinas danzaban con una sádica y salvaje diversión. El momento se rompió. Aomine observó con atención cómo la figura se retiraba. Ya podía saborear el dulce sabor de la victoria en su lengua.

Oh, sí. Aomine estaba indudablemente seguro que ganaría esa guerra. Ya habiéndole echado un vistazo al premio que obtendría no había forma que Aomine lo deje escapar de entre sus dedos. Kise Ryouta era un espécimen muy fino. Aomine amaría tener a un hombre tan hermoso atado a su cama, gritando y suplicando debajo de él.

 

*             *             *

 

Cuando se dio cuenta de la expresión en el rostro de Kise cuando el rubio volvía con sus tropas, Kagami supo que la negociación no había ido bien. Aunque él tampoco esperó otra cosa, porque Kagami no era precisamente un optimista delirante, pero Kise lucia muy enojado, lo cual mantuvo al pelirrojo preocupado. Así que aprovecho en preguntar.

—¿Qué lo mantiene enojado, Mi Señor?

Las orbes doradas lo miraron por un momento, Kagami pudo sentir aquella frialdad helar sus huesos.

—Ese bastardo, Aomine, habla como si hubiese ganado la guerra. No dejaré que ese bárbaro gane. No tendremos compasión esta vez. Ve con el ejército y que empiecen a moverse. La guerra acaba de empezar.

Kagami sabiamente mantuvo sus palabras, por más que el deseara replicar, y giró rumbo hacia la escuadra. Kise vio la espalda de su amigo por un momento antes de girar su corcel de cara a sus enemigos. Ya habían empezado a moverse, dividiéndose en dos lados. Ellos planearon ataque a ambos lados, circundante a la armada de Teiko. Kise sonrió con apatía. Una acertada decisión, pero no funcionaría con él.

—¡Arqueros, tomen sus posiciones! —Kise vociferó y todos los arqueros inmediatamente tomaron sus arcos señalando hacia el ejército de Touou. Los ojos topacios de Kise observaron atentos, agudos como los de un águila, para el momento exacto del lanzamiento. No existen novatos en la escuadra de Kise. No habrá lanzamientos precipitados de alguna flecha que lidere el clímax de la batalla. Todos sus movimientos estaban planeados, apuntando a un único objetivo, la victoria.

Kise desenvainó su espada, alzándola en lo alto como la señal que mantendría unido a su ejército. Una vez que los enemigos estuvieron lo suficientemente cerca, Kise bajó bruscamente su espada mientras exclamó.

—¡FUEGO!

Los arqueros lanzaron sus flechas y el cielo se llenó con miles de finas y puntiagudas maderas antes que la gravedad las hiciera caer. Kise vio como aquella arma letal caía sobre sus enemigos y como la satisfacción se pintaba en su rostro por los gritos a la deriva que llegaban a sus oídos. La primera sangre ya ha sido derramada. Los cuerpos cayeron siendo pisoteados por sus camaradas quienes lanzaban maldiciones. De aquí en adelante, la guerra había comenzado.

.

.

Continuara...

 

Notas finales:

Aclaraciones:

Valkyria/Valquiria/Valkiria: Deidades femeninas menores que servían a Odín bajo el mando supremo de Freyja, son consideradas las equivalentes a las valiente Amazonas, también diosas guerreras de la mitología griega. Son fuertes y vírgenes, iban por los campos de batalla en los lomos de sus caballos recogiendo a los guerreros caídos que hubieran sobresalido en la vida por su impresionante capacidad de luchas y resistencia. También designaba a los héroes que debían sucumbir en combate y llevarlo al Valhalla donde se convertirán en Einherjar.

Agradezo a quien se halla animado a leer la historia. Con respecto a las actualizacion, no faltara una por semana, he incluso pueden ser mas de una, ya que estoy de vacaciones. Dejeme saber que le parecio. 

Sin mas, hasta el sgte capitulo. 


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