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SAD HERTBREAKER por NoirMayda

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Notas del fanfic:

ME A COSTADO TRABAJO SUBIRLO XD Y ESPERO QUE NO LO HAYA SUBIDO DOS VECES (._.  )

Notas del capitulo:

Solamente leanlo xd

Thranduil suspiraba mientras ve  desde su balcón el paisaje del bosque con aire melancólico, como si buscara algo que le distrajera de sus pensamientos. Se sentía vacío y necesitaba de algo que lo hiciera sentir vivo después de 60 siglos ya pasados.
Mañana será la fiesta en su 
honor por su aniversario, ya que cumpliría 60 siglos; seiscientos años sin conocer a alguien especial al que podría entregarsele por completo.

-¿Su majestad?

Thranduil voltea al escuchar a uno de sus sirvientes llamándolo.

-Dime.

-Estamos esperándolo para que escoja los adornos y el banquete de mañana.

-Si, voy.

A pesar de estar ansioso, ya 
que tenia un presentimiento de lo que ocurriría mañana, es por eso se le había olvidado esos pequeños detalles para ponerle fin a los preparativos de mañana.

Bajó de manera lenta los escalones hasta llegar al salón; guardias y varios elfos lo recibían con una reverencia. Él alzó su mano en pro de que se detuvieran para comenzar así los arreglos de la fiesta.

Se sienta en su trono y se dirige a sus adeptos:

-Bien ¿Qué tienen listo?

-No mucho en realidad, lo único que le ofrecemos son opciones, su majestad.

Cruzando la pierna  se dirige a ellos:

-Pues bien, diganme...

Tardaron tres horas en planear la fiesta.

Al terminar, el Rey elfo agradece y sube a sus aposentos dispuesto a escoger las ropas de gala que usará en la noche de su fiesta.

Ya en su habitación, se sienta en la orilla de su cama para pensar. De pronto se levanta con firmeza y se dirige hacia su clóset,; saca de ahí una vestidura blanca adornada de brillantes blancos a su gusto. Se le dibuja una sonrisa y sus ojos verde azules brillaban al ver las joyas. Lo saca; colgándolo así en un respaldo especial frente a su espejo. 

- Ahora las alas...- se dijo.

Llamó a uno de sus sirvientes y le encargó unas alas de cisne blancas. El sirviente hizo una reverencia, obedeciendo así a su amo.

Al salir su sirviente, se recuesta en su cama exhalando un suspiro. De pronto sintió mucho cansancio y quedó profundamente dormido.

Se despierta abrumado, ya estaba oscuro afuera. Así que decide desvestirse, y se comenzó a poner sus ropas para dormir.

Se escucha tocar su puerta.

-¿Si, quién eres?

-Soy yo, su alteza. Traje lo que me pidió.

Thranduil abre la puerta asomando su cabeza con desconfianza.

-¡Mire, son sus alas!

-Muy bien, pasa.

El sirviente elfo pasa con temor.

Eran unas alas majestuosas,  dignas de un rey. Thranduil siente gusto al verlas.

Le da unas instrucciones a su sirviente, después le da unas monedas de oro e inmediatamente sale el sirviente presuroso de la habitación.

Thranduil admira por ultima vez sus alas y se acuesta en su cama, quedándose profundamente dormido.

A la mañana siguiente, en el salón se veían elfos decorando todo a su alrededor con brillantes y estrellas de plata. En una mesa alargada colocan toda la comida que servirían como banquete.

Anocheciò muy rápido, algunos invitados comenzaron a llegar, y ahí se encontraba Thranduil vestido con sus ropas de gala blancas, sus alas y una máscara dorada que incluía una corona con la punta adornada por una cabeza de cisne dorada.

De pronto algo le distrajo entre la multitud, algo pequeño pasó fulminante; sus ojos de elfo lograron percibir que era un enano pero... ¡Imposible! Si él mismo determinó que estaba estrictamente prohibido invitar a los enanos que tanta repulsión le causaban. Se acercó a uno de sus guardias y ordenó que buscara inmediatamente a ese personaje y lo expulsaran de ahí.

Respiró tranquilo y siguió dando la bienvenida.

Ya estando todos adentro una leve musica elfica comenzó a sonar junto con los murmullos, que no tardaron en llegar. La mayoría admiraba lo bien que se veía el rey de los elfos.

Ya estando todos ahí, comenzaron a bailar el vals entonado por la música. Thranduil los observaba desde su trono, sentado.

De pronto un hombre disfrazado de halcón, se le acerca y le da la mano, invitándole así a bailar con él, éste acepta gustoso.

Ya en el centro de la pista comenzaron a bailar. Sus miradas se encontraron, de pronto el hombre empezó a temblar y respirar con agitación. En su pecho, justo donde estaba su corazón, comenzó a brillar como si se encendiera una estrella y se empezó a agitar todo él, estallando así su pecho y cayendo desmayado.

Thranduil paró, sin hacer gesto alguno y se retiró hacia su trono.

Muchos fueron los que lo invitaban a bailar, pero uno a uno fueron teniendo el mismo desafortunado destino.

Fue así hasta que la mayoría quedaron lo más lejos posible de él. Thranduil comenzó a entender que esa fiesta era un desastre total. Finalmente decidió por terminar con eso, cuando alguien de muy baja estatura disfrazado de lobo con ropa oscura quedó en medio de la pista, levantó su mano en señal de que lo invitaba a bailar.

La mayoría se encontraba arrinconada observando al misterioso invitado y luego a Thranduil, esperando la reacción de éste.

El rey se levantó y se dirigió hacia el que aguardaba por él. Ya había notado y reconocido que era el mismo enano escurridizo que había visto antes.

Se para y se dirige a él, creyendo que tendría el mismo final que los otros, le da su mano sonriente. Entonces el enano misterioso se retira su máscara descubriendo así a Thorin Oakenshield. De pronto sus ojos azules se envuelven de una oscura neblina que llegó hasta su corazón. El pecho de Thranduil se enciende, como lo hicieron los otros.

-¡Pero tú! No fuiste invitado... ¿Qué haces aquí?

-Me invité solo ¿Y qué piensas hacer al respecto?

Los ojos desafiantes de Thorin ponían muy nervioso al elfo haciéndolo sonrojar y no era por miedo, sino que de pronto lo veía atractivo. Desde su pecho comenzó a encender una luz, todo empezaba a darle vueltas hasta al punto de estallarle el pecho.

Todos comenzaron a correr y salir del salón, los guardias armados se dirigieron a rescatar a su rey que se encontraba aun en el suelo agonizando a los pies de Thorin. El principe enano reaccionó con rapidez, tomó a su elfo y corrió de ahí huyendo, perdiéndose en el bosque.

- De... deja... ¡Sueltame!

-Claro que no. Me costó mucho trabajo entrar y quedarme una noche en tu palacio. Ahora te llevaré conmigo..

-Eso quiere decir que... estuviste escondido...

-¡Asi es! Y por cierto, tienes un atractivo cuerpo. Me di cuenta mientras te observaba.

-¿Cómo?

-Estuve escondido en tu habitación una noche antes.

-Inso... solen... te.

Thranduil se desmaya por el esfuerzo de hablar. Así que Thorin corre más rápido.

Llegan a una cueva debajo de la montaña solitaria, Thorin cargando al rey elfo entra y por medio de pasadizos llegan hasta su cuarto.

Recuesta lentamente al rey elfo en su cama y le abre su camisa para ver como iba su herida. Podía ver una parte de su corazón aun palpitante. Notaba que el elfo se ponía más pálido de lo que estaba y se preocupó. Le da un beso en la frente y se va de ahí en busca de vendas.

Ya de regreso, con una toalla y agua caliente empieza a limpiar alrededor de la herida. Comienza a moverse Thranduil abriendo sus ojos y viendo a los ojos a un Thorin angustiado.

-Gra... gracias... Da... dame  tu mano...- Mirando así con ternura al príncipe enano.

Thorin le obedece con lágrimas en sus ojos. Thranduil se levanta levemente y lo toma, lo coloca en su herida y dice unas palabras en lenguaje elfico. Una luz blanca abarcó todo su ser y el de Thorin; bajo sus manos la herida comenzó a cerrarse y no se detuvo hasta que él estuviera a la normalidad.

Al cerrarse por completo, Thranduil mueve los labios mirando a Thorin y le dice:

-Te... Te... Amo.

Thranduil cae de pronto con los ojos cerrados en brazos de Thorin.

El pobre enano se creyó lo peor, temblando tomó pulso a su amado y comprobó que aún seguía con vida, respirando todavía.

Solo estaba durmiendo; así que él decide hacer lo mismo, se recuesta a su lado abrazándolo. Besa sus labios carmesí. Juntó la respiración de él con la suya. Se acomoda con él, y termina quedándose dormido.

Al despertar sintió una presión tibia en su rostro y labios. Abre los ojos y se encuentra con el rostro de su elfo, besándolo. Thorin aceptando su beso, comienzan a devorarse y llenándose de caricias 

Thorin lo detiene, Thranduil lo mira expectante.

- Espera... Tengo una sorpresa para ti.

De pronto, de entre sus muebles saca una botella del vino favorito del elfo. Saca unas copas y comienza a llenarlas de vino. Al terminar, le da una copa a Thranduil y brinda con él, tomándose todo lo que había en su copa.

Thranduil se quita su camisa con desesperación e inmediatamente continua expresando su pasión hacia él. Continuaron así hasta desnudarse entre los dos.

Thorin notó la erección de su amado y con su mano lo acariciaba suave, tanto que Thranduil se le escapaban gemidos de placer. Se recuesta en la cama y vierte accidentalmente la copa de vino por completo en las sábanas. Thorin nota su reacción así que comienza a besar su cuello, pecho, abdomen así hasta llegar hasta su erección. Pronto comienza acariciarlo con su tibia lengua para introducirlo en su boca, absorbiendo lentamente de arriba hacia abajo. Los gemidos del elfo fueron aún más fuertes, y apretaba las sabanas, así que Thorin aumenta su velocidad. Los ojos en blanco del elfo, la rigidez de sus piernas y su mano apretando la cabeza de Thorin presionándolo hacia abajo, anunciaban el orgasmo que acabaría en la garganta de Thorin.

Respirando con agitación, Thranduil evitaba ver a Thorin a los ojos. Aunque Thorin le ordenaba que lo viera.

-Ahora es tu turno.

Thorin se paró y acercando su erección a la boca de Thranduil.

-¡Comienza!- le ordenaba al elfo.

Thranduil miró hacia arriba para ver a Thorin y comenzó con su lengua, al notar a Oakenshield hacer los ojos en blanco, lo metió todo a su boca y comenzó a succionar
Thorin gemía mientras hacia su cabeza hacia atrás.

-¡Mirame!- Le ordenó el elfo.

Thorin abre los ojos y dirige su mirada hacia abajo con una sonrisa. Thranduil empezó a subir la velocidad, en el momento que sintió la llegada del orgasmo, se detuvo y dejó que el fluido se derramara en su cara.

Ya pasados unos segundos, se miran provocadoramente. Thorin lo hace que regrese a la cama.

- Aún no hemos acabado, mi bello elfo. Falta lo más importante y la razón por la que hice esto.-Le miraba desafiante y lo besa tiernamente.

-¿A qué te refieres?- Pregunta asustado.

Thorin llega a sus espaldas, y en susurro a su oído:

-Tu virginidad.

Thranduil siente un escalofrío, Thorin lo abraza besándole su cuello sin intención de soltarlo. Thranduil poco a poco va cediendo hasta terminando boca abajo. Thorin besa su cuello, su espalda hasta llegar a sus muslos. Alza las caderas de Thranduil y con sus dedos acaricia la abertura virginal, pronto baja ahí y lo roza con su lengua.

- Thorin, si vamos hacerlo, quisiera que hagamos el amor y no a la fuerza.

-¿Y quién dijo que lo harías a la fuerza? Mi intención es que tú te entregues y no obligarte.- Se acerca hasta su cuello y le dice:

-Siempre te he amado y no quiero hacerte daño.

- Thorin... ¿Eso es verdad? Me dolería mucho si fuera mentira.

- Por supuesto que es verdad. Sino, no me hubiera atrevido a hacer esta locura.

Ya en posición Thranduil siente la tibia virilidad de Thorin entre sus muslos. Él también termina por excitarse. Lentamente va sintiéndolo dentro de él, era una sensación exquisita. Thorin comienza las estocadas al notar que Thranduil le gustaba. Una y otra vez, el elfo gritaba de placer mientras aprieta las sábanas.

Thorin se movía y apretaba los muslos del elfo hacia él. Sus respiraciones y gemidos eran más agudos

-¡Mas rápido Thorin!

-AHH! Voy a venirme...

-¡Yo también!

Hasta que juntos llegaron al orgasmo.

Los dos se desvanecieron en la cama, agotados y sudando. Se abrazan y se besan mucho tiempo...

- ¿Era cierto cuando me dijiste que me amabas?

- Thorin, para mi ahora tu lo eres todo. Claro que es cierto, y mas ahora que me has comprobado que tu sientes lo mismo por mi. Te amo hasta el final de mi larga vida.

-Yo te amo hasta el final de mis días.

-Sabes... Quisiera que esta noche nunca acabase. Para estar contigo mucho tiempo.

-No es necesario que llegues tan pronto a tu palacio mi amor, ni yo tengo prisa en regresarte.

-Yo tampoco, aunque deja escribo una carta para no meter en problemas a tu legión. Ahí explicaré que pronto regresaré.

Se besaron y siguieron haciendo el amor hasta el cansancio y por fin, después de muchas horas se quedaron dormidos.

Así pasaron una semana completa. Hasta la dolorosa despedida. Aunque siguieron viéndose a escondidas, y eso se detuvo cuando Smaug atacó Erebor, quemando todo a su paso.

Pero eso no significó el final de su romance.

Notas finales:

Dejenme reviews, aunque sean malos o buenos, esto me ayudara para el próximo capitulo c:


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