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El empacador por Mimiigami

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Notas del fanfic:

Hola, hello, kon'nishiwa... como sea. este es mi primer fic yaoi, mi hermosa amiga kimany autora de cautivado, me ha inspirado hacer este fic un dia de visita a su casa, espero que lo disfruten como nosotras lo hicimos, es un Twoshot.

Notas del capitulo:

uh uh uh... preparados para el twoshot? bien. espero que disfruten el primer capitulos, nos vemos en las notas finales

Quiero recordar que ambos personajes tanto Naruto como Sasuke les pertenecen a Masashi Kishimoto.

En una de las más esperadas épocas del año, En  medio de un frio abrazador. Naruto había conseguido un trabajo de empacador  en uno de los súper mercados más destacados de la zona, donde las personas más adineradas se compraban todos los utensilios y alimentos necesarios en su diario vivir.

Su labor como empacador empezó  desde unos meses antes, Más específico: Después de salir del colegio. Naruto tenía las esperanzas de entrar a una buena universidad, desarrollarse como persona y ser reconocido pero su nivel económico no era el suficiente para cubrir sus gastos, por esa razón tuvo que buscar trabajo en la zona, Consiguiendo solamente el del súper mercado por ser demasiado joven.

Sus días no eran los mejores pero se sentía conforme a medida que pasaban. Los empleados eran cariños, tenia compañeros por todos lados y las mismas clientas eran un premio a observar. Todos sus compañeros jugaban divertidos entre sí, y suertudo era quien le tocaba ser el empacador de una de las chicas lindas.

Pero Naruto no era de aquellos que solo se la pasaba acosando a las clientas, no. El se centraba en su trabajo. No se propasaba con nadie, reía de los comentarios graciosos de sus compañeros pero siempre mantenía el respeto. Aunque algunas veces era difícil ya que algunas jóvenes se mostraban bastante entregadas a su persona, y no entendía el porqué.

El era un chico normal, con camiseta aguada y pantalones vaqueros. Bastante descuidado. Su  cabello rubio no era lo mejor, siempre estaba igual y no había cepillo que se posara en ellos, sus ojos eran azul cielo y su piel bronceada. Su altura era bastante admirable, y su personalidad. Energética.

Siempre se la pasaba en movimiento, ya que el súper mercado siempre estaba lleno. Se la pasaba  acomodando las fundas, barriendo y limpiando el piso, ayudando a las personas a buscar el precio de productos, arreglando la mercancía y entre otras cosas, pero ese día era  totalmente diferente.

El color de un gris claro, repleto de nubes gigantescas adornaban el cielo, el invierno se acercaba y con eso la reducción de ventas. La mayoría de las personas se dedicaban a viajar a sus lugares de  nacimiento a celebrar las navidades.

Naruto estaba recostado de la mesa de empaque, mirando a los lados aburrido. Los chicos con que compartía se habían ido todos de vacaciones navideñas. Ahora quienes le acompañaban eran unos hombres más viejos que su papá. Luego de mirar a todos lados sin conseguir nada que hacer decidió coquetearle a la hermosa mujer que le tocó como cajera.

 

—Oye Muriel. — El llamado picoso se dio a escuchar, pero la mujer no mostraba señales de interés. Su mirada aguada estaba posaba en un pequeño papelito de lotería. —Muriel.

Le volvió a llamar dándose cuenta esta vez que traía apagado el aparato de la sordera. Que mal educada. Naruto siendo amable y ella ignorándolo.

—Estúpida anciana…—Susurró para sí mismo.

Buscando por otro lado algún motivo de diversión, perdió su mirada en la parte baja de una espalda, mirando embelesado casi sin pestañar, aquella figura comenzó a voltearse al terminar de entrar al carrito el producto que andaba buscando.

 El rubio aun paralizado por aquella belleza hizo una cara de estreñido al ver algo extraño en la parte frontal de aquella persona, procedió a subir su mirada hasta llegar a su rostro, quedando en shock al darse cuenta que el poseedor del bello trasero era un chico.

Naruto miraba con la boca abierta disimuladamente las acciones del chico con el fin de no ser descubierto en el intento, pero el mundo no estaba de su lado porque en ese preciso momento el chico de pelo negro dirigió su mirada de forma inconsciente hacia él, creando el contacto.

El chico no era un adolecente como él, poseía un aura madura, sus características eran simples: Pelo negro peinado de forma perfecta hacia atrás, sus ojos del mismo color, fríos y calculadores que le daban ese toque peligroso y su piel clara como la nieve que sin darse cuenta empezó a caer en el exterior.

Naruto sin estar el cien por ciento consiente, mantenía su mirada en cada uno de los movimientos del joven, quien sin dejar de mirarlo también ejercía sus acciones. En una de ellas, acarició levemente el área de su cuello llevando consigo la atención del rubio. El contacto hubiera continuado a no ser que la estúpida anciana que le tocaba como cajera no le estuviera halando la camiseta.

—Naruto, empieza a empacar y deja de distraerte.

El rubio asintió empezando su labor a gran velocidad, el cliente era un hombre mayor con barriga cervecera y aliento a tabaco. Como odiaba ese olor.

Cuando había terminado, con suma rapidez dirigió la mirada al final del pasillo y a su alrededor donde el joven hombre estaba parado pero para su mala suerte ya se había ido.

Los clientes habían cesado y Naruto sin saber porque se mantenía en un constante nerviosismo.  Miraba atento todos los pasillos con la esperanza de volver hacer contacto con aquel joven. Su área estaba libre, la anciana sorda se había retirado a comer o jugar unos números, dejándolo solo en medio de la caja.

Su día no podía ser más aburrido.

— ¡Naruto! — La voz de una de las cajeras más guapas de la tienda, le llamó.

—¿Si?

—Ayúdame con esto. Todos los hombres están ocupados—Con ayuda se refería a las compras, y en este caso la cantidad no era tan grande pero eran muchas. Además el comprador ni siquiera estaba cerca.

Empezó a empacar, clasificando cada objeto. Las fundas crecían mientras la chica pasaba cada utensilio.

— ¿Algo más?—Naruto culminó la tarea y se dispuso a volver a su sitio cuando la presencia de una persona le obligo a quedarse ahí.

—Aquí esta. — voz profunda y ronca se dieron a escuchar y Naruto no supo como reaccionar.

— ¿Efectivo o tarjeta?

—Efectivo.          

El objeto pasó y quedo hasta el final de la mesa de empacar. Naruto lo cogió y prosiguió a guardarlo. Cuando el joven que al parecer no sabía de su presencia, pagó y se acercó hasta sus compras, Naruto le miró entretenido e indeciso por saber que quería hacer el moreno. Pero no dio señales, ni cuando le vio directo a los ojos

— ¿Se lo va a llevar usted o quiere le ayude?

El joven sin apartarle la vista, susurró tan suave y bajo que Naruto juró que toda la nieve de fuera caía sobre su espalda.

—Ayúdame.

Naruto cogió el carrito y le siguió el paso al joven moreno. Salieron del súper mercado y la nieve caía suavemente sobre todos los lugares, llenado el entorno con tonalidades blancas. El frío como era de esperarse azotó sus brazos descubiertos y su cara haciendo sus mejillas y nariz tomar un color rojizo, el chico frente a él, perfectamente abrigado se ajusto su chaqueta de cuero y caminó sin mirar a Naruto.

Fueron hacia los parqueos que compartía el gran residencial de aquella zona. Naruto pasó con dificultad los muritos que dividían ambos lugares. Sus manos estaban frías y sus zapatos estaban cubiertos de nieve hasta mojar levemente la tela de su pantalón. Su esfuerzo era enorme mientras hacia lo posible por no tiritar o estornudar de frío.

El joven moreno ni se inmutó a preguntarle si estaba bien.

Al llegar hasta los parqueos, Naruto observó con detenimiento como el joven se detenía en medio del parqueo mirando un punto ciego y sino hubiera abierto los ojos en ese momento, se lo hubiera llevado con el carrito de compras.

Su aliento salía suave de su nariz e intento guardar sus manos en sus bolsillos pero estos estaban más congelados.

— ¿Dónde está su carro?

El silencio fue corto.

—No traje carro.

Naruto abrió levemente los ojos y se quedo mirando atento el siguiente movimiento del joven.

— ¿Quiere que le lleve las compras a su casa o usted…?

— ¿Tienes alguna objeción? — le cortó mirándolo por encima de su hombro. Naruto se queda sin respuesta ante aquella cortante pregunta, sin darse cuenta comenzó a ponerse nervioso ¿Será por que conocerá la casa del chico a quien le miraba el trasero atentamente? ¡Quién sabe!

Naruto sin poder contestar procede a usar su cabeza, este la giró de lado a lado negando la respuesta del chico. Sasuke siguió su camino para que el rubio le siguiera. Durante todo el trayecto hubo un incomodo, largo y puto silencio, ya que con el ambiente congelante era imposible hablar, el frio que hacia titiritar a Naruto y el muchacho con su indiferente personalidad.

—Llegamos — luego de varios minutos fue la primera palabra que el moreno pronunció.

 Naruto miró asombrado la extravagante casa, tenía grandes cornisas con tallados hermosos y delicados, a los extremos de la casa habían unas columnas unidas a la cornisa, sin olvidar el inmenso y precioso jardín. El paisaje que brindaba aquella casa era como de un cuento de hadas.

Naruto observa una roca que tenía algo grabado, entrecierra sus ojos buscando una mejor vista para leer ya que la nieve tapaba parte de la escritura.

—U-chi-ha…. Uchiha — El chico que buscaba en sus bolsillos la llave para abrir, miró atrás al escuchar nombrar su apellido.

Abre la puerta y pasa adelante dejando atrás al rubio, Enciende las luces de la casa trayendo una hermosa iluminación. El Uchiha se para en la puerta mirando a Naruto temblar de frío mientras sonríe admirando la casa, él sonríe al ver como el tonto a pesar de que esta casi congelado sonríe tan ampliamente,

—   Te congelaras, pasa adelante.

Mucho antes de poder analizar sus palabras, el rubio entró con todo y carrito a la sala de estar donde la calefacción a una esquina inferior de la pared empezaba a funcionar. Se acercó hasta ella y puso sus manos.

El moreno comenzó a quitarse la chaqueta seguida de las botas y la bufanda, quedándose en una camiseta sin mangas de color blanca y sus vaqueros negros. Al observar como el muchacho rubio seguía pegado a la calefacción decidió preparar unos chocolates calientes.

Naruto se despegó al estar más calientito y se sonrojo al darse cuenta de su atrevimiento, había entrado a la casa de un cliente y se había pegado a su calefacción como si fuera su propia casa. Con la vergüenza en la cara caminó con rapidez hasta la entrada para irse.

— ¿Ya te vas?

Su voz, por cuarta vez le detuvo. Se giró para mirarlo y encontrárselo con las ropas ligeras. Trago en seco al ver su intensa mirada.

—Em, ¿Me necesita para algo más?

—Saca las compras y ayúdame a guardarlas.

¿Le estaba pidiendo un favor o era una orden?

No sabía diferenciarlo porque hasta ahora todas sus palabras eran susurros que por magia de la vida, escuchaba perfectamente a pesar de la distancia. Pero aun así, sea lo que sea, aquella petición no le correspondía como empleado. Toda mercancía que salía del negocio era responsabilidad del cliente.

Pero Naruto no sabía decir que no, y menos con aquellos ojos negros.

—No hay problema.

Se acercó hasta la meseta y sacó todas las fundas del carrito y empezó a desempacar. Dividió todos los productos por su condición y guardó todas las fundas dentro de una. El Joven Uchiha estaba guardando cada cosa en su lugar, al mismo tiempo que le indicaba a Naruto.

—Bien. — con las manos sobre sus caderas Naruto sonrió satisfecho. —Ya terminamos, así que me iré…

— ¿Tan pronto?

¿Pronto?

El no debería estar en ese lugar desde un principio.

—Tengo trabajo, señor Uchiha— Habló.

—Por unos minutos más, no te despedirán— las palabras pronunciadas crearon en Naruto un sentimiento ansioso. — He preparado chocolate.

Se estaba enfermando, si, seguro por el frio. Pero la oferta de chocolate no podía ser rechazada a pesar de todo.

—Bueno, está bien.

Se acercó y se sentó en el sillón. El moreno se acercó como ambas tazas y dándole una a él se sentó a un extremo. Naruto se puso rígido al sentir la proximidad del cuerpo ajeno.

—Gracias por el chocolate.

—Hm.

El silencio se formó en ambos, solo se escuchaban los sorbos de sus bebidas. Naruto se dedicó a observar todo a su alrededor con admiración. Esta casa no se compara en nada con la suya, las paredes tan blancas y en perfectas condiciones con los cuadros de pinturas abstractas.

Los estantes de madera repletos de libros que hacían una perfecta combinación con los muebles de tela roja y la mesa que estaba adornada con un hermoso florero y revistas de todo tipo de temas. Sus ojos se posaron en un que traía la imagen de uno de los boxeadores más famosos de la época.

— ¿Es admirador de la Roca?—su pregunta salió sin siquiera pensarlo.

—Si. —El joven Uchiha se acerco más para poder coger la revista y entregársela a Naruto, quien con la emoción a flor de piel la acepto.

Las emociones eran increíbles. Encontrar a alguien con los mismos gustos no siempre pasa, asi que ni corto ni perezoso Naruto comienza a hojear la revista, el Uchiha se queda mirando atento su sonrisa extrañamente le llamaba mucho la atención. A lo largo de la ojeada, Naruto le señala las fotos como si el Uchiha nunca las hubiera visto y de paso le platicaba sobre cómo se realizaban dichos movimientos.

Ambos estaban hundidos en sus pensamientos cuando la realidad le cayó como balde de agua fría a Naruto. Se acordó que estaba en horario de trabajo, que había acompañado al joven a su casa, le había ayudado con las compras y ahora estaban disfrutando de una revista.

Pero sobre todo eso… La cercanía que ahora tenían.

¿Cuándo se habían pegado tanto? ¿Desde cuándo sus piernas y sus hombros empezaron a rozarse?

Sus instintos eran bajos y no sabía cuando sus sentidos se activaron a tales niveles. Como en aquel momento, cuando sintió la mano del Uchiha posarse sutilmente en su muslo, muy cerca de sus partes nobles. No tuvo ni la delicadeza de disimular su nerviosismo al bajar la mirada, y al comprobar los dedos largos y delgados sobre esa área tan sensible ocasionó otro escalofrió. Los dedos firmes sobre su pierna ejercieron una leve presión que hizo el sonrojo de Naruto crecer. Subió al mismo tiempo que giraba la cabeza para darle frente al moreno.

 Y al ver sus ojos negros tan cerca de él, mirándolo con intensidad indescifrable hicieron su descontrol caer.  Naruto reaccionó rápido y torpe como siempre y en ese  intento de escapatoria, se paró con tanta rapidez que el chocolate que el otro traía en su mano cayó sobre su uniforme.

— ¡Ah! — Se quejó, el grosor por la temperatura del chocolate se deslizaba sobre su abdomen. Su desesperación salió a la luz—-¡Me quemo!

— ¡Tranquilo! —Intentó acercarse a Naruto pero este no le escuchaba. Le quemaba y Naruto se dio cuenta que tenía que irse antes de que las cosas se pusieran peor.

Se dirigió a pasos gigantescos hacia la puerta para marcharse a su trabajo pero Sasuke lo detuvo sosteniéndolo por la muñeca.

—   ¿A dónde crees que vas? Quítate esa camisa

—   No, me largo

—   ¿Acaso estás loco? ¿Te piensas pasmar? — dijo el Uchiha ya un poco alterado

—   ¿pasmar que es eso? — ya no sabía qué hacer, el chocolate lo estaba quemando y planeaba salir así al frio invierno, todo razonamiento al parecer se había perdido en cuanto miró al moreno.

Uchiha se para y le repite seriamente a Naruto que no saldrá de esa manera. Naruto comienza a desabrocharse la camisa pero los nervios no le dejaban hacer nada bien. El mira como Naruto hace intentos fallidos de quitarse un estúpido botón, así que procede a levantarse ayudar.

—   ¡Quítate! — le dijo cuando golpeó su mano quitándola del camino.

El rubio se queda innato ante la situación, sorprendido por la reacción del Uchiha. Se queda mirando sus ojos negros mientras le desamarra la corbata. Cuando le quita el primer botón de la camisa, Naruto al fin toma reacción, deteniéndolo.

—   ¿Qué- que haces? — Naruto lo mira en seco, al darse cuenta de que su cliente le está quitando la camisa ¿Cómo llego hasta este punto?

El Uchiha no le hizo ni el mínimo caso y siguió haciendo lo suyo, al llegar al penúltimo botón Naruto forcejeó ya que no era normal que su cliente le este quitando la camisa o que esté tomando chocolate en su casa.

—   ¡No, déjame!

—   ¡Dobe! Si sales así podrías no volver a moverte ¿sabes? ¡deja de forcejear!

—   ¡NO! ¡que me dejes! —diciendo esto alarmado Naruto en un momento del forcejeo pierde el equilibrio cayendo al suelo, buscando donde sostenerse trae al moreno junto con él.

Mientras se levanta adolorido por el golpe en la cabeza Naruto nota en la posición en que se encontraba él y el Uchiha, quien procede a levantarse. Naruto estaba sosteniéndose de sus manos para lograr pararse o al menos sentarse, con su pecho descubierto mientras que el Uchiha no muy lejos de él, literalmente, el moreno se encontraba encima de Naruto.

El rubio se sonroja al verlo tan cerca, su corazón se comenzó acelerar y no dejaba de mirarlo fijamente. Uchiha se para, pero antes de llegar a pararse por completo Naruto lo hala, fue una reacción casi automática, el rubio se encontraba muy perdido en sus pensamientos mirando al Uchiha y no quería perder la vista.

—    Lo- lo siento, lo siento, señor Uchiha — dijo avergonzado volviendo en sí, y bastante sorprendido por la acción que había ejecutado inconscientemente.

—   Sasuke — dijo mirando a otro lado, escondiendo su rostro — llámame Sasuke, ese es mi nombre.

Notas finales:

Gracias por leer mi fic, espero que les haya gustado, pueden dejar sus hermosos y constructivos reviews, acepto tomatasos, ramen, flores ... especialmente ramen XD. Quiero agradecer a Kimany por inspirarme a escribir este fic, pueden buscarla en FB, Tumblr, y en esta misma pagina con su fic Cautivado (muy bueno) Si quieren saber mas de mi hermosa persona :P pueden buscarme en:

FB: mimiigami otaku

Tumblr: mimiigami

Instagram: mimiigami

subo dibujos propios, pic de otros, info sobre otro fic que estoy haciendo en fanfic.es       Gracias y hasta la proxima.


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