Capítulo1.- Un día más.
Las tinieblas de la noche oscura llegan a mi ventana nuevamente, siento ese miedo que de niño tienes al saber lo incierto de la duración, por fortuna, hoy tengo unos brazos que me protegen y hacen desaparecer ese sentimiento pero…soy incapaz de hacerle saber esto a Nowaki ¿Qué va a pensar de mí?
Al llegar al trabajo saludo a mis alumnos con regularidad, miro el reloj como siempre, y al ser ya mi costumbre, voy contando las horas que me faltan para estar en casa. Noto un extraña sensación en mí, quisiera que ese reloj corriera, que no existiera distancia, pero sé que estoy más que loco.
Camino sobre la acera que de costumbre me guía a casa; oscura y llena de gente como siempre, me hace recordar las veces en que Nowaki me ha pedido andar de la mano, pero lejos de sentir vergüenza, no quiero que él conozca que este amor que siento es demasiado, incluso, que podría ser mayor que el de él.
--Buenas noches—dejando el portafolios en la mesa, presiento la llegada de Nowaki, abrazándome sin ningún permiso-- ¡Vale que no quiero…!
No logre terminar mi frase, la persona que se acercaba a mi no era Nowaki era la señora que nos hacía el aseo, por alguna razón estaba llorando, pero no me explicaba la situación, solo me veía y lloraba.
--¿Se encuentra bien?—pregunté curioso.
--Lo lamento tanto….ustedes hacían tan linda pareja.
Esa palabra “hacían” me helo la sangre, no es una palabra que quieres escuchar después de ver llorar a alguien.
--¿Por qué actúa así?
--Lamento mucho que usted se quede sólo, yo igual me acostumbre a Nowaki.
--¿De qué demonios está hablando?—sin contenerme esta vez deje salir mi angustia.
--¿No le dijo?
--Si le pregunto es porque no sé de qué me habla.
--Nowaki se fue en la mañana, lucia muy triste, dijo que no volvería y solo me dio un abrazo y se fue.
No fueron palabras las que ella pronuncio, fueron cuchillos que se incrustaban en mi alma, sin sentido, sin algún motivo me acaba de decir lo que una persona como yo detesta oír, ¿Nowaki me has abandonado? Sé que debe haber algún tipo de berrinche o algún acto que quiere hacer para que ceda ante él, tomo el celular dispuesto a márcale pero esta vez el no me contesta, solo la fría voz de operadora.
Le pido a la señora que vigile la casa, entre aquellas sombras de la noche salgo a buscarlo, desteto esta sensación, me duele el cuerpo pero sobre todo el corazón se oprime en señal de que algo está mal, y ¿Cómo no va a estar mal? Él se fue.
Llego al hospital donde suele asistir en sus días de servicio pero no me dan informes, voy a la escuela y me comunican que pidió un descanso indefinido, busco en los lugares más concurrido por él y nadie sabe decirme pero ¿Acaso no somos pareja? ¿No debería decirme si se tiene que ir a algún lado? ¿No debo saber dónde está la persona que amo?
Corriendo entre la multitud recuerdo aquel lago donde dijimos que iríamos siempre que estuviéramos tristes, una esperanza nace en mi, tomo el transporte y me dirijo a él, mis latidos son fuertes, pero mi corazón se siente tan oprimido que puede ser que no logre llegar, que pueda morir, y para terminar sigue sin contestar el celular.
Llego al lugar y lo veo, llevando un traje negro y un grueso abrigo, apenas caigo en cuenta que hace demasiado frio, al verlo sólo noto las dos grandes maletas que sostiene en la mano, lo miro más de cerca y es entonces cuando él se gira a verme, su gesto es de asombro.
--¿Qué haces aquí?
--Yo debería hacer esa pregunta—respondo-- ¡Sabes lo que me has hecho pasar, no sabía dónde estabas…!
--Hiroki se levanta la seis de la mañana, es muy enojón pero aún así a las siete esta desayudando dispuesto a ir a la escuela, llega a las ocho y como siempre los más difíciles primero, atiendes de ocho a dos a los grados mayores, y de dos a seis a los iniciales, no tienes descanso salvo el de las tres y media para ir a comer; de seis a ocho estas revisando tareas, planeaciones junto con Miyagui, y de ocho a nueve viajas de regreso a casa, de nueve a diez cenamos, y de diez a una hablo de cómo me ha ido, al final te vence el sueño. Así son todos los días, salvo cuando hay una actividad, o algún descanso. ---
--¿Por qué dices eso?
--Yo sé perfectamente en dónde estas, con quien, y donde puedo buscarte…mientras tú sólo recuerdas este lago.
--Nowaki ¿Sucede algo?
--Sí, me he cansado, has logrado que me canse, me iré, terminó, no pienso ser el único que coopere para que esta relación siga adelante—él empieza a llorar—ayer era la fecha que pensé que quizás dejarías de pensar sólo en ti y pensarías un poco en mí, pero erre, olvidaste la fecha de mi cumpleaños, claro, es sólo un día más.
El mareo no tarda, esa descarga de información no la tolero ¿a dónde se va? ¿Con quien se va? ¿Me deja? ¿Sus cumpleaños?, no sé que responder mientras esos ojos negros me sigan mirando tan dolidos, tan tristes, con un sentimiento de furia mezclada con desaliento.
--Nowaki yo…
--¿Qué más puedo esperar de ti? Yo te amo, pero esto no es sano, es mejor que me vaya…después de todo, siempre has sido así, un egoísta.
Lo veo alejarse de mí, quisiera tener brazos más largos para impedirlo, quisiera que no se fuera quisiera…
--No ves que soy nada sin ti, Nowaki sin ti me moriré…--las palabras que salen no puedo controlarlas, es como si fuera agua a presión que empieza a salir—sé que no soy el mejor, soy egoísta, olvido las fechas importantes y sí, ayer fue un día más para mí, pero fue un día más junto a ti. Levantarme y ver que estas a mi lado, vestirme sabiendo que hay veces que me ves de reojo, desayunar comida hecha por ti, ir juntos a mi trabajo, llegar con los estudiantes mayores y que cada uno me recuerde que en casa me estarás esperando con esa energía, pensar que a veces le pongo “felicidades” a un trabajo mal hecho solo de pensar en tus logros. Ir en el transporte y pensar en que habrá en la cena, en si esa noche estarás ahí para protegerme en pensar que soy un idiota en decirte que eres mi vida…
Nowaki no se mueve, yo he dejado salir lágrimas, mi pena mis límites se han ido, el temor ha hecho que los rompa, él se acerca a mí y tomándome de la cintura se mira mi frente para depositar un beso, me mira a los ojos.
--No me iré, nunca, siempre te protegeré, te amo.
Acerca su cuerpo al mío, el temor se va, sus labios húmedos se acercan a los míos, siento ese contacto, siento el deseo de apretarlos y no dejar que se separen de mi, poco a poco hacemos un beso de amor y pasión.
--Nowaki te amo, sólo quédate un día más a mi lado…y así hasta que mi memoria se vaya y no me duela que tu no estés.
Abrazo su cuerpo y le doy un beso…es mío, es mi amado, es el amor de mi vida.