Mi loca historia de vida comenzó desde el momento en el que nací, hace unos largos 16 años atrás. Mis padres siempre pensaron que yo sería un chico; los ultrasonidos así lo confirmaban. Desde el principio, mi habitación fue azul, mi cama tenía las colchas de Buzz Lightyear, mis cortinas tenían cochecitos, mis juguetes eran sexualizados para chico y mis ropas también.
Al momento de mi nacimiento todos se llevaron una gran sorpresa (incluyéndome), creo recordar que me desilusionó no tener un pedacito de carne colgando en mi entre pierna y que a cambio, en unos años tendría una semana mensual en la que querría morir, pechos que me avergonzarían y muchos dramas más.
Pero poniéndonos serios... Mis padres ya tenían mi futuro idealizado: Un gran hombrecito cabeza de familia, con una linda esposa de buenos orígenes, sería un excelente abogado; con gran estatus en mi desempeño laboral, un par de hijos; preferiblemente hombres para que tomaran mi lugar después de morir al lado de mi anciana esposa y rodeados de nuestros nietos. Pero como todo en esta vida suele regirse por la ley de Murphy... todo se fue al carajo. Mi padre muy molesto casi, casi estuvo a punto de retorcer mi cuello (nunca le perdoné aquello) y mi madre afrontó la desgracia con un poco más de naturalidad y decidió que sin importar mi sexo, haría de mí el mejor hijo que jamás haya tenido.
Me nombraron Alexei Wolftramp, nunca tuve segundo nombre o el apellido de mi madre, ya que papá es de esos hombres chapados a la antigua que siempre ha pensado que las mujeres no tienen ni voz, ni voto... irónico, teniendo en cuenta que su único "hijo" del que se enorgullecería en un futuro (muy actual) que formaría y disciplinaría para ser un "caballero" con principios machistas, era nada más ni nada menos que una mujer.
Mi infancia siempre estuvo repleta de corregimientos por parte de mis padres, siempre decían cosas como: "Alexei, no me importa tu naturaleza, eres mí muchacho- con voz potente y un rostro de seriedad irrefutable- y por lo tanto no quiero escuchar que te traten como una chica" o "Alexei, muchacho te quiero ver con músculos - entregándome un par de pesas para entrenar en casa." o "No llores, los hombres no lloran - y me golpeaba una vez más - Esto es para que aprendas a tener la fortaleza de un verdadero hombre" Y claramente yo nunca proteste... no después de aquella vez....
FLASH BACK-------------------
En esa época tenía 6 años y jugaba con mis cochecitos preferidos: Conrad y Ulises (si, nombraba a cada juguete mío, tal vez un efecto de vivir completamente sola a casusa de las constantes ausencias de mi padre y de la falta de apego con mi madre), mi padre llegó y escuché un ladrido, lo que de inmediato obtuvo mi atención y salí de mi cuarto para investigar. Al llegar a la planta baja me encontré con un perro bóxer de cinco meses, mi padre lo tenía atado de una cuerda desechable y traía dibujada una sonrisa algo extraña en su rostro.
Se acercó con paso decidido y dijo. - Alexei, te presento a Perro (a lo que pensé: Vaya, papá sí que es original) él será tu responsabilidad, y deberás amaestrarlo para ser un perro guardián de mi empresa en 2 meses, quiero resultados positivos muchacho. - Después se retiró y yo comencé a enseñarle a traer la pelota, dar la pata, sentarse, rodar y lo básico en general.
Pasó el tiempo y padre me llamó a su despacho, se sentó en su viejo sillón y dijo. - Bien hijo, quiero que me enseñes lo que Perro aprendió. - Posó su mirada y con un gesto de su mano me dio la señal para iniciar con mi demostración.
Yo empecé a darle a Perro todas las órdenes correspondientes y el muy obediente (Gracias a Zeus o papá me mataría) actuó como era debido. Al terminar, padre se levantó y se acercó y se acercó a pasos lentos a mí, noté como Perro se asustó y se escondió detrás de mí, creo que ignoraba que yo estaba igual o peor de amedrentada.
-Te dije que lo amaestraras para ser un perro guardián... Pero lo enseñaste a ser un cachorro doméstico, temeroso y juguetón, obediente por premios y no por honor o lealtad a su amo. - Al terminar de decir esto vi con terror como tomaba al cachorro por el collar, lo levantaba cuán alto era y lo derribaba contra la pared, acto seguido lo levantó y con la fuerza que siempre lo caracterizó procedió a estrangularlo ante mi mirada atónita. - No quiero verte llorar Alexei, eres un hombre y los hombres no lloramos.
Yo no podía contener mis lágrimas y al momento que mi padre pronunció lo último le dije con voz quebrada. - Pero padre, no soy un... - Nunca terminé la frase, pues al instante me vi lanzada contra el escritorio de mi padre y al abrir los ojos tenía al cadáver de Perro a un costado y a mi padre al otro con la mano extendida a punto de golpearme.
Los golpes por venir fueron brutales, desperté al día siguiente en el mismo lugar, con sangre seca por mi rostro y ropas, la nariz rota y moretones por doquier. Y sobre el cadáver de Perro había una nota que leí con dificultad.
"Alexei,
Levanta ese perro, limpia mi despacho, lávate y te espero para el desayuno. Lo de ayer sólo fue una lección de vida, pero se repetirá si vuelves a mencionar siquiera que no eres un varón como tu padre, muchacho."
FIN DEL FLASH BACK---------------
A partir de ese día supe que la golpiza nunca tuvo que ver con mi fallido amaestramiento de Perro, sino con la insignificante mención de mi verdadero género.
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