Capítulo uno. Hola, príncipe.
No era la primera vez que lo veía, no. Habían sido semanas, meses y quizá hasta años donde lo único que parecían ver sus ojos eran el delgado cuerpo del menor cargando su mochila color rojo con pequeños diseños de líneas entrecruzadas.
Y ese día no es la excepción, aunque no reciba ninguna mirada de regreso, ni un gesto o siquiera sonrisa tímida. Porque la rutina de Jinyoung es así todos los días y Mark aprendió de memoria hasta su horario para encontrarse con él constantemente, pero la idea sigue sin funcionar del todo.
Mark voltea a su izquierda y nota a Jackson sosteniendo la mano de su novio, BamBam. Sonríe porque desde que el bajo se unió a ellos, a sus vidas llegaron los problemas. Como la primera escena de celos de ambos, aunque no quería recordar el incidente, soltó una risa acompasada por el timbre de inicio de clases.
-Man…-el golpe de Jackson lo saca de su ensoñación y asiente.- a clases.-sentencia el otro y vuelve a asentir.
Cuando llegan al salón de BamBam, se despide mientras le revuelve el cabello. El chino no parece estar de acuerdo con despedirse del tailandés, así que Mark tiene que tomarlo del brazo y jalarlo a rastras.
De ahí en adelante el día no parece extraordinario, las clases superan la monotonía y atrás de su cuaderno empieza a escribir mil veces el mismo nombre de ayer, antier y semanas pasadas. En su cabeza sólo da vueltas el rostro suave de Jinyoung acompañado de una sonrisa traviesa.
Pero esa ha sido la única vez que lo ha visto así.
Ocurrió después de clases, un día lluvioso donde lo único que parecía caer era el cielo a grandes pedazos. Maldijo por lo bajo porque ese día no traía un paraguas, Jackson se había largado apenas sonó la campana de salida, así que la mejor solución era cargar su mochila por sobre su cabeza y emprender carrera.
Se detuvo en el pórtico de las instalaciones y antes de huir como mercenario conflictivo, escuchó detrás de sí libros caer. Pero él no iba a voltear, no, porque la lluvia apenas y se había calmado un poco y era la oportunidad de correr sin mañana. Sin embargo, la curiosidad lo carcomió y volteó suspirando.
Entonces se encontró con unos cuantos libros en el suelo al igual que un muchacho tratando de guardar todo a prisa; el viento soplaba fuerte y las hojas sueltas salieron volando libres. El muchacho gritó frustrado y él reaccionó corriendo tras los pedazos de papel.
Capturó algunas y cuando no pudo seguir a las demás hojas, se las devolvió al propietario.
-Aquí tienes.-las ofreció con una sonrisa y el otro le miró confundido. Mark borró la sonrisa al sentirse extraño enfrente del contrario; se removió incómodo y decidió entonces emprender con su plan original.
Se preparó y antes de correr, la voz resonó en el pórtico.
-Gracias…
Él volteó y miró al otro detrás de sí sosteniéndole una mirada fría. Mark se extrañó y negó con la cabeza, hasta ahora no conocía a alguien que le diera las gracias con una expresión de ultratumba.
-Sí, bueno, de nada.-trató de sonreír pero desistió a la idea.
Y fue ahí, en ese momento donde la curvatura de los labios del contrario se mostraron implacables ante la vista de Mark.
Sonríe, porque lo recuerda muy bien, tan trágico y a la vez perfecto. Ese hecho podría ser escrito en el mejor libro del mundo, pero soñar cuesta y cuesta más de lo que recordaba antes de conocer a Jinyoung.
Rápidamente se convirtió en su acosador personal. Lo siguió sin descanso por todo el instituto y aprendió cada movimiento que el menor da en todo su día.
Jackson palmea su hombro y le sonríe. Él devuelve la sonrisa y cierra su cuaderno mientras el otro le ayuda a guardar sus útiles.
-¿Has aprendido algo nuevo hoy?-ve cómo el chino arquea una ceja divertido y él niega con la cabeza.
-Estoy hecho una maraña de pensamientos.
-Si te acercas a él…-empezó Jackson a hablar pero rápidamente se para y lo hace a un lado.
-Nunca lo haré.-sentencia.
Porque él no sería capaz de arruinar la tranquilidad con la que vive el pelinegro. No sería capaz de ir a sentarse a su lado con una sonrisa mientras el otro le mira de manera curiosa y le ignora en toda una hora o más si se pudiese. No sería capaz de ofrecerse a acompañarle a su clase todas las mañanas y aguantar el silencio con el que suele expresarse Jinyoung.
Y Mark sabe todo eso ya que aprendió demasiado de él. Aprendió que Jinyoung no habla con nadie de su salón ni de las demás clases, aprendió que antes del receso corre al baño, aprendió que es bueno en matemáticas, aprendió que es callado y reservado con quien se topa, aprendió que nunca sonríe, aprendió que es tutor de BamBam y éste último tampoco le ha visto sonreír.
-BamBam puede ayudarnos.-Jackson parece ser el único interesado en el tema, pero Mark se detiene y se da la vuelta para entrecerrar los ojos y mirar a su amigo.
-No suena buena idea.
-Nada te suena a una buena idea.-el chino le recrimina y llega a su lado.-Si de verdad te gusta…-Jackson se detiene en sus palabras cuando mira a BamBam enfrente de su salón y corre a cogerle entre sus brazos.
-Tardaron mucho.-el menor pucherea y después sonríe al sentir los suaves labios de su novio sobre los suyos.
Mark no tarda en sentirse sólo, asfixiado y agobiado. Esos dos siempre eran unos cursis y dramáticos desde que los conocía. Sonríe con melancolía al verlos tan juntos y trata de evitar ver a Jinyoung pero no puede.
Antes de separarlos, alguien más lo hace dejándole atónito en el momento.
-¿BamBam?
Él sigue anonadado de quién tiene delante de él pero Jinyoung ni siquiera le mira o se percata de su existencia y aunque le entristece que sea así, se da el lujo de explotar de alegría por dentro. Entonces él carraspea la garganta para que los otros dos a quienes llama amigos, volteen y no ignoren a Jinyoung.
-Oigan-su voz suena tranquila pero siguen pegados como lapa.-… oigan-vuelve a intentar, voltea a ver a Jinyoung y éste sigue con la mirada seria que lo caracteriza.
Se come el suspiro de enamorado y da un golpe a la espalda de Jackson.
-Wang, le hablan a BamBam.-mira como su amigo se separa de su novio y gruñe por lo bajo sin darse cuenta de quién está frente a ellos.
Y una vez que presta atención, la expresión de Jackson se copia a la suya y cierra la boca.
BamBam es el único que no entiende la situación, porque no conoce mucho a Mark. Se llevan bien pero la idea de acercársele y conversar con él aún le aterra.
-¡Junior!-Mark mira de mala manera por unos segundos a BamBam y le envidia por llamarle de esa manera. Puede que su amor platónico e imposible no hable con demasiadas personas, pero eso no le da derecho al menor de todos que pueda decirle así. Mark piensa eso y niega con el ceño fruncido.
Voltea a su lado y mira a Jackson de la misma manera. Y rápidamente piensa que está celoso y cerrado de mente.
-Hoy iré a tu casa.-Mark se sorprende por cómo Jinyoung deja escapar esa oración sin retractarse.
Y cuando lo que parece una estúpida acción está por suceder, Mark habla.
-¿Tutorías?-pregunta mientras su amigo se calma bajo la mirada de los otros dos.
BamBam asiente sonriendo, Jinyoung sólo se mantiene estático y baja la mirada a su pantalón. Mark le sigue y ve que saca el teléfono para contestar una llamada. Mientras, Jackson empieza a discutir con su novio.
Todo pasa tan rápido que apenas y puede encontrarle lógica a la discusión que pasa a su lado.
-Podemos ir.-ofrece en una solución. BamBam asiente molesto con Jackson y él sólo se queda mirando a la espalda de Jinyoung.
Entonces todos se ven a sí mismos en un trance sin sentido caminando hacia la casa del menor. Ya es común que Jinyoung no hable, pero Jackson y BamBam se mantienen a un límite considerable. Mark piensa que es por la pelea que recién acaban de tener pero no puede asegurarse de nada.
El viento atraviesa sus cuerpos y cuando está a punto de desistir a la idea de hablar, Jackson ríe leve y capta la atención de todos.
-¿Y… de qué son las tutorías, Jinyoung?-Mark tapa su rostro por la pregunta estúpida que acaba de hacer su amigo. Sin embargo, él también quiere escuchar la respuesta.
-Matemáticas.
Asiente para sí y hace una nota mental. La idea de empezar a ser malo en matemáticas atraviesa por su mente, aunque suena estúpido hacerlo sólo para acercarse un poco a Jinyoung. Entonces comienza a tararear su canción favorita y Jackson le sigue con el ritmo acompasado por el rap.
Voltea a ver a Jinyoung y sigue con su mirada perdida en la calle y piensa que la música no es lo suyo o simplemente sus gustos no son los mismo. Y calla.
Cuando se encuentra frente a la puerta del departamento del menor, suspira, pesado y fuerte. Su día se convierte en discusiones infinitas sobre celos y termina por cerrar sus oídos ante las palabras de sus amigos.
Hasta ahora lo que entiende es que Jackson no está de acuerdo con que BamBam venga a casa solo con un chico.
-No entiendo cómo los soportas.
-¿Ehh?-se desconcierta por un momento a la par que mira el cuerpo delante de él. Jinyoung le lanza una mirada desgastada y el carraspea por lo nervioso que empieza a encontrarse. La voz de Jackson oculta la suya y cierra la boca.
Pero no puede hacer más. Se levanta del sillón y camina a la cocina donde los otros dos siguen con su discusión pensando que no se escucha nada.
-BamBam, ve con Jinyoung.-sentencia y Jackson le mira confundido.
Ve que el menor sale y empieza a hablar de nuevo.
-Jackson, nos vamos.
-Mark…-y antes de que su amigo le recrimine, alza la voz de nuevo.
-Nos vamos.
Al día siguiente, al llegar al instituto, se para en el pórtico y espera sigiloso la entrada de Jinyoung.
-Tenemos un asunto pendiente, Mark.-él vira sobre sus talones y se encuentra con una mirada seria por parte de su amigo.
-No estoy de humor.
-No me sorprende, nunca lo estás.-trata de sonreír sarcásticamente pero en ese momento llega Jinyoung con unas hojas en las manos sorprendiéndoles a ambos.
-Tú o tú, necesito que le den esto a BamBam, díganle que lo repase.-Mark asiente y toma las hojas.
Antes de decir un ‘gracias’ por parte de ambos, Jinyoung ha desaparecido de sus vistas y no hacen más que revisar las hojas.
-Oye, enamorado-él responde con un ‘hum’ y mira a Jackson.-… no entiendo qué le ves, es raro.
Mark frunce el ceño ante ese comentario.
-A veces le pregunto a BamBam lo mismo sobre ti.